Capítulo 10: Pan
Pan estaba esperando en la habitación del hospital mientras traían a sus dos mejores amigas. Ella estaba ansiosa, retorciéndose los dedos. La preocupación que había estado sintiendo durante el mes pasado estaba grabada en sus labios apretados y en las cejas levantadas que le ponían arrugas en la frente.
—Oh, vamos Pan. Si sigues mirándome como si fuera un cachorro enfermo que te encontraste en una zanja, voy a ahogarte con una almohada mientras duermes- Milk le guiñó un ojo a su amiga a pesar de sus duras palabras.
—Bendito sea, y yo que aquí pensaba que era la perra reinante de esta pandilla- Bulma le sonrió a Pan.
-¿Bendito sea? ¿Perra? -Milk levantó las cejas a su por lo general sarcástica amiga.
-Estoy tratando de limpiar mi boca sucia, ya sabes cómo las experiencias cercanas a la muerte cambian la forma en la que vives y en la que no- Bulma se encogió de hombros.
-Bulma, "bendito sea" es una blasfemia. Tu sabes esto ¿Verdad?
Bulma miró a Pan y puso los ojos en blanco.
-Solo para el inglés así que no cuenta.
-Ni siquiera sé cómo responder a eso- dijo Milk secamente.
-Creí que ustedes dos nunca se despertarían. Bulma todavía parece una momia envuelta y tú pareces una langosta recién cocinada- les dijo Pan mientras empujaba una silla en medio de sus camas.
-Solo estaba consiguiendo mi sueño de belleza- Milk miró a Bulma y le sonrió con malicia- entonces, ¿qué te tomó tanto tiempo?- su implicación era clara.
-Oh, Milk, tu pequeña e inocente mente no sería capaz de manejar lo que estaba pasando en mi cabeza que me impedía volver a la realidad- Bulma bostezó y le dio unas palmaditas en la boca.
-Tú no sabes, tal vez mi subconsciente sea más aventurero que la versión consiente.
-Bueno, en ese caso, como un favor para Goku, nos aseguraremos de noquearte la noche de tu ceremonia de unión- dijo Pan con sequedad.
Bulma se echó a reír, pero salió más como una tos ahogada.
-No me hagas reír, mis pulmones están asados. Me siento como una hamburguesa de Burger King, siempre asada a la parrilla.
-A tu manera, de inmediato, bebé- añadió Milk.
-Hay tantas maneras mejores de utilizar ese comentario que en un estúpido comercial de hamburguesas- dijo Bulma con disgusto.
-Y ella está de vuelta- bromeó Pan mientras observaba cómo la vida se filtraba lentamente en los ojos, el cuerpo y el comportamiento general de Bulma.
-Tengo que darles las gracias. Ustedes me salvaron la vida y solo quería que supieran que las amo a las dos y voy a estar siempre agradecida- les dijo Milk mientras se limpiaba una lágrima de su mejilla.
-Tú habrías hecho lo mismo por cualquiera de nosotras, Milk- le dijo Pan.
-Bueno, ahora que siempre vas a estar en deuda conmigo, tendré que pensar en maneras de darle a tu agradecimiento un buen uso- bromeó Bulma con sequedad.
Pan y Milk se echaron a reír y pusieron sus ojos en blanco a su para siempre obstinada amiga.
Bulma miró a su alrededor, notando que solo estaban ellas tres.
-Así que, ¿dónde está el séquito de lobos?- le preguntó a Milk.
-Todos estaban esperando en el pasillo justo antes de que las trajeran a las dos. Bardock recibió una llamada telefónica y, cuando regresó, llamó a todos, pero me dijo que esperara aquí- explicó Pan- me imagino que debe ser importante si consiguió que Goku se alejara de su mujer. Se ha negado a abandonar el hospital ni un minuto desde que ella fue sacada de la sala de operaciones- le dijo a Bulma.
-Por alguna razón, no puedo decir que me sorprenda de que su ardiente hombre McLobo esté pegado a su lado. Ella fue casi retorcidamente asesinada- exclamó Bulma.
-A ti no te fue mejor- una voz ronca las hizo voltear hacia la puerta. Milk vio a Goku empujar a Vegeta para llegar a su lado. Fue Vegeta quien había atestiguado las palabras de Bulma, y Vegeta quien miraba a Bulma como si le hubiera crecido un apéndice adicional en la cabeza.
Bulma miró a Milk y luego a Pan, buscando algún tipo de pista acerca de qué decir, pero ninguno de las dos podía decirle nada porque sabían tanto de ella como de Vegeta, y eso sumaba cero, nada de nada.
-Ooookay, y estarías aquí, ¿por qué?- le preguntó Bulma con evidente confusión.
-Estoy aquí para protegerte. Me refiero a custodiarlas a todas. No solo tú, sino a cada una de ustedes al mismo tiempo, para que no estén solas- balbuceó Vegeta.
-Sí, lo entiendo, no hay necesidad de hacer aún más daño- le dijo Bulma sarcásticamente.
La cabeza de Vegeta se alzó para mirarla a los ojos. Bulma vio lo que solo podría describir como dolor. ¿Lo habían herido sus palabras? Ella tragó saliva y sintió un nudo formándose en su garganta ante la mirada fría en sus ojos. Después de varios segundos, él se volvió y miró a Goku.
-Voy a estar abajo durante unos minutos. El Alfa estará de guardia con Gine- sin decir una palabra ni mirar hacia atrás, salió de la habitación.
Todos en la habitación dejaron escapar un profundo suspiro que ninguno se había dado cuenta de que estaban conteniendo.
-¿Alguno de ustedes, mis queridos amigos, les gustaría explicarme quién le retorció la cola?- preguntó Bulma, mirando de una persona a otra, esperando un explicación plausible.
-Está bien, uno- dijo Pan levantando un dedo- no tenemos ni idea, él ha estado así desde que llegamos al hospital. Y dos, ¿acabas de decir que su cola estaba retorcida?- le preguntó Pan a su amiga, con la risa reprimida.
-Sí, lo hice solo porque la mitad de mi cuerpo ha sido frito y me siento como si alguien me golpeó con un martillo. Por lo tanto, dicho esto, se me permiten algunos comentarios tontos. Cálmate, Perfecta Polly, o voy a mandar hacer M&M personalizados con tu número de teléfono en un lado y para un buen tiempo en el otro- Bulma amenazó con irritación.
-Y ella está de regreso otra vez- Pan sonrió.
Bulma la calló.
Sí, pensó Milk, vamos a estar bien. Bulma es una perra, como la definió ella, Pan la está incitando, y yo estoy en la esquina permaneciendo fuera de la línea de fuego riéndome hasta el cansancio. Las cosas volverán a la normalidad en poco tiempo. Milk miró a Goku mientras él se inclinaba y la besaba en la frente.
-¿Por qué fue eso? -le preguntó ella.
-Por cada sonrisa que vea en tu cara, voy a darte un beso -le dijo con cariño.
-¿Qué obtengo para reírme? -preguntó ella, con la voz cargada de sugerencias.
Goku le sonrió, mostrando unos hoyuelos increíbles.
-No creo que ahora sea el momento adecuado para demostrar ese amor.
Milk extendió su labio inferior, tratando de hacer un puchero, lo que solo hizo que Goku sonriera más.
-Entonces, ¿qué había de interesante en el pasillo?
Goku dudó el tiempo suficiente para que Milk se preguntara si estaba siendo totalmente honesto. Había cerrado sus pensamientos, lo que también la hizo preguntarse qué estaba pasando.
-No es nada importante. Mi padre recibió una llamada de una manada que está conduciendo a través de la zona, y le gusta mantenernos alerta cuando se trata de otra manada.
Algo en el tono indiferente de Goku le dijo a Milk que estaba ocultando algo. Esto no la molestaba porque a este punto sabía que él iba a tratar de protegerla, incluso si se tratara de una mosca empuñando un palillo de dientes como espada. Goku no la dejaría sin protección nunca más. Tenía la sensación de que el número de peleas que iban a tener en su larga vida había aumentado de manera exponencial.
-Entonces, Bulma, ¿cómo te fue con tus padres una vez que despertaste?- le preguntó Pan- estuvieron aquí constantemente mientras estabas inconsciente.
-Oh, me fue bien, pero no puedo soportar a mi madre siendo toda emocional y cerniéndose sobre mí. Ambas saben que no tolero lo de cernirse sobre alguien- Bulma puso los ojos en blanco.
-Ah, sí, cerniéndose. Tu madre tiende a cernirse sobre ti cuando está preocupada- Milk estuvo de acuerdo.
-Aunque en realidad, no lo llamaría cernirse- dijo Pan, pensativa- es más como sumergirse por completo de nariz. Casi tienes que agacharte cuando la mamá de Bulma viene hacia ti y está preocupada.
-Por lo tanto, ese es el por qué ella ya no está aquí- reconoció Bulma- tomó algo de convencimiento, pero con un poco de ayuda de Gine conseguimos que ella y mi padre pensaran que era mejor para ellos dejarme descansar un poco y a menos que algo esté mal vendrán mañana por la noche.
Bulma miró a Goku cuidadosamente antes de preguntar:
-¿Tu madre tiene algún tipo de capacidad para hacer que la gente haga lo que ella quiere?
Goku se rió entre dientes, pero negó con la cabeza.
-No, a menos que ella no me lo haya dicho. Mi madre siempre ha sido capaz de conseguir que la gente vea las cosas desde su punto de vista. Mi padre dice que es un arte la forma en que puede trabajar con las personas que la rodean. No lo sé, vas a tener que preguntarle.
Goku le apretó la mano.
—"¿Cómo estas, Luna?"
—"Teniendo en cuenta que he sido quemada hasta crujir, mi pierna aplastada como si fuera sido pasada a través de una licuadora y hay vidrio salpicado en mi piel como si fuera una magdalena, estoy apestosamente bien" —le dijo ella con los labios volviéndose una sonrisa que casi derritió su corazón.
-Te amo -susurró él.
-¿Qué es lo que no amas? -bromeó ella.
-Cierto -murmuró Goku en voz baja.
°•°•°•°•°•°
Vegeta regresó a la habitación y, sin mirar a nadie, caminó cruzando la habitación hasta la cama de Bulma.
-¿Estás bien? -las palabras revelaban algún tipo de emoción, pero su tono de voz era tan ronco como siempre.
Bulma estaba empezando a sentirse frustrada con su extraña frialdad hacia ella. Qué demonios, pensó, si no le importaba por qué incluso se molestaba jodidamente en preguntar. Al igual que antes, decidió manejar su frialdad con lo mejor que sabía hacer, coquetear.
-Podría estar mejor -le dijo con un leve puchero. Por el rabillo del ojo, le guiñó el ojo a Pan, quien le estaba lanzando una mirada inquisitiva.
-¿Qué significa eso? -preguntó aún más bruscamente si eso era incluso posible.
-Solo significa que mi situación podría mejorar, lo que a su vez me haría sentir mejor- le dijo inocentemente.
Milk estaba en su cama con una mano sobre su boca tratando de ahogar su risa mientras veía a su amiga hacer su magia. La parte graciosa era que Vegeta, obviamente, nunca había conocido a alguien como Bulma. No parecía que supiera que hacer. Milk tenía la sensación de que la incertidumbre no era una emoción que Vegeta a menudo sentía.
Cuando no le respondió, Bulma dobló su dedo hacia él, indicándole que quería que se acercara más. Cuando asintió y se inclinó, Bulma agarró la parte delantera de su camisa y lo tiró hasta que tuvo que apoyarse en la cama con las manos y su oreja estaba al lado de la boca de ella. Pan y Milk la observaron susurrarle y de repente el cuerpo de Vegeta se tensó, sus músculos rígidos con gracia escultural. Después de un momento se levantó, le dio una última mirada a Bulma, y sin una palabra se dio vuelta y salió de la habitación.
Bulma rompió a reír en cuanto la puerta se cerró.
-Hombre, eso fue genial -dijo ella, todavía riendo.
-¿Te gustaría compartir, mi retorcida amiguita, que le hiciste al pobre Vegeta? -le preguntó Pan con una ceja levantada.
-Una dama nunca besa y cuenta -Bulma sonrió y le guiñó un ojo a Pan.
-Hay dos problemas muy obvios con esa afirmación -comenzó Milk.
-Sí, no. No soy una dama, y no lo besé, bla, bla. Detalles, detalles mi querida Watson -dijo Bulma con sarcasmo.
Bulma sonrió para sí misma. No podía creer la audacia en las palabras que le había susurrado a Vegeta, pero lo merecía por ser tan idiota con ella. Solo estaba jugando con él después de todo, eso no significaba nada, así que cuál era el daño. Hizo caso omiso a la persistente vocecita que estaba tratando de contradecir sus pensamientos.
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