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dieciocho

JungKook suspiró cuando vió a TaeHyung subir las escaleras, sentándose en el sillón individual, miro a sus padres expectante.

─ Y bueno, ¿Cuáles son las buenas nuevas?

Los señores Jeon se sentaron frente a su hijo, manteniendo una expresión calmada y tenue.

─ También te extrañamos, mal agradecido. ─ Regañó su padre, acomodándose el traje que se había puesto.

─ Bueno, está bien, perdón. Los extrañe, si, pero creí que vendrían dentro de tres meses, así que si me explicarán el porqué están aquí, podríamos llegar a un acuerdo. ─ Aclaro JungKook, estirando sus brazos que le dolían un poco después de cargar las bolsas.

─ Bueno, resulta que, te extrañabamos, es todo, y además, queríamos ver cómo ibas con la empresa. ─ Siguió su madre, mientras una señora traía en una bandeja dos tazas de café que al parecer habían pedido antes de su llegada.

─ Bueno, una simple llamada basta. ─ JungKook negó con su cabeza cuando la señora le pregunto con la mirada si quería que le llevará algo.

─ Bueno, tal vez, pero no es lo mismo, y Francia es bonito si, pero nada mejor que estar en tu hogar. ─ El señor Jeon sonrió amablemente, tomando un pequeño sorbo de su café, agradeciendo con una pequeña reverencia a la mujer que ya se retiraba.

─ Si ustedes dicen. ─ El azabache alzo sus hombros desinteresado, suspirando seguidamente.

Hacía más o menos unos nueve meses cuando sus padres viajaron, aludiendo que necesitaban unas merecidas vacaciones después de tantos años de trabajo agotador y duro, dejándole así la empresa a su hijo, quien tuvo que encargarse de todo. Por fortuna del primogénito Jeon, él ya sabía que hacer y como, así que para el no fue difícil adaptarse rápidamente a su nuevo entorno.

Y aunque sus padres hacían llamadas como dos veces por semana, si había sentido su falta en la casa o en el trabajo.

─ Y cambiando de tema, ¿Quien es ese chico? ─ JungKook alzó una ceja, admirando la mirada curiosa de su madre que parecía querer sacar chisme.

─ Bueno, ¿Se acuerdan de esas "subastas" que realizan los señores Kang para "ayudar" a los pobres? ─ Hizo comillas, enfatizando las palabras, para recalcar mejor su punto.

Las expresiones de sus padres eran un poema, y después fueron un torbellino de emociones, cambiando de sorpresa a desagrado, y después a miedo. JungKook quería soltar una sonora carcajada, pero se aguanto. No quería problemas, al menos no que acababan de llegar.

Pero sabía que igual tendría problemas.

─ ¡JungKook! ─ Su padre alzó un poco la voz, dejando la taza en la pequeña mesita de la sala, con cuidado de no derramar su contenido y quemarse. ─ Sabes que nunca nos ha gustado ese "evento", si así lo quieres llamar, ¿Por qué fuiste?

JungKook se removió un poco incómodo, ahora sí se había ganado problemas, y más si les explicaba la razón del porqué. Sin duda estaba cavando su propia tumba.

─ Umm, bueno, digamos que, Lalisa Manoban iba a ir, y bueno, resulta que ella quería llevarse a TaeHyung, y ya conocen mi lado competitivo. ─ JungKook trato de persuadir la situación, para tranquilizar un poco a sus padres que parecían más que enfadados.

─ Claro, y sobretodo si se trata de los Manoban, ¿No? ─ Está vez su madre habló, levantándose más que enojada, cruzándose de brazos ─, en este mismo momento quiero que el niño se vaya, y con su familia.

JungKook entendía a sus padres, nunca les gustó competir o tener que meterse en conflictos, preferían mantenerse calmados o neutros ante una discusión para enfocarse en otros asuntos. Pero JungKook no había salido así, JungKook había tenido la desgracia o virtud de haber salido a su abuelo.

Un hombre que aprende rápido, competitivo, un tanto rencoroso y firme en sus opiniones, dispuesto a debatir o meterse en conflictos cuando sabe que tiene razón. Todo un dolor de pelotas.

─ No, no haré eso mamá, solo ellos sabrán en dónde están, porque si de algo estoy seguro, es que los Kang siempre le dan el dinero subastado a aquellas familias, y de seguro ya lo han aprovechado, y si tanto miedo les da, pues mañana mismo lo llevo a ver dónde está su amigo o familiares, pero de esta casa no se mueve, no si tengo la oportunidad de darle una mejor vida. ─ JungKook trato de no gritar, obteniendo su objetivo exitosamente.

Su madre se quedó perpleja, observando con algo de asombro a su hijo, en cuanto su padre, se quedó callado, observando bien las acciones de su hijo, jurando ver casi a su suegro en su primogénito.

JungKook al ver que no obtenía respuesta, tomo las bolsas que había dejado a un lado, subiendo a la habitación de TaeHyung. No quería seguir discutiendo, peor si sabía que ya había ganado aquella discusión.

Pero a mitad de su camino en las escaleras, oyó a su padre.

─ Mañana tienes trabajo en la empresa, ¿Cómo planeas ir? ─ JungKook dejo de subir las escaleras, más no volteó a ver si su padre.

─ Bueno, han llegado, ¿No? Y si tanto querían ver cómo va la empresa, vayan mañana ustedes y verifiquen por su cuenta, yo estaré muy ocupado.

Y esta vez, sin esperar ninguna respuesta, siguió su camino, yendo a la habitación de TaeHyung. Una vez llegó, acercó su mano a la manija de la puerta, pero algo de detuvo.

─ Los ricos solo nos ven como caridad, la mayoría lo hacen para quedar bien ante otras personas, por favor, ¿Ricos siendo amables? Dime otra cosa más creíble.

JungKook frunció el ceño, dejando las bolsas en el suelo con cuidado y abriendo la puerta del mismo modo, tratando de no hacer ningún ruido.

¿Acaso hablaban de el a sus espaldas? Bueno, era un total falta de respeto, y algo absolutamente cobarde, no tenía sentido hablar a espaldas de alguien si frente a esa persona te van a temblar las piernas.

Cuando la puerta estuvo abierta y nadie volteó, supo que había conseguido su objetivo, se apoyó en el marco de la puerta, cruzándose de brazos y manteniendo su típica expresión sería.

─ MinJae, no deberías decir eso, no conoces como son ellos, si han pasado por muchas cosas, no todos nacen en cuna de oro, otros crean su fortuna. No hables como si conocieras a todos los ricos.

Está vez habló TaeHyung, y el mayor solo sonrió en su interior, le alegraba un poco saber que al menos tenía a alguien que lo defendía. Miro a los demás en la habitación, reconociendo a NaYeon, hija de la señora Im, y MinJae, hijo de la señora Kim.

Aunque JungKook muchas veces haya fingido no conocer los nombres de los empleados, el sabía quiénes eran todos, porque a pesar de tener varios, no quería parecer un completo malcriado tratando mal a las mujeres mayor que él.

Observo como MinJae apretó sus manos, tratando de tranquilizarse, al parecer le molestaba toda esta situación, y a él simplemente le hacía gracia.

─ No TaeHyung, ¿Quieres saber que pienso de los ricos presumidos como Jeon JungKook? ─ TaeHyung negó, cruzándose de brazos y alzando su mentón en señal de que no cambiarían su opinión.

─ Pero yo si quiero saber. ─ esta vez fue su turno de hablar, teniendo el placer de observar como el cuerpo de MinJae se tensaba, y los tres presentes volteaban a verlo.

─ J-joven Jeon... ─ tartamudeo, y JungKook supo que sus suposiciones eran ciertas. A sus espaldas, MinJae podría hablar lo que quisiera de el y de los demás "ricos", pero jamás se atrevería a decirlo de frente tan fácilmente.

─ Vamos Kim MinJae, quiero saber que es lo que piensas de los «ricos presumidos» como yo. ─ le dedicó una sonrisa sarcástica, observando de reojo a los dos castaños en la habitación.

NaYeon permanecía quieta, mirándolo con algo de asombro, no sabía si ella estaba de lado de MinJae o de lado de TaeHyung, ya que no la había escuchado hablar, pero eso ahora no importaba.

─ No joven Jeon, eso no es lo que usted piensa...

JungKook suspiró pesado, enderezandose cuando sintió como su espalda comenzaba a doler.

─ Dilo sin miedo MinJae, tu trabajo y el de tu madre no se verá afectado si me dices lo que piensas, en serio. ─ está era su última técnica, con su respuesta podría saber que clase de persona era Kim MinJae.

─ No joven Jeon, en serio, yo no dije nada. ─ Insistió.

JungKook se mordió el labio, y dejo salir una pequeña risa que confundió a los demás presentes en el cuarto.

─ Vaya, no sabía que eras del tipo que tira la piedra y esconde la mano, algo muy cobarde Kim. Si vas a hablar a las espaldas de otros, asegúrate de tener el valor suficiente para decir lo mismo frente a frente, ahora retirate.

Ordeno, con una voz tan firme en lo último que MinJae hizo caso de inmediato, saliendo de la habitación como si en ese cuarto hubiera un incendio.

─ También puedes irte NaYeon, sigan con sus actividades. ─ Le dijo lo mismo a la castaña, suavizando su tono, y la muchacha asintió, haciendo una pequeña reverencia y después se retiró de la habitación.

Cuando ambos chicos se fueron, JungKook paso su mirada a TaeHyung, quien le sonreía inocentemente como un niño pequeño.

─ ¿Escuchaste todo? ─ Preguntó el castaño, jugando con sus dedos inconscientemente.

JungKook negó, mostrándole su sinceridad.

─ No, solo desde la parte de "¿ricos siendo amables? dime una cosa más creíble" ─ imitó Jungkook, con un tono de burla, tratando de igualar el tono de MinJae.

TaeHyung rió ante lo dicho por el azabache.

─ Bueno, tengo la impresión de que no le agradan los tipos con mucho dinero. ─ JungKook arrugó su nariz, saliendo de la habitación y tomando las bolsas que había dejado afuera, volviendo a entrar.

─ Al parecer, no sé que le hice, pero cada día me gano más enemigos. ─ Bromeó JungKook, dejando las bolsas en la cama.

─ Umm, no creí, conocer a tus padres tan pronto. ─ Susurro TaeHyung, pero aún así JungKook pudo escuchar perfectamente lo que dijo.

El mayor no sabía que contestarle, pero optó por decirle la verdad, a JungKook no le gustaba mentir, jamás le ha gustado.

─ Bueno, dicen que me extrañaban, y que querían saber cómo estaba la empresa, y me preguntaron también de ti. ─ Le contesto, sacando todo lo que habían comprado en el centro comercial.

─ ¿De mi? Ou, ¿Y que les dijiste? ─ Siguió preguntando TaeHyung, su curiosidad ganando su batalla.

─ La verdad, como te conocí, que gané la subasta, y todo, se enojaron, nunca les gustó ese tipo de cosas, pero lo echo, echo está. ─ JungKook alzó sus hombros, sacando esta vez la laptop de la caja para configurarla.

─ Ou, fue, muy bueno que les contarás la verdad, es un acto muy valiente, no cualquiera admite eso tan a la ligera... ─ TaeHyung ánimo, tratando de observar el contenido de la laptop, que se estaba prendiendo.

─ Si, bueno, en buenas noticias, mañana podemos iremos a ver a tu amigo que dices, mañana mis padres se encargarán del negocio y de paso van a ver cómo está todo, así que tenemos la oportunidad de visitar a tu amigo y posiblemente familiares. ─ TaeHyung alzó sus cejas, totalmente feliz por la noticia.

─ ¡Eso es increíble! Ah, ¿Podemos llevarles regalos para los niños de ahí? Y también alimentos, no me gusta que pasen hambre, se lo que se siente.

JungKook levantó la mirada de la laptop, mirando a TaeHyung y el como volvía a jugar con sus manos.

─ Tienes un gran corazón TaeHyung. ─ Halago JungKook, y saco de su bolsillo su teléfono ─, ¿Recuerdas cuando te dije que cuatro millones de dólares significaba nada?

TaeHyung asintió, aún algo confundido.

─ ¿Cuanto crees que hemos gastado hasta ahora?

─ Umm, no tengo ni la menor idea.

─ Bueno, menos de la mitad de un millón, así que los otros tres millones y medio irán hacia tus conocidos allá, ¿Cuántos son más o menos?

─ No se muy bien, pero ahí hay como veinte familias con dos o tres hijos cada familia. ─ JungKook contó en su mente, y asintió, tecleando algunas cosas y finalmente guardo su celular.

─ Bien, mañana a las nueve de la mañana vendrá un camión con víveres y con algunos juguetes, los llevaremos allá, así que prepárate.

TaeHyung sonrió con su típica sonrisa cuadrada, aplaudiendo levemente por la emoción.

─ En serio gracias JungKook.

─ Dime gracias cuando le hayamos dado los víveres a los demás, y cuando veas otra vez a tu amigo...


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