cincuenta y uno
Cuánto tiempo sin actualización estuvieron, y eso que salí de vacaciones, pero justo me dió bloqueo del escritor.
En fin, el final ya se va acercando.
Spoiler: JungKook muere.
No mentira, si habrá final feliz. Algo cortito, ya veré si actualizo mañana o más tarde. 😿
Las/os quiero.
Cualquier error ortográfico me avisan por favor.
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─ ¿Que?
─ Tal y como lo oyes. Ese chico es un peligro estando fuera, será mejor que este encerrado.
JiYeon asintió, estando se acuerdo. Comunmente, siempre veía lo mejor en las personas. Pero en esta situación, ¿como ver algo bueno de MinJae luego del intento de asesinato de su hijo?
─ Sí, será lo mejor.
Daehyun acaricio la mejilla de su esposa con suavidad.
─ Ya verás como todo estará bien JiYeon.
La fémina asintió, volteando a ver detrás de su esposo discretamente, dándose cuenta de que ahí venía Lalisa, junto al doctor.
─ Dae, ahí está el doctor. ─ Le murmuro a su esposo.
El señor Jeon volteó rápidamente, ignorando a Lisa para ir rápidamente por el doctor.
─ ¿Cómo se encuentra mi hijo?
El señor de bata blanca sonrió, dejando ver algunas arrugas al lado de sus ojos.
─ Su hijo es un luchador, a pesar de la perdida de sangre se encuentra estable, aún así, no reto al destino, por lo cual las transiciones de sangre se le harán inmediatamente.
Daehyun suspiró aliviado, asintiendo con una pequeña sonrisa.
─ Gracias doctor.
[ . . . ]
─ TaeHyung, despierta. ─ El castaño se removió un poco, haciendo una pequeña mueca.
─ No creo que despierte dentro de poco JiMin.
─ Lo sé, pero... tengo ganas de ir al baño.
TaeHyung abrió lentamente sus ojos, aún con algo de sueño.
─ ¿Que hora es? ─ Murmuro, y YoonGi volteó a ver el teléfono que JiMin le había dado hace como media hora.
─ Las 9:45 am, dormiste mucho.
TaeHyung abrió a más no poder sus ojos, ¿que tanto había pasado y que se había perdido?
─ JungKook, ¿cómo está JungKook?
JiMin sonrió para reconfortarlo.
─ Acaba de salir de la transfusión, el doctor dice que está estable, le falta una transfusión más pero lo más probable es que despierte por estos días.
TaeHyung suspiró aliviado, intentando levantarse, mas un dolor en su espalda le hizo quejarse.
─ Con cuidado, que estás sillas no son muy cómodas.
TaeHyung asintió, apretando sus labios.
─ JiMin, ¿te puedo pedir un favor? ─ El peli-naranja asintió inmediatamente ─, ¿puedes llevarme a casa de mis padres?
JiMin elevó las cejas, no sabía eso.
─ Logró encontrar a tus padres. ─ Dijo bajo, y TaeHyung se encogió inevitablemente.
Aún no asimilaba bien el hecho de que el hombre que le había ayudado tanto como un mismísimo angel guardián estuviera ahora en la camilla del hospital.
─ Sí, lo hizo, umm, ¿si me haces el favor? ─ JiMin rápidamente asintió de nuevo, levantándose y tomando la mano de TaeHyung.
─ Sí, vamos.
─ Oigan, sigo aquí. ─ Murmuro YoonGi, y TaeHyung saltó levemente por la inesperada voz de YoonGi.
─ No te había escuchado, lo lamento hyung. ─ YoonGi negó, restándole importancia.
─ Está bien, ustedes vayan, yo me quedo y les aviso si hay noticias.
Ambos asintieron, y en silencio fueron a la salida.
No sabían cuánto tiempo más iba a durar esta tortura y solo esperaba que fuera lo más pronto posible.
─ ¿Cuál es la dirección?
─ Ah si, por supuesto. ─ Murmuro, tomando el celular de JiMin y escribiendo la dirección que le había dado JungKook cuando llegaron a la casa de sus padres.
JiMin condujo en silencio, y TaeHyung no intento sacar tema de plática tampoco, entendía y compartía el dolor de JiMin.
"Has llegado a tu destino." La voz de la señorita Google (cómo le gustaba llamarla TaeHyung) avisó, y JiMin volteó a ver la casa.
─ Bueno, aquí estamos. ─ Murmuro, el castaño dió una mirada rápida a su casa y la volvió a dirigir a JiMin.
─ ¿Quieres entrar?
JiMin se mostró sorprendido.
─ ¿Estás seguro? ─ TaeHyung asintió. ─ Umm, bueno.
JiMin estacionó el auto, saliendo de este junto a TaeHyung. Ambos se acercaron a la puerta de la modesta casa y el castaño dió tres golpes.
Se escucharon unos pasos seguidos de unas risas, y la puerta se abrió, dejando ver a su hermana.
─ ¡TaeHyung! ─ Dijo emocionada, dando palmaditas feliz y abrazándolo.
TaeHyung sonrió levemente, correspondiendo el abrazo de su hermana y sintiéndose mejor. Dahyun con su sola presencia lograba calmar.
─ ¡Que bueno que estás aquí! ─ Le sonrió, dirigiendo su mirada al peli-naranja. ─ Oh, hola a ti también, pasen pasen.
JiMin hizo una corta reverencia, entrando sin decir nada.
─ Mamá, papá, miren quien llegó.
Los señores Kim asomaron la cabeza desde la cocina, y los ojos de la madre de TaeHyung se iluminaron.
─ ¡TaeHyungie! ─ Rápidamente se acercó, abrazando a su hijo y repartiendo besos por todo su rostro.
─ Amor, tenemos compañía. ─ El señor Kim codeó a su esposa, quien levanto la vista y la dijo en su otro invitado.
─ Oh, lamento no haberte visto cariño, mucho gusto, Chae-na, madre de TaeHyung, y él es mi esposo, JoHyun.
JiMin les sonrió, estirando su mano y entrelazandola con el de la madre de TaeHyung.
─ Mucho gusto, soy Park JiMin, amigo de TaeHyung. ─ Murmuro.
─ Por cierto TaeHyung, ¿y tú novio? ¿dónde está JungKook?
TaeHyung sintió un nudo en su garganta cuando Dahyun lo miro inocentemente.
─ Cierto, ¿Y Jungkook?
JiMin volteó la mirada, no estaba listo para hablar o que hablen sobre la situación de Jungkook ahora.
─ Él... él está en el hospital. ─ Dijo el castaño, apretando sus labios.
Su padre pareció leyerlo de inmediato, porque apretó el hombro de su esposa.
─ ¿Les apetece algo de tomar?, ¿o prefieren descansar? Se ven algo cansados.
─ Algo de tomar estaría bien, gracias.
[ . . . ]
NaYeon terminaba de barrer para cuando se asomo por la ventana del segundo piso.
Pudo ver perfectamente a YeonJun abrazando a su amigo, pudo suponer que su amigo lo estaba consolando.
No era de extrañar, las cosas en la casa estaban tensas, todos lamentaban el accidente de Jungkook, y por las noches escuchaba a algunos rezar.
─ Esto fue demasiado lejos. ─ Oyó a lo lejos, alzó la mirada y se encontró con dos señoras mayores, las conocía bien.
Eran las señoras Choi y Jung. Un par de chismosas.
─ Sí, pero dios, ¿quien lo hubiera pensando de MinJae? Y que se veía tan bien chico.
─ Bueno, tan bueno no era, ya sabía yo que algo andaba mal con ese chico, y todavía a nuestro joven JungKook.
─ Él tampoco es un santo, si viste como le contesto a su abuelo, y todo por un chico. Esto va de mal en peor.
NaYeon apretó sus labios, acercándose a ellas dispuestas a hacerlas callar, pero algo la distrajo.
Escucho unos pasos a lo lejos, y volteando pudo ver a un doberman pequeño acercándose a ella.
─ Oh, hola Bam. ─ Murmuro, arrodillándose para estar a la altura del perro.
El can lloro, acercándose a la mano de la castaña en busca de caricias. NaYeon lo complació, acariciando por detrás de las orejas del cachorro.
─ Extrañas a tu amo, ¿verdad? ─ Susurro, y el cachorro lo miro con esos ojos encantadores a los cuales NaYeon era débil. ─ Ya, apuesto a que vendrá pronto, ¿tienes hambre? Podemos asaltar la cocina.
El cachorro ladró, y NaYeon soltó una risa.
─ Tomaré eso como un sí, vamos.
Y dicho eso se levanto, dirigiéndose a la cocina con Bam siguiéndola con la lengua fuera.
NaYeon no estaba bien, y eso todos los sabían. Sin embargo, no la veían llorar, ella había permanecido fuerte a pesar de todo.
Tal vez ese era un don o una habilidad o una fortaleza que todos querían y deseaban.
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