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24

Después de aquel encuentro en la cafetería Tzuyu había intentando evitar a Mark por todos los medios, duró todo el día cerca de Daniel y Somi, para que no se le acercara.

Se lamentaba interiormente, ya que significaba tampoco ver a Sana. Era muy raro, que ninguna del grupo de las chicas la hubiera fastidiado o algo. También estaba preocupada por Dahyun, a quien no veía desde hacía horas.

Estaban caminando en el pasillo cuando le encontró, frente a su casillero. Sus mejillas estaban coloradas y lanzaba los cuadernos dentro del locker con furia, Tzuyu temió lo peor.

—¿Dahyun? —comenzó Momo tocándole el brazo, la castaña suspiró, irritada.

—¿Qué hizo Momo, ahora?—preguntó Somi, recostándose en la pared, y Tzuyu le reprendió por ser tan directa.

Dahyun las observó a las dos, primero furiosa, y comenzó a hablar.

—Es una perra, me dice que estoy enamorada de ella y por eso no puedo acercarme a nadie. Pero, ella dice que no siente nada por mí y que... y que... —no pudo terminar de hablar, ya que sus ojos se tornaron húmedos, quería llorar.

Tzuyu la abrazó y dejó que escondiera el rostro en su cuello, comenzó a frotarle la espalda mientras la chica se abrazaba a ella. Somi también le acariciaba el cabello, escuchando los sollozos de Dahyun.

—Descuida, ella... ella estoy segura de que siente algo por ti, lo veo por la forma en que te mira. —intentó calmar a Dahyun y pareció funcionar, Momo no podia no sentir nada por su amiga y el beso que le había dado era la prueba.

—Eso... eso... espero. —murmuró entre sollozos y se abrazó más a Tzuyu.

Las tres decidieron que era mejor olvidar todo.

Somi les propuso ir a la pizzería de siempre después de clases y las tres fueron, invitando a Chaeyoung. Por suerte, Daniel les había dejado las llaves, así que las chicas no tuvieron problemas para llegar.

Aparcaron al frente del local y al entrar, se encontraron con la misma mala suerte de siempre.

—Joder. —murmuró Tzuyu, viendo al grupito de la escuela en su mesa de siempre, esperaba que ellos no fueran hoy.

—Solo ignorenlos. —dijo Chaeyoung, apoyando la mano en la espalda de Dahyun para avanzar, ella bajó el rostro y asintió.

Tzuyu cómo siempre hacía, buscó entre las personas el cabello rubio. Allí estaba Sana, con la misma ropa del colegio, hablando alegremente con sus amigos. Cabe mencionar, que para Tzuyu, se veía completamente hermosa.

Para la alegría de la ojimarron Sana no le prestaba la más mínima atención a su novio, que de vez en cuando intentaba hablarle, aunque a él tampoco parecía importarle. Se concentraba en la charlar con Jackson y observar, con poco disimulo, el cuerpo tonificado de Jihyo.

—Es un idiota. —murmuró Tzuyu, tomando asiento en la mesa, y quedando con vista al grupito—Tiene a Sana y mira a otras chicas de esa forma.

—Todos los chicos son iguales. —comentó Somi suspirando, sus amigas la vieron.

—¿Todo bien con Jinyoung?—preguntó Dahyun preocupada, Momo parecía estarla mirando, pero ella la ignoraba por completo.

—Salimos varias veces. —dijo aunque no era nada nuevo, ya que sus amigas la habían ayudado a escoger la ropa que se pondría— Pero, en el colegio no me ha hablado ni una sola vez.

—Descuida, solo es el primer día. —dijo Chaeyoung, intentando calmarla.

—Todo saldrá bien. —le sonrió Tzuyu, pero luego sintió una bola de servilleta golpearle la frente y parpadeó— ¿Qué?

Mark se reía con sus amigos y la observó, divertido.

—Mala mía, rarita. —le dijo aun riendo y Tzuyu frunció el ceño.

Tendría que haberle hecho algo, tal vez lanzarle su batido de fresa en la cabeza, como de seguro hubiera sucedido el año pasado. Ella esperaba que de la nada saliera Sana, a burlarse de ella también y luego allí podría comenzar la pelea limpiamente pero, para su sorpresa, no fue asi. La rubia nunca habló, mejor dicho, sólo parecía mirarla con una cara de boba y se sonrojó intensamente, al ser descubierta por Tzuyu mirándola.

La ojimarron sentía el corazón en la boca ¿Qué le sucedía a su chica? Nunca había visto a Sana tan nerviosa, quería ir hasta donde estaba ella y confirmar si la castaña no estaba con fiebre.

Cómo si no pudiera controlarse, comentó en voz alta:

—¿Minatozaki, estás bien?¿No vas a insultarme también? —preguntó incrédula, observando como el sonrojo incrementaba en las mejillas de la chica y sus amigos también vieron a la rubia, extrañados.

—Cierto, amor. Dile sus cuatro cosas a la rarita. —dijo Mark, colocando su mano sobre la de ella.

Mark frunció el ceño y Sana la apartó rápidamente, cortando el contacto.

Mark dio una mirada furiosa a Tzuyu, ella también se había sorprendido de aquello y ahora su rostro volvía a ser una máscara de sorpresa.

Sana se sentía acorralada, debía de hacer algo, así que cerró los ojos y al abrirlos, parecían irritados por la gran atención que recibía.

—¿Eso quieres, fenómeno? No estoy de ánimos para insultar tú asqueroso rostro, así que has un favor al mundo y largate. —dijo colocando un mechón de pelo tras su oreja y alzando la barbilla, sus amigos rieron y dejaron de verla.

Tzuyu pudo jurar que su cuerpo se relajó.

Mark sonrió como un gato diabólico y Tzuyu seguía sin decir nada, había escuchado las palabras y ahora estaba un poco atontada por ellas.

Sin poder evitarlo, una sonrisa risueña se plasmó en su cara y observó fijamente a la rubia, miraba a Sana con tanto amor y adoración, que sus amigas temieron que estuviera siendo demasiado obvia.

—Tzuyu... —comenzó a decir Dahyun, jalándola de la manga, para hacer que su amiga enamorada se sentara, pero el rostro de Sana la hizo abrir los ojos.

La rubia seguía cruzada de brazos y hacía todo lo posible para mantenerse indiferente, pero su rostro estaba rojo y se mordía el labio mientras miraba de reojo la intensidad de los ojos chocolate.

Dahyun la vio tragar nerviosamente ¿Sana estaba nerviosa? ¿Era por Tzuyu? Algo debía de hacer, porque Mark también se estaba dando cuenta del rostro embobado de su amiga, frunció el ceño y Dahyun prácticamente jaló a su amiga para que saliera del trance.

—¿Dahyun? ¿Pero, qué te pasa?—dijo un poco enojada, por haber sido despojada de los ojos chocolate, y Dahyun le dio un golpe en la cabeza.

—¡Estabas siendo demasiado obvia, grandísima idiota!—dijo mientras ahora era Chaeyoung quien le daba una patada a Tzuyu, por debajo de le mesa.

—Auch.

—Por pendeja. Te estás hundiendo a ti misma. —la reprendió la pelinegra, observando de reojo el rostro colorado de Sana, había algo extraño en todo esto. Y Chaeyoung llegaría al fondo del asunto, nadie se escapaba de ella.

Después de un rato, estaban conversando y todo iba bien, para Tzuyu era perfecto. Ya que durante toda la hora había estado mirando a Sana y para suerte de ella la rubia también la miraba, aunque apartaba los ojos, avergonzada.

Tzuyu estaba comenzando a adorar el rojo carmesí que cubría las mejillas de Sana.

—Voy al baño. —dijo después de su tercer batido.

Sus amigas la despidieron mientras ella pasaba junto a la mesa del colegio e ignoraba las burlas, entró al baño y se apoyo del lavamanos.

Su corazón seguía latiendo con fuerza, por el sólo hecho de ver a Sana, se remojó el rostro cuando escuchó la puerta abrirse.

—Mira, a quien tenemos aquí. —dijo la voz de Jihyo una de las amigas de Sana y Tzuyu retrocedió un poco —¿Acaso me tienes miedo?

—¿De ti? Sólo eres una perra que viene a ladrar. —dijo ahora más confiada, ganandose una mirada de odio de la chica.

—No me importa lo que digas. —sentenció, colocando sus manos en la cintura, después la miró con recelo—Quiero que te mantengas alejada de Sana.

Tzuyu quedó en shock durante unos segundos ¿Alejada de Sana? ¿Por qué? Pero, después el desconcierto pasó a ser enojo y observó a la chica con la peor de sus miradas.

—¿Y por qué yo debería hacerte caso?

—Porque si no, cosas malas te van a suceder, a Mark no le agradas. —dijo, chasqueando la lengua— Menos le agrada que mires de esa manera a su novia.

—Pues no me importa lo que piense él —dijo la ojimarron, dándose la vuelta y dispuesta a salir de allí.

—¡Te alejaras de ella si o si! —le gritó a sus espaldas, mientras se cerraba la puerta.

Tzuyu estaba furiosa, daba pisotones e iba a mitad del camino cuando Mark le llamó. Ella resopló y se recordó a si misma de tener paciencia..

—¿Te divertias en el baño, rarita? —preguntó intencionadamente y Tzuyu lo miró, confundida.

Escuchó la puerta abrirse con un estrépito y volteó, del baño salía Jihyo, ahora con el cabello revuelto y la ropa desarreglada. Caminaba hacia ella con una mirada de furia y al llegar, le dio una bofetada tan fuerte que quedó marcada en su mejilla.

Tzuyu retrocedió, sorprendida.

—¿Pero... qué... qué... ?—intentó hablar, pero miraba aterrada a Jihyo quien por un momento le sonrió con malicia, para luego volver a su papel de chica indignada.

—¡Y QUE NO SE TE OCURRA VOLVER A BESARME, CHOU!—gritó. Tzuyu casi de inmediato miró a Sana, quien observaba la escena con los ojos abiertos, recibió una bofetada en la otra mejilla—¡NUNCA!

Jihyo salió del local, dejando a Tzuyu completamente helada ¿Qué estaba ocurriendo? Las amigas de Jihyo se pararon de la mesa y fueron hasta donde Tzuyu, mirándola con odio, cada una le dio un empujón antes de salir del local, para ir tras su amiga.

—¡No la vuelvas a tocar! —la amenazó Momo, sujetándola por el cuello de la blusa para luego soltarla, le dio un último vistazo a Dahyun y salió junto con las otras.

Tzuyu seguia en shock, con los ojos abiertos y la mejilla escociéndole ¡¿Qué demonios estaba sucediendo aquí?! ¡¿Alguien en su sano juicio, podría explicarle?!

Sana fue la última. Llegó hasta ella, con el rostro envuelto en ira pura y levantó la mano para darle el golpe. La bofetada se escuchó tan fuerte que sus amigas hicieron una mueca de dolor.

—No te quiero ver más nunca cerca de nosotras. —sentenció, mirándola con ira, sus ojos parecían húmedos y en ellos se podía ver el dolor.

Ese fue el momento en el que Tzuyu pareció reaccionar, tomó la mano de Dahyun, antes de que esta se apartara y comenzó a hablarle.

—¡Yo no hice nada! ¡No la besé, nunca lo haría!—intentó defenderse, pero Sana soltó una risa amarga, antes de soltarse del agarre de la chica.

—Ja, claro. Son tus palabras: preferirias besar a Jihyo antes que todo ¿verdad? —dijo recordando lo que ella le había dicho hace tiempo, después con una voz tan rota, que a Tzuyu se le rompió el corazón, volvió a hablar— Y no vuelvas a tocarme más nunca en tu vida, fenómeno.

Dicho esto llamó a Mark, que en estos momentos mostraba una sonrisa y reía a carcajadas, y salieron los dos juntos, seguidos de JaeBum y Jackson que también se reían.

Tzuyu no quitó los ojos de la rubia hasta que esta desapareció por la puerta, todos en la pizzería la estaban viendo y ella bajó el rostro avergonzada, fue a sentarse con sus amigas.

Sentía como las mejillas le ardían, pero más el corazón, por las palabras de Sana.

—¡Tzuyu! ¿Estás bien? —preguntó Dahyun, acunando el rostro de su amiga con las manos y verificándolo, con preocupación.

—¡¿Qué mierda hiciste, Hirai?! —preguntó Somi muy molesta viendo a su amiga, había visto como Sana aguantaba las lagrimas al salir—¿Por qué besaste a la perra esa?

—Tzuyu¿Qué sucedió?—preguntó Chaeyoung, notando lo afectada que estaba su amiga.

Tzuyu no hablaba, sólo mantenia la cabeza gacha.

—Yo no besé a nadie, nunca lo haría. —dijo con tanto dolor, que todas le creyeron.

—¿Entonces, por qué Jihyo hizo eso? —preguntó Dahyun, confundida. — ¿Para qué armar tanto drama?

—Será que quería joderle el día. —comentó con rabia Chaeyoung y Somi estaba a segundos de darse golpes con la mesa.

—Ustedes, en verdad, son unas idiotas. —se lamentó y por un momento se sintió ella misma como una ¿Cómo pudo haber pensado que Tzuyu besaría a Jihyo? Si era muy obvio que su amiga estaba muerta por Sana, hasta la medula.

—¿Qué quieres decir? —le preguntaron sus dos amigas, Tzuyu seguía observando la mesa, callada.

—No importa, el caso ahora es que Tzuyu debe aclarar el malentendido. —dijo observando a su amiga, que levantó el rostro.

—¿Por qué debería? No les debo nada. Si esa tonta quería jugar conmigo de acuerdo, pero ya las escuchaste: que no me acerque a ellas. —dijo recordando las palabras de Sana, comenzaba molestarse.

Sana estaba enojada y no sabía el por qué, así que ahora Tzuyu se sentía indignada. Ella no debía explicaciones, si ellos querían creer eso, que lo creyeran. A ella no le importaba.

Somi se lamentó interiormente, esta semana iba a ser difícil.

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