Corrí lo que más pude hasta la bibliotecaria sin aliento.

-Minsy -Afirmé relamiendo mis labios para tocar el tema-. Yo lo siento mucho amiga.

-¿Lo sientes? -me dijo mirándome mientras sus lágrimas caían por sus mejillas-. Minsy llevó sus puños a sus mejillas para secar sus lágrimas. Ladeo la cabeza para dirigir la mirada hacía a mí.

-Me perdonas.

-Disculpas aceptadas -me dijo.

Minsy me dio un cálido abrazo.

Me despedí de minsy para salir corriendo hacia la salida del instituto pero me llevé a alguien por delante.

-Uy, perdon -me disculpé-.

El chico de cabello rizado marrón claro, con su flequillo rizado sobre un costado de su cara. Me dio una cálida sonrisa.

-No te preocupes, soy Kenzi -se presento-.

-Hillary -le dije-, Kenzi me sonrió con una amplia sonrisa.

—¡Hillary!—Exclamó Nash, con un poco de celos. Llevó su mano hacia mí hombro apretandome con fuerzas.

Kenzi miró seriamente a Nash, y luego desvío la mirada hacía a mí, lo miré incomoda y vergonzosa.

—Nos vemos luego Hillary —Me saludo haciendo un mohin—. Nash lo miró incrédulo y luego fulminó la mirada hacía a mí.

—Qué

—¿Quién es ese chico? —preguntó molesto—. Sabes que yo solamente puedo ser tu amigo, no él.

—Nash, sólo apenas lo conocí no seas celoso.

Nash hizo una mueca de celos.

—Mmm segura —dudó—. Si tu lo dices te creo.

Nash me miró en tono burlesco para luego llevar sus manos a sus bolsillos y despedirse.

—Qué idiota celoso que es —murmuré—.