Cuando un espíritu demoníaco está cerca es común que se presente un olor pestilente como de putrefacción.

Narradora omnisciente:

TN se encontraba curando suavemente las heridas de la cabeza de Eren, mientras éste se encontraba dormido en la cama de la ya mencionada.

El chico comenzó a abrir pesadamente sus párpados, dejando ver sus hermosos orbes jade.

-Que bien que ya despertaste- Dijo sonriendo.

-¡TN!- Dijo sobresaltado y levantándose bruscamente, esto hizo que su cabeza comenzase a palpitar y perdiese el equilibrio.

-Tranquilo, debes ser más cuidadoso, estás herido- Dijo ayudándolo a recostarse.

-¿Qué fue lo que pasó?- Dijo sobando el espacio entre sus cejas para intentar relajarse un poco.

-Lo que pasó fue que resbalaste con la alfombra- Dijo tranquilamente.

-¿Eh? ¿Cómo puedes decir eso?-

-Eso mismo-

-¡P-pero viste perfectamente que fu-

-¡Ya dije que fue así y punto, Jeager!- Dijo alzando la voz intimidado al castaño.

El chico se encogió de hombros y asintió lentamente observando sus manos.

-Eso es, debes confiar en mí y descansar, aquí no hay nada, solo tú y yo- Dijo depositando un tierno beso en la frente del castaño.

-A veces pienso que eres extraña- Dijo en susurro.

-¿Dijiste algo?-

-¿Eh? No, nada- Dijo nervioso.

[...]

Narra Eren:

-¿Tú misma vendaste mi herida?- Dije mirándome en el espejo del cuarto de TN.

-Sip, no sangraste mucho pero tuve que coserla- Dijo relajada mientras acomodaba algo que no lograba ver desde mi posición.

-¡¿Que la cosiste?!- Dije sobresaltado.

-Si, y ni siquiera puede encontrar el botiquín de primeros auxilios- Dijo observando toda la habitación, en busca de algo.

-Espera espera espera... ¡¿Me estás diciendo que consiste mi cabeza sin siquiera utilizar anestesia ni tampoco desinfectantes?!-

-Se podría decir que sí...-

-En serio eres rara...¿Qué es...?- Dije al escuchar una hermosa melodía proveniente de algo como una guitarra.

-¿Ah? ¿Esto?- Dijo acercándose a mí -Es una mandolina- Señaló aquel instrumento de cuerdas, de madera clara y brillante.

-¿Sabes tocarlo?- Dije curioso.

-Si... Más o menos- Dijo sentándose al lado mío.

Agarró la mandolina entre sus manos, acomodándola cerca de su abdomen. Luego de unos segundos la habitación estaba cubierta por una hermosa y dulce melodía proveniente de aquel instrumento.

-Eres hermosa- Dije observándola.

-¿E-ehhh?- Dijo sonrojada.

-¿Eh? ¡Es decir!... ¡La melodía!... ¡N-no quiero decir que seas fea! ¡Tú también eres hermosa!....es decir...a-aaah.... Mejor me callo- Dije desviando la mirada con un gran rubor en mi rostro.

-Jajajajajajajaja, qué tierno eres- Dijo divertida deteniendo la melodía-Tch- Dijo con el seño fruncido mirando hacia todos lados, como intentando captar algún sonido.

-¿Qué ocurre?-

-No puede ser... Ya estás en la primera fase ...- Dijo mordiendo sus uñas en señal de nervios, aunque lo último lo dijo en susurro, inaudible para mí.

-¿Qué es lo que no puede ser?- Dije confundido.

-Lo que no puede ser es que no hallas tomado las medicinas- Dijo agarrando un frasco blanco de la mesita de noche.

-Pero saben mal...- Dije haciendo puchero.

-Bueno, si quieres que te duela la cabeza toda la tarde no las tomes- Dijo cerrando sus ojos y dando un pequeño suspiro.

-¡Está bien! ¡Ya la tomo!- Dije agarrando el frasco y sacando de este una pastilla que luego introducí en mi boca -¡Ya está!-

-Jajajaja, iré a preparar el almuerzo, ahorita vengo ¿Si? Y no te levantes de ahí-

-Está bien-

[...]

Estaba recostado en la cama de TN, escuchando algo de música en mis audífonos. Pero de la nada todo se quedó en silencio. Confundido encendí mi celular para revisar si la había quitado sin querer, pero no fue así. Al encender la pantalla lo primero que mostró fue la notificación de reproducción de la canción que estaba escuchando. Irritado tomé mis audífonos y los comencé a revisar, pero todo estaba normal.

"Plop"

Se escuchó el sonido de una gota caer.

"Plop"

Otra vez. Confundido miré a mi alrededor, ya que se sentía como si estuviera callendo en los mismos oídos.

"Plop"

Cada aves se volvía más rápido las repeticiones y yo no encontraba el paradero de esas gotas.

Cuando de repente ví las paredes empapadas de agua.

-¿Qué...?-

Confundido comencé a levantarme, al hacerlo sentí como los pies se humedecían. Observe a estos, y me di cuenta que el suelo estaba inundado.

-¿Agua...?-

Un hermoso canto comenzaba a resonar en toda la habitación, como si muchos niños estuvieran aquí entonándola, parecido al canto de las iglesias.

-Estoy algo perdido...- Dije un poco nervioso.

Me acerqué a la puerta para salir pero al agarrar el picaporte no abrió, intenté abrirla con fuerza pero estaba cerrada.

-¿P-por qué está c-cerrada?- Dije ya totalmente preocupado de lo que estaba pasando.

De la anda sentí unos pasos acercándose a mí, hacían crujir la madera, algo que se podría decir imposible ya que estaba cubierta de agua.

Lentamente me di la vuelta encontrándome con una figura blanca, la cual reconocí al instante.

-T-TN...-

De la nada comenzó a sentirse un olor completamente desagradable, era como un animal muerto en etapa de putrefacción. Aquella figura comenzó a teñirse de color negro conforme se acercaba a mí.

Narrador omnisciente:

Las piedras jades estaban totalmente cubiertas de absoluto terror. El chico con su mano cubrió su nariz por el olor tan desagradable que presentaba allí.

-¡A-aléjate!- Dijo con la voz temblorosa.

La figura estaba ya a unos pasos de Eren, su mano fue acercándose al castaño, estaba a punto de tocarlo pero de repente...

-¡¡¡EREN!!!- Dijo la chica desde el otro lado de la puerta -¡¡¡EREN ABREME!!!-

-¡E-está cerrado¡ ¡No puedo abrirlo-

Narra Eren:

La mano de aquella figura alcanzó mi rostro, y de un momento a otro todo se oscureció y sentí como si cayese en un charco de agua y después me ahogase.

[...]

Estaba en un lugar completamente oscuro, no podía ver absolutamente nada, pero por alguna razón sabía que había alguien allí.

-¿Hay alguien aquí?-

-Mmmm, no lo sé...- Dijo una voz juguetona pero a la vez profunda y tenebrosa.

-¿E-eres L-levi?- Dije nervioso.

-No me digas- Su tono sarcástico cerca de mí oído hizo erizar mi piel.

-¿Qué eres?-

-Solo soy un fiel servidor de mi señor-

-¿Y quién es tu señor?-

-Jaja, el "malvado" "Lucifer" o "Satanás" como sea que lo llames-

De repente sentí unas manos frías recorrer mi cuerpo, una en una parte de mi abdomen y la otra por mi pecho. Intenté verlas pero solos era el tacto, no podía ver nada. Solté un pequeño gritito al sentir como mordisqueaba y lamía mi cuello, luego fue tocando zonas sensibles que hacía que gimiera de vez en cuando.

-¿Pero qué tenemos aquí? ¿Acaso...- Sentí una presión en mi entrepierna -...te está gustando?- Susurró en mi oído.

-D-detente...- Dije sonrojado al sentir aquel tacto tan satisfactorio.

-¿Por que habría de hacerlo?- Dijo lamiendo mi oreja.

-¿Q-qué es lo q-que quieres?-

-Necesito un cuerpo-

-¿Y tiene que ser...ah... el mío?- Dije entre gemidos.

-Claro que sí, no sabes cuánto tiempo e esperado un cuerpo como el tuyo... Eres bastante lindo, podría hacer muchas cosas con ese cuerpo. Serás mío, solo dame unos días- Dijo volviendo a hacer pequeñas mordidas en mi cuello.

-P-para y-ya...- Dije intentando safarme pero no podía.

-Eren...- Dijo una voz femenina a lo lejos.

-Tch- Dijo dejando de tocarme -Parece que ya te tienes que ir... Nos veremos pronto...-

-Ojalá más nunca- Susurré.

-Lamentarás haber dicho eso- Dijo ya desde lejos de mí.