24. Vic...
— Vic...
Mi labio inferior tiembla ligeramente y me tiro a los brazos de la platina, aferrándome a ella.
Sin poder evitarlo, pequeñas lágrimas salen de mis ojos y la abrazo con más fuerza.
No quería soltarla.
— Hey, diablita, pero tampoco tienes que llorar — Escucho su linda voz cerca de mi oido.
— Lo siento — Sollozo contra su cuello.
— Acho, baby, algo me dice que no estás así por velme — Dice Vic con preocupación y toma mi rostro suavemente, limpiando mis lágrimas — ¿Que tienes? ¿Hice algo que te hizo sentir mal?
Un puchero se cuela en mis labios mientras miro sus hermosos ojos azules.
La comunicación es lo más importante en una relación, Rina, hazlo
— ¿Tú crees que Isarel es más bonita que yo? — Suelto la pregunta.
Veo como me mira con sorpresa y luego suelta un suspiro, entendiendo todo.
— Viste Twitter — Suena más como una afirmación que una pregunta — Riri, sabes muy bien que no debes tomal en cuenta las cosas que dicen los medios para sacar todo de context.
— ¡Pero estaban muy cerca! ¡Y tiene tu merch! — Me separo de ella — Muchas personas las shipean.
— No puedo controlar quién tiene y quien no mi merch, chula — Dice pasando su mano por su cabello — Y ella se me acercó en el aeropuerto para venir a acá, no podía correrla de allí con todos los ojos encima nuestro, y te juro que siempre mantuve distancia y solo fui civilizada.
Hago una mueca de tristeza.
— Ellos dicen que ella es más bonita — Digo en un hilo de voz.
— Pues son unos putos mentirosos — Está se vuelve acercar a mi y toma mis manos — Tienes a muchos detras de ti, mas de los que me gustaría, y nadie mas importa cuando mis ojos estan en ti. La mismísima Rihanna puede pasar frente mío y la ignorare solo para mirarte a ti.
Suelto una risita ante esto último y la miro con ternura.
— Eso es muy lindo, pero si haces eso, te meteré un golpe por no mirar a Rihanna — La amenazó con mi dedo.
— Que conste que tú lo dijiste, diablita
Suelto una risita y paso mis manos por su cuello, haciendo un pequeño puchero.
— ¿Me perdonas por este recibimiento?
— No tienes polque pedi' perdón, lo hablaste como se debía y no hiciste nada malo — Dice con una sonrisa acariciando mi mejilla — Aunque, acepto otro tipo de disculpas.
Sus manos me toman de la cintura por sorpresa y termino encima de la cama, soltando un chillido por la sorpresa.
— Te he extrañado mucho, diablita — Dice subiéndose encima de mi.
— ¿Ah si? — Pregunto en un tono coqueto pasando mis manos por su cuello — ¿Por qué no me enseñas que tanto me haz extrañado?
Vic sonríe con un toque travieso y ataca mis labios con necesidad, beso el cual correspondo con la misma intensidad.
Poco a poco la ropa se fue eliminando de nuestros cuerpos, dejandonos como Dios nos trajo al mismo.
Mi boca se abre al sentir los labios de la platina alrededor de uno de mis pezones y no puedo evitar gemir su nombre con necesidad.
— Me encanta como se escucha my name salir de tus labios, diablita — Dice pasando a mi otro pezón.
Me iba a volver loca y ni siquiera había empezado lo bueno.
Su boca esparce besos por todo mi cuerpo, explorando todo mi cuerpo con sus manos y boca, llevándome al cielo.
— ¡Vic! — Arqueo mi espalda cuando sus labios atrapan mi clítoris.
Siento su sonrisa y empieza a mover su lengua hábilmente, llevándome a las estrellas.
Sentía mis piernas temblar y un chillido sale de mis labios al sentir como me penetra con dos de sus dedos.
— Tan jodidamente deliciosa — La escucho murmura.
Mientras dos de sus dedos más su lengua me están follando, su otra mano sube por mi cuerpo y llega a mis pechos, los cuales empieza a acariciar.
Mis piernas parecían gelatina y mi boca no lograba formular más que gemidos, o palabras incoherentes.
— Fuck.
La escucho decir cuando mi orgasmo sale a la luz, dejándome agotada sobre la cama.
— Acho, baby, no duraste nada — Escucho la voz burlona de Vic subir sobre mi cuerpo.
Le doy un empujón en el hombro está simplemente se ríe, tomando mis mejillas y juntando nuestros labios, haciendo que pruebe mi propio sabor.
— ¿Tas' muy cansada? — Me pregunta acariciando mis mejillas.
Asiento como niña chiquita y hago un puchero.
— No he dormido bien — Admito en voz baja.
— Vamos a dormir, princesa.
Sonrió con las mejillas sonrojadas debido al apodo y nos recostamos en la cama desnudas, tapandonos con las sábanas.
— Rivers te ayudo, ¿Cierto? — Le pregunto luego de acomodarme sobre su pecho.
— Yes, ¿Tan obvia fue? — Pregunta soltando una risita y asiento.
— La notaba rara, pero nunca imaginé que fuera por esto, pensé que simplemente estaba nerviosa por la velada — Le digo sintiendo los párpados pesados y suelto un bostezo contra mi mano.
— Duérmete ya, amor — Me dice Vic acariciando mi cabello.
— Te extrañe mucho — Murmuró abrazando su cintura.
— Y yo a ti, pero ya es hora de dormir.
Lo último que siento es un beso en mi frente y rápidamente caí dormida en los brazos de la platina.
Cuanto había extrañado dormir así.
— Déjame verla — Dice Rivers quejándose frente a mi puerta.
— Déjame pensarlo... No — Digo obstruyendo el paso a mi habitación.
— Anoche cogieron, ¿Verdad? — Se burla la teñida, haciendo que mis mejillas se sonrojara.
— Me vale madres que estés mamadisima, te voy a meter un putazo — La amenazó avergonzada.
— Que agresividad — Escucho la dulce voz de mi novia detrás de mi y sus brazos rodean mi cintura — Hola Rivers.
— No mames, si es real — Dice el chaneke abriendo la boca — Y si, tu morra es muy agresiva, ponle bozal o algo.
— ¡Samantha! — Suelto un chillido y solo escucho la risa de Vic cerca de mi oído.
— ¿Que tal si mejor vamos a desayunar? A ver si así dejan de discutir — Propone mi novia.
— Me parece bien, muero de hambre — Digo con un puchero.
— Claro, como no, luego de tremenda cogida — Dice Rivers para luego salir corriendo.
— Samantha, ven acá, coñoetumadre — Me suelto del agarre de Vic y empiezo a perseguir al Minion que se ríe diabólicamente.
En nuestra pequeña persecución, logro agarrarla y darle un golpe en la cabeza.
— Mejor no me acerco, capaz me ganó un golpe yo también — Escucho la voz de Mauro frente nuestro.
— ¡Mau! — Digo con emoción acercándome a el para abrazarlo.
— Pinche bipolar — Se queja Samy acariciándose la cabeza.
— Eso te pasa por mamona — Le saco la lengua — ¿Y Mari?
— Se quedó en la habitación, en un rato baja — Me dice Mauro — Un gusto, Mauro, amigo de Victoria.
— Samantha, aunque me dicen Rivers, un gusto — Dice mi amiga tomando la mano del moreno — Lamentablemente soy amiga de esta loca.
— Loca tu abuela — Le saco la lengua.
Mau, Rivis y yo nos vamos al comedor, donde nos encontramos a Ronny, Produ, y Chapa.
— Que pedo, morras — Nos saluda Ronny — ¿Y el quién es?
— El es Mau, un viejo amigo — Digo con una sonrisa — Mau, estos son Ronny, Chapa y Félix, aunque frente a las cámaras Felix se llama producción.
Mientras estos se hablan para presentarse, tomamos a asiento y esperamos a las dos que faltan.
— Hola mami — La voz de Mari detrás mío me saca de la plática y sonrió al verla.
— Hola, Mari — Me levanto a darle un abrazo — ¿Que hizo Victoria para convencerte de hacer este viaje?
— Pasaba un día más y la ahogaba con una almohada, no la soportaba más — Dice la morena rodando los ojos con diversión.
— Oye — Se queja Vic con un puchero — No es mi culpa que extrañe a mi novia.
Awwww, me muero de amor.
Me voy a un lado de Vic y la abrazo, besando su mejilla.
— Guacala, mucho amor, ya tengo suficiente con Juan y Ari — Dice Samy haciendo una mueca.
— Y con los filiesposos — Dice Produ.
— Que ustedes sean más secos que un cactus, no es mi culpa — Le saco la lengua a los dos.
Nos sentamos a disfrutar el desayuno y luego nos vamos a un gym de boxeo para ver a Rivers entrenar.
— Y mira, aún no se me ha quitado el moretón que me hizo el pinche Minion — Le muestro a Vic la mancha morada que estaba en mi cuerpo.
— ¡A que te emparejó el otro lado! — Me grita la teñida sobre el ring.
— Le voy a ir a la Rivers española si sigues con tus mamadas — Le saco la lengua y mis amigos se ríen.
Nos sentamos a ver el entrenamiento mientras Alcalde se encargaba de documentar todo, pero notaba cómo Rivers no estaba dando todo en el ring.
Luego de terminar el entrenamiento, Ronny y Rivers se perdieron en los casilleros. Cuando Romny salió, yo entre por este mismo lugar luego de darle un beso a Vic en la mejilla.
— ¿Todo bien, chaneke rabioso? — Digo con una sonrisa, la cual está la medio contesta — ¿Que paso, Samy?
— No me siento preparada — Murmura y yo suelto una risita, incrédula — ¿De que te ríes?
— ¿Como que no te sientes preparada? Haz entrenador por meses sin descanso, ¿Te estás escuchando? Literalmente me partiste la madre estos días — Le digo incrédula.
— ¿Viste el entrenamiento de hoy? Fue una porquería — Se queja — Aparte, tú no entrenas box.
— Por qué te confiaste y Ronny aumento el ritmo, para enseñarte eso mismo, no debes confiarte — Le digo con seriedad — Marina no tiene el mismo entrenamiento de tu, pero no debes confiarte nunca de nadie.
Rivers suelta un suspiro — Aunque odie admitirlo, tienes razón.
— Siempre la tengo — Digo con arrogancia y las dos nos reímos — Ahora metete en la cabeza que vas a partir culos y no bajes la intensidad.
— Si, señora — Dice jugando — Gracias por estar acá, Riri.
— Siempre estare para mí mejor amiga.
La atraigo a un abrazo, el cual está corresponde, y nos regresamos al ring.
Rivers tenía que hacer el ejercicio de enfriamiento.
— ¿Quieres ir por un helado? — Pregunta mi novia abrazandome por la espalda.
— ¿Justo ahora? — Pregunto y está asiente — Va, me parece.
— Ve a despedirte de Rivers.
Está deja un beso en mi mejilla y yo voy donde está la teñida terminando de entrenar.
— Voy a salir con Vic, ¿Me cuidas a Mau y Mari? — Le pregunto juntando mis manos.
— Orale, pero yo no quiero sobrinos todavía — Bromea tomando su botella de agua — No te preocupes, yo los cuido, aunque ellos sean mayores que yo.
— Cierto, creo que mejor les pido el favor a ellos de que te cuiden — Me burlo y está me saca el dedo del medio.
— Bueno, vete ya con tu novia, aunque luego quiero que aparezca en el documental, me saldrán más visitas — Bromea y le doy un sape — ¡Oye!
— Por pendeja — Ruedo los ojos.
Me despido del resto de los chicos y las dos salimos a las calles de España, las cuales estaban repletas de gente.
— Deberías ir a una parte no tan céntrica, acá nos pueden reconocer fácilmente, especialmente a ti — Le digo.
— ¿Y si vamos a la pastelería de la tía Moni? — Propone.
Lo pienso por un par de segundos pero termino por aceptar, no rechazaría una galleta de mi madre.
Tomamos un taxi con rapidez, aunque antes nos topamos con una fan que nos pidió una foto, la cual fue mi amable al decir que no diría nada para no incomodarnos.
Tan cute, hagan más así.
Al llegar a la pastelería de mi madre, entramos y no estaba tan llena, ya que está es la hora más relajada.
— Buenas tardes, a la orden — Dice una de las empleadas.
— Estoy buscando a Mónica Santos — Le digo con una sonrisa.
— ¿Tiene alguna cita con ella? — Me pregunta con una ceja alzada.
— Eh, no — Digo con el ceño fruncido.
— Pues lamento decirte que no puedes verla, debes agendar una cita online — Dice la mujer con arrogancia.
— No creo que mi novia deba hacer una cita para ver a su madre — Dice Vic pasando una mano por mi cintura — ¿Podrías llamar al gerente o algo?
— ¿Hija? — Dice la mujer con el ceño fruncido.
— Hombre, Riri, me alegro que se te haga costumbre venir más a menudo — Dice Alex saliendo de la cocina — ¿Ya llamaron a tu madre?
— Pues me pidieron una cita para ver a mi madre — Digo rodando los ojos.
— Oh, pensé que ya le habíamos informado a todos los empleados de ti — Dice mirando a la chica que nos atendió, la cual bajó la mirada — Aparte de que hoy Moni no tiene ninguna cita agendada, pero eso no importa, síganme.
Nos abre una puerta para entrar y Vic me deja entrar primero.
— Tu debes ser Victoria, ¿No? Moni me ha contado mucho sobre ti — Dice mi padrastro con una sonrisa — Yo soy Alex, mucho gusto.
— El gusto es mío, Alex, ya sabes mi nombre — Saluda Vic con su característica amabilidad.
Al entrar a la oficina de mi madre, la vemos hablando pro teléfono, aunque se le ilumina la mirada al vernos y despide rápidamente a la personas.
— Oh, mis niñas, me alegro tanto de verlas.
Está nos brinda un abrazo de oso, aunque la que más lo disfruta es Vic.
— Traeré algo de comer, ¿Que te gustaría, Victoria? — Dice Alex mirando a mi novia.
— Lo que sea está bien — Dice mi novia educadamente.
— Traela un brownie con helado, Alex, eso le encanta — Le digo a mi padrastro y mi novia se sonroja con una sonrisa — Y si puedes ponerle helado a mi galleta, seré la persona más feliz del mundo.
— Anotado — Dice para luego salir de la oficina.
Nos sentamos con mamá a conversar, Vic le hacía muchas preguntas sobre el negocio y mi madre a mi sobre la gira, yo me sentía la tercera rueda.
Hasta que llegó Alex y nosotros dos eramos las tercera rueda, pero con postres de por medio.
Me sentía en casa con estas pláticas, aunque solo faltaba el.
Mi padre amaba a Vic y amaba nuestra relación, era nuestro fan número uno, siempre dio todo por nosotras.
Nunca dejaré de extrañarlo.
Un beso en la mejilla me saca de mis pensamientos y miro a Vic con una sonrisa, la cual me corresponde y sigue hablando con mi madre.
Me sentía en casa con Vic a mi lado.
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