Capítulo 06
Los agentes Wallace y Acosta fueron internaron en el hospital del cuartel, para así evaluar qué tan grave había sido la exposición a los objetos malditos. Por otro lado, Samuel Rhodes y su "adorado" compañero tuvieron una fuerte discusión que duró una eternidad. Mientras que el resto de involucrados, incluyendo a Amber, permaneció esperando en la sala de reuniones. Todos en silencio hasta que esa tensión se esfumó cuando el comandante Rhodes entró y se acercó a ellos.
— Logré esconder la verdad— soltó las palabras que tanta ansiedad había provocado a todos. Luego de eso, todos atinaron a su siguiente frase—: Sin embargo, West comienza a sospechar que ocultamos algo, así que me ha obligado a tomar una medida muy estricta con ustedes dos.
— ¿A qué se refiere? —preguntó John—. ¿Nos tomarán muestras sanguíneas?
— Nada de eso,serán vigilados constantemente— contestó Samuel con una sonrisa que trataba de reducir el impacto de la noticia—. Pero no se preocupen, tengo un plan para engañar a ese pedazo de mier...
Todos se sorprendieron ante la palabra que Samuel intentó pronunciar.
— Continúe, creo que a nadie de acá le agrada ese sujeto— sugirió Maura para más sorpresa de todos.
—Si insisten...a ese pedazo de mierda —dijo Rhodes liberando por fin ese nudo en la garganta y luego prosiguió—. Con respecto a Amber, a ti sí te harán una muestra sanguínea.
—¿Por qué? — preguntó ella.
— Debo confesar que fue mi idea y te pido una disculpa, pero la patada que le diste al lobo no fue la de una humana común. Creemos que posiblemente tengas genes de alguna criatura— respondió Maura—. Eso es muy evidente. Pero si el idiota de West trata de hacerte daño, yo misma me encargaré de golpearlo.
Amber se sonrojó.
—Por otro lado, la escuela ha sido cerrada por investigación. Los forenses encontraron cadáveres de padres de familia y debido a un hechizo, nadie podía percibir el olor. Desde ahora, la agencia se dividirá en escuadrones que permitan proteger por sectores al pueblo y vigilar los distintos accesos al bosque. Ustedes han sido designados para el vecindario de Thomas.
— Comandante Rhodes —dijo Amber con muchos nervios en su voz. Se levantó de la silla y aclaró su voz —. ¿Podría patrullar con ellos? Creo estar demasiado involucrada en este caso y quisiera apoyarlos.
Rhodes soltó una carcajada.
— Lo tomaré como un no— dijo la chica y se sentó nuevamente.
— Amber Hills, ¿te dije que te sentaras? —preguntó el comandante con mucha seriedad. Amber se paró nuevamente y él sonrió—. Sabía que lo dirías y estoy muy sorprendido por tu valentía en el bosque y en la escuela. Eres un digno miembro del SOIS.
—¿Eso quiere decir que..? — preguntó Thomas, pero fue interrumpido.
— Bienvenida al SOIS, agente Amber Hills, y aquí entrego tu placa de identificación— Rhodes extendió la mano para que Amber tomara la placa—. Lir y tú hacen un gran equipo.
Incluso Bull con su mirada seria y un gruñido con el que trató de disimular su alegría, se unió al aplauso. El agente West pasó en frente de la puerta y los observó con recelo. Cuando se fue, Samuel Rhodes le sacó el dedo. En otro tiempo, nadie se hubiese imaginado que el agente de más alto rango en el país se comportase de dicha forma.
— Señor Rhodes, usted me agrada...para ser un humano —soltó Bull con una gran carcajada.
Maura acompañó a Amber para que le tomaran una muestra sanguínea. Solo bastó un par de segundos para que el pequeño pinchazo se curara por completo. Las dos chicas estaban impresionadas. Amber había desarrollado el factor regenerativo, una excelente habilidad de defensa y resistencia para cualquier batalla.
— No tienes rasgos de que seas una vampira o una cambiaformas—dijo Laura observando que los moretones del día también habían desaparecido—. ¿Qué otros síntomas has tenido?
— He tenido visiones...sé quién es Jonathan— confesó Amber casi a susurros para que las enfermeras no escucharan—. No son tan exactas, muestran símbolos como colores y elementos.
— ¿Has realizado algún conjuro antes? O, ¿tienes algún familiar con habilidades extrasensoriales? —preguntó Laura.
— Antes de los ataques, yo no creía en nada de esto—contestó la chica—. De niña solía tener ese tipo de visiones, pero pensaba que solo se trataba de pesadillas.
— Tranquila, de igual forma sabremos los resultados en unos días— interrumpió Laura al ver la cara de confusión de la chica—. Ahora que hemos terminado, nos podemos reunir con los demás.
Y así fue. El grupo partió hacia el vecindario de Thomas. Para esa hora, el cielo ya estaba en completa oscuridad y las estrellas se dejaban apreciar. Las calles estaban vacías por el respeto al toque de queda. Ni siquiera había rastro de hordas de murciélagos. Cuando llegaron a la casa de Thomas, el grupo ayudó a quitarse el dispositivo de localización a John. El vampiro había decidido visitar a Sawyer, así que Thomas se lo colocó para hacerse pasar por John y poder desplazarse libremente. La idea del agente West era tonta, puesto que cualquiera podía burlarse del localizador.
— Espero te portes bien, Bull— advirtió John con mucha seriedad—. Sino, recibirás un castigo al volver.
Bull desvió la mirada con enojo.
—¿Estás seguro que quieres ir sólo? —preguntó Maura —. Puedo acompañarte.
—Estaré bien...es algo muy personal, pero si son las doce y no he regresado, pueden ir a investigar. Bull puede rastrear mi olor— aseguró.
John van Vonter se transformó en una pequeña nube para salir por la ventana que daba hacia el patio. Fuera de la casa se elevó varios metros para transformarse en murciélago. No había rastro de ninguna presencia vampira, por lo que continuó volando hacia el cementerio.
***
Samuel Rhodes se encontraba patrullando en la zona de bares y burdeles donde Amber había sido atacada. Las prostitutas rara vez encontraban a un infractor en esos callejones estrechos y oscuros. Cuando vieron que Samuel y otros agentes se encontraban de visita, no pudieron ocultar su alegría. Los invitaron a pasar a un edificio donde solo había una cama enorme y sucia, una mesa redonda de plástico y un par de sillas también de plástico.
— Caballeros, pónganse cómodos— dijo una prostituta de piel morena. La chica comenzó a quitarse sus prendas —. Yo soy Moira.
— No estamos acá por sus servicios, señorita Moira— le contestó Samuel Rhodes—. Somos del SOIS y estamos realizando una investigación.
— Entonces lárguese, porque no hemos hecho nada malo— dijo Moira mostrando su furia.
— No vamos a arrestar a nadie, solo queremos platicar— intervino un agente que parecía adolescente—. Queremos que nos platiquen si han visto actividades sospechosas en los alrededores.
Moira les contó que desde hace semanas un grupo de hombres pálidos se estaban reuniendo en todos los burdeles de la zona. Pagaban para verlas bailar desnudas y acostarse con algunas chicas. Sin embargo, solo hablaban de una "próxima gran noche".
— ¿Qué decían sobre la gran noche? — preguntó Rhodes.
— No lo sabemos con certeza, a veces hablan en un idioma que desconocemos—respondió Moira—. Lo que sí recuerdo es que mencionaron acerca de un incendio. No sé si se referían al ocurrido hace poco u a otro.
— Según nuestra investigación, Sally, su compañera fue vista deambulando por las noches con varias heridas, ¿sabes algo sobre lo que le ocurrió? —preguntó Samuel Rhodes.
— Hace una semana, Sally fue herida por ellos. Se fue con un señor y desde ese entonces no ha vuelto a aparecer en el burdel— contó otra prostituta que estaba detrás de Moira—. Sally Scarlet no vive acá con nosotros, sino en el mismo vecindario donde ocurrió el tiroteo.
— ¿El vecindario de Thomas? —pensó el comandante.
— Les pediré que se vayan porque espantan a nuestros clientes— sugirió Moira. Rhodes examinó con la vista las partes visibles del cuerpo de la joven prostituta, pero esta no tenía ninguna marca o herida—. Estoy bien, Comandante. Sé cuidarme desde que era una niña.
—Señorita Moira, les dejaré mi tarjeta para que pueda comunicarme cualquier información que ayude al caso—le dijo Samuel mientras le entregaba una tarjeta con su nombre y número de contacto—. Llámenme a cualquier hora.
Moira agradeció y el grupo de agentes partió hacia otros establecimientos esperando encontrar más indicios. Sin embargo, la información era la misma y necesitaban contactarse con la famosa Sally Scarlet.
***
John llegó al cementerio donde presenció almas penando en forma de fuego fatuo que alumbraban las lápidas. Consideró que no debía tomar su forma humana, ya que podría exponerse mucho. Así que se acercó con cuidado hacia la ventana de la cabaña. El interior estaba iluminado por velas, pero no veía a su hermano por ninguna parte y tampoco quería violar su privacidad. Así que esperó unos minutos. Finalmente, su hermano se materializó dentro de la casa, pero le acompañaba Jonathan van Vonter, junto a una extraña chica que él no conocía, Trinas y Balthazar Vonnes.
John podía iniciar la gran batalla con su tío ahí mismo, pero de nada serviría. La última vez que lucharon perdió al no dominar otras artes de batalla. Fue por la ayuda de un viejo aliado que aún se mantenía con vida. Sin embargo, dejó de lado su espíritu de batalla y continuó observando. Trinas alzó su mano y disparó un rayo oscuro a Sawyer. Jonathan se agachó y le recogió el mentón. Sawyer estaba asustado. Sus ojos temblaban y la sangre caía de su boca. Jonathan lamió la sangre para limpiarlo.
—Atacaste a mis generales, Sawyer o he decir "La Peste —dijo Jonathan con una voz muy pacífica—. Solo te he pedido que me entregues a John y por supuesto, a esa humana.
—No cumpliré tus órdenes, Jonathan—dijo Sawyer.
Trinas le disparó otro rayo oscuro que le perforó cerca del abdomen. Jonathan se dio la vuelta. El aura de la cabaña cambió radicalmente al igual que la apariencia del rey vampiro. Sus ojos se volvieron púrpura y venas negras sobresalían de su pálida piel.
—Entonces, mataré a sus almas—dijo Jonathan.
El fuego fatuo que John observó antes, comenzó a perder su intensidad. Incluso John empezó a sentir miedo.
— Aunque mi hermano sea tu dueño, debes servir al rey—intervino Balthazar —. En unos días, el plan se llevará a cabo. Debes entregar a John y a tu amiga, Amber. Una nueva era está por comenzar y si cooperas, podemos traer lo que tanto anhelas de regreso.
—¡Prefiero que me maten! — exclamó Sawyer—. Nunca más volveré a ensuciarme las manos. El contrato terminó hace un siglo.
— ¿Matarte? —se burló el rey vampiro —. Eres mi esclavo hasta la eternidad. ¿Por qué habría que hacerlo? Tienes una semana, hijo de Marcus.
Un portal se abrió y los tres enemigos desaparecieron con éste. Sawyer estaba sangrando sin cesar, pero no moriría fácilmente. John entró por la ventana y se transformó en humano.
—Lo he visto todo—soltó John.
Sawyer no sabía cómo responder, estaba demasiado sorprendido. ¿Cómo podría tomarlo John? ¿Un traidor? ¿Un cobarde? ¿Un debilucho? ¿Un ser patético?
—Sawyer...eres el hijo de Marcus Oras—señaló John a su hermano, pero este ni siquiera levantó la cabeza por vergüenza—. Mírame a los ojos y dime lo que está pasando.
El guardián no se inmutó.
—Marcus X, ¿qué carajo ocultas? —alzó la voz John muy molesto de no recibir respuestas—. ¡Reacciona por el amor a tu padre!
Sin embargo, Sawyer no se lo tomó de buen gusto. John no pudo ser lo suficientemente rápido para escapar de un Sawyer violento que se lanzó encima de él. Sus ojos flameaban rabia, resentimiento y confusión. Toda su mente era un cóctel peligroso de emociones que reaccionaba la una con la otra. El príncipe vampiro lo golpeó con la rodilla en el abdomen que lo mandó a hasta la chimenea. Sawyer se levantó y se quitó las pequeñas llamas que adornaban su vestuario de "la Peste".
—Este no eres tú, debes reaccionar—le dijo John protegiéndose con un escudo de energía.
Sawyer sacó unas dagas dentro de la capucha y saltó. John esquivó el ataque para luego lanzarle una mesa.
—Acabemos todo en este momento— soltó con una voz macabra que no era la de Sawyer—. Ven hermanito, haz la misión de Jonathan más fácil.
Sawyer dibujó un pentagrama en el aire y pronunció: guerreros sucumbidos, les abro la puerta para que cumplan mi anhelo. Yo, como el comandante y guardián del más allá, deberán seguir y obedecer. Oh, Oscuridad maldita te pido nuevamente que me prestes tu poder".
La tierra se sacudió y debajo de John apareció un pentagrama de fuego morado. Intentó moverse, pero una fuerza extraña se lo impedía. Luego, unas manos sangrientas lo tomaron por los pies. Fueron subiendo hasta cubrir a John de manos, cabezas y piernas. El vampiro sentía cómo se quedaba sin aire.
—¡Reacciona! —le habló por telepatía.
Pero Sawyer estaba fuera de control. La visión de John se cortó, para luego perder la conciencia. Mientras tanto en una villa cerca de San Marcus, Tártaros Vonnes tomaba la vida de campesinos que dormían sin saber lo que les deparaba. Y con su magia de la muerte, los cadáveres se transformaron en bestias sin raciocinio. Desde bebés hasta ancianos, el lunar de la muerte no tuvo piedad. En menos de una hora todo el pueblo quedó vacío. Tártaros y su ejército desaparecieron para prepararse: el día del ascenso estaba por llegar.
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