🅾🆄🅸🅹🅰
Narra Eren:
¿Por qué una ouija?
¿TN usa eso?
Lo dudo mucho...
Me senté al lado de esta. Sobre ella había un triángulo, además de que estaba rodeada de letras y en cada esquina un sí y un no. Le dí la vuelta dándome cuenta de que allí estaban las instrucciones.
-Veamos si esto es verdad-murmuré confiado de que no pasaría nada.
Coloqué el triángulo en el centro de la tabla como decía en las instrucciones. Luego inhalé y exhalé diez veces para después trazar tres veces un seis a lo largo de la tabla.
Suspiré preparado para hacer la primera pregunta.
-¿Hay alguien aquí?-
Esperé unos segundos pero nada.
-Si hay alguien aquí te pido que nuevas el puntero-
Después de algunos minutos me estaba aburriendo, esto no estaba funcionando.
-Que pérdida de tiempo-
Me paré de la cama, déjando la tabla en esta, luego me dirigí al baño. Después de unos segundos salí, me quedé petrificado, la tabla no estaba.
Un corriente eléctrica recorrió mi espalda, tenía miedo, no podía negarlo.
Giré mi cabeza en todas las direcciones buscando la tabla, pero no estaba.
-Espera... tal vez... ¿Y si TN la vió y se la llevó?-
Iba a salir de la habitación, estaba a punto de agarrar el picaporte cuando la puerta se cerró de un tirón.
Tuve que hacer a un lado para no golpearme. Mi respiración estaba cortada y mi corazón latía con velocidad. Mis ojos mostraban confusión y nervios.
Exaltado me alejé un poco de la puerta sin dejar de mirarla. Pero de repente...
"Trk trk trk trk trk"
El sonido de algo hizo que me quedara inmóvil. Me giré lentamente, mis ojos se abrieron como platos al ver la tabla que hace unos segundo había desaparecido, pero me sobresalté aún más al ver aquel puntero moviéndose como loco de un lado a otro.
Tragué en seco y a paso lento y tambaleante comencé a caminar hacia la cama, cuando estuve a unos pasos de esta el puntero dejó de moverse.
Mis manos temblorosas se acercaron para agarrar el puntero, pero este repentinamente se escabulló a la letra L, extrañado intenté volver a agarrarlo pero esta vez fue a la letra E, fruncí el seño desesperado y lo intenté agarrar otra vez, pero este se deslizó nuevamente a la letra V.
-"L" "E" "V" "I"- Deletré viendo como éste se movía, una vez pronunciado esto el puntero volvió al centro de la tabla -¿T-te l-llamas Levi?- Dije tartamudeando.
El puntero simplemente se movió a la esquina derecha, apuntando al "sí".
Mis manos comenzaron a sudar, mi respiración se agitaba cada vez más y el frío iba aumentando en la habitación. Una fuerte brisa hizo que una de las ventanas se abriera provocándome un susto. Las cortinas blancas no paraban de ondear por el viento.
Me acerqué a ella y la cerré con pestillo.
Algo temeroso volví a observar la tabla, está ya no estaba en el "sí" sino que ahora se movía lentamente desde la L hasta la E, luego hacia la V y después a la I.
Extrañado me acerqué unos pasos a la cama, entonces el puntero comenzó a aumentar la velocidad, cada vez que me acercaba más, aceleraba el movimiento. Una vez estuve frente a ella, ya no podía seguir sus movimientos con mis ojos, entonces de un tirón el puntero salió volando dando con la pared, me sobresalté al instante.
-Eren- Susurró una voz masculina detrás de mí. Era profunda y tenebrosa, capaz de dejar helado a cualquiera, como lo hizo conmigo.
Giré mis ojos hacia la derecha, intentando ver detrás de mí aún sin mover un músculo. Mis manos comenzaban a sudar frío y cada vez aumentaba más el miedo. Estaba a punto de llamar a TN, pero solo recibiría un regaño, y tal vez más. Junté valor y me giré un poco, luego lo hice por completo al no ver nada detrás de mí. Solo ví la puerta abierta de par en par, dejándome ver también la puerta de la habitación de enfrente abierta, ésta como la otra vez, estaba completamente oscura. Se me congeló la sangre y ya sin más opción cerré mi puerta de un tirón y me recosté en ésta.
-¿Q-qué es lo que acaba de pasar?-
No me lo podía creer, observé en la dirección donde había caído el puntero y ya no estaba, sino que estaba a unos centímetros de mí.
Fleccioné mis piernas sentándome en el frío piso de madera. Recosté mi cabeza en mis rodillas y cerré los ojos para intentar calmarme.
De verdad quería creer que esa voz había sido mi imaginación, pero aunque fuera así... la tabla sí se había movido de lugar, al igual que el puntero.
Solamente quería cerrar los ojos y que cuando los abriera todo hubiera sido un sueño, un mal sueño, una pesadilla.
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