4. ¿No quieres un beso de felicitaciones, Vi?
▲ 𝐌 𝐈 𝐊 𝐎 ▲
— Te dije que no quiero ver a nadie, Mari — Digo con las cara enterrada en mi almohada.
Riri tenía horas sin contestarme, tal vez actúe como una inmadura cuando hablamos hace rato y tenía miedo de que se enojara conmigo.
Lo que más odie toda mi vida, era cuando se enojaba conmigo.
— Bue, si quieres me regreso — Dice una voz totalmente distinta a la de mi corillo.
Era la voz de ella.
Me levanto de un salto de mi cama y abro los ojos ampliamente al verla a algunos pasos de mi.
Ella está aquí.
— Hola Vi — Dice tímidamente mientras cierra la puerta.
— T.. tu — Balbuceo sin salir del shock.
La oigo soltar una risita y me sentí en el fucking cielo, ella era un ángel.
— Estoy aquí — Se acerca a mi y me mira con esos ojos que tanto me encantan — ¿No me darás un abrazo?
Reaccionó al oir esa pregunta y la rodeo con los brazos, apretandola contra mi.
— Lo siento — Digo sin soltarla.
— ¿Por qué te disculpas? — Pregunta cerca de mi oído.
— Te hablé horrible hace rato.
— Si estuviste mal, pero lo dejaré pasar — Se separa un poco de mi y me quejo, pegandola más a mi — Vicky — se queja riendo.
— No, ya no te volverás a separar de mi, no lo permitiré — Escondo mi rostro en su cuello y el embriagante olor de su perfume me invade.
Seguía siendo el mismo desde hace años.
— ¿Y que harás? ¿Seré tu prisionera? — Se burla.
— No me des ideas — Le advierto.
— Por mucho que ame estar entre tus brazos, estoy cansada, fueron ocho largas horas de vuelo — Dice acariciando mi cabello.
A regañadientes me separo de ella y la miró fijamente.
— ¿Cuanto te quedarás? — Pregunto.
— No tengo fecha de regreso — Se encoje de hombros y sonrió — ¿Puedo? — Apunta mi cama.
— Mi cama, tu cama.
Sonríe levemente y se recuesta en mi cama, voy a mi armario y saco uno de mis hoodies.
— Toma, ponte esto pa' que estés ma' cómoda — Le extiendo la prenda y me doy la vuelta cuando la toma.
— Gracias — Escucho movimiento en la cama — Puedes voltearte, aunque no es nada que no hayas visto.
Suelto una risita con las mejillas sonrojadas y me doy la vuelta, veo una sonrisa burlona en su rostro aunque sus mejillas también están rojas.
— No planeo ser una acosadora — Digo acercándome a la cama — Aunque muero por volver a verte así.
— Victoria — Me da un empujón avergonzada.
— Tu empezaste — Digo riendo — Ese hoodie te queda espectacular.
— Las chicas morirían si ven que tengo un hoodie de Young Miko — Dice riendo.
— ¿Que chicas? — Me recuesto a su lado.
— Mis amigas, Rivers, Ari y Ama — Contesta — También hacen streams y aman tu música, no entiendo cómo apenas te conocí.
— No te juzgo, porque yo también me acabo de enterar de ti y eso que Jonuel te ama — Hago una mueca.
— Antes de irme me dijeron que quieren ir a tu concierto en Monterrey — Dice viéndome — Y le dije que no me interesabas mucho, ya sabes.
Le doy una mala mirada y ella suelta una carcajada, trato de no reír y me doy la vuelta en la cama, dándole la espalda, aparentando estar enojada.
— No te enojes, Vicky — Siento sus manos en mi espalda — Era una bromita, claro que iré a verte.
— Pue' no te dejare entrar, por puñeta — Hago voz enojada.
— Que lastima, yo planeaba darte un buen beso de felicitaciones — Dice contra mi oido.
Mi piel se eriza y me volteo con rapidez, subiendome sobre su cuerpo, sin dejar caer mi peso en ella.
— Eso es chantaje — Digo con la voz ronca.
— Que deja vu — Suelta una risita y acomoda mi cabello detrás de mi oreja — ¿No quieres un beso de felicitaciones, Vi?
Sonrió ampliamente cuando ese recuerdo llega a mi mente.
*Flashback*
— Toy nerviosa — Digo frotando mis manos.
Estaba por jugar uno de los partidos más importantes del equipo y tenía pánico de cagarla.
— Deja los nervios, Vic, lo harás increíble — Mi mejor amiga, Riri, me sonríe con esa sonrisa que tanto amo — Si ganas, te daré un premio de felicitaciones.
— ¿Y si pierdo? — Digo con un puchero.
— No pienses así — Me regaña — Te daré un premio de consuelo.
— ¿Y no puedo saber de qué trata ese premio?
— Nop, es una sorpresa — Dice con una sonrisa.
Suena el anuncio de nuestro equipo y la miro con pánico.
— Lo harás increíble, ánimo — Deja un beso en mi mejilla y me da un empujón.
Salgo temblando de los nervios a la cancha, aunque cada que pasaban los minutos jugando, sentía menos nervios y la adrenalina corría por todo mi cuerpo.
Casi finalizando el partido, logro meter un gol y todas las chicas me aplastan en un abrazo como siempre, miro con emoción a las gradas dónde veo a Riri mirándome con una amplia sonrisa.
Hago una R deforme con mis dedos y le guiño un ojo, dedicándole mi gol.
Regreso al juego los pocos minutos que quedan y al fin anuncian que mi equipo ganó el partido.
Quiero mi premio.
• • •
— ¿Podemos ir a por un helado? — Me pregunta la rubia sentándose en mi cama.
— ¿Y mi premio? — Insisto por sexta vez.
— ¿Helado de fresa o de chocolate? — Me ignora.
La miro con enojo y me siento en mi cama, dándole la espalda mientras me quito mis zapatos para el fútbol.
— ¿Estás enojada? — Escucho su voz preocupada.
— No — Contesto cortantemente.
— ¿Segura? ¿Ya no quieres tu premio de felicitaciones? — Pregunta cerca de mi oído.
— No, ya no quiero na' — Suelto un bufido.
— Yo que planeaba darte un buen beso de felicitaciones.
Mis sentidos se alertan y de un momento a otro la tengo recostada en la cama, encima de ella y mirándola con ilusión
— Me estás chantajeando — Digo en voz baja.
Sube su mano acomodando mi cabello rebelde y se acerca a mi rostro.
— ¿No quieres un beso de felicitaciones, Vi? — Pregunta casi sobre mis labios.
Asiento lentamente y relamo mis labios, esperando la suavidad de los suyos, la cuál no tuve que esperar mucho.
*Fin del flashback*
Ese fue nuestro segundo beso y teníamos 14 años.
— Vic — Chasquea sus dedos frente a mi rostro y salgo de mi ensoñación — ¿Estás bien?
— Yes, solo estaba recordando ese moment — Le digo con una sonrisa — Aunque se te olvidó la parte donde me besas.
— Mmm, no lo sé — Lo piensa — ¿Estás soltera?
— Creeme, si no lo estuviera, no estarías debajo mío — Digo con una ceja alzada — Seré mujeriega, pero no infiel.
— ¿Y la modelito esa con la que decían que estabas? — Dice con una ceja alzada.
— Pues de ti también dicen que estás con una futbolista — Digo rodando los ojos.
— ¿Que? — Pregunta confundida.
— Si, una española, Mar algo se llama.
Me da un empujón y me quejo al caer en la cama.
— ¿Dónde viste eso?
— Le hicieron una entrevista a la tipa esa y hablo de ti — Contesto buscando mi teléfono — Todo el mundo las shipeea — Digo amargamente.
Entro a Twitter y Riri se acerca a mi, viendo por encima de mi hombro.
— Te vieron en el aeropuerto — Digo con una mueca — Con razón leí que se rumoraba que ibas a verla, ja, si supieran.
La escucho reír en mi oreja y me estremezco.
— Aquí — Digo y reproduzco el vídeo.
"— Dicen por las redes que te gusta la streamer, Riri_ri, ¿Es eso correcto? — Pregunta un reportero.
La pelinegra suelta una risita y rasca su nuca con nerviosismo.
— Joder, ¿A quien no le gusta esa chica? — Habla al fin.
— ¿Tendrías algo con ella?
— Con gusto — Dice con una sonrisa mirando a la cámara"
Imbécil.
— Lo que me faltaba — La escucho quejarse — No solo siguen jodiendo con el tema de Sebas, ahora joderan con el tema de Mar.
— ¿La conoces? — Pregunto apagando mi teléfono.
— Ajá, es una de las jugadores de pio femenil — Contesta y la miro extrañada — Es algo de streamers, varios streamers tienen un equipo y pio es el equipo de Rivers, yo estoy bastante involucrada en eso para apoyar a Rivers.
— ¿Tuviste algo con ella? — Pregunto con desinteres, aunque si tenía mucho interés.
— Estábamos borrachas, una cosa llegó a la otra y paso — Se encoge de hombros.
— ¿Te gusta? — Pregunto con el ceño fruncido.
— ¿Te gusta Isarel Román? — Contesta con otra pregunta.
— No — Contesto automáticamente.
— Allí tienes tu respuesta — Dice recostandose en la cama.
Sonrió como niña pequeña y me acuesto a su lado, admirando su perfil.
— ¿Te sigo gustando? — Pregunto con nervios.
— Creo que debemos empezar a conocernos de nuevo — Contesta.
— Esa no fue mi pregunta, Rina — La reprochó.
— Si — Contesta y sonrió — Pero en caso de que vuelva a suceder algo, debemos tomar las cosas con calma y conocernos a nuestras versiones de ahora.
— Tu también me sigues gustando — Rodeo su cintura con mi brazo y me acurrucó contra ella.
— La palabra calma y tu no van de la mano — Dice pasando sus brazos por mi espalda.
— Esperé 10 años y eso que soy impaciente — Me encojo de hombros y cierro los ojos.
— Buenas noches, ojitos — Murmura.
Mis mejillas se calientan aunque mi cuerpo siente una paz al oír ese apodo, y estar tan juntas de nuevo.
— Buenas noches, mi diabla.
La escucho reír levemente por el apodo y se acomoda mejor entre mis brazos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro