Al finalizar este gran trabajo, me di cuenta de que sí puede existir un amor perfecto, solo que la sociedad lo ha convertido en un rincón lleno de mentiras, desconfianzas y hasta engaños sumamente graves.

«¿Será solo la mente?» El

pensamiento es lo que hace crear desconfianzas, pero qué va, como dice la gente: después de la tormenta sale el sol, y un rayito dorado aparece en tu vida, haciéndote suspirar, arrebatándote el sueño que alguna vez concediste. Te quita las ganas de caminar si no es acompañado de su mano de oro y creerse ese sentimiento tan profundo llamado amor.

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Muchísimas gracias, mis lectores y lectoras de corazón. Ahora sí me despido de esta maravillosa historia, que mientras la escribía disfrutaba de cada palabra que mi corazón hacía que pusiera.

Y ahora sí, ¡adiós!

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¡Naaaaaa, mentira! Se la creyeron, ¿que adiós ni ocho cuartos? Os invito a sumergirse en mi nueva historia "Pétalos de Margarita". Se acaba una historia, pero empieza otra...