12. Deja de ser inmadura, Victoria
▲ 𝐌 𝐈 𝐊 𝐎 ▲
Salgo de mi habitación con enojo y tristeza a paso rápido, tomo las llaves de mi auto, ignorando todo a mi camino.
— ¿A donde vas? ¿Qué te pasa? — Escucho a Andy.
— Dejame — Digo saliendo de la casa.
— La ultima vez que saliste enojada y te dejamos, casi chocas el auto — Andy me sigue y resoplo — ¿Peleaste con Riri?
— Que te impolta — Entro al auto y Andy entra en la parte del copiloto.
— Si chocas, tendrás el remoldimiento de que me matate' a mi también — Me amenaza mientras se pone el cinturón de seguridad — Explícame que te pasa y te ayudo con gusto.
— Me dijo que se ira y no nos podremo' vel en mucho tiempo, porque yo empezare mi gira y ella tendra que hacel no se que cosa — Me quejo.
— O sea que ya te dijo — Dice con tranquilidad y la miro con los ojos abiertos.
— ¡Tu lo sabías! — Exclamó traicionada.
— Me enteré está mañana, superalo — Rueda los ojos y suelto un bufido.
— Bajate de mi auto — Digo parando el auto.
— Sigue soñando — Se burla — Estás haciendo de esto un drama completo.
— ¿Un drama completo? — Digo incrédula — Se irá y me volverá a dejar.
— Pero no será para siempre, Victoria, entiende eso. Ya no son unas niñas inseguras, son unas mujeres exitosas que pueden afrontar esta situación — Dice Andy con el ceño fruncido — No siempre podrán estal juntas, debes entender que ella se irá a España por trabajo, al igual que tú irás de gira por trabajo. Ella no se quedará a vivir allá y podrá ir a verte, si tiene tiempo, pero si no lo tiene, tu tiene' que entendel que ella también trabaja.
Miro a Andy como perro regañado y arrugó la nariz con estrés.
— Pero Andy, duro muy poquito conmigo — Me quejo como niña chiquita.
— Así es la vida, Victoria, no lo puede' tenel todo — Se encoge de hombros — Debes dejar de ser tan inmadura, Victoria, tu y Riri no son novias, no puedes reclamarle como una.
Frunzo el ceño la oír esas palabras y una sola cosa me pasa por la cabeza.
La española que está enamorada de mi Riri.
No puedo permitir que se vaya a España y no seamos nada.
No, no, no.
No puedo dejarle el camino libre a la española.
— ¿Victoria? ¿Estás bien?
— No, no puedo pelmiti' que Riri se vaya sin ser mi novia, no puedo arriesgarme a que esté soltera y cerca de esa española — Niego con la cabeza.
— ¿Que española? — Pregunta confundida.
— Una española que juega futbol le gusta Riri y Riri me comentó que una vez se involucró con ella — Hago una mueca — No puedo dejar ir a Riri.
— Tas' crazy — Dice mi amiga con diversión — Bueno, ¿Qué harás?
— No se — Hago una mueca pensativa.
— Primero deberías disculparte con ella por ser una idiota.
Aparto la mirada con las mejillas sonrojadas por la vergüenza.
— Lo hare, pero ahora ayúdame a pensal que hacele'.
— ¿Por que no recreas su primera cita? — Dice.
— Esa cita fue muy lamentable — Niego.
— Entonces recrea la primera vez que le pediste ser novias.
Trato de irme a ese momento y recordar que fue lo que hice para pedirle ser mi novia, pero hago una mueca mientras niego.
— Nunca lo hice, Andrea, te recuerdo que ella fue la que lo pidió.
— Cierto que siempre estuvo un paso mas adelante que tu — Dice y la miro mal.
— Necesito que me des soluciones, no que me ataques — Digo rodando los ojos.
— Llevala a la playa, Riri ama las playas de PR — Dice — Y allí te pones cursi y le pides ser novias de nuevo, pero algo te digo, Victoria, no podrás pretender que siempre estarán juntas.
— Lo sé — Hago una mueca — Pero por Riri lo vale.
— Entonces te ayudo.
Le sonrió a mi amiga pelirroja y chocamos puños, amo a mis Besties.
▲ 𝐑 𝐈 𝐑 𝐈 ▲
Abro los ojos adormilada al oír la puerta abrirse y restriego mis ojos.
— Sorry, baby, ¿Te desperté? — Escucho la voz baja de Victoria.
— No te preocupes — Me siento en la cama y la analizó con la mirada, estaba igual que cuando salió enojada de la habitación — ¿Donde estabas?
— Con Andy — Murmura y se quita los zapatos, para luego subirse en la cama — Yo.. quería disculparme por como reaccione hace rato, fui muy inmadura.
— Si, lo fuiste — Digo mirandola.
— Te juro que no fue mi intención, solo me dio una crisis de nervios porque no te quiero volver a perder y reaccione sin pensal — Dice con un tono triste y toma mis manos — ¿Podrías peldonarme? ¿Po' favol?
— Entiendo, Vic, no te preocupes — Acaricio sus manos con mis dedos y me sonrió levemente — Pero debes controlarte un poco, te prometo que nos volveremos a ver.
— Lo haré, lo juro — Beso sus manos — ¿Te gustaría ir mañana a la playa? Pasar un momento junta' en un sitio que amas antes de que te vayas.
— Me parece un plan increíble — Contesto con una sonrisa y suelto un bostezo — ¿Podemos dormir ahora?
— Vente, diablita.
Se acuesta en la cama y me recuesta en su pecho, donde cierro los ojos y la abrazo con fuerza, amaba estar así con ella.
• • • • •
— ¿Llevan todo lo necesario? — Nos pregunta Andy — ¿Bloqueador solar? ¿Toallas? ¿Traje de baño? ¿Ropa? ¿Dinero?
— Andy, stop — Interviene Vic mientras yo me río — Ni mi mai es tan intensa como tú.
— Solo las toy' cuidando — Dice dándole una mala mirada a Vic.
— Tenemos todo, Andy, no te preocupes — Beso la mejilla de la pelirroja.
— Adiós, Andy — Dice Vic jalándome de la mano, alejándome de Andy y despediendose con la mano — Nos vemos mañana, no nos extrañen.
Entro al auto de Vicky y conecto mi teléfono a el, para poder poner música.
— ¿Y de que es el evento al que iras? — Pregunta luego de un rato.
— Es como ver master chef, versión streamers que no saben hacer nada. Yo iré a presentar, normalmente eso lo hace Masi, una amiga, pero esta enferma y no puede hacerlo, así que Ibai me pidió que lo hiciera yo, ya que lo he hecho en otras ocasiones — Le explico — Se llama disaster chef.
— Suena cool, ¿Nunca haz participado?
— No he querido — Hago una mueca — Estoy bien fuera de la cocina.
— Entonces tratare de velte — Me dice con esa linda sonrisa que me enamora.
— ¿Si sabes usar twich? — Bromeo.
— Jonuel si — Se encoje de hombros y suelto una carcajada.
El camino a la playa fue un poco largo pero entretenido, doy gracias que el altercado de ayer no pasara a mayores.
— Llegamos, señorita — Dice Vic estacionando el auto.
Me bajo del auto con emoción e ignoro por completo a Vic, yo solo salgo corriendo a la playa mientras me quito mis sandalias.
Amaba sentir la arena en mis pies.
Amaba las playas de PR.
— Acho, baby, creo que amas mas las playas que a mi — Se queja Vic con diversión.
Siento como me abraza por la cintura desde detrás y besa mi hombro descubierto.
— Extrañaba las playas de PR, pensé que me iría sin pisar una — Admito y acaricio los suaves brazos de Vicky — ¿Vamos a meternos ya?
— Si quieres adelántate tu, iré a bajar las cosas del auto.
Asiento rápidamente y me acerco más al agua, sintiendo está en mis pies. Me quito el vestido que traía y lo dejo de lado, quedando en mi traje de baño.
Camino más a dentro y me detengo cuando el agua me llega a las rodillas. Me quedo allí admirando el paisaje hasta que siento de nuevo los brazos de Vic rodear mi cintura.
— Te ves preciosa — Me dice besando mi hombro.
Me doy la vuelta y la inspeccionó con la mirada, relamo mis labios al verla en un bikini, el cual dejaba a la vista todos sus tatuajes.
— Mis ojos están arriba, baby — Dice con burla y le doy un pequeño empujón.
— Idiota — Digo sonrojada.
Está se ríe y siento como sus manos bajan por mi cintura, llegando a mis nalgas, las cuales acaricia y aprieta.
— Que mano larga eres — Digo pasando mis brazos por su cuello.
— No veo que te quejes — Dice acercando su rostro al mío.
— Touche.
Sin esperarlo más, junto mis labios con los de ella y pegamos más nuestros cuerpos, hasta que está baja sus manos a mis muslos y me alza con facilidad.
Rodeo mis piernas en su cintura y seguimos besándonos, Vic cada vez entra mas al agua hasta que el agua nos llega casi al cuello.
— ¿Recuerdas aquella noche antes de que te fueras? — Pregunta contra mis labios.
Mis mejillas se sonrojan y asiento levemente.
Oh, como olvidaría mi ultima vez con Vic.
Éramos tan calenturientas a esa edad.
Ahora tengo más decencia que antes... Creo.
— ¿No quieres recrear ese momento? — Pregunta besando sus besos a mi cuello.
— Estamos en la playa, Vic — Digo nerviosa, tanto por ser descubiertas como por sus besos.
— Exacto, con esa última vez — Susurra cerca de mi oreja y siento sus manos jugar con la parte de abajo de mi traje de baño — Nadie vendrá.
Vuelvo a juntar nuestros labios y ella lo toma como una invitación a que siga, ya que aparta un poco mi traje de baño y sus dedos rozan mi centro.
— Vic — Gimo contra su boca.
Siento su sonrisa arrogante contra mis labios y luego sus dedos explorando mi interior, haciéndome ver estrellas por el día.
• • • • • • •
— Dios mío, no puedo creer que lo volvimos a hacer en la playa — Digo cuando ya estábamos donde Vic dejo nuestras cosas, era un lugar algo oculto y cerca de unas rocas.
— No vi que te quejarás — La oigo burlarse y ruedo los ojos — Aunque eso no fue nada, tengo unas ganas de volver a probarte.
Dice acercándose a mí y besando mis labios, aunque me separó sonrojada.
— Atrevida — Le digo y está suelta una carcajada.
— ¿Quieres una cerveza?
Asiento y la veo sacar dos cervezas de una neverita, de esas que te llevas a la playa.
— ¿Fresas con chocolate? — Me ofrece y agarro una de ellas, llevándola a mi boca.
— Como amo las fresas con chocolate — Gimo del placer que me provocan las fresas con chocolate.
— No hagas ese maldito ruido — Me dice Vic y la miró con una ceja alzada, pero sonrió al ver sus ojos llenos de deseo.
— Pareces una adolescente hormonal, Vic, deberías calmarte — Pongo una de mis manos en su muslo y lo acaricio.
— No me provoques, Rina — Me dice con el ceño fruncido.
— Uh, ¿Estás molesta? — Me burló y beso cortamente sus labios, apretando su muslo.
Veo como cierra los ojos y aprieta sus piernas, la miró con diversión y bajo mis besos de sus labios, a su mejilla hasta su cuello.
— Que ganas de besarte todos los tatuajes — Susurro contra su oído lentamente.
— Maldición — La escucho maldecir y me toma por la nuca, juntando nuestros labios en un beso agresivo.
Me subo en su regazo a horcajadas sin dejar de besarnos, mis manos aprietan el cuello y hombros de Vic, mientras ella masajea mi culo y aprieta mi cintura.
— Vamos a la cabaña, me estás volviendo loca y no podré hacértelo bien en la playa — Me dice separándose de mi agitada.
Tomamos nuestras cosas con rapidez y caminamos hasta la cabaña con Vic guiándome.
Apenas llegamos, soltamos las cosas en el suelo y Vicky ataca mis labios con ferocidad, beso el cual yo correspondo.
— Brinca — Me dice tomándome de los muslos.
Pegó un brinquito y está me toma con fuerza, mientras yo rodeo su cintura con mis piernas.
Mi espalda descansa contra la pared mientras Vic deja marcas de chupetones en mi cuello y clavícula, lo cual no me molestaba.
— ¿Puedo? — Me pregunta jugueteando con los cordones del brasier del traje de baño.
Asiento con rapidez y a los segundos este cae al suelo, dejandome desnuda a excepción de las bragas.
— Fucking shit — Dice Vic viendo mis senos con hambre.
— Vic — Me avergüenza tenerme la mirada de ella sobre mi de esa manera, tenía tiempo sin sentirme así.
Solo Victoria podía sacar tantos sentimientos de mi.
— ¿Te pongo nerviosa, diablita? — Pregunta con un tono malditamente sexy.
Me retuerzo en sus brazos y suelto un gritito cuando mi pezón es mordisqueado por sus dientes.
Maldita agresiva.
Me pierdo en el placer de ella poniéndole atención a mis senos, mientras que mordia y chupaba uno, el otro lo acariciaba y pellizcaba.
— Hasta acá puedo sentir lo mojada que estás, nena — Dice contra mis senos.
Me restriego apropósito en su pelvis y la oigo gruñir.
— No seas desesperada — Me dice tomándome de la cintura, dejándome quieta.
Ella amaba tener el control siempre.
— Vic — Lloriqueo por la falta de atención — Te necesito, ahora.
— Mmm espera un poco, baby — Dice volviendo a mis senos.
Y así fue como me sometió a la tortura más placentera de todo el maldito mundo, sentía mi centro arder de necesidad y sus caricias solo me ponían peor.
— Por favor — Ruego cuando sus dedos juguetean con el único pedazo de tela que quedaba en mi cuerpo.
Suelta una risita ronca contra mi oído y me derrito.
María Victoria era un maldito pecado que cometería una y mil veces.
La peliblanca camina conmigo encima hasta la habitación de la cabaña que rentó y me dejó en cima de la cama.
— Quédate quieta y no apartes la mirada de mi, ¿Entiendes? — Dice mirándome fijamente.
Asiento con la cabeza y me da un beso en mis labios, para luego bajar por todo mi cuerpo esparciendo besos a lo loco, en un momento se centra en mi vientre y me retuerzo con impaciencia, haciéndola reír.
Me quita la última parte del traje de baño y muerdo mi labio inferior al sentirla cada vez más cerca.
— Maldición, Ri, estas chorreando — Dice viendo mi centro con los ojos casi negros de lujuria.
— Deja de jugar y haz algo — Me retuerzo incómoda y con la respiración agitada.
Vuelve a reírse de mi e ignora mi petición, porque solo se limita a besar mis muslos y podría jurar que me hizo un chupetón en ellos.
Aprieto las sábanas debajo de mis manos al sentir su cálido aliento contra mi zona más necesitada y con un simple beso alli, casi me corro.
— Vamos, babe, se que tienes más resistencia que eso — Se burla y se sumerge en mi raja, comiéndome por completo.
Arqueo mi espalda y cierro los ojos al sentir el golpe de placer que experimenta mi cuerpo.
— Ojos en mi, Rina — Me dice luego de darme una lamida — ¿O quieres que me detenga?
— Victoria — Me quejo.
— Mírame — Dice con voz demandante.
Acato sus órdenes sonrojada y la miró, aunque esa vista solo me provocó más placer.
La imagen de ella entre mis piernas, con esos ojos color azul oscuro por la lujuria mirándome y haciendo maravillas con su lengua casi me vuelve loca.
Vic retomo su trabajo y está vez agrego dos de dos dedos, los cuales entraron en mi fácilmente y me sacaron varios gemidos.
— No sabes cuándo extrañe la sensación de como aprietas mis dedos — Me dice besando mis muslos — Y tú fucking sabor, una total adicción.
Me estaba volviendo loca y ella lo sabía.
— Vic — Digo entre gemidos al sentir ese nudo de placer en mi vientre.
— ¿Te quieres correr en mis dedos, diablita? — Me pregunta y asiento con rapidez — Quiero palabras, mi Riri.
Un quejido sale de mis labios junto un gemido.
— Qu.. Quiero correrme — Digo con dificultad.
Victoria vuelve a quedar encima mío y sus dedos aceleran el movimiento, haciéndome temblar del placer.
— Mírame y correte, quiero ver esa bonita cara de placer — Dice con la voz ronca.
Hago lo que me pide y cuando sus dedos llegan lo más profundo, mi orgasmo se deshace y me corro encima de sus dedos.
Pierdo la noción del tiempo por un momento y cuando vuelvo a entrar en si, Vic me estaba abrazando y una fina manta nos cubría.
— Acho, baby, te deje cansada — Dice riendo y ruedo los ojos avergonzada.
— Voy a pesar que me trajiste a esta cabaña solo para coger — Bromeó.
— Si y no — Bromea y la miro con una ceja alzada — La verdad es que te traje para pedirte disculpas por lo de ayer y para pedirte algo.
— Ya te disculpe ayer, Vic, no debías hacer esto — Le digo con una pequeña sonrisa — ¿Que quieres pedirme?
— Estaba pensando en pedirte ser mi novia, pero luego lo pensé mejor y no creo que sea el momento — Dice con una mueca y se estira a la mesita de noche que está a un lado de la cama, sacando una cajita — Así que te quería pedir que nos conozcamos mejor de nuevo, comprometidas a no estar con nadie más, reservadas la una a la otra, simplemente para conocernos mejor, tal vez es egoísta pero no quiero arriesgarme a perderte de nuevo.
Veo que abre la cajita y es un anillo de promesa.
— Vic — Murmuró sorprendida.
— Te amo, Rina, desde que teníamos 10 años te he amado y no lo he dejado de hacer 15 años después, quiero compartir mi vida a tu lado y quiero hacerlo bien — Dice tomando mis manos — Eres mi vida entera, Ri, no quiero volver a perderte.
— Yo tampoco te quiero volver a perder, ojitos — Digo acariciandole las manos — Te prometo que te esperaré hasta que estemos preparadas.
Vic sonríe ampliamente y pone el anillo en mi dedo, el cuál queda perfectamente bien.
— Te amo, mi diabla — Dice besándome.
— Yo te amo más, ojitos.
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