Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

cuarenta y cuatro

No voy a mentir, hoy no fue mi día.

De me acumuló casi todo, pero al menos pude hacer algo, al final de cuentas quería publicar este capítulo ayer, pero me olvidé (´-﹏-';). Pero aquí se los traigo.

Sin faltas de ortografía (creo).

En fin, ¿de dónde son? ¡yo soy de Perú! Amo mi país.

Dato curioso: La señora del capítulo 40 que vio a TaeHyung y Jungkook con nostalgia, los miro así porque su hijo también era homosexual pero debido a los constantes acosos se terminó suicidando. Ella leyó la carta de suicidio de su hijo y quedó destrozada, por eso miro a los chicos con nostalgia, le recordaban a su hijo.

───────────────────────────

TaeHyung bostezo, abrazando más cualquier cosa que estuviera cerca.

Abrió lentamente sus ojos, buscando aquello que abrazaba. Sonrió levemente al ver a JungKook al lado suyo, abrazándolo también.

─ Buenos días. ─ Murmuro, y JungKook se removió un poco, abriendo sus ojos también.

─ Buenos días mi niño. ─ TaeHyung le sonrió dulcemente, acomodándose mejor en su pecho.

─ Me gusta ese apodo, dímelo más seguido.

─ Todos los días que desees mi niño. ─ JungKook beso la frente de TaeHyung, mientras se levantaba. ─ Debemos bajar, tus padres nos esperan.

TaeHyung arrugó su nariz, había olvidado ese pequeño detalle.

─ JungKook, ¿te puedo preguntar algo? ─ El pelinegro asintió, estirándose y tomando su celular para avisarle a sus padres. ─ ¿Sería muy cruel para mí familia si decido quedarme contigo?

JungKook rápidamente volteó a verlo, y TaeHyung pensó que diría que sí, pero todo lo contrario a lo que pensaba, JungKook negó, con aquella sonrisa que siempre lograba tranquilizarlo.

─ Por supuesto que no cariño, es tu decisión al final de cuentas. ─ JungKook acarició la mejilla de TaeHyung.

El castaño ladeó su cabeza, cómodo con el contacto de la mano de su novio.

─ Gracias, siempre sabes cómo hacerme sentir mejor.

─ Es un don natural.

Ambos rieron, y JungKook recibió una llamada.

─ Ah, un momento, puedes ir bajando Tae. ─ El castaño asintió, saliendo de la habitación para ir al baño a lavarse la cara.

Por su parte el pelinegro contesto la llamada, dándose cuenta de que era su madre.

─ Buenos días madre.

JungKook. ─ La voz de su madre sonaba ansiosa por alguna extraña razón. ─ tu abuelo está aquí.

El pelinegro sonrió inconscientemente. Hace tiempo no veía a su abuelo, y le encantaba tenerlo en casa.

Aunque, habían sido demasiadas cosas en poco tiempo. Lisa y Jennie, la familia de TaeHyung, y ahora su abuelo.

¿Acaso era momento de reencuentros familiares?

─ Esa es una excelente noticia mamá.

No lo es hijo. ─ JungKook se confundió ante eso. ─ Tu abuelo si es homofóbico, no aceptará tu relación con TaeHyung, no quiero que les haga daño, nosotros nos encargamos de él.

JungKook apretó su mandíbula cuando su madre colgó.

Había olvidado esa parte de su abuelo. Muchos decían (o al menos sus familiares porque sus amigos eran contados con sus dedos) que JungKook era igual a su abuelo.

Había sido como una fotocopiadora, tal vez no en apariencia, pero para discutir por algo que creían eran los número uno.

Solo que su abuelo tenía la facilidad de conectarse con las demás personas mientras que JungKook prefería quedarse en un rincón observando.

No, él no permitiría que le hiciera daño a TaeHyung, y mucho menos permitiría que mostrara autoridad sobre ellos. No si él podía impedirlo.

─ ¿Que tanto piensas? ─ JungKook miro de reojo a TaeHyung, quien tenía la cara lavada y se acercaba a él.

─ En cosas sin demasiada importancia. ─ TaeHyung asintió, abrazando por la espalda a su novio.

─ ¿Te parece bien si bajamos? Ya los hicimos esperar mucho.

JungKook soltó una pequeña risa, y asintió.

─ Sí, solo déjame ir al baño primero.

─ Perfecto, te espero abajo hyung.

Cuando TaeHyung salió de la habitación, JungKook solo reafirmó su idea de que no dejaría que su abuelo se metiera entre ellos.

Salió del cuarto, buscando como pudo el baño. Cuando lo encontró entró y se lavo la cara, enjuagandose la boca de paso. Agradecía tener una buena higiene bucal, aún así, cuando llegara a casa se encargaría de cepillarse los dientes.

Seguidamente bajo con la familia de TaeHyung, y sonrió al verlos cómodamente juntos.

[ . . . ]

JiMin bajaba las escaleras perezoso, odiaba levantarse temprano un domingo.

Cuando dirigió su vista en la sala, se sorprendió al ver a YoonGi y a su madre hablando tranquilamente como si fueran amigos íntimos.

¿Que había pasado mientras él dormía?

─ Buenos días. ─ Murmuro, y su madre se levantó con una sonrisa.

─ Que bueno que ya despiertas tesoro, voy a salir a la empresa, puedes quedarte a descansar. ─ Su madre lo tomo por las mejillas y repartió besos por toda su cara.

JiMin no sabía que estaba pasando, pero simplemente dejo que su madre lo egriera.

─ Ummm, de acuerdo madre. Por favor, cualquier cosa llámame. ─ La señora Park asintió, tomando su bolso. ─ Nos vemos también YoonGi, cuidense.

La señora Park se fue, y JiMin se acercó a YoonGi aún desconcertado.

─ ¿De que hablaste con mi madre?

YoonGi solo le sonrió simpáticamente.

─ JiMin, ¿cuál es tu sueño? ¿qué es a lo quieres dedicarte? ─ El rubio frunció el ceño, sentándose a su lado.

─ Umm, yo... siempre me gustó el baile, pero jamás pude perfeccionar alguna técnica.

─ ¿Y por qué no se lo dices a tu madre?

JiMin arrugó la nariz, haciendo su cabeza hacia atrás.

─ Ella me preparó para manejar su empresa, estudie administración de empresas por ella, para ayudarla en el negocio. Trate de ser el mejor por ella, y que le haga eso a estas alturas... no, no lo soportaría, no quiero decepcionarla.

YoonGi apretó los labios, pensando en que debía hacer.

─ ¡Ya sé! ─ JiMin lo miro extrañado, el peli-gris se estaba comportando sumamente raro y eso que recién había iniciado el día. ─ Vamos a salir, pasearemos un rato, y haremos que tu mente se libere.

El rubio ladeó levemente su cabeza.

─ Pero a tí no te gusta salir. ─ YoonGi chasqueo la lengua, el niño tenía razón.

─ Eso no importa, alístate que nos vamos, eso sí, tu pagas. ─ JiMin solo alzó los hombros desinteresado, total, no tenía nada mejor que hacer.

─ Bien, pero después no te quejes de lo mucho que odias estar afuera.

─ Te doy mi palabra.

YoonGi confiaba más en su instinto ahora. Su sexto sentido no había fallado al darle datos de la señora Park.

Pero si su instinto seguía bien, eso significa que el amigo de TaeHyung...

[ . . . ]

─ ¿En serio? ─ TaeHyung asintió, aún comiendo con suma calma.

─ Voy a seguir viviendo con Jungkook, es mi decisión. ─ Sus padres se miraron, algo decepcionados, pero alegres por su hijo al final de cuentas.

─ Está bien, si es tu decisión, la respetaremos, pero por favor, visitamos seguido.

─ De eso no hay duda padre.

JungKook tomó la mano de TaeHyung por debajo de la mesa, mientras la hermana menor de TaeHyung volteaba a verlo.

─ Y tú cuídalo bien, mi hermano vale oro.

Los señores Kim rieron por lo sobreprotectora que podía ser su hija menor. Mientras TaeHyung la veía feliz, Dahyun se había recuperado favorablemente de todo.

─ Lo sé, y lo cuidare con mi vida. ─ Prometió, a la vez que el castaño se sonrojaba levemente.

Jamás se acostumbraría a todo lo que JungKook hacia por él.

─ B-bueno JungKook, ¿no deberíamos volver? Tus padres estarán preocupados.

El pelinegro arrugó su nariz, no sabía si su abuelo seguía en casa, y no quería exponer a TaeHyung metiéndose a la boca del lobo.

─ ¿Seguro no quieres pasear por ahí TaeHyung? ─ El castaño lo miro extrañado. Algo sucedía con Jungkook.

─ Seguro, volvamos a casa. ─ Insistió, y el pelinegro suspiro resignado.

Una faceta de si mismo, es que era demasiado terco (cuando algo lo ameritaba por supuesto), así que insistiría en volver a su casa, porque si, él consideraba la casa de los Jeon su hogar.

─ ¿Es que no te gusta estar con nosotros hijo? ─ Intervino el señor Kim, dándose cuenta rápidamente de las intenciones con Jungkook.

─ No es eso padre, me alegro mucho de estar con ustedes y... ─ TaeHyung se vio interrumpido por la voz de su padre.

─ Entonces quédate un poco más hijo.

TaeHyung asintió a regañadientes, algo en su interior le decía que algo le pasaba a JungKook, por mucho que el pelinegro muestre una pequeña sonrisa (como de costumbre) y una expresión de calma, sabía que algo lo atormentaba.

─ Bueno, está bien. ─ Dijo, no tan convencido.

JungKook no tenía intenciones de poner a TaeHyung en la boca del lobo. Pero olvidaba un pequeño detalle.

Y es que, el lobo siempre salía a buscar a su presa en lugar de esperar que su presa viniera a ella.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro