—Tsuruga Ren ¿Acepta usted como esposa a Mogami Kyoko, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, en la tristeza y en la felicidad, hasta que la muerte los separe?

—Acepto —Contestó el hombre de veintitrés años, de cabellera castaña oscura quien además vestía un traje barato de paño, que seguramente  había comprado en una barata o en outlet del mercado, le temblaban sus manos casi que no podía colocar la argolla de acero en el dedo anular de la chica

—Mogami Kyoko ¿Acepta usted a Tsuruga Ren, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, en la tristeza y en la felicidad, hasta que la muerte los separe? —Preguntó nuevamente el ministro

—A-Ace-Acepto —La chica de diecinueve años sonreía maravillada, aunque parecía una gelatina por la manera en que temblaba, sus ojos declaraban el gusto de estar en ese lugar, no quisiera estar en otro, ella vestía un hermoso vestido blanco  y corto, unos zapatos bajos del mismo color, y en su cabello trenzado una corona de flores blancas y rosas, que vendían a las afueras de la iglesia

—Entonces los declaro marido y mujer, ¡Puede besar a la novia! —dijo dirigiéndose al novio, quien no dudó ni un instante en obedecer al anciano ministro que dirigía la ceremonia

—¡...!

—Como no han traído testigos para declarar con ustedes en este glorioso día, por una cuota les suministraré dos personas que servirán como testigos de su unión, para que sea perfectamente legal

—¡Claro! ¿Cuánto es? —Preguntó el joven mientras sacaba dinero de su bolsillo, la joven pelinaranja aprovechó para observar el lugar, era un lugar muy pequeño en comparación a las iglesias que había estado antes, tenía un ambiente familiar y acogedor a diferencia de  los lugares de donde ella provenía tan frío, tan distante... tan inhumano...

—Esposa mía, ya podemos irnos —El hombre joven se acercó y sonrió de manera ladina sacando a la chica de su ensoñación, ella sonrió con dulzura

—¡Claro que sí esposo mío! —Él la tomó de la mano y salieron juntos, el viejo ministro los miraba con ternura, de tantos años casando parejas pocas como esas demostraban el amor que sentían

Unas horas después la dulce pareja descansaba en un hotel, habían cenado algo muy sencillo que apenas habían podido pagar con el dinero que tenían, antes de entrar, él la tomo muy al estilo americano, en sus brazos como una princesa antes entrar por el umbral dónde pasarían por primera vez como marido y mujer

—Pronto estaremos en nuestro departamento, que será nuestro refugio, será nuestro nido de amor...

—¡Nuestro! ... —terminó la frase la pelinaranja quien estaba en la cama con sus cabellos sueltos mientras deshacía la corona de flores con sus pequeños dedos

El castaño se lanzó sobre ella para abrazarla, aunque en esa posición sentía ganas de otras cosas... como besarla, algo a lo que su pequeña esposa se adelantó, un beso robado que inmediatamente fue correspondido con caricias que iban quitando la ropa que parecía estorbar en ese momento

—¿Qué es lo que está pasando aquí? —la puerta había sido abierta con estruendo y las voz escuchada no disimulaba la ira contenida en las palabras

—¡Papá! —La voz de la chica pelinaranja se hizo presente con un terror que no se podía disimular

—¡Kyoko! —El hombre siguió gritando —¡Kyoko!— El grito del hombre ahora parecía más femenino...

—¡Kyooookooo! ¡Despierta! ¡Kyoko! —Una voz femenina era quien se había adueñado de las palabras

—¡¿Eh?!— La chica que dormía sobre la mesa apenas si despertaba —¡Yashiro idiota!— Murmuró mientras levantaba su cabeza y se limpiaba la saliva que escurría por su cara adormilada

—¿Yashiro? ¿Y ese que tiene que ver aquí dormilona?— La voz femenina se hacía cada vez más conocida

—¡Mouko-San!— Se levantó deprisa la chica organizando su uniforme rosa y su cabello

—¿No dormiste anoche? O ¿Tienes demasiado trabajo?— Kanae se sentía preocupada por su vieja amiga

—Entre la sección, los doramas y el modelaje no me queda tiempo de nada, además que me han pedido varias veces que incursione en el mundo de la música, pero mientras este en la sección Love Me me queda muy difícil, ni siquiera puedo tomar vacaciones

—Cariño tienes que salir de aquí pronto...

—Y ¿tú cuando vuelves a este mundo? —Dijo alzando las manos para recibir a la pequeña que tenía Kanae en sus brazos

—Vine por unos libretos, para comenzar a leerlos, voy a participar en el casting de la nueva película de Shin Kuno

—Pero apenas tomaste un mes de descanso ¿Segura que no quieres descansar más tiempo?

—Ya fue suficiente... Y no soy yo la que necesita un descanso ¿no has pensando en hacer trampa para salir de esta maldita sección? Yo lo hice y me funcionó— Susurró por miedo a que el presidente Takarada escuchara... después de todo sería capaz de devolverla a la sección maldita

—Es cierto pero mira como terminó tu jugada— Alzó a la pequeña, ambas rieron

—Sí pero no es del todo tan malo, mira es hermosa, además mi familia ha ayudado mucho y él... no ha sido tan malo— La mirada de Kanae empezó a brillar

—Creo que no fue del todo trampa ¡Estás enamorada!

—Primero me casé y luego me enamoré al menos funcionó  y resultó esta pequeña, aunque fue un accidente mal planeado—

—Deberías hacer algo similar... quizás funcione y aunque no, al menos saldrás de aquí

—Kotonami-San tiene razón, ya es hora de que salgas de aquí, te conseguí algo de tiempo mañana, si no te gradúas de aquí terminarás exhausta, pero que Takarada-San no te escuche, porque lo pagaras caro ¿Ya terminaste aquí? Tenemos una entrevista en cuarenta minutos

—Si, ya me cambio de ropa y te sigo Itzuka-San— La mujer salió nuevamente al escuchar a Kyoko

—A veces creo que tu mánager es un poco dura contigo... Por cierto venía a pedirte un favor... ¿Puedes cuidarme a  Sakura unas horas esta noche? Quiero salir a cenar con Kijima los dos solos, algo de tiempo de pareja... ¿Puedes?

—Claro que sí, además hace rato que no paso tiempo con esta señorita— dijo Kyoko hablándole a la bebé que aún estaba en sus brazos— es una pequeña tú, que no me ignora o se enoja porque la abrazo, y se pone feliz cuando le cuentos historias de hadas y princesas, es una mejor tú

Las chicas rieron, después de eso Kanae se despidió de su amiga y cada una continuó con su día laboral

Su mánager Itzuka Reine, ha insistido durante meses que consiga un novio o que salga con alguien al menos para que el presidente Takarada la deje liberarse de la sección Love Me, aunque el caso de Chiori ella se graduó por aceptar un papel trascendental y no bloquearse después de eso, continuó con su carrera e incluso empezó a participar en producciones románticas, desde que empezó la sección Love Me han entrado y salido una gran cantidad de artistas, inclusive otras compañías de entretenimiento como Chiori

—Respecto a lo que dijo Kotonami-San hoy ¿Porque no sales con alguien? Quién sea... Alguien de quien te puedas quitar de encima fácilmente

—No es tan sencillo, engañar al presidente no es fácil,  además no sería justo a quien engañe,  no es como si jugar con una persona mejorara mi personalidad

—No tienes que engañar a alguien, podrías hacer un trato con alguien que tenga estancada su carrera o quizás esté dispuesto a salir contigo por los rumores que se formen con tal de salir a la fama nuevamente

—No creo ser capaz de algo así, además siempre se corre el riesgo de terminar mal— la pelinaranja suspiró —¡Sólo me parece una tontería jugar así, no arriesgaré mi carrera por una estupidez!

—¡No sé la razón verdadera por la que te opones tanto! Pero si en lo que realidad quieres es esperar a alguien que nunca aparecerá, hazlo al fin y al cabo mi trabajo es llevar tu horario, no cuidar tu vida personal— La mánager se encontraba furiosa

—No estoy esperando a nadie, es solo que no me parece oportuno o inteligente formar una familia que al fin y al cabo terminará fracasando, al final todo son mentiras— Suspiró con tristeza

Itzuka-San paró el auto y Kyoko se bajó de el, no se despidieron, la mánager sabía que había tocado una herida sin sanar, pero la actriz nunca hablaba de eso y así ella no le podía ayudar, su relación profesional había empezado hacía más de seis años, antes era muy tierna y respetuosa, tenía una bonita amistad con muchas personas incluyendo al famosísimo actor Tsuruga Ren

El sempai de la actriz estaba muy al pendiente e hicieron varias grabaciones juntos,  pero con el tiempo esa amistad quedó en el olvido, al igual que con las demás personas una de las únicas que quedaban de la fría Kyoko, eran Kanae y Chiori, empezó a guardarse sus expresiones, sus sentimientos para todos los demás parecía seguir siendo la misma pero sus dorados ojos habían perdido la inocencia y su búsqueda por encontrar el sentimiento más importante para la humanidad había cesado, los papeles de villana que antes le dolía hacer se habían convertido en su mayor éxito, las producciones románticas se habían convertido en una hazaña realizarlas, era buena, al fin y al cabo seguía siendo una muy talentosa actriz pero cada nuevo personaje le costaba más entrar en él, poco a poco empezó a incursionar otros géneros hasta dejar totalmente el género favorito del presidente, gracias a una campaña con una muy famosa línea de ropa y perfumería la actriz incursionó en el modelaje, cuando el presidente Takarada se dio cuenta de lo que pasaba hizo volver a la chica a la conocida sección Love Me, pues aún estaba decidido en hacer que la actriz abriera nuevamente su corazón pero ella mentía ya no quería y aunque seguía siendo la chica profesional y obediente algo en ella parecía muerto, no era solo un cofre lleno de candados, esta vez parecía que el cofre había sido arrancado del cuerpo de la joven actriz.

El presidente Takarada había hecho de todo para saber la razón del estado de su empleada, pero se dio cuenta demasiado tarde, aunque tenía una idea de quién podía ser el culpable, pero al interrogar al actor y a su mánager no descubrió nada, el actor tampoco parecía saber la razón y decir las palabras "Mogami Kyoko" se convirtieron en Tabú y el tema quedó cancelado de toda conversación.

Kyoko estaba ya en su apartamento, había tomado un baño y con su pijama puesta esperaba para ser la niñera de la hija de su mejor amiga, sentada en el sofá pensaba sobre la discusión con su mánager, que últimamente eran muy seguidas, si seguía con tanto trabajo iba a terminar mal, en especial para su salud, llevaba días sin dormir bien o más de un par de horas, la comida casera era un sueño y muchas veces su mánager tenía que comprar cualquier cosa en una tienda de conveniencia cercana, tanto que peleaba con cierto actor y terminó volviéndose igual, una sonrisa de frustración se formó en su rostro, unas lágrimas amenazaban en salir pero el sonido del timbre la sacó de sus pensamiento y su modo actriz fue activado, y salió para recibir a su amiga

Kanae duró más de diez minutos explicando cientos de cosas sobre el cuidado de la bebé e incluso se despidió varias veces, haciendo que Kyoko se riera a carcajadas, habían asistido juntas a los cursos profilácticos, desde el momento en que supieron que la actriz pelinegra estaba encinta, empezaron a hacer planes juntas, y Kanae por el bien de su amiga al verla tan alegre nuevamente empezó a enamorarse de la vida que llevaba en su vientre, al principio le había costado aceptar la idea de que traería una nueva vida al mundo y más porque interrumpiría su trabajo, pero su emocionada amiga se emocionaba como hacía años no lo hacía, e incluso empezó a contar cuentos de hadas nuevamente, la chica dulce aparecía esporádicamente y eso la animaba mucho, si ella crecía como humano y de paso recuperaba a su amiga, lo intentaría y antes de darse cuenta, estaba dispuesta a dar su propia vida por esa criatura que crecía dentro de ella

Después de que Kanae se marchara Kyoko se acomodó en su sofá, era largo y muy suave perfecto para que la pequeña dormilona descansara rodeada de un pequeña fortaleza de cojines que se extendían en el suelo, mientras la actriz repasaba el guion de un  nuevo proyecto observaba a la pequeña de reojo, hasta que se rindió al no pasar siquiera de la primera línea

—Sakura-chan ¿Crees que está bien si les hago caso?— Miró a la bebé que seguía dormida —Ya sabes lo que piensa tú mamá

La pequeña despertó pero no lloró apenas miraba a la chica que le hablaba, al escucharla y verla como hacía muecas involuntarias, la nena esbozó una sonrisa

—Pero si hago lo que ellas piensan seguro el presidente no me creerá, además no quiero lastimar ni jugar con nadie, sé lo que se siente— Suspiró

—De todas maneras no hay una persona que haga creer al presidente que le entregaré mi corazón a alguien, puedo entregarme completamente a mi trabajo pero a una persona, ya lo hice y no funcionó— Kyoko se encogió mientras abrazaba sus propias piernas, subió la mirada para comprobar el bienestar de la  nena y esta se rió lo que le provocó una risa a ella también —Creo que alguien que me puede ayudar...

Enseguida tomó su celular y marcó

—Hola ¿Puedes venir?

—¡...!

—Tengo una propuesta para ti...

—¡...!

—Si puedes esta noche... Perfecto, te espero...— Colgó.

—Deséame suerte Sakura-Chan ¿Por cierto tu madre sabe que ríes así? Te propongo algo si guardas mi secreto yo guardaré el tuyo— tomó a la pequeña en sus brazos —Creo que es hora de darte de comer ¿Tienes hambre?

Una hora después en el apartamento de Kyoko un invitando anunciaba su llegada

—Hola, gracias por venir— Susurró la actriz después de abrir la puerta —No hagas ruido y cierra la puerta— Ordenó, luego corrió hacia el gran sofá

El invitado la miró extrañado y con gracia, estaba completamente intrigado, fascinado por esa pequeña mujer con la que no hablaba hace más de un año y que de repente lo había llamado en vez de ir ella a buscarlo, cuando se acercó silenciosamente pudo observar a la actriz en una pijama bastante provocativa que constaba de una camisilla de tirillas de color lila y un short morado que dejaba al descubierto la mayor parte de sus perladas piernas las cuales estaban cruzadas en posición de meditación, lo que llamó más su curiosidad era que tomaba un pequeño bulto rosa para acomodarlo en su regazo, él abrió los ojos sin medida después de unos segundos habló:

—No sé qué pensar, me llamaste por ella ¿Verdad? ¿Es nuestra?— el rubio se veía más que sorprendido, mientras dejaba ver sus ojos cafés con cierto brillo especial