El despertador suena a las cinco de la mañana. Nunca me ha gustado demasiado dormir, así que no tengo ningún problema en levantarme temprano. Me pongo mi ropa de deporte y me trenzo el pelo. Salgo de mi tráiler y llamo a la puerta de Tom. Nadie contesta. Llamo más fuerte esta vez. Tom aparece frotándose los ojos.

—¿Qué pasa?

—En cinco minutos te quiero aquí fuera, nos vamos a correr.

—¿Estás de coña?

Me doy la vuelta y camino hacia mi tráiler de nuevo. Él sigue hablando pero no sé lo que dice. 

Me tomo un vaso de leche, dejo el teléfono cargando y salgo de nuevo. Me siento en la escalera del tráiler de Tom y un par de minutos más tarde escucho que se abre la puerta.

—¿Listo?

—¿A dónde vamos? —pregunta aún sin estar del todo despierto.

—No sé, cada día hago una ruta diferente. 

Caminamos hasta la salida de este campamento de tráilers. Una vez llegamos a los prados empezamos a trotar por la pista de la derecha.

—¿Y esto lo haces cada día? —pregunta.

—Sí, excepto los días que tenemos rodaje nocturno.

Esos días acabamos de grabar a las cuatro o cinco de la mañana, así que como comprenderéis, por mucho que no me guste dormir, no podría sobrevivir con solo una hora de sueño.

—Pensé que me podría relajar estos días, pero ya veo que no. —comenta gracioso.

—Oh, esto es solo el principio —digo riendo—. Mañana vendrás conmigo al entrenamiento de tiro con arco. Un día os llevaremos a montar a caballo, ¿has montado nunca?

—¿Cuentan los ponis que monté con cinco años?

—Ya os enseñaremos a montar bien. Ah, y he oído por ahí que Allan, nuestro coordinador de luchas, está preparando un entrenamiento básico de espada para ti.

—¿Y cómo de básico va a ser? —ríe

—Será el mismo que hicimos Skandar y yo en la primera peli. O sea que será un entrenamiento pensado para un niño de ocho años básicamente.

Al cabo de una hora volvemos a estar en el pueblo móbil de carpas y caravanas. Me ducho rápidamente y voy al sector de peluquería y maquillaje. Después voy a buscar mi vestido de narniana y cuando lo tengo puesto voy al comedor. Cojo un par de tostadas y un zumo y me siento en la primera mesa que encuentro. Hablo un poco con el conductor que nos lleva cada día al set.

Cuando ya casi he terminado llegan Tom, Harry y Harrison. 

—Así que esta es Lucy. —dice el primero.

Reímos. Les aviso que iré a buscar mi mochila y lo que necesito para el rodaje y que nos encontraremos delante de su tráiler. Paso por un camión que es como un trastero (pero perfectamente organizado) y cojo mi daga, el arco y el carcaj con las flechas. 

Cuando me reencuentro con los chicos nos montamos en un todoterreno. En el mismo viaje nos acompañan Will y George. Al empezar a rodar, nuestros visitantes se quedan detrás de las cámaras. El día transcurre con normalidad y sobre las cinco volvemos al campamento. Hoy tenemos la tarde libre.

Dos horas más tarde nos vamos al gimnasio, tenemos entrenamiento. Como siempre, Joe nos tiene unos ejercicios preparados. Tom y Harrison han venido a entrenar también. Parece que no tienen problema en seguir el entrenamiento. Por otro lado, me da la impresión que Joe quiere acabar con ellos. De alguna manera ve que la debilidad de Tom es la resistencia, así que nos pone a correr en la cinta, después nos hace saltar a la cuerda, volver a la cinta y pedalear unos kilómetros. Todo esto varias veces y sin descansar. Debo decir que Joe cumplió su objetivo de destrozar a los chicos, pero también ha acabado con nosotros. Claro que no dejamos que lo noten. Skandar incluso pide si podemos hacer unos abdominales y dominadas. Por suerte Joe piensa que ya hemos tenido suficiente por hoy.

Al día siguiente se repite lo mismo. Salimos a correr, rodamos, volvemos al campamento y entrenamos. La única diferencia es que esta vez no tenemos la tarde libre. Hoy tengo entrenamiento de tiro con arco. Escojo un arco sencillo para que los chicos puedan aprender y las flechas especiales para los aprendices. Les enseño cómo se deben colocar y cómo coger el arco. Harrison y Harry parece que se las apañan, pero Tom tiene notorios problemas. Me acerco a él y le enseño lo que está haciendo mal. No hay manera que lo corrija. Me coloco detrás de él y cojo la mano de él que sostiene la flecha.

—Mucho mejor, ahora ya lo he entendido. —susurra gracioso.

—¡Al fin! —río yo por mi parte.

Al final parece que no se les da tan mal y acabamos haciendo un pequeño campeonato de puntería. Skandar, como juez de la competición, ha declarado que soy la ganadora seguida por Harry, Tom y Harrison.

La rutina es siempre la misma, pero el día antes de rodar un par de escenas con los caballos, traemos a los chicos para que aprendan a montar. Cuando nosotros acabamos de entrenar y ellos terminan la clase le preguntamos al supervisor de los caballos si podemos ir hasta el prado. Nos dejan ir, pero debemos dirigir a los caballos nosotros, los novatos no pueden. Cada uno de nosotros debe llevar a un chico detrás. Harrison se monta detrás de William, Skandar y Harry irán juntos y Tom se sube conmigo.

Me cuesta admitirlo, pero la verdad es que siento escalofríos cuando Tom pasa sus brazos alrededor de mi. Por la noche, en la cama, me quedo pensando en eso. ¿Me puedo haber enamorado de Tom? No, está claro que es un buen chico, pero es imposible. Probablemente solo siento que estoy más unida a Tom por estos diez días que hemos pasado juntos. Cuando pasó lo de mi padre dije que no me enamoraría nunca de nadie. Cometí un error con Noah y eso no volverá a pasar.