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Capítulo 26: Bardock

Raditz se frotó los ojos mientras trataba de alejar el sueño que amenazaba con tomar el relevo. Miró el reloj y vio que habían estado conduciendo solo durante 2 horas. Su teléfono empezó a sonar alrededor de una hora después de salir del hospital y continuó sonando de manera intermitente durante una hora. Sabía quién era sin comprobar el identificador de llamadas. Para ahora, Ox y Bardock, junto con los otros, estaban probablemente tratando de reconstruir los acontecimientos de la noche que conducen a la desaparición de la compañera de Goku. Podrían estar un poco confundidos por la ausencia de la doctora Gold, y él se preguntó cuánto tiempo pasaría antes que Bardock decidiera interrogar a la manada de ella.

—Tenemos que detenernos muy pronto para que pueda comprobar la intravenosa de Milk. Probablemente necesitara otra dosis de sedantes —le dijo Bulla.

En ese momento, Milk empezó a removerse, dejando escapar un doloroso gemido. Raditz estacionó la camioneta de inmediato, no podía arriesgarse a que Milk llegara a Goku. Había escuchado de Ox que ella y Goku eran capaces de compartir sus pensamientos y aunque eso podría haber disuadido a otro lobo, Raditz sabía que si él completaba los Ritos de Sangre con Milk ese vínculo con Goku se rompería. O al menos eso es lo que él creía.

Vio como la doctora Gold salió del vehículo y abrió la puerta de atrás, donde estaba Milk acostada.

Mientras ella administraba más de los sedantes, Raditz estuvo sopesando sus opciones sobre si deberían seguir viajando en auto, o si deberían alquilar una avioneta una vez que llegaran a Dallas. Él tenía su licencia de piloto y, siempre y cuando pudieran encontrar un avión para alquilar, él sería capaz de llegar a Colorado mucho más rápido.

Bulla comprobó el pulso y las respiraciones de Milk, asegurándose de que todo estaba dentro de los límites normales. Una vez que ella estuvo convencida de que Milk estaba acomodada y el sedante estaba trabajando, cerró la puerta y se metió de nuevo en el asiento del pasajero.

—Entonces, ¿tienes un plan desde aquí a Denver? —le preguntó a Raditz.

—A decir verdad, acabo de decidir que sería mejor para nosotros volar en lugar de conducir todo el camino a Colorado.

—¿Volar? —preguntó Bulla.

—Sí, tengo mi licencia de piloto, así que una vez que lleguemos a Dallas y ya casi hemos llegado, estamos a una hora y media. Voy a alquilar un avión y vamos a volar el resto del camino. ¿Hay algún campo abierto cerca de tu cabaña en donde podría aterrizar una avioneta? —le preguntó.

—De hecho si hay un campo abierto cerca de la cabaña.

—Excelente. —Raditz una vez más sintió que las cosas estaban funcionando a su favor. No podía dejar de pensar que tal vez este era el destino por lo bien que iban las cosas para él.

Bulla se recostó en su asiento y cerró los ojos, no queriendo animar a Raditz para hacerla participar en la conversación. Ella estaba aquí por Milk y eso era todo. Una vez que Milk estuviera bien ella iba a salir pitando de allí.

°•°•°•°•°•°

—Bardock, estoy lista para salir de este sitio —le dijo Bulma mientras se sentaba en su cama—. Quiero decir, en serio, mi piel está muy rosa, no hay más ampollas. Ya he llamado a mis padres y les dije que a Milk y a mí nos van a dejar salir, así que ahora solo necesito que hagas funcionar tu mojo de hombre lobo y me dejen salir.

Vegeta tosió, tratando de cubrir una carcajada. Bulma lo miró fijamente.

—¿De qué te ríes, exactamente?

—Simplemente no entiendo en dónde aprendiste a hablar así —le dijo Vegeta con sinceridad.

—Es un don. Ahora deja de reírte de mí.

—Como tú digas, Bulma, así será —le dijo Vegeta, sus ojos nunca vacilando de los de ella.

El aliento de Bulma se quedó atascado al notar sus ojos azules comenzando a brillar. Ella se dio vuelta bruscamente, necesitando poner distancia entre ella y el lobo que estaba constantemente erizando sus plumas.

—Veré lo que puedo hacer por conseguir que te dejen ir, Bulma, si piensas que estás lista —le dijo Bardock.

—Estoy segura. Tenemos planes por hacer. No podemos estar solo sentados aquí haciendo girar nuestros...

—¡BULMA! —Pan la interrumpió bruscamente.

—¿Qué? Haciendo girar nuestros pulgares. Pulgares, Pan. ¿Dónde está tu cabeza? —Le preguntó Bulma con un brillo travieso en los ojos. Para deleite de Bulma, la cara de Pan se puso rojo brillante.

—Es posible que no quieras meterte conmigo, Bulma. Te tengo en la mira. Así que adelante y toma el camino equivocado, te reto, y todos tendremos la dicha de escuchar una melodiosa serenata de una muy ebria Bulma Brief —amenazó a Pan.

—¿De qué estás hablando, Pan? —preguntó Bulma y hubo de hecho una expresión preocupada grabada en su rostro.

—Pan, quizás éste no es el mejor momento —comenzó Vegeta a decir, pero fue rápidamente cortado por Bulma.

—Esto no es asunto tuyo, Cujo —le espetó ella.

Vegeta gruñó.

—En realidad, en cierto modo le concierne ya que él fue el objeto de tu afecto durante tu pequeña actuación.

El rostro de Bulma estaba empezando a adquirir un tono rojo que Pan juró que nunca había visto en su mejor amiga, nunca. Decidió que Vegeta quizá tenía razón y que ella necesitaba guardar esta munición para otro momento.

—Bulma, vamos a llamar a una tregua, ¿de acuerdo?

—Está bien, voy a dejarlo pasar. Por ahora —cedió Bulma.

Pan dejó escapar un profundo suspiro, agradecida por esquivar la bala.

°•°•°•°•°•°

Varias horas más tarde, todos estaban entrando en la casa de Lily Satán, cada uno pareciendo derrotado completamente.

—No puedo creer cuánto tiempo se tarda en conseguir ser dado de alta del hospital. Estaba empezando a pensar que en cualquier momento les iban a decir a cada uno que tenían que soltar un riñón antes de que me dejaran salir. Lo digo en serio —se quejó Bulma.

Todo el mundo se abrió paso a la sala de estar de forma automática, todos tomando asientos en cualquier parte que aterrizaran.

Lily miró a Bardock.

—¿Y ahora qué? Siento que deberíamos estar haciendo algo.

Bardock reconoció el comentario de Lily con una inclinación de cabeza y se volvió hacia el Alfa de la manada de Denver.

—Ox, ¿a este punto es seguro decir que hay una posibilidad de que tu Beta esté involucrado?

—Por mucho que yo no quiero que ese sea el caso, el hecho de que él desapareció al mismo tiempo que Milk y no responde a mis llamadas no es un buen presagio para su inocencia —admitió Ox.

—¿Qué hay de la doctora Gold? —La voz de Goku ya no era la suya a medida que su lobo empujaba por el dominio.

—Creo que es el momento de hacerle a la manada de Coldspring una visita y ver si saben algo. —Bardock miró a Goku, el entendimiento llenando sus ojos—. Ox, Vegeta y Goku irán conmigo para reunirme con ellos. Voy a llamar al Alfa y arreglarlo. Ten Shin Han, Yamcha y Krilin, ustedes se quedarán aquí.

Goku vio a su padre salir de la habitación para hacer la llamada al Alfa de Coldspring. Por lo que parecía la enésima vez que buscó a Milk con sus sentidos y todavía no había nada. Sentía como si su piel estuviera muy apretada, y que en cualquier momento su lobo iba a tomar el relevo. Sabía que podía mantener a su lobo bajo control si tan solo pudiera hacer algo, tomar algún tipo de acción para encontrar a su compañera. Esto de estar sentado y esperando, el lobo no lo entendía. Él quería cazar a aquel que se atrevió a tomar lo que les pertenecía a ellos. Bardock volvió a entrar en la habitación, trayendo de vuelta a Goku hasta el presente.

—Nos reuniremos con ellos en veinte minutos en el cuartel general de su manada —anunció Bardock.

Gine se reunió con Bardock en la puerta a medida que los lobos comenzaban a salir en fila.

—Por favor, ten cuidado.

—Lo haré, Mina. También voy a hacer cualquier cosa que tenga que hacer para conseguir toda la información que nos ayudará a encontrar a Milk.

—Yo no esperaría nada menos, Alfa. —Ella se apoyó entre sus brazos y encontró consuelo en su fuerza.

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Bulma y Pan se detuvieron en la puerta, mirando como los hombres se amontonaban en la camioneta de Bardock. Bulma se sobresaltó cuando Vegeta apareció a su lado, ella no se dio cuenta que él no había salido de la casa todavía. Cuando pasó a su lado, se detuvo brevemente y se acercó a su oído:

—Tenemos mucho que discutir acerca de tu pequeña aventura, Bulma.

La mandíbula de Bulma se abrió pero rápidamente se recompuso y le gritó:

—Una dama nunca besa y lo cuenta, Vegeta.

Eso le valió una mirada fulminante de él y un pulgar en alto de Pan.

—Bien hecho, Bulma.

—Lo sé, ¿cierto? —Bulma le dio un guiño a Vegeta mientras él continuaba fulminándola con la mirada al meterse en el vehículo.

—Pan, por favor dime que no dije las cosas que estoy empezando a recordar que le dije a él cuando estaba ebria.

—Está bien, no dijiste esas cosas —le concedió Pan.

—Las dije y salí del baño desnuda frente a él, ¿no? —La cara de Bulma estaba llena de mortificación al saber que iba a ser aún peor cuando tuviera que enfrentar a Vegeta de nuevo.

—Con el trasero jodidamente al desnudo —confirmó Pan.

—Mierda.

—Yo diría que estás en un profundo problema —acordó Pan.

°•°•°•°•°•°

Cuando Bardock se retiró de la calzada, Bulma y Pan se volvieron, cerrando la puerta detrás de ellas y Bulma señaló con el dedo a Krilin.

—¡Krilin! ¿En dónde has estado, mi hombre?

—He estado por ahí. Se podría decir que he estado trabajando detrás de la escena.

—Oooh, operaciones encubiertas, genial. —Pan puso los ojos en blanco a su mejor amiga. Bulma no podía permanecer quieta por mucho tiempo.

°•°•°•°•°•°

Bardock se detuvo en la entrada de la sede central de la manada de Coldspring. Él había explicado en el camino que iba a ser el que haga las preguntas y quería que todos los demás permanecieran en silencio. Bueno, sus palabras exactas fueron: "mantengan sus malditos hocicos cerrados", pero quién está siendo técnico. Todos ellos salieron de la camioneta y siguieron a Bardock hasta la puerta. Esta se abrió antes de que pudieran tocar y Bardock reconoció al lobo como el nuevo Alfa que él había nombrado después de que Goku hubiera ganado el desafío entre él y su antiguo Alfa.

—Bardock, te invito y a los tuyos a entrar. Sean bienvenidos. —Las palabras del Alfa de Coldspring eran un saludo formal que prometía seguridad a la manada de Bardock mientras estén en su territorio.

—Zarbon Stone, Alfa de la manada de Coldspring, aceptamos tu invitación y reconocemos tu promesa de paz, a juego con la nuestra —respondió Bardock igual de formal.

Zarbon se hizo a un lado para permitir que los lobos entren, luego cerró la puerta detrás de ellos. Bardock notó la escasez de decoración y la falta de calor a la que se había acostumbrado en su propia sede. Siguieron a Zarbon a medida que este les condujo por un pasillo. No había cuadros adornando las paredes, las cuales eran de un gris pálido. Él abrió una puerta y los hizo pasar a una habitación que parecía ser un lugar de encuentro. Había dos sofás dispuestos uno frente a otro y varias sillas de espalda de ala fijadas a cada lado de los sofás, formando un círculo.

—Por favor, tomen asiento. —Zarbon se sentó primero, dispuesto a someterse al dominio de Bardock sobre él. Todos los otros lobos tomaron varios puestos y Bardock fue el último en abandonar su postura finalmente.

—Venimos a ti con graves noticias sobre la compañera de mi hijo —anunció Bardock al Alfa—. Necesito saber si tú o algún miembro de tu manada están involucrados.

Zarbon se trasladó hacia adelante en su asiento, enderezando la espalda, indicándole a Bardock que tenía toda su atención.

Bardock continúo.

—Milk fue secuestrada del hospital ayer por la noche en el que había estado recuperándose de un accidente de auto. Parece que uno de los lobos de Ox, que es el padre de Milk y Alfa de la manada de Denver, está involucrado.

—Lamento escuchar esto, pero, ¿por qué crees que mi manada estaría involucrada en esto? —preguntó Zarbon.

—La doctora Gold era el médico tratante de Milk.

Los ojos de Zarbon se abrieron de par en par ante la noticia y fue evidente para Bardock que no había sido consciente de esta información.

—Bulla no ha estado alrededor de la manada desde la caída de Freezer. ¿Crees que ella está involucrada en la desaparición de Milk?

—Creo que hay miembros de tu manada que albergan ira hacia Goku por derrocar a su Alfa y solo puedo imaginar el dolor que la doctora Gold debe estar sufriendo por la pérdida de su hermano. Tendría sentido para Raditz, lobo de Ox, buscar ayuda de aquellos lobos que harían cualquier cosa para tomar de Goku lo que su Alfa había fallado en hacer.

Zarbon no respondió durante varios minutos, la falta de enfoque en sus ojos haciendo evidente que se había perdido en sus pensamientos. Finalmente habló, pero no a Bardock. Sus ojos se fijaron en Goku.

—Sé de cuatro lobos que son leales a Freezer incluso ahora. He tenido que forzar su obediencia en más de una ocasión.

Goku no lo dudó.

—Llámalos ahora. No voy a esperar más tiempo para obtener la información que necesito para encontrar a mi compañera.

—Dame cinco minutos.

Goku asintió, reconociendo la solicitud del Alfa. El hecho de que Zarbon podría incluso buscar la aprobación de Goku reveló quién era el lobo dominante entre los dos.

Fiel a su palabra, Zarbon volvió cinco minutos más tarde.

—Ellos están en camino. Les dije que era una reunión de la manada. Ellos no saben de su presencia.

—Eso fue sabio —concordó Bardock.

°•°•°•°•°•°

Veinte minutos más tarde, los cuatro lobos que Zarbon había llamado se sentaron delante de Bardock, incapaz de moverse ante el poder del Alfa. Goku gruñó mientras él permanecía de pie junto a su padre y este tenía a los lobos desnudando sus cuellos en sumisión, aunque era evidente que no querían.

—Van a responder a las preguntas de Bardock honestamente, sean advertidos que él sabrá si mienten —gruñó Zarbon por lo bajo a los cuatro lobos sentados delante de él.

—¿Alguno de ustedes está familiarizado con un lobo llamado Raditz? —preguntó Bardock.

Al principio, los lobos no respondieron, pero a medida que el poder de Bardock comenzó a apretar sus gargantas, cortándoles el aire, finalmente cedió uno.

—No, no conocemos a un lobo con ese nombre.

—Cierto —reconoció Bardock.

—Eso tendría sentido, Alfa, que Raditz no se revelara ante ellos. —Vegeta habló en voz baja, no siendo afectado por el poder de su Alfa fluyendo a través de la habitación.

—¿Alguno de ustedes ayudó a un lobo en el secuestro de la compañera de Goku?

Una vez más, los lobos no respondieron de inmediato. Bardock gruñó una prometedora advertencia disciplinaria por su falta de obediencia.

—No sabemos de lo que está hablando. —Esta vez, un lobo diferente habló.

Goku se lanzó hacia adelante, agarrando al lobo por el cuello.

—Mientes —gruñó, permitiéndole a su lobo mostrarse. Sus ojos fulguraron de un ámbar mortal, sus colmillos se alargaron, y sus garras se clavaron en el cuello del lobo.

Por primera vez, Bardock no trató de detener a Goku.

—Es obvio que ninguno de ustedes aprendió la lección sobre hacerle daño a la compañera de un Alfa cuando Goku mató a Freezer. —La voz de Bardock fue afilada como un cuchillo—. Van a contestar con la verdad o le permitiré a Goku recolectar la información de ustedes como sea que él lo considere necesario.

Los cuatro lobos miraron a su Alfa, suplicándole con sus ojos para que interviniera. Su respuesta mostró la falta de respeto máxima mientras le dada la espalda, básicamente diciendo que estaba haciendo la vista gorda a las acciones del Alfa Rumano.

Finalmente el lobo sentado más lejos de Goku se rompió.

—Le dimos un auto. Dijo que necesitaba transporte que no podía estar vinculado a él a fin de secuestrar a la compañera de Son Goku. —El lobo se atrevió a gruñir a Goku cuando él le dijo—: No es menos de lo que te mereces por tomar a uno de los nuestros.

Goku soltó al lobo que había estado sosteniendo y para sorpresa de su padre dio un paso atrás. Su mirada recorrió a cada uno de ellos, y un poder que Bardock sabía que igualaba al suyo propio hizo que los lobos cayeran de rodillas en sumisión.

—¿A dónde se la llevó? —preguntó, su voz había bajado más, la calma antes de la tormenta.

—Eso no lo sabemos. Él no lo dijo y nosotros no lo preguntamos.

—Cierto. —Bardock asintió.

—Ustedes escucharán el juicio de mi Alfa por sus acciones y agradecerán a cualquier Dios que sirvan que no sea yo quien esté encargándose de su destino. —Goku empujó una vez más su poder hacia fuera y los cuatro lobos se agarraron sus gargantas, tratando en vano de respirar. Finalmente, después de que comenzaran a tornarse azules Goku los liberó.

Bardock se volvió hacia Zarbon.

—Alfa de la manada de Coldspring, esta es mi decisión para estos cuatro lobos que están bajo tus reglas. Espero que te asegures de que se lleve a cabo. Si no lo haces compartirás su destino.

—Así como usted dice, se hará —le dijo Zarbon a Bardock mientras desnudaba su garganta en sumisión.

Volviendo a los lobos condenados, les dijo:

—Se verán obligados a sus formas de lobo por su Alfa. Durante ese estado les serán removidos sus garras y los colmillos de sus bocas. Sus pieles serán afeitadas de sus cuerpos. —Los lobos aullaron de miedo e ira, pero Bardock no había terminado—. Una vez de vuelta en sus formas humanas, las marcas en su espalda serán distorsionadas para mostrar que han sido despojados de su lugar en la manda. Serán entonces expulsados a ser lobos solitarios en sus estados vulnerables, y sin una manada para protegerlos. ¿Entienden que este es el precio que pagarán por su traición y crimen contra Son Goku, el príncipe de los Canis Lupus Rumanos?

Los cuatro lobos no tuvieron otra opción que inclinarse en sumisión y desnudar sus gargantas. Goku se volvió hacia Zarbon.

—Te doy las gracias por tu cooperación y si encuentras cualquier otra cosa te pediría que te pongas en contacto conmigo de inmediato. ¿Todavía tienes la tarjeta que te di después del desafío?

—Sí, voy a ayudar en todo lo que pueda. —Girándose a Goku, Zarbon apartó la vista hasta el hombro de Goku, no queriendo desafiarlo al mirarlo a sus ojos—. Lamento el dolor que mi manada te ha provocado de nuevo. Sé que eso no ayuda, pero quiero que lo sepas sin embargo.

Goku dio un solo asentimiento al Alfa para mostrar que había oído sus palabras, pero no dijo nada a cambio. Se volvió a seguir el camino por el que habían entrado, necesitando pensar y procesar la información que los lobos de Zarbon habían dicho. No sabía si era suficiente para ayudarlos, pero era algo, y justo ahora algo es mejor que nada.

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