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Extra

JungKook acomodaba los papeles en su escritorio. Estaba exhausto, quería llegar a su casa y tirarse en su cama y dormir.

Con ese plan en mente, guardo todas sus cosas. Sin embargo, antes de salir su celular timbró.

"Confirme su asistencia a la subasta de hoy por favor."

JungKook rodó los ojos, esa subasta, debería bloquear el número. Sus padres estaban completamente en desacuerdo con eso, y ni hablar de él.

Bueno, a él no le interesaba.

Estaba a punto de negar su asistencia cuando JiMin entró apurado.

─ Sabes, existe algo llamado tocar. ─ Suspiro, cruzándose de brazos mientras su amigo rubio meneaba un poco su cabeza.

─ Sí, bueno, perdón. ─ Jimin movió su mano, restándole algo de importancia a aquello. ─ ¿Vas a ir a la subasta?

─ No.

─ ¿Y por qué no? ─ JiMin se apresuró a responder su propia pregunta. ─ Sisi, ya sé, eso es malo, contra moral, mis padres no lo aceptarán y bla bla bla.

JungKook rodó los ojos ante la imitación de su amigo, pero aún así sonrió un poco debido a sus payasadas.

─ Pero, si no compras a nadie, no creo que se enojen, además, irá Lalisa. ─ Persuadió, viendo de reojo la expresión de JungKook.

JungKook lo pensó, mordiendo su lengua pensativo.

Lalisa lo odiaba y últimamente la tenía contra de él por razones no tan misteriosas. Sin embargo, molestarla una única vez después de sufrir un infierno en la secundaria no sería tan malo.

Es decir, su sola presencia la enoja de por sí, eso sería divertido.

─ Bien, voy a ir. ─ JiMin festejo en su lugar. ─ Pero no compraré a nadie.

─ Trato hecho.

JungKook salió detrás JiMin, quien continuaba hablando de lo mucho que le iba a gustar la decoración.

Unos cuarenta minutos después estuvieron frente a una gran mansión, que era de los Kang. JungKook estacionó su auto, saliendo de este y acomodando su cabello.

JiMin se acercó rápidamente a él, tomando su brazo y adentrándolo en el lugar.

Ambos eligieron una mesa cerca del escenario. JungKook se recostó en su mesa, buscando indirectamente a su pequeña enemiga por el lugar.

La vio a unas cuantas mesas de él, con alguien más que no conocía ni quería hacerlo sinceramente.

─ Bueno, a la vista de que ya llegaron todos, podemos empezar.

Fueron pasando los minutos y JungKook se convenció de que eso había Sido una total perdida de tiempo. Estaba más aburrido a excepción de JiMin que ahora mismo participaba en la subasta.

─ Quinientos mil dólares. ─ Dijo JiMin, y al ver que nadie más subía la cifra sonrió feliz.

─ ¡Tenemos un ganador! ¡Usted, señor Park, acaba de comprar a la señorita Roseanne, por favor suba después para reclamar su premio. ─ Hablo aquella chica de cabello negro, por el micrófono que sostenia en su mano derecha ─, ahora, pasaremos a la siguiente oferta, daré un breve resumen del chico antes de que pase.

JungKook alzó la vista, enderezandose. Si hacia cálculos, ya faltaba poco para que termine y podría ir a su casa a dormir en su cama después de un día tan agotado.

Aunque, debía planificar bien algunas cosas. Tenía que decidir que contratos renovaría, y debía hacer una reunión con la junta directiva, también necesitaba ver nuevos proyectos.

Después de que su primera propuesta fuera dejar de utilizar animales en su empresa para la experimentación de cosméticos y en su lugar usar algo más fuera un éxito, se ganó el respeto de casi toda la compañía. Por supuesto, esto había traído ciertas desventajas cuando sus padres vieron un buen potencial en él.

Y como fue indirectamente preparado toda su vida para manejar la empresa.

Resumiendo, sus padres le habían dejado la empresa después de tanto tiempo para tomarse por fin sus merecidas vacaciones. Y estaba bien, sus padres habían trabajado bastante a lo largo de su vida y hacer algo bueno por ellos no sonaba mal.

Pero subestimó demasiado el trabajo en la empresa, ahora si no fuera por algo de maquillaje, sus ojeras serían más que notorias y posiblemente parecería un mapache.

─ Como vi que estaban tan emocionados, la oferta sube, la oferta inicial es del dos mil dólares. ─ JungKook volvió a la realidad por la voz de la subastadora, mirando al escenario.

Ahí se encontraba un chico castaño con esposas en sus manos, posiblemente para que no escapara. Su oído se agudizó al escuchar algunos murmullos.

"Me parece bien que suban la oferta, ese bombom lo vale."

Asqueroso. Eso pensaba JungKook, volteó ligeramente para ver, queriendo vomitar cuando un señor canoso apareció en su campo de visión.

Ahora con más razón no estaba de acuerdo y confirmaba que sus padres tenían razón.

─ ¿Y bien? ¿Quién desea empezar? ─ La subastadora alentó al público, y todos se veían entre si.

─ Yo, ofrezco cinco mil dólares. ─ JungKook de inmediato volteó, encontrándose a su amiga alzando su mano, mirando decidida al escenario.

Sí, había dicho que no compraría a nada por respetar sus valores. ¿Pero que tan malo sería joder la mente de su ex-amiga un rato? Después de todo, ella le había hecho la vida imposible en la secundaria.

Claro, no podía comparar esa situación con esta, pues había una tercera persona de por medio, y las dos partes de su mente estaban "debatiendo" (entre comillas porque en realidad discutían) sobre qué es lo que debía hacer.

─ Cinco mil dólares, tengo cinco mil dólares, ¿Alguien da más? ─ La chica anoto en una libreta la cantidad, y miró al público.

A la mierda todo.

─ Ofrezco diez mil dólares. ─ Alzó la voz, mirando de reojo como JiMin lo miraba con los ojos muy abiertos, y a Lisa a un lado con la misma expresión, al parecer no esperaba que estuviera allí.

─ ¿Qué haces? Dijiste que no comprarías a nadie. ─ Le susurro el rubio, y JungKook bajo su brazo.

De fondo escuchaba a los demás señores alzar los precios, pero no le importaba mucho, la mayoría de esas cantidades parecían migajas para él.

─ Lo sé, pero una parte de mi mente me pide hacerlo.

─ Eres un impulsivo.

─ No me disculpo por eso.

Pronto, todos los demás dejaron de participar, quedando solo él y Lisa en aquella discusión de precios.

─ ¡Un millón de dólares! ─ Dijo Lalisa, levantándose bruscamente y volteando a ver a JungKook. ─ Ahora retrocede basura.

El pelinegro sonrió de lado, acercándose más a su antigua amiga.

─ Vaya señorita Manoban, eso es mucho dinero, para alguien como usted. ─ Jugó, y supo que había tocado los puntos correctos cuando la contraria parecía querer responderle, pero antes de eso reaccionó. ─ Dos millones de dólares.

Todos en el lugar quedaron impresionados por tal cantidad.

Dos millones, no es algo que se viera mucho en las subastas, después de todo, la mayoría no pasaba del millón.

─ ¿Dos? ─ Incluso Lisa parecía atontada, aún sabiendo que Jungkook había tenido esa manía desde chiquito.

Si el quería algo y se lo proponía, lo conseguía siempre. Por supuesto, sin pisotear a los demás o aprovecharse de las personas, creía que eso solo era para personas que se sentían muy inseguras de sus habilidades o que más bien, no tenían y solo buscaban sobresalir a base de mentiras.

─ ¡Vaya! Al parecer tenemos un ganador.

─ ¡No, espere! Ofrezco dos millones y medio de dólares. ─ Interrumpió Lalisa, antes de que la subastadora diera el veredicto final.

─ Subo mi oferta a tres millones. ─ Contesto simple, poniendo sus manos en sus bolsillos.

─ ¡Tres millones y medio!

JungKook quería reírse, Lisa se veía realmente desesperada. Pero sabía que no llegaría a mucho, se notaba que las ganancias en la empresa de Lisa iban bajando lentamente, pero lo hacían, y no parecían tener intenciones de subir.

─ Cuatro millones de dólares. ─ Finalizó, mirando de nuevo a la pelinegra. ─ No quieras pasar esta cifra, tus ganancias no son como las mías, aceptalo, per-dis-te. ─ Le dijo, burlándose en su cara.

Lisa apretó sus puños, por supuesto, en ese lugar estaba prohibido.

─ Ganaste.

─ ¡Perfecto! Este es nuestro ganador, por favor joven JungKook pase después para reclamar lo que gano.

JungKook volvió a sentarse, evitando la mirada de su amigo.

─ Jung-

─ Por favor no digas nada JiMin.

El rubio suspiro, asintiendo al final de cuentas.

El tiempo por suerte paso rápido, y JungKook junto a los otros ganadores fueron a una parte alejada, ahí cada uno sacaba su chequera para pagar lo debido.

Por fortuna, JungKook había traído la suya.

Cuando llegó su turno saco su chequera, tomando el lapicero prestado.

Escribió la cantidad de cuatro millones de dólares, firmando el cheque y dándoselo al chico frente suyo.

─ Si por A o X me entero de que esté dinero no le llegó a la familia correspondiente, me encargaré de reclamar cada uno de este dólar. ─ Su seriedad hizo temblar ligeramente al contrario.

─ No se preocupe señor, confíe en nosotros y que esté dinero le llegará a la familia Kim.

JungKook asintió, tomando las llaves que le habían extendido y yendo a la otra sala.

Ahora debía recordar, ¿cómo se llamaba el chico? Maldición, debía haber prestado más atención a la hora de su presentación.

Antes de entrar a la habitación fue donde JiMin.

─ ¿Te acuerdas como se llamaba JiMin?

El rubio rodó los ojos, suspirando.

─ TaeHyung bobo, anda.

JungKook asintió, volviendo a la habitación y entrando en esta, se acercó al chico que reconoció como TaeHyung, suspirando.

─ TaeHyung. ─ Lo llamo, sin embargo este parecía sumergido en su mente. ─ TaeHyung.

Repitió, pero no obtuvo respuesta. Volteó a ver a la chica, quien también llamo a TaeHyung.

─ Kim TaeHyung. ─ Repitió, esta vez más autoritario. El chico pareció reaccionar, alzando la vista para encontrarse con su mirada. - Vaya, creí que ya te habías ido de este mundo.

Dijo, permaneciendo serio mientras se agachaba para quitarle las esposas. Nunca le gustaron en las personas inocentes.

Y aunque la mayoría se los llevaba con las esposas aún en sus muñecas, él no era de esas personas.

Sin embargo, no podía mostrarse vulnerable ante ese chico nuevo. No conocía sus intenciones y no quería salir lastimado de nuevo.

Había aprendido que las personas que más amables e inocentes parecían, más podían lastimarte en el momento.

─ Vamos.

Se dió la vuelta, a la espera de que el chico le siguiera. Ya hablaría con JiMin más tarde.

Pronto, estuvo en su amada casa, tirándose en el sofá. El viaje había sido muy pesado para él y solo quería dormir.

[ . . . ]

En ese tiempo eras un idiota. ─ Bromeó TaeHyung, pasando algunos papeles para ayudar a JungKook.

Este solo rió, asintiendo.

─ Sí, solo quería protegerme de todos en ese momento, y mis formas no eran las mejores sinceramente. ─ Admitió, y TaeHyung rodó los ojos, acercándose de nuevo a su novio.

─ No eran las mejores y lo sabes bobo, pero ya maduraste, es lo importante. ─ TaeHyung beso castamente los labios de Jungkook.

Pero el pelinegro tomo la mano de TaeHyung, sebtandolo en su regazo y volviendo a unir sus labios por más tiempo.

─ Joven Jeon. ─ Su secretaria entró, quedándose callada en cuanto vio a su jefe besando a un chico.

El castaño se separó rápidamente en cuanto escucho la voz ajena, con las mejillas sonrojadas. Sin duda aún no se acostumbraba a ser visto por alguien más. Consideraba los momentos de tenía con JungKook cómo íntimos, así que una interrupción era incómodo y vergonzoso.

─ Cuántas veces te he dicho que toques antes de entrar Nancy. ─ JungKook suspiro, arreglando sus ropas mientras la chica asentía.

─ Sí, lo lamento, ya no volverá a suceder.

─ Eso espero, ¿qué tenías que decirme?

─ Ah si, solo que el joven Min ya llegó para su reunión.

─ Perfecto, dile que pase.

La chica asintió, haciendo una reverencia y volteandose. Con esto había confirmado que no tenía ni una oportunidad con su jefe.

Él de verdad se veía enamorado de su novio, y así estaba bien. Tal vez no fue la mejor de las ideas enamorarse de su jefe en el tiempo en el que su novio no estuvo.

─ Puede pasar joven Min y Park.

─ Gracias. ─ YoonGi inclino un poco su cabeza, tomando la mano de JiMin y entrando a la oficina de JungKook, en dónde TaeHyung le comentaba algo, posiblemente un futuro proyecto. ─ Pero miren a los tortolos.

TaeHyung alzó la vista, sonriendo ante las ocurrencias de su amigo.

─ Y aquí están los acaramelados.

JiMin rió, asintiendo.

─ Sabes que fue muy difícil que se ablandara. Me tomo mucho tiempo pero al menos se muestra cariñoso cuando no está en su modo profesional activado.

─ Es difícil de creer. ─ TaeHyung miro a su amigo, quien evitaba la mirada de ambos.

─ Pues creerlo mi niño, cuando están en confianza YoonGi parece garrapata al lado.

─ ¿Si saben que sigo aquí no?

─ ¿Pero miento o no? ─ YoonGi movió de un lado a otro su cabeza, y Jungkook soltó una carcajada. ─ Ya veo que no.

YoonGi bufo, tomando la mano de JiMin y acercándolo a él para abrazarlo por detrás. El rubio se dejó abrazar, después de todo ya era costumbre.

─ Ala, ojalá tuviera aquí mi celular para filmar este momento, y dárselo a YoonGi del pasado.

─ Ya cállense todos.

Todos rieron a excepción de YoonGi, quien oculto su cara en el cuello de su novio, aspirando el perfume al que JiMin se había cambiado recientemente.

Para ellos todo marchaba bien, no tenían preocupaciones fuera de lo común y eran felices. ¿Qué más podían pedir?

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¿Especial preguntas y respuestas ante de soltar este fic?

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