Una de las cosas que, probablemente, describía mejor a Kim Taehyung, era su gran admiración y pasión por el arte.

Adoraba con un deleite exquisito la expresividad que algunas personas tenían en capacidad de plasmarla en un lienzo, una fotografía, una partitura o incluso en lo que podían ser hojas en blanco, pero para otra persona resultar ser un paraíso en el que plasmaría su imaginación mediante palabras.

El corazón apretado ante las lágrimas que amenazaban con salir con alguna obra que le transmitía sentimientos dolorosos o una espléndida sonrisa ante la obra que representaba dicha de la vida.

Y, por supuesto, él no se quedaba atrás. Tenía el alma de un artista innato al momento de estar frente a un lienzo en blanco que le habría un universo de posibilidades al poder plasmar en él lo que se le viniera a la mente, o simplemente permitir que sus manos tomaran el control para finalizar con un contenido que fuera de su agrado únicamente si encuentra un sentimiento que valga la pena al observar sus cuadros.

La fotografía era otro de sus tantos dones, porque, para él, la belleza existía en lo que es todo y a la vez nada, en lo solitario y en lo poblado, en la luz y en la oscuridad. El mundo ante sus ojos era precioso, y se lamentaba que había quienes no eran capaz de apreciar tal encanto tan especial que tenían en sus propias almas y en su alrededor.

Era uno de esos días en que quedarse en casa no le apetecía en lo absoluto. No tenía pintura suficiente ni lienzos nuevos para intentar trabajar en algo, por lo que decidió tomar una ducha, vestirse, tomar su cámara y salir a recorrer las gallardas calles de la ciudad de Roma.

Si bien el peliazul era de origen nativo surcoreano, una vez terminó sus estudios se fue a vivir a una de las ciudades del arte más reconocidas del mundo.

La arquitectura antigua en esa ciudad era preciosa, y no podía estar más a gusto de estar ahí.

Su cámara se enfocó en las calles, el Cielo, edificios antiguos y demás. Su curiosidad se vio tocada al instante en que sus pasos lo llevaron a un museo que estaba siendo inaugurado por segunda vez y que no había tenido oportunidad de visitar, ya que la antigüedad del edificio provocó derrumbes en una zona y estuvo en reparación por un tiempo.

No sería una mala idea visitarlo.

Guardó la cámara en su funda (puesto que no estaba permitido fotografiar dentro de aquel museo) y pagó por su entrada al lugar, sintiéndose complacido al notar que, a pesar de las reparaciones, continuaba con el mismo ambiente arcaico que había leído en columnas de opinión por Internet.

Se tomó su tiempo para apreciar cada obra expuesta, analizándolas y buscando comprender los sentimientos que la persona que la realizó trató de plasmar.

Alrededor de una hora después, una de las pinturas en especial llamó su atención y quedó embobado.

Observó el pequeño letrero con el nombre del artista: Jeon Jungkook.

Nunca había escuchado de él, pero, probablemente, había creado la pintura más hermosa que vería en su vida.

El símbolo del sol en la parte superior; dibujado de una manera que le sorprendía a pesar de su aspecto frío, mientras que, en el centro, un chico joven y bien parecido se encontraba ubicado; hermoso, reluciente y extrañamente solitario e indefenso.

Una mirada juguetona ante los elementos presentes en la pintura y una sutil sonrisa burlona en el presentimiento que algo podría pasar si desobedecías.

¿Aquello tenía un significado más profundo? Taehyung no lo sabía.

Detalló un poco más la pintura.

El cabello azabache que llegaba hasta más abajo de sus enormes y expresivos ojos oscuros, su nariz y parte de sus finos labios siendo cubiertos por uno de los dedos de sus grandes manos indicando el gesto de hacer silencio.

Era precioso y confiado. Casi podría jurar que se había enamorado de una pintura.

Lo más loco e irracional fue el momento en que por una milésima de segundo creyó haber percibido que sus miradas se encontraron y aquella suave sonrisa se extendió un poco más por sus labios.

Negó suavemente con la cabeza. De seguro sólo era un efecto de su imaginación por verlo durante tanto tiempo.

Miró la hora en el reloj de su muñeca y se dio cuenta de que el lugar estaba próximo a cerrar sus puertas. Ya era momento de irse.

Observó una vez más la pintura que había terminado por encandilarlo y se negaba en lo absoluto a no volver a verla, porque, ciertamente, su bolsillo no daría a basto como para poder visitar el museo todos los días por una sola pintura.

Asegurándose de que nadie estaba pendiente de lo que hacía y no había cámaras de seguridad, sacó su teléfono del bolsillo y tomó una rápida foto para el recuerdo antes de marcharse del lugar.

La noche había caído. La Luna no acompañaba a las estrellas aquella vez, por lo que estas eran las únicas encargadas de iluminar el cielo.

En el pequeño departamento de Kim Taehyung, este se encontraba ya durmiendo plácidamente sobre su cama. Soñando, sin saber las consecuencias que aquello le traería.

Estaba solo en aquel espacio, la oscuridad siendo la protagonista por el eclipse que se estaba llevando a cabo.

Buscó por todos lados un atisbo de luz que le indicara dónde estaba, pero parecía no haber nada. De pronto, entre las sombras, una pequeña luz que parecía ser una estrella apareció y comenzó a acercarse a él.

Mientras más se acercaba, la estrella aumentaba su tamaño, para luego darse cuenta de que era una pequeña lámpara en las manos de una persona.

Poco después, logró darse cuenta de que se trataba del chico en la pintura que vio en el museo. Frunció el ceño.

El chico se detuvo a un metro de distancia de él y dejó la lámpara entre medio de ambos, consiguiendo iluminarlos lo suficientemente bien.

—Eres la primera persona que veo tan interesada en mi pintura, me sorprendes —sonrió—. Mi nombre es Jeon Jungkook.

—Tú eres el artista y la persona que aparece en la pintura... —susurró consternado.

El aludido rió suavemente.

—Sí, soy yo. Pude notar que te gustó bastante.

Taehyung solo pudo asentir.

—Es extraño, a la mayoría de las personas no les gusta, dicen que es extraña. Pero, pequeño, eso no está bien —Kim frunció el ceño una vez más, ¿a qué se refería?— Tomaste una foto de la pintura, eso está prohibido.

—Lo sé, es sólo que quería volver a verla —admitió avergonzado.

Jungkook sonrió de lado.

—Y es una lástima, porque todo mal acto tiene sus consecuencias. Las reglas están por algo.

Y antes de que Taehyung pudiera preguntar sobre qué estaba hablando, el chico frente a él estaba demasiado cerca y sus labios no tardaron en chocar contra los suyos, mientras que la lengua contraria ingresaba de golpe en su cavidad bucal.

Taehyung estaba increíblemente sorprendido, sin embargo, no se resistió y correspondió el beso, sintiendo un escalofrío en su espina dorsal ante las sensaciones que estaba sintiendo; exitación y pánico.

Cuando el aire fue necesario, ambos se separaron y Jungkook volvió a hablar.

—Es necesario castigarte si haces algo malo, pero tus manos son demasiado bonitas para quitártelas. Así que solo me llevaré esto, ¿bien?

Y despertó.

Su respiración era errática, como si aquel beso hubiese sido una realidad y no un producto su cabeza. Rascó su nuca y se levantó por un vaso de agua a la cocina.

Una vez estuvo servido, llevó el vaso a sus labios para beber el contenido.

El vaso se rompió al estrellarse contra el piso.

Quiso gritar.

Corrió al baño, encendió la luz y abrió su boca frente al espejo... Y es que simplemente eso no podía estar pasando.

¿Por qué su lengua no estaba?

Y mientras la desesperación se adueñaba de su cuerpo, el susurro de una melodiosa voz lo hizo estremecer.

—No debes fotografiar pinturas malditas por sus artistas, Taehyungie, eso no está bien. Así que, de ahora en adelante, tendrás que guardar silencio. Siempre.

[Hi. Muchas gracias a YUELUVSJK por la hermosa portada y separador 💜

Que es lo más raro que he escrito dice AJAJSJKSKSKWKEKWK

Siendo sincera, al escribirlo no esperaba que tomara ese rumbo, pero me dejé llevar y simplemente la canción con la que escribí (Love's Sorrow) hicieron que llegáramos a este punto.

Les voy a contar un poco sobre cómo nació este O.S

Verán, un día estaba hablando con Haven (la personita que hizo el material gráfico, síp) de lo más casual y salió la idea de hacer un fic así, inspirado en el capítulo 8 de Sakura Card Captor (recomendada). La verdad, creo que ella tampoco esperaba un final así KSKSKSLWKWKEK

Pero bueno, espero que les haya gustado 💜

Nos leemos, bye.]