19
—¿Cómo que no puedo dormir con mis amigas?— preguntó Sana por cuarta vez, miraba con el ceño fruncido al profesor mientras sostenía en sus brazos la bolsa de dormir y su almohada.
El señor suspiró, esa chica llevaba un rato atormentándolo, y él estaba muy cansado. Volvió a revisar la lista, en la cual claramente colocaba que las compañeras de la quinta tienda de dormir eran: las señoritas jungs, Minatozaki y Chou.
—Disculpe, jovencita Minatozaki, así dictan las reglas. Usted ha sido asignada a dormir con las compañeras en la lista, punto —dijo para la desgracia de la castaña.
Tzuyu observaba con los ojos abiertos la escena. En ese instante su amiga Chaeyoung salió a la defensa, al igual que Momo, no soportarían ser separadas de sus amigas.
—¡¿Cómo que dormirán juntas?!—exclamaron las dos, por primera vez en su vida de acuerdo con la otra. El profesor volvió a suspirar, tendría que aguantar a esas chicas también.
—La señorita Minatozaki, deberá compartir...
—Ya se toda esa patraña. Me refería, a que usted hiciera una excepción—dijo la chica de los ojos miel, Sana la apoyó cabeceando repetidamente.
—¡Por favor! No puedo dejar a mi amiga dormir con esa plástico—dijo Chaeyoung muy decidida, señalándola.
—¿A quién le dices así, pedazo de tabla?—le retó la rubia, mirándola con irritación. Tzuyu la miró con enojo, no le gustaba que insultaran a sus amigas.
—¡Ve, por eso no la quiero cerca de Tzuyu! ¡No va por el camino de Yisus!—terminó diciendo la más alta de todas.
—La joven Chou tendrá que cumplir con las reglas, al igual que la señorita Minatozaki. —repitió el profesor y Tzuyu simplemente no podía hablar, sentía el corazón en la garganta mientras sacudía la cabeza.
—No, no, no podría...
—Nada de cambios. Ahora vayan a cambiarse, antes de que las mande a dormir al bosque—dijo muy serio mientras se colocaba los lentes.
—¡Perfecto, mejor es compartir con osos que con ella! —dijo Chaeyoung y Tzuyu hizo una mueca, ella no quería dormir en el bosque a mitad de la noche.
Tzuyu intentaba no mirar a Sana. Sus ojos se encontraron con los chocolate y no identificó el enojo en ellos, era más bien, una mezcla de emoción y pánico.
¿Por qué Minatozaki Sana tendría que tener miedo? ¿Acaso pensaba que Tzuyu le haría algo? La que debería estar aterrada en ese aspecto era la ojimarron, intentó no temblar aunque su piel estuviera de gallina.
Pasar toda una noche con la chica de tus sueños debía de ser magnifico. Claro, si esta chica no te odiara y no estuviera haciendo todo lo posible por no dormir contigo.
—No, ya hablé. Y usted, jovencita Hirai, deberá compartir la tienda con Kim Dahyun y Son Chaeyoung. —dijo señalando a su amiga, las mejillas de Dahyun enrojecieron y los labios de Momo perdieron color. Chaeyoung sentía como si le fuera a dar un ataque.
—¡NOO!—chillaron las tres pero ya era tarde, la decisión estaba tomada. Las cinco tuvieron que resignarse con su estadía en la tienda que les había tocado.
Tzuyu notaba a sus amigas, especialmente a Dahyun, sumamente afectadas por tener que compartir la noche con Momo. Al menos se tenían la una a la otra mientras que Tzuyu, al contrario, estaba sola con la rubia.
Tal vez en la noche fuera a hacerle alguna maldad y le tomaran fotos para subirlas a la red, no importa cuán enamorada estuviera de Sana, ella no podía evitar pensar en que eso sería lo que haría la rubia.
Somi tendría que compartir con dos amigas de el equipo de animadoras, eso sí era suerte.
Estaban las cuatro recogiendo algunas cosas mientras todos se preparaban para dormir, las chicas vestían con shorts y camisetas holgadas, la vestimenta común para dormir.
Tzuyu había dejado su cabello suelto y utilizaba una chaqueta de abrigo sobre la camiseta, ya que el frío le calaba hasta los huesos.
—Manos fuera, ¿entendiste, Chou?—le advirtió Chaeyoung muy severa, seguía enojada con el profesor por haber hecho esos cambios. —No te aproveches, esta no es una oportunidad para dormir con esa perra, es el momento en el que ella va a encargarse de hacerte la vida imposible.
—No le digas así... y ya lo sé, me mantendré alejada de ella. —bajó la cabeza, mirando sus pies.
—Además, la defiendes. Tzuyu, me llego a enterar de que la chica sabe algo sobre tu enamoramiento y...
—¡Nunca lo sabrá! Shhhh—saltó con los ojos abiertos, —si Sana se llegaba a enterar seria su fin en la escuela.
—Te haría la vida imposible, lo sabes. Por eso, mantente alejada de ella— le dijo para luego mirar a Dahyun quien jugaba con sus manos nerviosamente—Tú también, Kim. Nada de hacer el ridículo esta noche.
Dahyun la observó sin entender, luego por fin pareció captar la indirecta y aún tuvo la decencia de reclamarle, aunque sus mejillas estuvieran rojas.
—¡¿Por qué me dices a mi?!
—Porque vamos a estar toda una noche con Hirai, no finjas que eso no te emociona. —la acusó su amiga y las otras dos la miraron, las mejillas de la castaña enrojecieron más.
—¡No estoy así por ella!—dijo dando un pisotón para luego darse la vuelta e irse a la tienda, sus amigas suspiraron.
—Voy con ella, hasta mañana, chicas. Chou, por favor, que no te de un calentón. —dijo Chaeyoung, dándole un guiño antes de irse.
—¡Yo nunca haría eso, pervertida!—avisó con la cara roja, Chaeyoung se reía. Se despidieron. Tzuyu fue por su saco de dormir y la almohada, su tienda estaba casi al final de la fila y observaba como todos ya estaban entrando a dormir, con las brazas de la fogata aún crepitando.
En la funda habían varias frazadas extendidas en el suelo y almohadas, en realidad, el lugar lucia muy cómodo y en una esquina estaban HyunJin y Jiwoo, charlando. Eran las chicas con las que tendría que dormir. Al entrar las dos le sonrieron, no eran tan amigas pero con HyunJin mantenía una buena relación y a Jiwoo también los chicos de la escuela la fastidiaban.
—Hola, Tzuyu. —saludó Jiwoo, era una chica con el cabello negro.
—Hola ¿Donde está Minatozaki?—preguntó notando la falta de la rubia, la chica se tensó y HyunJin comenzó a reír.
—Perdónala, a ella no le agrada mucho Sana. —dijo mirando los ojos asustadizos de Jiwoo, Tzuyu río ya que ella también se sentía así a veces.
—A mí tampoco me cae bien.
—Lo sé, tú eres una de las pocas que se enfrenta a ella— le dijo la chica, mirando a Tzuyu con admiración.
—Si, por esa razón ella me jode aún más.
—Todos conocen perfectamente la rivalidad entre tú y Sana. —dijo Jiwoo, sonriendo, aunque después bajó el rostro. —Eres muy valiente, por todo lo que les hace a ti y a tus amigas.
—¿Rivalidad? No sabía que era tan popular. —bromeó, aunque levemente sorprendida, era increíble que ya varias personas se lo hubieran mencionado.
—Pues sí. —dijo HyunJin feliz y luego sonrió a otra persona, Jiwoo se dio la vuelta en las sabanas— Hola Sana, hasta que al fin llegas.
Tzuyu se tensó, no quería voltearse ya que cuando lo hiciera, allí estarían esos ojos chocolate viéndola.
—Si ¿Ya van a dormir?—preguntó con una voz sería mientras entraba y dejaba las cosas, su cabello estaba suelto y lucía hermosa «Aunque Tzuyu siempre pensaba que estaba hermosa»>.
—Sí, Jiwoo ya se durmió—dijo HyunJin, soltando una risa al ver como Sana rodaba los ojos.
—Eso es mentira, la patosa me tiene tanto miedo que se está haciendo la dormida. —dijo Sana, acostándose en una de las esquinas mientras acomodaba la almohada.
Jiwoo no dijo nada, se apartó aun más y HyunJin soltó una risa divertida.
Ellas dos dormían en una mitad así que, desgraciadamente, Tzuyu tendría que dormir en la otra, al lado de Sana.
—Claro ¿Tzuyu, ya vas a dormir?—preguntó HyunJin, mirándola con dulzura, y Tzuyu asintió estúpidamente, forzándose a no mirar a la rubia.
—Pues entonces apaga la luz y mueve el culo, fenómeno. —le gruñó Sana mientras Tzuyu hacia lo que le pedía.
Tzuyu iba a acostarse, hasta que al darse cuenta de que Sana ocupaba una gran parte del espacio, frunció el ceño y se cruzó de brazos, viéndola.
Sana le vio y la retó con la mirada.
—¿Qué quieres?
—¿Eres gorda o qué? No todo el espacio es para ti. — le acusó, logrando las risas de las otras dos chicas y que Sana la asesinara con los oios.
—Yo puedo hacer lo que me de la gana. Asi que, si no te gusta, vete a dormir al bosque. —le mostró el dedo del medio y se dio la vuelta, hoy no estaba con ganas de pelear.
—Ah, no. Apártate y hazme espacio. —dijo intentando jalarla del brazo y Sana la sacudió.
—¡No me toques!
-Pues muévete entonces, princesita. —dijo volviendo a jalarla pero ahora de los pies, Sana intentaba darle patadas y Tzuyu las esquivaba.
—¡Déjame en paz, no me toques! ¡Imbécil!—le gritaba cualquier cantidad de palabras poco amistosas, debían de estar formando un escándalo.
—¡Muévete, maldito pedazo de plastico!—le dijo sintiendo un golpe en su mejilla, Sana tenía el rostro rojo de la furia—Mierda...
—¡¿A quién le dijiste así?!—chilló la más baja, lanzándose hacía a ella mientras le golpeaba con la almohada, Tzuyu intentó cubrirse el rostro cuando recibía los golpes.
Tzuyu la tomó de los hombros, Sana comenzó a darle palmadas en el rostro y Tzuyu también, dieron vueltas por las mantas mientras las dos se gritaban.
Parecían dos niñas pequeñas y HyunJin pensó que ya era hora de intervenir.
—Chicas, paren. —les dijo, pero parecían no escucharla.
—¡Zorra!
—¡Perra!
—¡Nerd!
—¡Enana!—soltó Tzuyu, colocándose encima de Sana, la rubia intentaba soltarse pero Tzuyu había le capturado las muñecas, colocándolas sobre su cabeza.
—¡Suéltame ahora, Chou!—gruñó molesta mientras intentaba soltarse, sentía el rostro de Tzuyu muy cerca del suyo y las dos se observaron con odio. El marron chocolate parecía relampaguear mientras se juntaba con el fuego negro, estaban furiosas, enojadas y con unas inmensas ganas de golpearse.
Pero lo peor del asunto era, que a pesar de todo esto, Tzuyu también la encontraba ardiente. Las mejillas de la castaña estaban rojas y lucía extremadamente tierna arrugando la nariz mientras la miraba con enojo. La quería besar, tenía que hacerlo, sus labios la estaban llamando y Tzuyu no podía hacer nada para evitarlo, lucían muy rosados como para no hacerlo.
—¡Cállate! —dijo Tzuyu, al ver que Sana seguía gritándole, la rubia se enfureció el doble.
—¡Oblígame!—la retó pero al instante, los ojos de Tzuyu brillaron, quería hacerlo.
La podría callar de un beso, era tan fácil. Pero en el momento se arrepentiría, quedaría humillada para siempre y tendría que recibir las golpizas de Mark. No podía hacerlo, pero deseaba tanto besarla.
Sana, de un momento a otro, se detuvo. Sus ojos chocolate se clavaron en los de Tzuyu fijamente y sin poder evitarlo, se ruborizó, con la respiración acelerada.
—Oblígame... —musitó entrecortadamente, observando los intensos ojos chocolate que la miraban.
Tzuyu lo consideró, pensaba hacerlo no importa que sucediera después pero entonces, escucharon una voz afuera.
—¿Qué es todo ese escándalo?—reclamó el profesor furioso, buscando entre las tiendas.
Sana apartó a Tzuyu de un empujón y la jaló con ella, hasta entrar bajo las frazadas. La ojimarron no dudó ni un segundo en seguirle, viendo como HyunJin también se hacia la dormida.
Tzuyu tuvo que quedarse quieta, con Sana frente a ella. La rubia la miraba en la oscuridad, con un rostro severo mientras le hacía señas para que guardara silencio.
—¿Quién fue?—repitió el profesor, asomándose dentro de la tienda de las chicas pero al ver que todas parecían dormir, fue a la siguiente. Las chicas soltaron un suspiro, se habían salvado del castigo.
En ese momento, Sana acercó su mano al rostro de Tzuyu y le dio un golpe en la frente, Tzuyu cerró los ojos y se apartó ligeramente de la rubia, haciendo una mueca de dolor.
—¡Auch!
—Es tu culpa— dijo en un susurro, pero la miraba enojada.
—¡Tú comenzaste!—chilló, y Sana se acercó para cubrirle la boca con las manos.
—Shhhh.
—Ya—susurró la ojimarron y las dos se miraron fijamente.
Se descubrieron del escondite y Sana prácticamente la empujó de su lado, Tzuyu hizo una mueca mientras Sana le mostraba la lengua y se daba la vuelta.
—¡Eres imposible!—dijo muy bajo, sólo para que ella pudiera escucharla.
Buscó sus mantas y ella misma se cubrió, duró un buen rato sin dormir, escuchando la respiración de las otras tres chicas.
Ya habían pasado dos horas y ella seguía sin poder cerrar los ojos, no podría calmar los latidos de su corazón sabiendo que la chica de sus sueños estaba junto a ella.
Sana parecía haberse dormido, que suerte tenía, Tzuyu estaba muy alterada y sin poder evitarlo, comenzó a imaginan cómo sería estar con Sana.
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