❛ ━ PRÓLOGO ; i became invisible for eros guilt
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↯ CAPÍTULO CERO
▬ ❝ prologó ❞ ▬
CINCO AÑOS ATRÁS
narra vittoria
San Francisco no era tan malo a como creía que lo sería. Al inicio no tenía ni ganas de salir de mi hogar, pero bueno, a fin de cuentas sigo siendo humana y la indecisión es mi definición, ¿de acuerdo?
Aunque creo que no lo había pensado correctamente. ¿Qué posibilidad tenía una niña de seis años en las oscuras, terroríficas y inseguras calles de una de las ciudades más transitadas? Ni yo sé que estaba pensado (quizá si) pero no voy a compartirlo con él extraño o la extraña que lee esto (aún).
Resople y pare mi andar unos pocos segundos frente a un local con luces amarillas encendidas y con un título chillante que me hacía imposible el poder leerlo.
Pff, a veces detestaba mi dislexia.
La puerta se abrió y de ella salió una pareja bastante sonrientes, aunque los ignore olímpicamente pues un olor a comida recién hecha emanó de aquel restaurante, provocando así que mi estomago gruñese en respuesta.
Hace días no comía algo como dios manda, y ese olor...
No, no. ¡Vittoria mala! No tenemos ni un mísero centavo para comprar algo, mucho menos de este sitio que se ve ciertamente cariñoso con respecto al precio.
Solté un suspiro lastimero y dejé de torturarme a mi misma, siguiendo con mi camino sin destino.
Okay, mis condiciones no eran las mejores (tenía frío, hambre y sueño) pero al menos sigo con vida, y según mi madre, ya era ganancia. Digamos que para mi y para los de mi especie era una bendición llegar al final del día vivos, sin un rasguño ni necesidad de matar a cualquier cosa grandota y fea que se nos acercase.
Debían de ser poco más de las doce, las calles estaban solitarias en su mayoría y el tráfico se había reducido considerablemente. Una ventisca helada se desató, y lo único que pude hacer fue abrazarme a mi misma en busca de mantener algo de mi calor corporal, fallando en el intento.
Resople y di vuelta en el tercer callejón que se me cruzó.
No, no estoy loca (creo). Simplemente estaba llegando a mi mísero pero algo decente hogar. Estaba conformado de forma humilde por cajas de cartón con aroma a café, pues las había hurtado de la cafetería a dos cuadras de aquí. Tenía un par de velas de cumpleaños azules que iluminaban míseramente un octavo del lugar. Me pelee por una sábana multiuso (para mi) en el viernes negro del año pasado.
Para la señora a la cual se lo arrebate sería un mantel, pero para mi era una cortina y un cobertor.
Cuando llegue a las cajas de cartón no dude en respirar profundamente. Aún no me acostumbraba a la falta de una casa decente, y eso que llevaba en las calles poco más de un año y medio (o más, no lo recuerdo con exactitud). Y no, no he llegado a robar (las cajas no cuentan, ¿okey?). He sobrevivido a mi manera... ya saben, con esas muestras gratis de supermercado. Reconozco el hecho de que no me he alimentado en el último año como dios manda pero, ¿ya vieron el precio de una simple y descolorida ensalada de pollo? ¡Está carísima! No doy abasto para un hotel de mala muerte, menos para una boba ensalada que encima ni me gusta.
Quite parte de mi cortina y me metí a mi casa de cartón. Estaba oscura, pero no tan fría como ahí afuera. Tome uno de los mecheros que halle tirados en el bote de basura y encendí las velas que estaban recargadas en un metal salido del conducto de agua del edificio de al lado. Tenía solamente los números 1 y 2 que juntos forman un 12: curioso y asombroso a la vez, pues se trataba del día de mi cumpleaños.
Mire fijamente a las llamas danzantes delante mío mientras me quitaba mis viejas botas cafés y las lanzaba hacia el intento de cocina que solo consistía en una lata de fuego en gel y una olla un tanto... eh, ¿como decirlo? Quemada. (Así la encontré yo, no fui responsable en quemarla),
Vaciaba en ella las muestras gratis que tomaba de todos los supermercados a los cuales iba y tomaba mi para nada sana comida y la racionaba para mitad de semana, la otra mitad me tocaba volver por más y así consecutivamente.
No me quejaba de mi vida, creo que podría ser peor, simplemente tenía que acoplarme.
Supongo.
Me recosté encima de un viejo y manchado (no quería saber de que eran esas manchas) colchón y lancé un largo suspiro, pensando en mi corta pero miserable vida.
En las calles tengo una vida ajetreada, no tengo tiempo de pensar en todos a los que deje atrás, ni de lamentarme el hecho de que no era normal y por ello había ocasionado todo lo que ocurrió para que llegara este momento.
Es por eso que en la oscuridad, dentro de estas cuatro paredes de cartón, me suelto. La tristeza me consume junto al cansancio emocional y físico.
A veces solo quería volver a casa y así luchar, pero luego los recuerdos están de regreso y me niego a pasar por eso de nuevo, por hacerles pasar dolor a los que quiero solo por un capricho mío.
Tome la sabana y me tape de pies a cabeza con ella, sintiendo como mi labio inferior temblaba y mis ojos se empañaban.
Llore, solloce y me deje caer.
Luego sin saberlo, caí dormida.
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Okay, les juro que no tome ni consumí ninguna sustancia tóxica.
Es más, ¡ustedes me leyeron! Me oía bastante bien mientras les narraba la triste noche de una huérfana entre las calles de San Francisco.
Pero mi sueño estaba bien extraño.
Cuando abrí los ojos, sentí como una luz me dejaba literalmente ciega y me obligaba a cerrar mis lindos y violetas ojitos. Después de unos momentos creí que podría llegar a soportar toda aquella intensidad luminosa, así que los volví a abrir. Efectivamente, pude mantenerlos abiertos.
El lugar era extraño. Era como de esos cuartos donde meten a los loquitos o algo así. Para una mejor explicación, ¿recuerdan el capítulo de Victorious donde Tori besa a su ex-novio que es novio de su amiga Cat y para mejores giros en la trama, ella los ve. No le habla a Tori por días hasta que la castaña la mete en el cuarto del conserje y le dice que dejaría que le hiciera todo con tal de que volvieran a ser amigas. Cat se lo tomó enserio y le brindó un puñetazo en la nariz, al parecer se la rompió o algo así. Al final las dos van al hospital y ven a sus amigos casi casi en las últimas por dejar que peces doctor les besaran los pies? Bueno, no. Olvídenlo. Me confundí de capítulo.
La cosa es qué hay un capítulo en la serie en donde a Cat la meten dentro de un cuarto blanco porque piensan que esta loca.
Mire a mi alrededor, aún confundida. No tenía ni siquiera mi viejo colchón de dudosa procedencia debajo mío, y me sentí expuesta. ¿Ya me secuestró una banda de narcotraficantes? ¡Debo de estar en México para estos momentos!
━No estás en México, sigues donde siempre, Tori.
Quise levantarme de un salto ante el susto, pero para mi desgracia caí de culo hacia el suelo. Esta vez mire hacia arriba, observando confundida como una nube blanca y esponjosa se deshacía allá arriba, dejándome boquiabierta.
━Buena caída, aunque le faltó algo de estilo ━di un respingo en mi sitio y un tanto tambaleante me puse de pie.
Saque de mi chaqueta una navaja de bolsillo medio rota (él secuestrador o la secuestradora no tiene que saberlo) y blandí de lado a lado, temerosa.
━Toda una hermana mía ━rió, pero no de forma terrorífica, sino... ay, no sé. Imaginen una risa bonita o así━. Padre estaba en lo correcto contigo, Diana.
━Prefiero el término de Vittoria, voz en mi cabeza ━me anime a decir.
Después de todo estábamos en mi sueño, dentro de mi cabeza. Yo tenía más poder aquí que cualquiera que hiciese acto de presencia en este sitio.
━Vittoria... Diana... cualquier nombre le queda a una heroína como tú.
Fruncí el ceño, confundida━. ¿Yo? ¿Una heroína? Por favor, sal de mi cabeza de una vez. Hoy tenía sueños reservados para Henry Cavill, así que si me disculpas...
Baje la espada y me dispuse a dar media vuelta para volver al suelo, lista para volverme a dormir, pero algo, o bueno, más bien alguien me detuvo.
La voz se materializó delante mío y tomó una forma bellísima. Tenía la mandíbula ovalada masculina más perfecta que jamás había visto, una fina barba que parecía recién rasurada y unos ojos celestes misteriosamente más brillantes que cualquiera. Era alto, musculoso y con una espalda grande y ancha.
La definición de atractivo en persona, pues.
Me quede quieta, petrificada mientras lo observaba embobada.
━Hola ━alzó su mano, moviendo los dedos mientras me sonreía━. Creo no habernos presentado antes, bueno, no en persona.
━No ━afirme en un hilo de voz━. Te recordaría. Pero, no comprendo tu "en persona" porque lo que a mi concierne jamás te me habías cruzado enfrente.
No lo olvidaría.
━Los ojos son la ventana del alma, Vi ━hizo el ademán de acercarse pero yo me aleje por instinto. Es guapo, pero sigue siendo un intruso en mi cabeza. No era buena señal para alguien como yo━. Y créeme que te he visto, eres la única de mis hermanos a los cuales me he manifestado, deberías estar más agradecida que a la defensiva.
━¿Hermanos? ━me burlé━. Soy hija única, niñito. No te entiendo, y si eres tan amable, ¿podrías retirarte? No he tenido un día tranquilo y lo que ahora necesito es descansar y contigo aquí créeme que es lo único que no he hecho.
Una mueca se formó en sus finos pero carnosos labios (okey, ya quítenmelo de enfrente, solo soy una niña)━. De verdad que no sabes nada... ━paso una mano por su barbilla, como si pensara en alguna otra cosa━. No es mi deber que te enteres, pero eres algo especial.
Bufé━. Ya lo sé. Pregúntaselo a la bola de cosas que se me acercan en cuanto creen que estoy despistada.
Una vez más en su rostro se reflejó una expresión de asombro.
━¿Y no sabes quien soy? ━exclamó, con una ceja alzada. Parecía algo así como indignado.
Fruncí el ceño y volví a darle una muy pequeña revisada. Mi mamá se había empeñado en hablarme de todo lo que ella sabía sobre la mitología griega al haber cumplido cuatro años. Tampoco comprendí mucho, digo, hoy con seis años me consideraba más inteligente que la mayoría de los niños de mi edad, pero ¡vamos! Tenía cuatro, nadie podría haber prestado mucha atención a una conversación como esa.
Pero ahora que lo analizaba con más... detalle, tenía el parecido de alguien. Y, si pensé decirlo, pero mientras más se tardará aquí, menos podría yo dormir, así que fingí lanzar un suspiro lastimero y negué.
━No... me temo que no te conozco.
━Mientes ━fruncí el ceño al oírle hablar tan seguro━. Tus pupilas se hacen pequeñas cuando lo haces.
Bufé, divertida━. Claro que no, desconocido.
Él me imitó━. Claro que si, hermanita,
━¡No soy tu hermana!
El muchacho se encogió de hombros━. Ya llegará el momento donde sabrás todo. Tu madre y tus abuelos han hecho un gran trabajo, pero el tiempo se termina y debes de consultar al Oráculo de Delfos.
━¿Al oráculo de qué? ━alegue, tensando la navaja en mi mano━. Bien, lo guapo té afecto el cerebro. Estás demente.
━Te pondré ayuda en el camino, pero debes confiar en mi ━hizo el ademán de acercarse de nuevo a mi pero yo me negué a que lo hiciera, por lo que hice que mi navaja lo apuntara━. No me acercaré, ¿bien? Pero debes hacerlo. Consúltalo cuando llegues a donde debes llegar.
Un sonido de pasos se escucharon por algún lado, pero fueron suficiente para que el chico frente a mí se removiera ante un escalofrío.
De mi lado, solo sirvió para que se me helara la sangre y para que mis bellos se erizaran. El muchacho se veía muy difícil de intimidar, ¿qué sucedía?
━Vas a estar bien ━asintió para sí mismo antes de girarse para poder murarme━. Recuerda tu nombre a donde sea que vayas. Eres Vittoria Diana Whitewell, estás hecha para ganar la victoria a donde sea que vayas, tú sangre divina te hace ser leal a los que son fieles a ti.
━¿Qué...? ━solté, de nuevo en un hilo de voz━. ¿De qué hablas?
━Esto te protegerá ━baje la navaja y él instintivamente se acercó a mi. Me extendió un anillo con una piedra azul en el centro━. Pasa tu dedo por la piedra. Solo servirá ante tu huella dactilar... ━miró hacia ambos lados y suspiró, se hincó ante mi altura y me tomó por los hombros. No intente huir, de alguna forma él me brindaba más seguridad que lo que sea que se acercaba━. Hallare las reliquias y te las entregare, fuiste creada con aquel propósito... te ahorre tiempo, pero sé que te encontrará.
━¿Encontrarme? ━inquirí, sintiendo un dolor de cabeza intenso━. ¿Quien?
━Ya no hay tiempo ━se separó y me dedicó una ligera sonrisa━. Serás una mujer increíble, Vittoria. Una...
El dolor se hizo mucho más intenso de lo que ya era, lo que me obligó a cerrar los ojos. La voz de Eros se hizo más y más lejana hasta el punto donde dejé de oírlo y, una vez más, caí bajo una abrumadora oscuridad.
Supongo que me quede dormida, otra vez.
ֺ ָ ֙ ⋆ ꒰ 🦚 ꒱ .°ャ
Desperté.
Y de nuevo vuelvo a decirles que no he consumido ninguna sustancia que tenga una dudosa procedencia (por si quedaban dudas sobre ello).
Observe mi alrededor, asustada. Los últimos segundos del sueño me había sentido abrumada, asustada: como si algo malo viniera dispuesto a hacerme daño. Mi pecho subía y bajaba, estaba demasiado acelerada para solo haber tenido una maldita pesadilla.
Relamí mis labios, escuchando como las primera avecillas del día cantaban. Casi siempre se paraban en uno de los cables fuera del callejón, eran algo así como mi despertador personal.
Menos mal que todo esto había sido una...
Solté un grito al ver una joya peculiar en mi dedo anular. Lo que me asustó más fue ver esa piedra azul en medio.
Ay, ¿como qué no fue un sueño?
Intente quitármelo con fuerza (las que una niña de seis años pudiese tener) y no resultó, al contrario, pareció estar pegado. Termine quitándome aquella sábana vieja que me cubría y salí casi que a tropezones de mi casa de cartón.
━Quítate... quítate... ¡Auch!
Mi dedo trono, pero no se salió en ningún momento.
Solté un suspiro cansino y lo dejé en paz. Esto solo me pasaba a mi. Pensé, dejando las manos sobre mi cintura invisible.
Esperen.
¿Como que invisible?
━Ay, lo que faltaba ━chille, golpeando un bote metálico de basura cercano.
━¡Diablos! ━me quede quieta en mi lugar al oír una voz cerca━. ¿Qué...?
Me di media vuelta, topándome con un par de orbes negros. La mire (si, era mujer) de arriba abajo aprovechando que no podía verme (por alguna razón aparente). Tenía el cabello negro peinado con un par de trenzas meticulosamente hechas, era morena y no debía de ser más grande que yo.
Se veía confiable, pues.
Y yo, que estaba entrando en pánico, hablé.
━Necesito que me ayudes.
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