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Capítulo 14: Goku

Goku miraba mientras Milk se sentaba inquieta en su cama de hospital. Su piel estaba sanando muy rápido y le estaba picando como loca. Así que además de estar nerviosa por conocer a su padre en solo cuestión de minutos también le estaba picando como si tuviera un mal caso de pulgas.

-¿Estás bien, Milk? -le preguntó Goku.

Milk lo miró tímidamente.

-Solo nerviosa y con picazón. Mi piel se está curando tan rápido y las costras me están volviendo loca.

-¿Quieres que vea si te pueden dar algo para la picazón? -le preguntó.

-No hombre lobo, cualquier cosa que me den probablemente me dará sueño. Solo tendré que hacerle frente.

Goku y Milk volvieron la cabeza al oír un gruñido proveniente de una garganta humana. El sonido venía de Bulma. Ella se frotaba la espalda con fuerza contra la pared. Ella en realidad se parecía a un caballo rascándose contra un árbol. Milk pensó en señalar esto, pero se mordió la lengua cuando Bulma comenzó a lanzar improperios.

-Siento que mi piel está llena de pequeñas hormigas que pican ¡taaaanto! -soltó Bulma mientras seguía intentando calmar la picazón frotando su espalda contra la pared. Pan abrió la boca para decir algo, pero rápidamente la cerró cuando la cabeza de Bulma dio media vuelta en su dirección-. Una palabra, una palabra Pan Michelle y juro por Dios que tendrás que dormir con un ojo abierto para el resto de tu vida por temor a que robe todas tus muñecas y hacer que hagan cosas profanas, tomar fotos y, a continuación, ponerlas en tu página de Facebook con la leyenda de "sigo jugando con muñecas". —Bulma estaba respirando con dificultad después de su diatriba.

-Milk, creo que deberíamos atarla cuando pase la noche con nosotras, solo para estar seguras -le dijo Pan a Milk secamente.

-Prometido -respondió Milk, utilizando la jerga a la que ella y sus dos mejores amigas eran tan aficionadas.

-Creo que tengo que estar de acuerdo con tu sentimiento, Pan -agregó Goku.

-Cuidado, Cujo. Solo porque eres atractivo no significa que no voy a tomar represalias —gruñó Bulma, todavía tratando de calmar la picazón de su piel curándose.

-Lobo -murmuró Goku, mientras Milk le palmeaba la mano—: Yo soy un maldito lobo.

La puerta de la habitación se abrió y Vegeta entró y se quedó inmóvil. Él se detuvo en seco al ver a Bulma gruñendo y frotándose contra la pared. Ella lo miró y casi gruñó.

-¿No sabes cómo tocar la puerta? ¿Y qué diablos estás mirando? ¿Nunca has visto a una chica siendo manoseada por una pared antes?

-No una que estuviera tan obviamente disfrutándolo -respondió Vegeta sin inflexión.

Pan miró a Vegeta, moviendo la cabeza de lado a lado.

-El camino más seguro en este momento es mantenerse neutral, en una posición no amenazante, y por el amor de toda la humanidad no provoques a la bestia. Solo mantén la boca cerrada.

-Bien, bueno solo vine para llevarte a ti y a Bulma a otra habitación para que Milk pueda recibir la visita de su padre -le dijo a Pan.

-¿Él está aquí? —chilló Milk.

Vegeta la miró y asintió con la cabeza.

—Él está en camino ahora. —Se volvió de nuevo a Bulma y Pan, y simplemente dijo—: Vengan.

Pan comenzó a seguirlo. Bulma, por supuesto, no podía ser tan cooperativa.

—Oh, lo siento, ¿me he perdido algo? ¿Estoy usando una placa de identificación de perro que indica que debería estar caminando a cuatro patas y responder cuando un gran hombre lobo de mal humor me dice que venga?

Vegeta se volvió y gruñó:

-Uno de estos días, tu boca va a escribir un cheque que tu lindo y pequeño trasero no podrá cobrar -pensó que esto la dejaría sin palabras pero debería haberlo sabido mejor.

-Oh, no te preocupes bola de pelos, tengo la intención de estar escribiendo ese cheque a tu nombre. —Con eso le dio un guiño y cojeó junto a un Vegeta atónito, con soporte intravenoso y todo.

Pan se volvió y le dio unas palmaditas en el brazo a Vegeta.

—Buen intento, jefe, pero estás combatiendo con una maestra en su oficio, ¿y no acabamos de discutir no provocar a la bestia? Caramba, tratas de salvar la vida de alguien y la tira por la ventana. —Pan siguió murmurando mientras caminaba pasando a Vegeta, con las manos en el aire como para demostrar su rendición ante la estupidez de los demás—. Ya he terminado, finalizado, y si tú peludo, lleno de testosterona, egoísta, gruñón, baboso, hombre lobo infestado de pulgas quieres que Bulma te castre mientras duermes, está lejos de mi intención interponerme en tu camino.

Vegeta se volvió y miró a Milk.

-Tus amigas tienen problemas. Problemas graves.

-No tienes ni idea -dijo Milk, sacudiendo la cabeza mientras Vegeta daba la vuelta para seguir a sus dos mejores amigas—. Buena suerte con eso -gritó antes de que la puerta se cerrara—. Bueno, eso fue interesante -le dijo Milk a Goku.

-Interesante sin duda, pero algo pasa con Vegeta y él no es exactamente el lobo más comunicativo que hay. Averiguarlo va a ser como tratar de investigar quién mató a Kennedy.

Milk miró a Goku y sonrió.

-¿Sabes lo de Kennedy?

Él se rió.

-¿Por qué no habría de hacerlo?

-Eres de Rumania -dijo Milk con una mirada ocurrente.

—Como te dije, he estudiado la historia americana. Mis padres querían que yo supiera más que solo historia de Rumania.

—Supongo que una vez que estemos en Rumania y la escuela comience,
¿voy a aprender todo sobre la historia del país? —le preguntó Milk.

—Vas a aprender mucho sobre la historia de Rumania en lo que respecta a la manada. Se trata de una gran cantidad de información, pero importante, ya que serás un día la hembra Alfa.

—Ugh, no me lo recuerdes, realmente me asusta —se quejó.

—Mi tonta Luna, vas a ser una Alfa increíble. No lo dudo —Goku se inclinó y la besó suavemente en los labios.

—Mmm, no hay suficiente de eso pasando últimamente —se burló ella de él.

—Sí, bueno, no pensé que quisieras dar a Bulma entretenimiento gratuito.

—Cuánta razón tienes hombre lobo —bromeó Milk.

Se oyó un golpe en la puerta haciendo que Milk se sentara más derecha.
Goku se puso de pie y caminó hacia ella para abrirla. Antes de hacerlo, se volvió y miró a Milk.

«¿Estás lista, amor?»

«Estás conmigo, así que sí, estoy lista.»

«Siempre, meu inimă (mi corazón).»

«Ah, y ¿Goku?» comenzó Milk.

«¿Sí?»

«Trata de no matar a mi padre, ¿de acuerdo?»

Los ojos de Goku brillaron dorados y gruñó por lo bajo.

—Basta ya, hombre lobo, abre la puerta. —Ella se rió de él, agradecida por
la breve distracción.

Goku abrió la puerta y un hombre entró. Él no era tan alto como Goku, pero tenía los hombros anchos, cabello ondulado de color negro del mismo tono que Milk, y tenía los mismos ojos negros obsidiana. Goku se sentía como si estuviera viendo la versión masculina de su compañera, tenía que admitir que era un poco espeluznante.

El hombre le tendió una mano a Goku cortésmente.

-Tú debes ser Son Goku. Soy Ox Jacobs, el padre de Milk.

Goku tomó la mano de Ox y la estrechó.

-Soy Goku, el compañero de Milk -le dijo Goku sin apartar la mirada de los ojos del lobo Alfa.

Milk se dio cuenta que ninguno de ellos iba a ceder ante el otro, tenía que intervenir antes que uno de ellos hiciera algo estúpido. Así que ella se aclaró la garganta. Bueno, no era mucho, pero se imaginó que diciéndole a dos Alfas que saquen la cabeza de sus traseros no resultaría bien.

«Es probablemente lo mejor que no dijeras eso, tienes razón, mi amor» le dijo Goku, obviamente escuchando su diálogo interno. Él le había dicho una vez que sus pensamientos lo fascinaban. Su respuesta había sido que se alegraba de que ella lo pudiera entretener.

Ox volvió la cabeza en respuesta a Milk.

-Tú debes ser Milk.

-En carne y hueso. Bueno lo que queda de ello -respondió ella.

Ox dejó escapar un gruñido suave, pero se contuvo rápidamente.

—Sí, vamos a llegar a eso en breve. Primero sólo quiero que sepas que si hubiera sabido de ti, no me habría mantenido al margen. No tienes que creerme, pero por lo menos quiero que sepas que hubiera estado aquí y habría sido parte de tu vida.

—Te creo —le dijo Milk, con lágrimas reuniéndose en sus ojos, y antes de que pudiera detenerlas corrierron por sus mejillas.

—Oh, pequeña, lo siento. —Ox se dirigió rápidamente a su lado, se sintió incómodo por un momento hasta que Milk dio el primer paso, ella se acercó a él y justo así Ox sostenía a la niña que siempre había querido. Él la atrajo hacia sí y ella lloró con más fuerza. Él la arrulló y le susurró una y otra vez—: Lo siento pequeña, lo siento tanto, demasiado.

Milk no podía creer que estaba lloriqueando como una niña, pero mierda, él estaba aquí. El único hombre por el que siempre se había preguntado, dónde estaba, qué estaba haciendo. ¿Si él hubiera estado presente la habría enseñado a trepar a los árboles, o cambiar un neumático? ¿La habría llevado al cine como el padre de Bulma hizo con ella o la habría llevado a pescar? Simplemente todo llegó de golpe, de una sola vez, y no pudo retenerlo por más tiempo. Fue puro instinto lo que la hizo llegar a un completo extraño, un desconocido, pero aún así su padre.

Goku se apartó, su lobo inquieto al ver a un extraño sostener a su compañera, su compañera que estaba sufriendo. Odiaba que ella estuviera sufriendo y que no pudiera ser él que la consolara. Llámenlo egoísta, que así sea, pero ella era suya, solo suya.

«Lo siento, hombre lobo. Por favor, no lo tomes como algo personal» le dijo Milk.

«Lo sé, amor, no te preocupes por mí. Pasa tiempo con Ox. Voy a estar bien.» Le envió el pensamiento a ella, también una imagen en su mente de rozar las puntas de sus dedos sobre su cuello, donde su marca ahora debía estar. Eso le hizo gruñir de nuevo.

Milk finalmente se serenó y se apartó de Ox. Él le apartó suavemente el cabello de la cara.

—Sé que no estuve allí por mucho tiempo, pero ahora estoy aquí. Quiero ser parte de tu vida si estás bien con eso.

—Me gustaría eso —dijo Milk con honestidad.

—¿Por qué no me hablas de ti: cosas favoritas, aversiones, y todo lo demás que un padre debe saber? —Ox sonrió tranquilizadoramente.

—Bien, ¿por dónde empiezo? —A partir de ahí, por las próximas horas, Milk y Ox hablaron de cualquier cosa. Goku podría decir que tenían personalidades muy similares. Lo que les gusta y disgusta, aunque su sentido del humor era igual. Estaba feliz por ella, en realidad lo estaba, pero su lobo todavía no confiaba en Ox Jacobs.

Por último, Ox se levantó. Miró su reloj, dándose cuenta que habían estado hablando durante cuatro horas y media. El almuerzo había llegado y pasado y todo el tiempo Goku había permanecido contra la pared frente a la cama de Milk, sin moverse, de pie y observándola. Milk lo miró y sonrió, esa sonrisa valía la pena cada minuto que había permanecido allí manteniéndola a salvo.

«Soy toda tuya, tan pronto como él se vaya» le dijo a través de su vínculo.

«Voy a hacer que mantengas eso, Luna.» Le guiñó un ojo y vio sus mejillas volverse de color rosa. Le encantaba cuando ella se sonrojaba, amaba que fuera la causa de que se ruborizara.

—Voy a dejar que descanses un poco. Sin embargo, volveré más tarde, ¿si eso está bien? —preguntó Ox.

—Sí, estoy bien con eso —respondió Milk.

—Muy bien, genial. —Se volvió a Goku y una vez más le tendió la mano—. Goku, gracias por tu paciencia y dejarme pasar algún tiempo con Milk.

—Si eso la hace feliz y ella está a salvo, siempre voy a estar de acuerdo con que pases tiempo con ella —le dijo Goku, dejando que su lobo se mostrara a través de sus ojos sólo un poco.

Ox dio un paso atrás antes de que pudiera revelarse a sí mismo. Interesante, pensó el lobo de Goku, Alfa, pero no por encima de él. Es bueno saberlo.

Goku estaba junto a Milk antes de que la puerta se cerrara. Se sentó en el borde de la cama junto a ella.

—¿Cómo estás, realmente? —le preguntó ella.

Goku se inclinó hacia adelante y puso sus labios sobre su cuello y aspiró su aroma en profundidad. Su lobo gruñó con satisfacción.

—Estoy mejor ahora —admitió él.

Milk se rió y llevó sus labios a los suyos y lo besó suavemente. Goku profundizó el beso disfrutando la forma en que ella sabía, recordándole que ella estaba a salvo, y era suya. Milk gimió cuando él se retiró.

—¿Alguna vez será suficiente? —le preguntó ella con una sonrisa.

—Espero que no. Espero que siempre quieras más de mí. Debo prepararte ahora, nunca tendré suficiente de ti —le dijo Goku sin avergonzarse por su necesidad de ella.

—Tomo debida nota, hombre lobo —bromeó.

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