XXXV
Roy
La idea de pedirle matrimonio a Elysia fue un puntazo, ¡la mejor que se me ha ocurrido en la vida! Hoy estaba aquí, en mi oficina, todo iba sobre ruedas, ¡a pedir de boca!
Ely andaba probándose vestidos de novia, y la verdad es que me moría por ir con ella, pero mi madre me lo prohibió en plan "de mal fario", que es de mala suerte ver a la novia con el vestido antes de la boda. ¡Vaya tela!
En fin, estaba firmando unos papeles y con un follón de tres pares de narices montado, cuando mi secretaria me interrumpe y entra a la oficina.
— Roy, te busca una tía pelirroja, creo que me ha dicho que se llama Aitana. ¿La hago pasar? — Me suelta ella.
Asentí con la cabeza, en plan "venga, que pase".
A los dos minutos ya estaba en la oficina...
— A ver, ¿qué es tan urgente como para que vengas a mi oficina en lugar de quedarte en la mansión y hablar conmigo cuando llegue? — Le digo sin apartar la vista de los papeles, que la tía aún vive en mi pedazo de casa.
— Solo tenía ganas de echar un rato contigo, Roy, ¿es que ya no se puede? — Ella se acerca y empieza a masajearme los hombros, susurrándome al oído — En casa no puedo decirte lo mucho que me pones... — Me levanté de la silla y ella se me pegó, arreglándome la corbata — Solo con verte se me pone la piel de gallina y no me aguanto las ganas de... — Iba a dar otro paso para besarme, cuando:
La agarré por las muñecas con fuerza y la aparté de mí de un empujón, alejándola todo lo que pude y le espeté:
— No te confundas, que en tres días me caso con Elysia, la mujer a la que amo, la más guapa que han visto mis ojos. No creas que voy a caer en tu rollo, y no vuelvas a hacer algo parecido si no quieres que te ponga de patitas en la calle — Solté con rabia.
— Pero Roy, yo te am... — Dice ella, pero la corto en seco.
— Amar a la persona adecuada es de valientes, y tú de eso vas justita. Lárgate, o te echo yo a la de ya — Rematé.
— Le voy a decir a Elysia que me has intentado besar — me amenazó ella.
— Como te metas con Elysia, me vas a conocer y no creo que quieras eso. — Añadí — Aitana, siento lo que te voy a decir, pero búscate un hotel, no eres bienvenida en mi casa. — Solté.
— ¿Qué? Pero Roy, no tengo dónde ir, no me hagas eso — Se quejó ella.
— No me dejas muchas más opciones, Aitana. — Sentencié.
— Vale, no digo nada más, a partir de ahora soy muda, ¿ves? Ya no hablo — Dice ella, saliendo a toda leche del despacho.
Esta tía está como una cabra.
»¡Qué pedazo de suerte la mía de haber coincidido con Elysia entre tanto lobo con piel de cordero!«
Narra Elysia...
¡Madre mía, qué subidón tenía! Ya había elegido mi vestido de novia, y es que debían haber visto la alegría de la madre de Roy, era una flipada. ¡Desde el principio dijo que se encargaba ella de los preparativos de la boda! Mi madre iba a echarle una mano.
En tan solo tres días, estaré unida al hombre que me quita el sueño solo con imaginar la profundidad de sus ojazos azules. Ese azul tan intenso, que me sumerge en un océano de emociones, me hace suspirar y desear tantas cosas en un solo instante. ¡Qué fuerte!
Unas horas más tarde, llegué a la mansión con la madre de Roy, y habíamos dejado a mi madre en casa.
Entré a mi cuarto y dejé un montón de bolsas que la señora Mahra me había hecho comprar, como joyas para combinar con el vestido y esas cosas. Yo, la verdad, no quiero una ceremonia multitudinaria, pero Mahra insiste en que deberíamos celebrar nuestro amor por todo lo alto.
Dejé la paquetería en la cama cuando una llamada de Bex me sacó de mis pensamientos...
— Dime, tía, ¿cómo va esa luna de miel? — Le digo con una risilla.
— ¡De lujo! He conocido sitios nuevos y mega top, ¡me encanta Francia! — Dice ella, riéndose.
— ¡De ensueño, tía! — Digo emocionada por ella.
— Y dime, ¿cuándo es tu boda? — Me pregunta.
— En tres días — Le digo.
— Uf, qué bueno, pero no creo que podamos ir, lo más seguro — Dice Bex.
— Me encantaría que estuvieras aquí, amiga — Le digo, escuchando una voz de fondo desde la otra línea.
— Bex, amor, llevas un buen rato con el teléfono, ¡vamos, que te necesito! — Le dice Enzo a ella. — ¡Uf, ya voy, more! — Le dice ella — Ely, te tengo que dejar, ¡suerte con los preparativos!
— ¡Igualmente, suerte en tus planes! ¡Besos! — le digo al colgar el teléfono.
La verdad es que me alegra un montón por ellos. Bex es como una hermana para mí, la echo de menos un montón. Pensar que no va a estar aquí en el día más feliz de mi vida me da un poco de pena, pero mientras ella sea feliz, yo también lo soy. Pienso esto mientras me doy un baño, ya que Roy aún no ha llegado; el pobre tiene un montón de curro en la disquera.
Después de salir de la ducha, me senté en el balcón de la habitación que daba directamente al jardín. Un aroma fresco a toda clase de flores me envolvía mientras componía una canción y me bebía un delicioso jugo de frutas.
Narrador Anónimo
— Solo le pondré una pastilla de anticonceptivos en su jugo natural de frutas, y así lo beberá. Todas las noches tomará un jugo con esa pastilla, y de esta manera, nunca podrá darle hijos a Roy.
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Hasta aquí el capítulo de hoy. ¡Besos! 💋 ¿Qué opinas de este nuevo giro? ¿Quién será el narrador anónimo?
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