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Roy
Me quedé en el mismo sitio después de que Elysia se fue a su casa con su madre. Todo esto me parecía alucinante; jamás pensé que Aitana regresaría a España. ¡Qué putada! Y mi madre le contó a Elysia que ella fue mi primer amor cuando era adolescente. Se pasó de la raya al decirle que se quedara en mi casa sin consultarme.
»¿Pero será que solo vino de vacaciones o tiene otras intenciones?«
Me preguntaba mientras conducía a toda velocidad a casa de Enzo. Tenía que desahogarme con un amigo de confianza o iba a explotar.
Narra Elysia
No aguantaba más esta ansiedad. Tenía que conversar con una amiga que me entendiera, pensaba mientras iba en el taxi a casa con mi mamá.
- Mamá, me veré con unas amigas. Sigue para la casa - le dije.
- ¿Estás segura de que es con unas amigas? Yo diría que te verás a escondidas con Roy - expresó ella.
- No, mamá. ¿Acaso no confías en mí? - resoplé.
- Está bien, Elysia. Uf... De acuerdo, ve, pero no te demores - expresó ella. Le di un beso en la mejilla y le dije al conductor: - Directo a casa.
Después caminé por la acera y saqué el teléfono de mi bolso.
Llamé a Bex para vernos y conversar en la cafetería, que no quedaba lejos de donde yo me encontraba.
- Bex - dije - ¿Tienes algún plan?
- No, para nada. Solo limpiar el desorden que está haciendo Enzo en la sala jugando videojuegos - dijo ella entre dientes - Pero lo tendrá que hacer él.
- Vale, nos veremos en la cafetería que queda a unas cuadras de tu casa - le dije.
- Ahí estaré - respondió.
Tomé otro taxi y finalmente llegué al lugar. Me senté en una silla de la mesa de la cafetería a esperar a Bex.
Un mesero se me acercó y me dijo:
- ¿Quiere ordenar algo en específico? - expresó él, con una lista tomando nota. Lo observé detenidamente mientras le decía:
- No, gracias. Solo agua. Espero a alguien - dije sonriendo.
El hombre tenía pelo rizado, era de piel bronceada y ojos miel, con pequeñas pecas que podía notar con facilidad.
- ¡Ah!, ¿a su novio? - expresó él con una sonrisa.
- No, a una de mis amigas - expresé.
- O, está bien. Le traeré un cóctel de frutas, cortesía de la casa - dijo él.
- No hace falta, en serio. Basta con un vaso de agua - dije.
- De acuerdo, pero para la próxima no tendrá excusas, linda - respondió él - Esta es mi tarjeta. Si desea contactarme, será un honor servirle a una bella dama.
Me dio su número de teléfono. Lo guardé en mi cartera para no ser descortés.
- Está bien - dije, sonando un poco seca.
Él se dio la vuelta para atender a otras personas. Me pareció alguien muy educado.
Narra Roy
Al llegar a su casa, toqué el timbre y Bex abrió la puerta con un bolso y vestida informalmente...
- ¿Ibas de salida? - le pregunté.
- Yo... amm... sí - dijo ella.
- Ah, ya se encuentra Enzo - expresé.
- Sí, está en la sala jugando videojuegos - dijo ella - Ahora sí, quédate en tu casa.
Dijo eso y se marchó. Tomó el primer taxi que vio y se fue. Demasiado rápido, pero bueno, podría conversar con Enzo ampliamente.
Entré a la casa y vi a Enzo peleando con la PlayStation. Me miró, se echó un puñado de patatas fritas en la boca y dijo lo siguiente:
- Siéntate, tío - expresó, ofreciéndome el otro mando para jugar el videojuego.
Me senté en el sofá y tomé en mis manos el control remoto...
- Y cuéntame, chaval, ¿a qué se debe tu visita? - expresó sin apartar la vista de la PlayStation.
- Estoy preocupado por Elysia - dije, empezando a concentrarme en el juego. Es increíble cómo con el videojuego descargo mi rabia y hablando me desahogo.
- ¡Oh, Dios! ¿Qué ha pasado? Claro, primero toco madera para que no me suceda algo malo con Bex - expresó él, riendo.
- ¡No me da ninguna gracia! ¡Puedes creer que Aitana volvió! - dije.
- Joder... - dijo él, soltando el mando del videojuego. - ¿Es en serio, tío?
- Claro, no te contaría algo que no fuera cierto. Además, eso me ocasionó problemas, diría yo, con Elysia, pero principalmente con su madre - dije, haciendo una pausa.
- ¡Doble joder! Esa niña, cuando estábamos en el colegio, te ponía arañas en el casillero - dice él.
-Sí, lo recuerdo. Según ella, era una forma de llamar mi atención.
-¿Y lo logró? - Dice el.
-Sí, pero en su debido momento.
-Y ahora no sientes nada por Aitana?
-En lo absoluto. Pensé que al verla los recuerdos se cruzarían, pero, chaval, no sentí nada, absolutamente nada. Fue como ver una estatua frente a mí. O sea, amo a Elysia locamente. He experimentado muchos sentimientos, pero jamás uno como este. Es algo ultra sincero, pero a la vez tan bonito , Ely cambió mi vida.- digo, mientras gano victoriosamente el videojuego.
-¡Te entiendo, amigo! Me pasa algo parecido con Bex - dice él, apagando el juego.
-Aunque la gente diga que fue mi primer amor, es como si ninguna de mis otras relaciones anteriores hubieran pasado. Solo he sentido algo tan verdadero con Elysia - digo.
Narra Elysia
Bex ya se encontraba conmigo:
-Elysia, vas a decirme qué te pasa. Llevamos un par de minutos desde que llegué y no has dicho ni media palabra - expresó ella mientras yo miraba a un punto fijo. -Ay, ya basta, Ely, me asustas - dice ella moviendo su mano de lado a lado para desviar mi mirada de la pared.
-Mmm, ¿qué pasó? - digo finalmente, mirándola.
-¿Y bien? ¿Qué pasó? Me dejarás con la intriga - expresó.
-Bex, lo que sucede es que... una chica llamada Aitana llegó esta mañana a casa de Roy - afirmé, tomando un sorbo de agua.
-¿Y qué pasa? - preguntó ella, desconocedora del tema.
-Y la madre de Roy me dijo que era su primer amor. Tengo miedo - digo, suspirando.
-¿Miedo de qué? - dice Bex, mirándome.
-De que me cambie por ella. Al fin y al cabo, la amó antes que a mí - digo, haciendo un puchero.
-No digas tonterías, Elysia - ella resopla.
-¿Quién me asegura que no me cambiará? - digo, dramatizando un poco.
-Elysia, te daré un consejo: los hombres son como un arma de doble filo. Depende de cómo los uses, así te permitirán conocerlos. Y no hablo de caras, hablo de corazón - expresó ella.
-Gracias, Bex. Siempre has sido una amiga que me apoya incondicionalmente - digo.
-Elysia, siempre estaré aquí para ayudarte - dice ella - Te tengo una propuesta: salimos de rumba, disfrutamos el día de hoy, sin chicos. Necesitamos distraernos un poquito, ¿no crees? - dijo ella con una sonrisa.
-Está bien, acepto el plan - digo, tomando mi bolso para salir del café.
Un chico se nos acerca. Me doy cuenta de que es el mesero de hace un rato. Se dirigía hacia nosotras.
-Lo siento mucho, chicas, he escuchado vuestra conversación sin querer - expresó él - Pero les tengo un sitio bomba al cual pueden ir las dos. Os prometo que si van, lo pasarán súper bien.
Las dos sonreímos. El chico, desde el principio, me cayó muy bien. Él nos pasó la dirección de la discoteca y se lo agradecemos.
Ya al final de la conversación:
-¿Y bien, ¿cuál es tu nombre? - le pregunta Bex.
-Me llamo Leandro, pero para ustedes pueden llamarme Lean - dice él.
-De acuerdo, Lean, nos veremos en la fiesta - dice Bex. Ambas nos despedimos.
Tomamos un taxi:
-Muy simpático el tío - expresó Bex.
-Y qué lo digas, ¡escuchando conversaciones ajenas! - digo, riendo.
-Ely, nos veremos en la fiesta. Necesito ir a casa a cambiarme - dice ella.
-Yo igual, no me parece que con estas fachas vaya a salir - digo.
Después de un rato llegué a mi casa, saludé a mi madre y fui a mi cuarto. Me duché y finalmente salí de la bañera. Estuve unos minutos rebuscando entre mi armario algo para ponerme; tenía mi cuarto hecho un desastre.
-Genial, ¡tanto para encontrar un maldito vestido! - susurré para mí misma.
Mi madre entró en mi habitación.
-Ma? - digo.
-¿Dónde vas? - pregunta.
-Saldré esta noche con Bex. No te preocupes, nada de chicos - digo antes de que pudiera decir algo.
-Por eso todo este reguero, ¿a hija? Qué haría sin mí - ella se dio la media vuelta y salió disparada a su cuarto.
Después de unos minutos, mi madre regresó a mi habitación con un vestido en la mano. Era de un negro profundo, como la noche misma, y estaba delicadamente adornado con pequeñas piedras que reflejaban la luz con un brillo sutil. La tela oscura caía suavemente, creando una silueta elegante que abrazaba el cuerpo con gracia. Los tirantes estaban decorados con escarchas que parecían estrellas fugaces, dándole un toque mágico y etéreo.
-¿Madre, y este vestido tan precioso? - pregunté.
- Era de mi madre, o sea, de tu abuela. Nunca se lo puso, pero ahora quiero que lo uses, cielo mío. Quiero que deslumbres esta noche; diviértete junto a tus amigas.
-¡Gracias, ma, te adoro! - digo abrazándola y tomando el vestido.
Narra Roy
Después de unas horas llegó Bex a la casa, subió a su recámara y salió muy arreglada con un vestido azul con pequeñas flores, muy elegante. Enzo se quedó embobado mirándola. Y cuando reaccionó, dijo:
-¿Dónde vas, cariño? - dice él.
-A una fiesta - expresó ella.
-Ah, genial - dice él. Después de unos segundos, al interiorizar la palabra -¿Qué rayos has dicho? ¿A una fiesta?
-Si, mor, chao. Ya me voy - expresó Bex.
-¡Qué mier... o sea, Bex! - dice él. No pude evitar reírme.
-¿Qué pasa? Pasaré la noche en la disco - dice ella, muy confiada de sí misma.
-¿Con quién!!! - expresó Enzo.
Yo me moría de risa.
-Con Elysia - comunicó ella.
La sonrisa desapareció de mi rostro.
-Ah, mira qué bien. Justo Enzo y yo también vamos de fiesta - digo, sin saber qué diablos estaba haciendo.
-¿Qué?! - dice Enzo. Le hice una seña y él captó -Ah, sí... sí, vamos.
-Vale, de acuerdo. Adiós - expresó ella para irse en un taxi.
Ambos nos miramos.
-¡Joder!!!! - expresé con rabia.
-¡Mierda!!!! - expresó Enzo - ¿De qué nos sirvió decir que vamos a una fiesta si al final no le importó?
-Enzo!!! No me presiones, estoy pensando - digo.
-Ahora es que vienes a pensar, ¿eh? - dice él.
-En realidad, sí... mejor sigamos a Bex y veremos cuándo recoge a Elysia y, por arte de magia, nosotros justo iremos a la misma disco - digo - ¿Entendiste el plan?
-Creo que sí - dice Enzo, confundido.
-Uf, mejor vamos - fuimos en el auto de Enzo y seguimos cuidadosamente el taxi en el que iba Bex sin que se diera cuenta. La pudimos alcanzar.
No podía pensar en otra cosa que no fuera "ver a Elysia" . Cada instante que pasaba parecía una eternidad, cada latido de mi corazón resonaba con el deseo de encontrarnos. Su risa, su mirada, todo en ella me atrapaba y me hacía soñar. Era como si el mundo a mi alrededor se desvaneciera y solo existiera ese anhelo ardiente de estar a su lado.
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Os agradezco si habéis llegado hasta aquí leyendo el capítulo. Os invito a que leáis el siguiente en cuanto actualice. ¡Muchos besos! Os quiero 💋
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