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Capítulo 32: Milk

Goku sintió a Milk deslizarse en un sueño inquieto. Podía sentir el dolor consumiendo su cuerpo y eso lo estaba volviendo loco. Más que eso era el pensamiento de lo que Raditz le había hecho a su amor. Goku iba a extraer los colmillos de Raditz de su boca y luego hacérselos tragar por perforar la preciosa carne de Milk. Acababan de llegar a Ozark, Missouri, y Goku estaba vigilando los sueños de Milk. Fue entonces cuando vislumbró los recuerdos de ella sobre Raditz, con el brazo presionado contra su boca, sus dientes hundiéndose en su espalda. Goku dejó escapar un aullido en el vehículo que hizo a todo el mundo cubrirse los oídos.

—¡Oríllate! —gritó Vegeta a Bardock.

Bardock miró por el espejo retrovisor y vio que Goku estaba al borde del cambio. Se estacionó a un lado, y justo cuando el vehículo se detuvo Goku salió por la puerta y cambiaba en medio del aire. Vegeta estuvo justo detrás de él. En un minuto un hombre, al siguiente un enorme lobo gris oscuro, con patas blancas.

El aliento de Bulma se quedó atrapado ante la vista de Vegeta en su forma de lobo. Era la primera vez que lo veía. Él era magnífico. Ella sonrió ante sus patas blancas. Tenía nuevo material. El lobo tenía calcetines. ¡Eso era demasiado valioso!

Ella y Pan se quedaron sin aliento cuando Goku se volvió hacia Vegeta y chasqueó sus enormes dientes contra él. Vegeta lo esquivó justo a tiempo. Los dos lobos se rodearon entre sí, chasqueando y arremetiendo, pero sin hacer contacto. Luego hubo un tercer lobo y cuando él se adelantó y aulló, los otros dos cayeron al suelo, con las cabezas bajas y dejando al descubierto su cuello. Él gruñó a los dos y luego, repentinamente hubo tres hombres muy desnudos de pie al lado de la carretera. Pan chilló y se giró. Bulma tuvo que forzar sus ojos de los magníficos músculos que tenía Vegeta.

—Costa despejada —oyeron decir a Gine—. Entraron en el bosque.

—Bueno, eso fue estimulante. —Sonrió Bulma.

Pan puso los ojos en blanco.

—Solo tú podrías pensar que ver a tres hombres desnudos es vigorizante.

—¿Habían tres? Caray, hermana, solo vi a uno. —Bulma cerró los ojos y volvió a ver la espalda desnuda de Vegeta. Las marcas de lobo a través de su piel bronceada eran impresionantes.

°•°•°•°•°•°

—¡Goku! —gruñó Bardock—. ¿Qué se te ha metido? Y Vegeta, ¿qué demonios estabas pensando enfrentándolo mientras estaba en ese estado?

Goku gruñó:

—No sabes lo que él le ha hecho a ella, lo que va a hacerle si no llego hasta ella.

—¿Qué ha hecho? —preguntó Bardock con suavidad.

—No voy a deshonrar a mi compañera de esa forma. Ella es mía. —Goku se volvió hacia Vegeta—. Mis disculpas, Beta. Sé que estabas protegiendo a las mujeres.

—No me puedo imaginar lo que debes estar pasando, Goku. No es necesario ninguna disculpa —le dijo Vegeta, apartando sus ojos por respeto.

—Padre, quiero hablar con el Alfa de Springfield. Quiero saber dónde está esa cabaña y quiero saberlo ahora.

—Goku, la encontraremos —comenzó Bardock pero Goku lo interrumpió.

—¡ÉL VA A QUEMAR LA PIEL DE SU ESPALDA!

Vegeta gruñó bajo y Bardock rugió. Después de que Gine les había llevado ropa a los tres lobos, Bardock sacó su teléfono y esperó a que Tyler, el Alfa de Springfield, respondiera. Contestó al tercer timbre.

—¿Hola?

—Tyler, es Bardock. Tenemos que saber dónde está esa cabaña ahora. —Bardock continuó antes de que el otro lobo pudiera interrumpir—. Él está pensando en retirar sus marcas de emparejamiento. ¿Quieres ser responsable de eso?

No hubo ninguna respuesta durante varios segundos.

—Bien, aquí están las coordenadas.

—Lo tengo, vamos. —Luego llamó a Krilin con las coordenadas y designó un lugar para encontrarse a la medianoche a un par de kilómetros a favor del viento de la cabaña.

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Todos se subieron al auto y condujeron para encontrar un motel en Ozark para hacer planes.

Bardock se detuvo en el estacionamiento del hotel más bonito que pudieron encontrar. No era el Hilton, pero no estaban planeando pasar mucho tiempo allí de todos modos, así que Bardock no iba a ser exigente. Él y Gine entraron al vestíbulo para registrarse en una habitación. Bulma podía oler la ira saliendo de Goku. Espera, ¿oler la ira? ¿Qué demoni...? Eso no es posible. ¿Por qué siquiera pensaría eso? Sintió una mano grande y cálida en su hombro, y sintió el cálido aliento en su oído.

—¿Estás bien? —le preguntó Vegeta.

Bulma volvió lentamente la cabeza para mirarlo. Era la primera vez que había hablado con él desde la pequeña escena a un lado de la carretera.

—Um, sí, estoy bien. Solo mentalizándome para toda la situación de las operaciones encubiertas.

—¿Operaciones encubiertas? —dijo Vegeta de manera inquisitiva.

—Ella tiene esta extraña obsesión con la jerga militar y misiones. Solo asiente y síguele la corriente —le dijo Pan secamente.

Vegeta hizo un movimiento de "ahh" con la boca y luego le sonrió a Bulma, quien se sonrojó y se apartó rápidamente.

Bardock y Gine se subieron al auto y condujeron hacia el lado del edificio donde estaba la habitación. Todos se bajaron y se dirigieron a la habitación designada.

Bardock, Goku y Vegeta pasaron una hora planificando y consiguiendo la ubicación de la cabaña marcada en un mapa. Una vez que tuvieron los detalles elaborados Bardock se dirigió a todos:

—Las mujeres van a esperar en el auto, en el bosque donde nos van a dejar. Vamos en nuestras formas de lobo y nos reuniremos con Krilin, Ten Shin Han y Yamcha. Krilin va a llamar a Ox para decirle que lleve a sus primeros cuatro y nos reuniremos a tres kilómetros de la cabaña.

—¿Cómo conseguirán traer de vuelta a Milk si están en forma de lobo? —preguntó Pan.

—Esperando que la doctora Gold esté en su forma humana y ella pueda ayudar a que Milk regrese. Krilin, Ten y yo las escoltaremos mientras Goku acaba con Raditz. —Bardock miró a Vegeta. —Debe ser Goku quien lo mate, es su derecho.

—Entendido —respondió Vegeta.

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Lily se sentó con Gine en la pequeña mesa. Ninguna de las dos mujeres habló, pero se sentaron en un amigable silencio, ya que cada una pensaba en el camino que sus hijos tomarían esta noche.

°•°•°•°•°•°

Finalmente, a las 11:30 Bardock se levantó.

—Vamos.

Eso fue todo lo que dijo y todo el mundo estaba de pie saliendo por la puerta. Se dirigieron en silencio a la ubicación en el mapa que los llevaba más cerca de la cabaña. La tensión en el vehículo era palpable y Bulma juró que si estiraba la mano sería capaz de sentirla en su piel. Después de veinte minutos, Bardock sacó el auto fuera de la carretera y condujo hacia los árboles que estaban al borde del bosque. Detuvo el vehículo tan lejos como pudo para ocultarlo de la vista.

Bardock se dio la vuelta para mirar a su compañera.

—Te llamaré tan pronto como la tengamos. Tienes que quedarte y protegerlas.

—Como tú digas, Alfa —respondió Gine—. Solo asegúrate de traer a mi hijo y su compañera de vuelta.

—Como tú digas, mi Luna. —Se inclinó sobre el asiento y la besó suavemente.

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Goku esperó fuera del vehículo mientras su padre hablaba con su madre. Su piel moría de ganas por cambiar, su lobo desesperado por salir a cazar. No podía creer lo cerca que estaba de ella, podía sentirla.

"Luna, estamos llegando. Prepárate." Goku pudo sentirla, pero ella no respondió. Tal vez aún dormía. La dejaría tranquila durante unos minutos más, luego la presionaría. La necesitaba alerta cuando atacaran.

°•°•°•°•°•°

Bulma se bajó del auto cuando Vegeta lo hizo.

—Oye, Vegeta. —Él se dio la vuelta para mirarla—. Cuídate, ¿de acuerdo?

La sonrisa de Vegeta fue lenta y deliberada.

—Suenas un poco preocupada, Bulma.

—Por supuesto que estoy preocupada. Milk los necesita a todos ustedes para protegerla, así que no dejes que te maten. Podría dejarla vulnerable. —Ella lo miró fijamente.

—¿Esa es la única razón por la que quieres que tenga cuidado? —Su voz fue baja y suave como terciopelo.

Bulma tuvo que sacudir la cabeza para despejar la niebla.

—No, hay otra razón —susurró ella. Torció el dedo haciéndole señas para que se adelantara. Él se inclinó para que ella pudiera susurrarle al oído—. Te acuerdas de Matty, ¿verdad? ¿Ese guapo enfermero que me ayudó? Bueno, todavía no sabes si él cambió mi nombre. —Bulma no pudo contener la sonrisa maliciosa que se extendió por su rostro.

—¿Cómo es eso de si él cambió tu nombre? —gruñó Vegeta y podía decir que a él no le iba a gustar lo que venía.

La respuesta de Bulma fue empezar a cantar "Meet Virginia" mientras subía de nuevo al vehículo. Oyó el gruñido de Vegeta y le pasó seguro a la puerta justo cuando él se abalanzó sobre ella. Lo miró a través del cristal y le guiñó un ojo.

—Bulma Brief, ¿qué le has hecho a ese pobre lobo ahora? —le susurró Pan a su traviesa amiga.

—Solo le di un incentivo extra para regresar con vida.

°•°•°•°•°•°

Bulla se esforzó por escuchar cualquier pequeño ruido que pudo, pero no hubo nada. Ni pasos, ni una tos, risa o respiración, y ningún latido cardíaco. Raditz las había dejado solas. Bueno, era más tonto de lo que parecía, decidió. Ella se inclinó y gentilmente pero con firmeza sacudió a Milk.

—Milk, despierta, tenemos que largarnos extremadamente rápido.

Milk se sentó aturdida.

—¿Qué?

—Raditz y su mini-yo no están aquí. Escuché salir el vehículo hace poco y pensé que uno de ellos había quedado atrás, pero no hay nadie aquí. Nos largaremos de aquí ahora.

—¿Cómo? —preguntó Milk.

Repentinamente, donde Bulla Gold estaba una vez, un lobo de tamaño mediano gris y blanco se sentaba. El lobo sacó sus patas de las esposas y luego Bulla cambió de nuevo. Ahora había una Bulla muy desnuda sentada frente a Milk.

—Siento lo de la ropa, riesgos del cambio.

—No es gran cosa —dijo Milk tratando de ser lo más indiferente posible.

Ella observó mientras Bulla comenzó a registrar la habitación, presumiendo por algo para forzar la cerradura de las esposas. Cuando no pudo encontrar nada volvió y examinó la silla a la que estaba esposada.

—Bien, voy a tratar de romper la estructura —le dijo. Milk lucía un poco escéptica—. Oye, hombre lobo, ¿recuerdas? —dijo Bulla, un poco ofendida.

—Mi error —dijo Milk, levantando sus manos en señal de rendición.

Bulla agarró la silla donde las patas delanteras se reunían con el travesaño del marco y tiró con todo lo que tenía. Al principio no creía que fuera a funcionar, pero luego sintió la madera ceder y luego agrietarse. El marco se rompió.

—Genial —dijo Milk, impresionada por la fuerza de Bulla.

Ella fue capaz de deslizar la esposa enseguida por el extremo roto de la barra transversal.

Milk se levantó y se estiró, incapaz de creer que fuera libre... más o menos.

Bulla tomó su mano.

—Vamos, tenemos que llegar lo más lejos posible. Una vez que estén de vuelta serán capaces de rastrearnos así que tenemos que correr en círculos y luego tratar de encontrar un poco de agua para ocultar nuestro olor.

Milk asintió.

—Está bien, doc. Vamos a hacer esto.

Bulla se detuvo un momento.

—Milk, de verdad lo siento.

Milk levantó una mano para detenerla.

—Guárdatelo, solo consigamos sacar nuestros traseros de aquí. Nos ocuparemos del resto más tarde, ¿de acuerdo?

Se tomaron de las manos, mientras atravesaban la cabaña lo más silenciosamente posible, mirando a su alrededor constantemente para asegurarse de que realmente estaban solas. Tan pronto como estuvieron seguras, fueron directamente a la puerta principal.

Una vez más, salieron sigilosamente. Bulla tomó una profunda respiración, olfateando el aire.

—No están aquí. Vámonos. —Con eso empujó a Milk al porche adentrándose hacia la noche. Corrieron arduamente y rápido a través de los árboles. Milk no sabía cómo Bulla podía ver, pero se alegró de que pudiera, porque de lo contrario ella estaría íntimamente familiarizada con uno de esos adorables árboles por los que pasaban rápidamente.

Milk estaba tratando fuertemente de mantenerse en pie, pero Bulla estaba haciéndolo muy difícil. Justo cuando lograban un ritmo, Bulla hacía un giro brusco, lo que la hacía tropezar unos pasos antes de conseguir el equilibrio de nuevo. Esto continúo lo que pareció horas, pero probablemente no fue más de 30 minutos y luego finalmente encontraron un arroyo. Bulla ni siquiera dudó mientras corría directamente allí.

Sin detenerse metió a Milk en el agua fría. La respiración de Milk se atascó cuando la frialdad pareció filtrarse en sus huesos. Bulla nunca redujo la marcha. De repente, Milk se dobló cuando el dolor atravesó su cuerpo.

—Milk, ¿estás bien? —preguntó Bulla mientras impedía que Milk cayera de cabeza en el arroyo.

—No lo sé. Es difícil respirar, el dolor es tan intenso. —Trató desesperadamente de arrastrar aire esforzando sus pulmones. Sintió a Goku removerse en su mente.

"Milk, puedo sentir que tienes dolor. ¿Estás bien? Estamos en el bosque de camino a la cabaña."

Milk no pudo contener el sollozo de alivio que salió. Él estaba aquí. Goku estaba aquí y la rescataría.

"Ya no estamos en la cabaña. Raditz y el otro lobo salieron, nos escapamos" le dijo Milk.

"¿Dónde estás? ¿A qué distancia de la cabaña están?"

—Bulla, Goku quiere saber a qué distancia de la cabaña estamos —le dijo Milk a la doctora.

Bulla miró en la dirección que acababan de venir.

—Probablemente a unos tres kilómetros al este. No lo suficientemente lejos. ¿Por qué?

—Ellos están aquí en el bosque por nosotras.

"Goku, ella dice que estamos a unos tres kilómetros al este de la cabaña. ¿A qué distancia estás?"

Justo en ese momento se oyó un estridente aullido enojado en dirección de la cabaña.

—Están de regreso —Bulla agarró la mano de Milk y empezó a correr de nuevo—. Tenemos que ir más lejos. Una vez en su forma de lobo serán capaces de correr más rápido.

"Goku, Raditz está de vuelta en la cabaña. ¿Dónde estás?" Milk sabía que su voz sonaba temblorosa, incluso si estaba en su mente.

"Estamos a un kilómetro y medio de la cabaña. Dile a Bulla que tenemos un auto estacionado a tres kilómetros al oeste de ella."

Milk estaba tratando de nuevo de mantenerse en pie mientras corrían a través del arroyo. El nivel del agua cambiaba constantemente y hacía difícil mantener el equilibrio.

—Goku dijo que tienen un auto estacionado a tres kilómetros al oeste de la cabaña. —Ante sus palabras Bulla cambió de dirección y se arrastró fuera del arroyo, llevando a Milk detrás de ella. Se detuvieron brevemente y ella observó como Bulla levantó la nariz en el aire y respiró hondo, luego maldijo en voz baja. Escuchó el susurro y el crujido de las hojas, y sabía por qué Bulla estaba maldiciendo. Raditz las había encontrado. Sin pensarlo soltó a Bulla y echó a correr. La escuchó gritar su nombre, pero no se detuvo. No podía parar. Todo lo que podía pensar era que no había manera de que fuera a estar a merced de Raditz de nuevo. Ella prefería morir antes que pasar por eso otra vez.

°•°•°•°•°•°

Bulla observó mientras Milk corría, luego se dio la vuelta hacia donde podía escuchar a Raditz corriendo. Ella tomó una decisión entonces. Había metido a Milk en esto y haría cualquier cosa que pudiera para sacarla de ello. Cambió a su forma de lobo y esperó a Raditz quien venía a través del bosque. Él se detuvo justo al borde del arroyo, y su forma de lobo era enorme, mucho más grande que Bulla.

Ella le gruñó, mostrando sus dientes. Recordó cómo había maltratado a Milk, cómo se había forzado a entrar en ella, y eso alimentó su ira. Vio como Raditz dio un par de pasos hacia atrás y luego saltó. Pasando el arroyo sin ningún problema y aterrizó a varios metros de ella.

Empezaron a dar vueltas entre sí, en busca de una apertura. Bulla sabía que no tenía comparación con Raditz en tamaño, pero era rápida. Si pudiera mantenerlo distraído para que así Milk pudiera llegar al auto, podría ser suficiente. Raditz dio un paso y ella gruñó y chasqueó los dientes contra él. Se lanzó hacia adelante, sabiendo que su audacia lo tomaría por sorpresa. Estuvo en lo cierto. Fue hacia abajo y se aferró a una de sus piernas. Bulla escuchó a Raditz ladrar y luego sintió sus dientes enganchándose en su costado. Ella retorció su cuerpo, dejando ir su pierna y rodó para salir de su mordedura. Continúo rodando hasta que estuvo en cuatro patas de nuevo. Raditz trató de lanzarse por ella antes de que pudiera enderezarse, pero ella saltó a un lado. Estuvo tan cerca que sintió el aire de su mordedura rozar su pelaje. Él se dio la vuelta más rápido de lo que hubiera pensado que podría en un lobo de su tamaño y agarró su pierna trasera derecha antes de que pudiera moverse. Sintió un chasquido y dejó escapar un gemido fuerte.

Raditz soltó la pierna y se alejó. Estaba burlándose de ella. Él sabía que nunca podría derrotarlo. Ella dejó escapar un gemido mientras trataba de poner el peso en la extremidad rota. Raditz levantó el labio superior en una mueca y se lanzó de nuevo. Bulla trató de saltar fuera del camino, pero su peso se movió de manera desigual y Raditz fue capaz de agarrar la pierna trasera izquierda. Se retorció y giró, tratando desesperadamente de salir del agarre de la muerte que tenía en ella. Volvió a sentir un chasquido y el dolor corrió por su pierna hasta su columna vertebral. Ahora se daba cuenta que no tenía intención de matarla, solo la quería inmóvil. Ella se recostó en el suelo, su cuerpo agitado, sus dos piernas rotas yaciendo inútiles. Ella comenzó a arrastrase hacia adelante con las piernas delanteras. Raditz hundió sus dientes en su cuello y apretó. Él no lo rompió, pero mientras el mundo a su alrededor se nublaba, se dio cuenta que estaba cortando su aire, y entonces todo se volvió negro.

°•°•°•°•°•°

Milk corrió a ciegas, con los brazos echados hacia adelante, tratando desesperadamente de impedir irse de cara contra un árbol. Se sintió horrible al dejar a Bulla pero la idea de Raditz poniendo sus manos sobre ella era demasiado. Tropezó con la rama de un árbol caído, cayendo hacia adelante, pero se aguantó con sus manos. Se levantó de nuevo y comenzó a avanzar sin molestarse en desempolvar sus manos.

"¡Goku! Raditz nos encontró. Me asusté y salí corriendo y dejé atrás a Bulla. No sé dónde estoy." Milk contactó con él, con la esperanza de que tal vez estuviera cerca de ella.

"Lo estamos rastreando. Acabamos de pasar la cabaña hace aproximadamente un kilómetro y medio. Sigue corriendo, Milk. Te encontraré."

Milk asintió y luego recordó que no podía verla.

"Por favor, date prisa." Milk escuchó un aullido no muy lejos detrás de ella. "Está cada vez más cerca."

Milk siguió corriendo, pero cayó al suelo cuando el dolor que se hacía más intenso sacudió su cuerpo. Ella se puso de lado, mordiéndose el interior de la mejilla para no gritar.

"Luna, ¿qué es? Puedo sentir tu dolor."

"El dolor está empeorando. Lo que está pasando con mi cuerpo, es cada vez peor." Milk cerró los ojos y trató de tomar respiraciones lentas y profundas. Empujando más allá del dolor, ella giró sobre sus manos y rodillas y comenzó a gatear. Si arrastrarse era todo lo que podía hacer por el momento entonces que así sea, pero no solo se quedaría allí en el suelo, esperando a que Raditz llegara y la hiciera jirones. Desafortunadamente, ella no llegó muy lejos antes de que escuchara un gruñido detrás de ella. Volvió la cabeza y por supuesto un enorme lobo negro y gris estaba allí. Su cabeza estaba baja, todo el pelaje en su amplio cuerpo parecía estar de punta. Milk se volvió, no queriendo darle la espalda y cayó sobre su trasero. Comenzó a tratar de deslizarse hacia atrás alejándose de él cuando comenzó a avanzar hacia ella.

—¿Por qué haces esto? —le preguntó, con la esperanza de tal vez distraerlo—. ¿Por qué me quieres, cuando sabes que no soy tu verdadera compañera?

Milk chilló cuando de repente ya no había un gran lobo ante ella, sino un hombre desnudo en su lugar.

—¿Tienes alguna idea de lo que se siente estar solo? ¿Estar vacío por dentro y sentir que estás siendo consumido por ello? Es por eso que estoy haciendo esto. Necesito una compañera. Hay tan pocas mujeres y Goku todavía es un cachorro. Él tiene un montón de tiempo antes de que la oscuridad comience a volverlo loco. Pero yo, soy viejo. Necesito una compañera.

Milk mantuvo los ojos bien puestos en su rostro mientras lo escuchaba. Podía ver el dolor en su cara, pero después de lo que le había hecho no sentía pena por él.

—Tienes que darte cuenta ya que no voy a hacer que la oscuridad desaparezca de ti. Tienes que saber que solo tu verdadera compañera puede hacer eso —intentó razonar.

—Será mejor una vez que nos apareemos. Eso nos hará uno y luego la locura será contenida.

—Raditz, eso no va a suceder. ¡Yo no soy tuya! Nunca seré tuya.

Raditz se abalanzó hacia ella, empujándola sobre su espalda. Él agarró sus manos y las empujó hacia el suelo mientras se inclinaba hacia delante poniendo su nariz contra su cuello. Milk gimió por su cercanía, odiando la sensación de su piel contra la suya.

—Ya ni siquiera hueles como él —gruñó—. Hueles a mí. ¿De verdad crees que te va a querer una vez que huela a otro lobo sobre ti?

Milk miró directamente a los ojos de Raditz.

—Goku siempre me querrá sin importar lo que me hagas.

Raditz rugió ante su audacia, pero no retrocedió. Él tomó sus manos y las levantó sobre su cabeza, sosteniendo ambas muñecas con una de sus manos. Con su mano libre la agarró de la barbilla, manteniendo su rostro en su lugar mientras se inclinaba hacia adelante. Milk se dio cuenta que iba a tratar de besarla y comenzó a sacudirse salvajemente. Él la sostuvo con más fuerza y ella se estremeció por el dolor en sus muñecas. Él agarró su rostro más fuerte mientras sus labios brutalmente bajaban hacia los suyos. Ella retorció su cuerpo tratando de quitarse de encima a Raditz pero él era demasiado grande. Antes de que pudiera apartar sus labios, Milk abrió su boca y lo mordió con fuerza.

Raditz rugió cuando ella le soltó la boca. Mirándola penetrantemente, Milk se estremeció ante la mirada feroz en sus ojos.

—¿Será así, entonces? —le preguntó mientras echaba su mano hacia atrás. Milk se dio cuenta que iba a pegarle y trató de quitar la cabeza del camino. Ella cerró los ojos, esperando el golpe. Nunca llegó. En cambio, el peso que era Raditz había desaparecido repentinamente cuando fue arrojado de su cuerpo.

Milk abrió los ojos para ver a Goku inclinado sobre ella.

—¿Goku? —susurró su nombre mientras las lágrimas comenzaban a rodar por su rostro.

—Estoy aquí, amor. —Goku se estiró por ella, pero se detuvo cuando ella gritó de dolor.

—Se está poniendo peor —dijo entre los dientes apretados.

—Vamos a sacarte de aquí tan pronto como los demás nos alcancen. —Goku se interrumpió cuando sintió los dientes hundiéndose en su brazo. Él gruñó en voz alta y se volvió hacia Raditz. Se abalanzó sobre él y cambió en medio del aire.

—¡Goku! —gritó Milk mientras veía a los dos grandes lobos chocar en el aire. Sonidos de rugidos, gruñidos y dientes chasqueando llenaban el aire. Milk se irguió para poder ver la batalla que se desencadenó ante ella. Se quedó sin aliento cuando vio a Raditz agarrar el costado de Goku, pero no debió tener un agarre firme porque Goku se escabulló. Estaba tan fascinada con observar a Goku y Raditz que no se dio cuenta de los otros cinco lobos que lentamente se acercaban sigilosamente hacia ella. Se sobresaltó cuando sintió una nariz fría tocando su brazo. Fue entonces cuando se dio cuenta de que Vegeta llevaba a Bulla en su forma de lobo.

—Vegeta, ¿está viva?

—Lo está. Tiene las dos piernas rotas, pero creo que esas son sus únicas lesiones —le dijo Vegeta—, Milk, vamos a llevarte hasta el auto que está esperando con tu madre y tus amigas. ¿Puedes caminar?

—No voy a dejar a Goku —dijo con firmeza.

El más grande de los cinco lobos le gruñó bajo. Ella lo miró y supo que tenía que ser Bardock. La energía fluyendo de él era inconfundible.

—No lo voy a dejar, Bardock. Puedes gruñir y rugir todo lo que quieee... —Milk no pudo terminar cuando agarró su estómago y trató de respirar a través del dolor.

Vegeta miró hacia Bardock.

—Permíteme ayudarlo a terminar esto. Sería más rápido y podremos sacarla de aquí.

Bardock sacudió su gran cabeza de lobo una vez y gruñó. Milk decidió que debía de ser un no. Todos ellos voltearon de golpe sus cabezas de vuelta a la lucha cuando hubo un fuerte aullido.

Milk no podía creer la cantidad de sangre apelmazada en el pelaje de Goku, estaba en todas partes. Se tapó la boca para no gritar. Seguramente no era toda su sangre, ella oró para que no fuera toda suya. Vio como Goku saltó hacia adelante y se enganchó a Raditz brevemente, luego dándole a su cabeza un rápido tirón, lo vio rasgar la piel y la carne mientras más sangre se derramaba de Raditz.

Mientras ella seguía mirando, con ganas de volverse, pero no siendo capaz de apartar los ojos, se dio cuenta que cada vez que Goku se lanzaba hacia adelante, literalmente, tomaba otro bocado de Raditz. Había agujeros en todo el cuerpo de Raditz y la sangre se derramaba de él. Él se estaba debilitando por la pérdida de sangre y lo vio tropezar. Goku se aprovechó del momento de debilidad de Raditz. Se lanzó, aterrizando sobre su espalda y hundió los dientes en su cuello. Ella vio como Goku comenzó a agitar su cabeza una y otra vez como un cachorro con un nuevo juguete para masticar y luego escuchó un fuerte chasquido. El cuerpo de Raditz quedó inerte en las mandíbulas de Goku. Milk se dio cuenta que le había roto el cuello al lobo.

Goku dejó caer el cuerpo sin vida y echó la cabeza hacia atrás y aulló. Milk se estremeció cuando los otros cinco lobos e incluso Vegeta en su forma humana aullaron por la victoria con él. Cuando los aullidos cesaron Milk añadió su propio aullido, pero el suyo era de dolor cuando una vez más se doblaba por el mismo. Solo que esta vez el dolor era demasiado. Contuvo el aliento y sintió que las lágrimas se filtraban de sus ojos justo antes de desmayarse.

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