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«Capítulo 2»

Mientras en casa de Piconjo, este estaba haciendo su tarea ya que no quería tener malas calificaciones, supuso que Evil estaría en alguna parte de su casa, en el armario o bajo la cama durmiendo, en cualquiera de esas opciones, lo iba a dejar tranquilo con su tarea, sintió la presencia de Evil en todo su cuarto, era como sentir un aura pesada junto a millones de miradas fijas a tu espalda, sin embargo no le tomó importancia, solo seguía con su tarea, Evil salió del armario con la forma parecida a Keith, solo que tenía cambios que le gustaban, miró fijamente a Piconjo por unos segundos, voló lentamente a él para ver qué hacía, al verlo bien notó un par de errores en su trabajo, no quería hacerle saber que estaba mal, aún que por impulsó...

— Eso no va así, cámbialo — Dijo Evil indicando con su dedo el error, Piconjo lo notó rápidamente y lo cambio una vez vió el error.

Así estuvieron por unos cuantos minutos, Evil indicando los errores apenas los miraba, los señalaba delicadamente con cuidado de que sus uñas no rompieran el papel, mientras Piconjo le hacía caso, se dió cuenta que su demonio podía llegar a ser muy inteligente, era cierto que sabía más por todo lo que vive, aún que era algo reservado y se escondía mucho de todos a su alrededor hasta de su dueño, un par de minutos fueron suficientes para terminar la tarea muy rápido, Piconjo se levantó de su asiento, se estiró un poco para irse bajando las escaleras, Evil lo seguía con la mirada atravez de la puerta, pudo ver que se fué a la cocina, con algo de curiosidad se dirigió allí, Piconjo empezó a hacer su cena, no quería hacer mucho en la cocina por la gran pereza que tenía así que solo hizo ramen instantáneo, ya sabía cocinar pero la pereza le ganaba bastante.

Evil simplemente miraba desde un lugar, específicamente la entrada a la cocina, Piconjo notó su presencia nuevamente, podría decirse que los colores que Evil iluminaban haciéndolo muy notable al igual que sentir la mirada.

— ¿Sucede algo? — Le preguntó, Evil solo seguía mirándolo.

Piconjo solo suspiro mientras seguía esperando que su ramen terminará de cocinar, Evil seguía observando desde la entrada de la cocina de una manera muy fija y penetrante, Piconjo de apoco empezaba a sentirse incómodo, ya que se sentía completamente observado.

— ¿Qué pasá? — Nuevamente preguntó queriendo romper el hielo, de pasó evitar tensión innecesaria.

Evil seguía sin responder, Piconjo vió que su cena ya estaba hecha, en cuánto lo abrió, Evil se acercó a la mesa de manera pacífica e lenta.

— Eso que tienes allí, ¿Es un ramen, cierto? — Dijo Evil apuntando el empaque del ramen.

— Si, ¿Quieres probar un poco? Sobrará bastante ya que no suelo comer mucho — Dijo Piconjo, Evil dudo un poco al principio, aún que accedió en probar un poco.

Piconjo sirvió un poco de ramen en un plato aparte y se lo dió junto a un par de palillos, Evil se sentó fue sencillo tomar los palillos, le costó un poco adaptarse a ellos e así empezó a probar el ramen de apoco, Piconjo vió como Evil empezaba a temblar levemente, mastico y trago los fideos para mirar a Evil.

— No te gusta, ¿Verdad? — Le preguntó mirando a otro lado.

— No... — Respondió, aún que Evil saco una pequeña sonrisa está vez de manera gentil — Me encanta, nunca probé algo se tuviera un buen sabor... — Agregó para seguir comiendo.

— ¿A qué te refieres? — Preguntó Piconjo, la curiosidad le ganó un poco.

— Mis anteriores dueños o mejor dicho invocadores usualmente me daban cosas podridas, caducadas, llenas de Mo, hechas mierda o quemadas durante todo el trato — Respondió algo fastidiado, recordó todos los malos sabores que tuvo durante ese tiempo por lo cuál sacó la lengua asqueado, que bueno que no recordaba los sabores, ya que sin duda iba a vomitar.

— Uish... Eso es demasiado asqueroso — Comento Piconjo mientras seguía comiendo.

Después de eso siguieron hablándose entre si, deben de admitir que por unos minutos olvidaron que uno era un demonio y el otro un asesino en cubierto, siguieron charlando e conociendo hasta que su cena se acabó. Fueron al cuarto, cómo siempre Evil se iba al armario o bajo la cama, está vez fue al armario, Piconjo miro a otro sitio pensando un poco para suspirar pesadamente, tal vez debía ser un poco más comprensivo con Evil ya que este había pasado por unas situaciones peores que las de él, abrió el armario encontrando a Evil ya acostado, este miró a su dueño con algo de atención.

— ¿Que tal si duermes en la cama? — Le preguntó Piconjo.

— Espera, ¿Acaso quiere que duerma con usted? — Dijo dudoso Evil, aún que no lo demostrara, le daba mucho miedo eso.

— ¿Qué? ¿Tampoco dormiste en una cama cómoda? — Le preguntó.

— Dormía en el piso, sobre el heno, lugares fríos y- — Piconjo lo Interrumpido.

— ¿Vas a dormir conmigo o no? — Le preguntó algo irritado, no quiera desviarse del tema.

— Si... Dormiré contigo — Respondió mirando a un lado, había sentido que ese tono de voz le era más para una orden, Piconjo lo tomó por uno de los brazos para levantarlo e sacarlo del armario.

Se fueron a la cama, Piconjo se puso en el lado lejos de la pared para quedarse en la esquina, mientras dejaba que Evil se acostará en el lado más pegado de la pared, Evil se sentía completamente cómodo, era más cálido de lo que creyó, se acomodó por completo, para mirar la pared con la posición más cómoda para dormir, mientras que Piconjo, estaba intentando estar entre lo más alejado posible de Evil y de la esquina, no quería caerse o tocar a Evil mientras dormía, cuando lo consiguió le costó mucho dormir por la posición muy incómoda.

— Buenas noches, supongo — Dijo Piconjo para irse durmiendo.

— Si, buenas noches... — Dijo Evil para también dormir.

Dos chicos, un demonio y un asesino oculto, durmiendo en la misma cama, ¿Que podría pasar?

* ·•· * ·•· * ·•· * ·•· * ·•· *

La mañana siguiente, Piconjo fue el primero en despertar, dándose cuenta que se había movido sin querer, ahora estaba abrazando al demonio que seguía durmiendo en la misma posición en la que se había quedado dormido, estaba pensando en cómo hacer para irse sin despertarlo, pensó que si lo despertaba, saldría el díablo en persona, con mucho cuidado se fue separando... Un momento, ¿Desde cuando empezó a ser cuidadoso con el sueño del demonio? Ni él lo sabía.

En el momento en que logro salirse de la cama, soltó un suspiro aliviado, así que empezó su rutina, tomar su ropa, ducharse y hacer el desayuno, Evil se despertó por obra del sonido de los autos, gruñó un poco mientras se levantaba de la cama, en el momento en que miró a la puerta de baño, Piconjo salió sin camisa, su piel pálida, llena de cicatrices y lleno de músculos, fue suficiente para que Evil lo observará por unos segundos.

— ¿Que, me veo raro? — Preguntó Piconjo sacándolo de sus pensamientos.

— No... Simplemente es raro que vea a alguien sin camisa... — Respondió de la manera más obvia posible.

— Si, había dejado la camisa en el cajón... — Dicho esto la tomó y se la puso — ¿Vas a comer algo o te vas a esconder en el armario y bajo mi cama? — Preguntó.

— No hay muchas cosas que hacer en esta casa, así que luego de desayunar te voy a acompañar hasta la secundaria — Le respondió mientras ambos bajaban las escaleras.

Al llegar a la cocina, Piconjo empezó a hacer pancakes, la verdad siempre le gustaba empezar el día con unos ricos y esponjosos pancakes, aún que casi nunca hacía más para alguien más, Evil estaba observando a Piconjo desde la entrada de la cocina, al parecer estaba esperando su permiso para entrar, ya que solo observaba que hacía desde la entrada.

— ¿Sabes que no necesitas mi permiso para entrar, no? — Preguntó mientras buscaba un paquete de café.

Evil no le respondió, solo entro a la cocina para sentarse en la mesa, Piconjo le dió un plato de pancakes con cerezas negras para sentarse frente a él con una taza llena de café, empezaron a desayunar, cómo no tenían intenciones para charlar, solo comieron en silencio, cada uno en sus pensamientos. Evil pensó en cómo seguir a Piconjo hasta la secundaria, tal vez disminuir su tamaño ayudaría, se metería en su mochila y tomaría posesión del cuerpo de Keith el resto del tiempo para seguir estando pendiente de Piconjo.

* ·•· * ·•· * ·•· * ·•· * ·•· *

Hizo lo que tenía planeado, disminuyó su tamaño para entrar en su mochila como un supuesto roedor, Piconjo creyó que Evil se quedaría un rato en su habitación, aún que resultaba ser otra cosa, una vez llegó a clases vió a Keith conversar con Pico como si nada, lo cuál le extrañaba un poco, tal vez Evil se quedó dormido o simplemente no le dió tiempo para controlar a Keith, se sentó y al abrir su bolso.

Por unos segundos quería reírse, pudo ver a Evil en una forma muy pequeña, podría ponerlo en su hombro como si nada, tuvo que contenerse ya que Keith lo vería extraño por reírse con nada, saco a Evil de la mochila con su mano y se lo subió a los hombros de Keith que se asustó al sentir algo.

— ¡Verga! ¿¡Que es eso!? ¡Quítame, quítame eso de encima! — Grito Keith intentando quitarse a Evil de su hombro.

Apenas Pico se movió, Evil se logro posicionar en el cuerpo de Keith, el cuál en su mente cayó inconsciente, Evil se acomodó el pelo.

— Vaya, que es gritón… — Dijo Evil, había acomodado la voz de Keith, solo para dejar en claro que el estaba allí, Keith tenía la voz más aguda.

— Creó que deberé acostumbrarme — Pensó Pico en voz alta.

Piconjo al ver que Keith estaba ido temporalmente empezó a reírse.

— Parecías un roedor — Dijo entre risas Piconjo.

— Oye, Keith se me escapó. Necesitaba una forma de seguirte sin ser visto, y no habían suficientes sombras por el día soleado — Se excusó, aún que también decía la verdad.

Piconjo solo seguía riendo, Pico tomó sus cuadernos y empezó a colocarse unos horarios, también cosas que dejó pendientes para el fin de semana. Hablaron también poco después de que Piconjo se calmó de haber reído demasiado, hablaron de gustos, pasatiempos, disgustos, entre más y más cosas hasta que llegó en profesor junto a otros alumnos que se quedaron afuera de la escuela haciendo cualquier cosa menos estár dentro del salón.

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