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☆゜01: the pogues


CAPÍTULO 01
"Los Pogues"


Los cálidos colores del atardecer pintaban la piel bronceada de Freya como si se tratara de un bello lienzo, su mirada serena estaba posicionada sobre el horizonte donde el mar bailaba tranquilamente produciendo una armonía agradable con sus olas. Su mirada enfocada a través del lente de la cámara digital para capturar esa bella imagen que sus ojos contemplaban.

Freya sentía el aire acariciar su piel y al poco rato también sintió un par de gotas humedecer su brazo y ella aseguraba que no eran de la brisa del mar, era cerveza. Alzó su vista hacia lo más alto de la vivienda donde se encontraban, era una casa en plena construcción del lado de Figure Eight, John B se encontraba ahí manteniendo el equilibrio con un pie y con una mueca de sufrimiento tras haber tirado su cerveza.

— Ojalá también te caigas para tener toda la herencia asegurada para mi— La castaña se quejó poniéndose de pie y limpiando el líquido de su piel.

— ¿Cuál herencia? ¿Los centavos escondidos bajo el sofá?— John B respondió con gracia.

Freya hizo una mueca de disgusto y le mostró el dedo de en medio a lo que John B le lanzó un beso en modo de burla.

— En serio, bájate de ahí— Freya se recargó en el andamio de brazos cruzados.

— No seas tan aburrida, Fei— el chico en el techo habló.

Ella negó con la cabeza aún con una mirada llena de seriedad, segundos después alzó su cámara a la altura de su rostro y  después un click se escuchó inmortalizando la imagen de John B intentando mantener el equilibrio en el techo. 

— ¿Por qué estás de tan mal humor, Yiyi?— JJ desde su posición sentado en la cima del andamio comentó, la chica alzó la vista para mirarlo mejor— ¿Acaso no has visto a tu novio secreto?

— No tengo ningún novio secreto— murmuró apartando la vista— ¿O por qué lo insinúas? ¿Estás muy pendiente de lo que hago para deducir eso?— contraatacó con burla.

El ceño del rubio de frunció mientras que en el rostro de la Coleman había una sonrisa bastante burlesca.

— Llegó la seguridad— La voz de Pope llamó la atención de todos.

— Adiós momento de paz con adolescentes borrachos— Freya murmuró con ironía tomando sus cosas.

— Admítelo, nos amas— Dijo John B y Freya respondió con una sonrisa.

— Humpty Dumpty, vamos— JJ dijo hacia John B

— Aquí vamos de nuevo— Kiara se acercó con una sonrisa hacia Freya.

— ¿Me recuerdan por qué vine con ustedes?— Freya puso los ojos en blanco

— Porque nos amas, Yiyi— JJ se colocó frente a ella y comenzó a caminar de espaldas a ella para guiñarle un ojo.

— Porque no puedes dejarme sola con este trío de orangutanes— dijo Kiara abrazándola por los hombros— Vamos— señaló con la cabeza.

El grupo de adolescentes comenzó a correr fuera de la casa mientras escuchaban los gritos de la policía llamarlos. Atravesando por maderas y materiales de construcción, la adrenalina corría por su cuerpo mientras que en la mente de Freya se hacía preguntas del tipo: ¿Cómo me dejo convencer de hacer estas cosas? La respuesta era sencilla, esos chicos la hacían olvidar todo lo negativo de su vida, aunque de pronto las cosas que hacían no fueran legales.

— ¡Ey tu, niña, ven acá!— Los sentidos de Freya se pusieron alerta al escuchar tan cerca la voz de un oficial, pero no volteó.

Corriendo entre columnas y cosas tiradas, Freya esquivaba los intentos del policía por atraparla, al poco rato la construcción pasó a ser un pequeño jardín con un pasto completamente verde y flores silvestres muy bien cuidadas, unos metros más adelante iban JJ y Pope, este último dio un vistazo sobre su hombro encontrándose con la mirada de Freya. El rubio de un salto pasó la cerca blanca, pero Pope esperó hasta que la chica estuviera a una distancia prudente.

— Ven, salta— Pope grito colocando sus manos formando un escalón.

Sin detener su ritmo, Freya subió un pie en las manos de su amigo y juntos impulsaron para que pudiera pasar la valla, la chica cayó limpiamente de pie y siguió corriendo, escuchó un quejido y vio como Pope había caído al suelo, detrás de él los policías entraban próximos a cruzar la cerca. Sin dudarlo, Freya corrió hacia el para ayudarlo a ponerse de pie.

— ¿Por qué te quedas tanto tiempo tirado?— Gruñó tomándolo por el brazo— Ahí vienen— la chica exclamó con los nervios de punta al notar que los hombres les pisaban los talones.

— ¡Vamos, chicos!— Kiara exclamó desde la puerta de la camioneta.

La puerta del copiloto fue abierta por el conductor, así que Freya subió y cerró con un portazo, Kiara se hizo a un lado para que Pope y JJ entraran de un salto a la parte de atrás y John B no dudó en arrancar, Freya se esforzaba por esconder la sonrisa que amenazaba con escapar de sus labios

— Admite que te divertiste intentando escapar de la policía— John ni dijo hacia su hermana con una sonrisa divertida.

— Ni un poco— ella negó y no pudo retener más la sonrisa pues sus labios se ensancharon ampliamente mirando a John B

— Mira a Gary— John B habló mirando por el retrovisor—, está buscando un aumento.

Freya miró hacia atrás donde un oficial regordete los perseguía.

— ¡Vamos, Gary!— Pope gritó.

— Espera. Más despacio— JJ se acercó a la puerta estirando una lata de cerveza hacia el hombre que corría detrás de la camioneta

— Basta, chicos— Kiara dijo— Le van a provocar un infarto.

— Estás tan cerca— JJ exclamó hacia Gary con medio cuerpo fuera de la camioneta— Eso es— lanzó la lata en su dirección

— No le pagan lo suficiente a ese pobre hombre— Freya comentó mirando por la ventana— Si ese fuera mi trabajo, ya me habría pegado un tiro.

— Oh Yiyi, pero tú nos persigues sin que tengas una paga— JJ se recargó en medio de los asientos delanteros.

— Eres un idiota— gruño empujando hacia atrás el rostro del chico con la palma de su mano.

Aquello provocó carcajadas de parte del rubio y de los demás presentes. Estando rodeada de sus amigos, la vida parecía fácil, no preocupaciones, no problemas, solo diversión.

Conforme iban avanzando las grandes casas de maderas finas con amplios y limpios jardines fueron remplazadas por chozas y cabañas de madera desgastada con autos viejos y oxidados anunciando su llegada a La Corte, aquel lugar que había sido el hogar de aquel grupo de chicos rebeldes, sobretodo, esa cabaña en medio de un pantano la cual pertenecía a los Routledge, un lugar seguro para ellos dentro de la isla. Aquella cabaña que era el refugio de Freya cuando no quería estar en su casa.

El atardecer había caído dando paso a la pronta noche, con una fogata en medio y algunos malvaviscos asados combinados con unas latas de cerveza, las risas eran las sinfonía de esa noche. El fuego crepitaba y arrojaba sombras danzantes sobre los rostros de todos, mientras el sonido de las olas rompiendo a lo lejos marcaba el fondo de la noche. Freya estaba sentada con las piernas cruzadas, mirando con desconfianza la lata de cerveza en sus manos.

Siempre era agradable pasar un buen rato con sus amigos, aunque Freya no era una persona que bebiera alcohol a menudo, solo lo hacía cuando se merecía o cuando su ego nubla su razón algo que comúnmente no pasaba pero que n ese momento quería callar a JJ.

— ¿Qué pasa, Yiyi? ¿Te da miedo una lata de cerveza?— JJ comentó burlonamente sentándose a un lado de Freya que anteriormente había hecho una mueca al sentir el sabor amargo del líquido.

— No, No me da miedo, Maybank, me da asco. ¿Quién quiere beber algo que sabe como la manguera del jardín? Es horrible— Mantuvo su mueca de asco.

— ¿Alguna vez has probado la manguera del jardín?— John B la cuestionó con gracia ganándose una mala mirada.

— Te hacen falta años de experiencia, Yiyi— Le dio unas palmadas un tanto bruscas en la espalda.

— Sí, Fey, ponte a la altura de los verdaderos expertos como JJ, que lleva el hígado al límite desde los 12.— Hablo Pope con sorna provocando varias risas entre ellos.

Freya levantó una ceja mirando a JJ, quien asintió orgulloso mientras tomaba un trago exagerado de su botella.

— Apuesto a que no te tomas una de estas— mostró una botella de un litro de cerveza— sin parar— agregó con un toque de misterio.

— ¡No empieces, JJ!— Kiara exclamó en modo de regaño.

— ¡Vamos, viejo!— Pope defendió

— Apuesto lo que quieras. Todos sabemos que no lo hará— el rubio comentó con burla.

— ¿Lo que quiera?— Cuestionó con una sonrisa— ¿De verdad quieres jugar esa carta, Maybank?— La sonrisa de JJ se desvaneció poco a poco al sentir que había cometido un error.

Y sin previo aviso, Freya le arrebató la botella de sus manos y empezó a beber del líquido. La primera reacción que tiene es un estremecimiento visible, pero se obliga a seguir. JJ la mira con la boca entreabierta, claramente impresionado, mientras Pope y Kiara vitorean desde sus asientos.. "Solo es agua" pensaba para poder soportar ese disgustaste sabor amargo y picor que le provocaba en la garganta, podía escuchar las exclamaciones de asombro de parte de sus amigos y pasados unos largos segundos, la chica despego la botella de sus labios pasándose el último trago de cerveza. Estiro el envase vacío hacia JJ que aún tenía la boca entreabierta.

— Lo admito, me dejaste impresionado— el rubio aceptó.

— Es mi hermana, obviamente te iba a cerrar la boca— John B exclamó con orgullo acercándose a abrazarla por los hombros.

— No subestimes lo que soy capaz de hacer— Freya dijo hacia JJ con una sonrisa de superioridad— Quiero que...— Pensó por un momento— Laves nuestro basurero por un mes— Dijo con una sonrisa divertida.

— ¡No es justo!— JJ se quejó estirando los brazos con indignación.

— Apostaste lo que fuera— Freya se burló con una sonrisa— Además, ya comenzaba a apestar a ti.

Las risas entre los amigos surgieron haciendo un ambiente ameno y relajado.

El sol entraba por las ventanas polvorientas de la casa. Freya despertó con la boca tan seca como una lija y el olor a humo pegado a su ropa. Apenas abrió los ojos, la morocha comenzó a toser alejando el aire con su mano, el olor a hierba llegó a sus fosas nasales, estaba envuelta en una nube de humo, a un lado de ella en el sillón se encontraba Kiara fumando un porro.

— Buenos días, Fei— Kiara habló con voz ronca.

— Hoy solo son días, Kie— Freya bromeó incorporándose— Dios... me siento como si me hubiera atropellado una lancha.

— Bienvenida al Club, Fei— Dijo señalándola perezosamente

Un sonido llamó su atención, dirigió su vista hacia la pequeña cocina que estaba al otro lado de la habitación, Freya se levantó tambaleándose hacia la cocina, donde John B y Pope se encontraban, riendo y viendo algo en la cámara.

— Mira quien despertó de su coma etílico— Dijo John B burlonamente mientras le pasaba una taza de café caliente.

— No sabes cuánto te amo— lo miró con ternura aceptando la taza.

— Sigo sin creer que lo hayas hecho— comentó Pope tomando asiento a su lado.— Debiste de ver la cara de JJ cuando vio que estabas acabándote la botella.

— No sé si superaste más a JJ o a tu hígado.— John B habló con gracia

— ¿Qué?— Exclamó confundida.

— Mira esto.

John B giró la cámara de Freya hacia ella, mostrándole una foto donde la chica estaba por acabarse la botella y a un lado de ella se encontraba JJ con una mirada llena de total sorpresa e incredulidad.

— ¡Borra eso!— Gruñó horrorizada— Parecemos idiotas

— No la borres— Pope intervino— Se lo podemos enseñar a sus futuros hijos cuando les prohíba tomar cerveza— Ambos chicos soltaron una carcajada.

— No es algo de lo que me sienta orgullosa,— hizo una mueca— pero al menos gané algo— comentó dándole un sorbo a su taza— ¿Tomando desde temprano, John B?— Freya lo cuestionó al ver la lata de cerveza en su mano.

— También ayuda a aliviar la resaca, mamá— la chica le dio un leve empujón ante aquel apodo. Tras compartir una risa, John B se levantó y caminó hacia el refrigerador para tomar otra lata.

Desde su lugar, Freya recorrió el lugar con su vista, había bastante desorden desorden, algo común después de tener una de sus reuniones. Termino de tomarse su taza de café y la dejo en la mesa.

Freya soltó un largo bostezo, tallándose los ojos mientras caminaba descalza por el pasillo. Apenas se dirigía al baño cuando algo la hizo detenerse en seco: la puerta entreabierta de su habitación. Frunció el ceño y asomó la cabeza con cautela, solo para encontrar una escena digna de una película barata.

JJ estaba reclinado sobre una chica rubia que, entre risas, le pasaba las manos por el abdomen desnudo. Freya empujó la puerta sin descaro alguno y entró con la mirada seria y los brazos cruzados.

—Oh no, Maybank,— soltó con tono seco— no vas a convertir mi cama en tu hotel de paso.

La chica rubia dejó de reír de golpe y se sentó de inmediato, con el rostro encendido como un tomate. JJ, en cambio, se giró hacia Freya con su clásica sonrisa burlona, como si ella fuera un espectáculo que no quería perderse.

— Buenos días, Yiyi— Le dedicó una sonrisa juguetona— ¿Cómo va tu primer día de cruda?

Freya mantuvo su postura firme, ignorándolo por completo.

—Salgan de mi habitación.

—Ni siquiera es tu habitación,— JJ respondió con aire despreocupado, abriendo los brazos— es la de John B.

—¿Ah, sí? Yo duermo aquí.— Se cruzó de brazos recargando su peso en una pierna— Y lo último que quiero es acostarme en una cama que apesta a tus fluidos y a malas decisiones.

JJ soltó una carcajada mientras la chica miraba a ambos con nerviosismo, sin saber si quedarse o salir corriendo.

—Salgan de mi habitación.— Volvió a decir— Por si no lo sabías hay hoteles baratos a pocos kilómetros de aquí.

—Oye, no tienes por qué ponerte así,— dijo la rubia con tono tenso, aunque intentó mantenerse firme— no estás sola en esta casa.

Freya giró la cabeza hacia ella con una mirada tan tranquila que resultaba aterradora.

— ¿Tu nombre?— Alzó una ceja en su dirección.

—¿Qué importa?— respondió la chica con voz titubeante.

— Perfecto, porque no planeo recordarlo.— Freya inclinó un poco la cabeza, una sonrisa apenas dibujándose en sus labios— Si yo fuera tú, saldría por esa puerta, seguro tienes tiempo de encontrar una cama más limpia.

La chica se levantó con movimientos torpes, recogiendo su bolso sin levantar la mirada.

—JJ no dijo que...

—Claro que no lo dijo.— Freya la interrumpió con calma, pero su tono era implacable— Por eso te lo estoy diciendo yo.

La rubia frunció los labios y salió de la habitación rápidamente, casi tropezando con el marco de la puerta en su prisa. JJ observaba todo desde un rincón, divertido y con los brazos cruzados.

—Tienes talento, Yiyi,— comentó, acercándose a Freya con esa sonrisa burlona que tanto la sacaba de quicio—Admite que estabas celosa.

—Admite que no tienes mejor lugar para hacer tus "negocios" que una cama prestada.— Sonrió con arrogancia.

JJ parpadeó sorprendido y luego volvió a reír, levantando las manos en señal de rendición mientras Freya giraba sobre sus talones y se dirigía finalmente al baño.

—No puedes dejar de pensar en mí, Freya,— murmuró él en voz alta, lo suficiente para que lo escuchara.

Freya solo levantó la mano desde el pasillo, mostrándole su dedo medio sin siquiera voltear a verlo.

—A veces me preocupas, Maybank,— respondió con tono aburrido, cerrando la puerta del baño con un golpe.

— ¿Sabes, Yiyi?— Habló recargado en la pared al otro lado de la puerta— Si no fuera porque yo mismo vi que realmente tomaste anoche, no lo creería. La princesa tomó cerveza como un marinero.

— Ya que estás de pie— Freya abrió la puerta dejándola ver con el cepillo de dientes en su mano— Cambia las sábanas de mi cama.

— Eres cruel, Yiyi.— Dijo con una falsa expresión de indignación— Yo podría haber muerto anoche de un coma etílico. Necesito cuidados... mimos...

— ¿Te cuido yo?— Cuestiono cruzándose de brazos con ironía— Ni en mil vidas, Maybank.

— Solo digo que no deberías haber corrido a esa chica...— Se acercó a ella con una sonrisa ladina— Parecías molesta. ¿Celos?

— Oh, por favor.— Gruñó cruzándose de brazos— Ni en tus mejores sueños. Solo me molesta que seas tan descarado.— Por un segundo bajo la vista hacia el abdomen marcado del chico que comenzaba a acercarse bastante.

— Si me sigues mirando así, Yiyi, voy a empezar a pensar que quieres algo.— Dijo riendo

Desde la sala de estar se podía escuchar la discusión de aquellos dos, John B tenía una sonrisa en su rostro mientras negaba con la cabeza. No le preocupaba las constantes peleas entre JJ y su hermana, era algo normal entre ellos, lo que le preocuparía es que no las hubiera más.

— Quiero que te laves la boca antes de hablarme.— Escuchó el grito de Freya— Hueles a gasolina y malas decisiones.

Segundos después vio a Freya salir del pasillo murmurando cosas para después salir de la casa, detrás de ella salió JJ con una sonrisa burlona y se colocó junto a John B que lo miraba con una ceja enarcada.

— Pelean igual que un matrimonio disfuncional— le dijo y JJ negó con la cabeza.

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