6. Rocket
—¡Escucha! —demandó Peter, despertándome con su voz.
Me removí y me tallé los ojos antes de levantarme. Groot también se despertó y se incorporó. Me había ofrecido dormir en su celda para que nadie me hiciera nada mientras dormía, lo cual agradecí mucho. De no ser por él, no habría podido dormir tranquila, y la verdad es que realmente necesitaba descansar.
—No me importa si vives o mueres —aclaró, acercándose más por el pasillo.
Gamora se detuvo justo frente a la celda donde estábamos.
—¿Y por qué detuviste al grandote? —cuestionó.
—Simple. Sabes dónde vender mi Orbe —contestó Peter, despreocupado.
—¿Cómo vamos a venderlo si nosotros y el Orbe estamos aquí? —cuestionó obvia, alzando la voz.
—Mi amigo Rocket —señaló al mapache— ha escapado de veintidós prisiones.
—Oh, vamos a escapar —afirmó Rocket, cruzado de brazos a un lado de Peter con una sonrisilla engreída—. Y luego iremos directamente con Yondu a buscar la recompensa por entregarte. También me llevaría a tu novia para venderla, pero a Groot le agrada —bufó.
Las mejillas de Peter se pusieron casi tan rojas como mi piel.
—Primero, Vesta no es mi novia —contestó, carraspeando. Rocket lo miró burlón y Gamora rodó los ojos. Tenía que admitir que se veía adorable sonrojado—. Y segundo, ¿cuánto iba a pagarte tu comprador por mi Orbe?
Gamora se vio dudosa antes de responder en voz baja:
—Cinco mil millones de unidades.
—¿Qué? —exclamó Rocket con la boca abierta.
—¡Santa mierda! —maldijo Peter sorprendido.
Cinco mil millones de unidades sonaban bien. Eso bastaría y sobraría para que cualquiera subsistiera toda una vida (sin despilfarrar, por supuesto).
—El Orbe es mi oportunidad de escapar de Thanos y Ronan.
¿Escapar? ¿Ella no era aliada de Thanos realmente? ¿No estaba con él por voluntad propia?
—Si nos liberan —ofreció Gamora, armando un trato—, los llevaré con el comprador y dividiré la ganancia entre los tres.
—Cuatro —le corregí, haciendo notar mi presencia y la de Groot, asomados por la reja.
—Yo soy Groot —añadió.
—Duerme para el peligro, despierta para el dinero, como siempre —insultó Rocket a Groot.
o
—Si queremos escapar, debemos entrar a esa torre de observación —dijo Rocket, sosteniendo su bandeja llena de comida. Peter, Gamora, Groot y yo lo seguíamos de cerca para escucharlo sin que alzara la voz. Recibí mi comida finalmente y nos alejamos a una mesa vacía—. Para hacerlo, necesitaré algunas cosas. Los guardias usan bandas de seguridad para controlar las entradas y salidas. Necesito una.
—Déjamelo a mí —aceptó Gamora.
—Ese tipo de ahí —señaló Rocket a un hombre que venía con una pierna robótica—. Necesito su pierna.
—¿Su pierna? —pregunté confusa.
—Sí. No necesito otra parte. Míralo. Es inútil.
—Yo me encargo —dijo Peter con voz cantarina, resignándose.
—Finalmente, en esa pared hay un panel negro. Una luz amarilla que parpadea. ¿La ven? Hay una batería de quarnyx detrás de ella. Una caja púrpura con cables verdes. Para entrar a la torre, definitivamente la necesito.
—¿Cómo se supone que lograré hacer eso? —cuestioné horrorizada— Está a seis metros del suelo y en la parte más custodiada de la prisión. Será imposible que suba sin que me vean y me disparen.
—Bueno, eres una zorniana. Quizá puedas hacer algún tipo de intercambio —propuso.
—Debes estar bromeando —gruñí.
—No, no lo hago —declaró con inocencia—. Todos saben lo que eres. Es bastante obvio por tus ojos amarillos, tu piel roja y tus cuernos negros, ¿sabes? Además, escuché a varios guardias diciendo que se morían por llevarte a su cama. Otro incluso insinuó que te ofrecería protección de los demás guardias y prisioneros por un par de horas contigo. Te diré cuál dijo eso para que te arregles con él. Podría funcionar.
—¡Ella no va a hacer un trato sexual! —declaró Peter indignado, con el ceño fruncido.
—Sólo tengo un plan y para ese plan necesito una maldita batería quarnyx, ¡así que Vesta tendrá que hacer un trato sexual!
Rodé los ojos mientras Peter seguía negando.
—¿Puedo volver a lo que decía? —gruñó cansado— Gracias. Ahora, esto es importante. Cuando Vesta quite la batería, todo el sistema entrará en modo de emergencia. Cuando la tengamos, debemos movernos rápido, así que eso debe ser lo último que consigan —aclaró.
Entonces, las luces se apagaron simultáneamente. Confundidos, miramos hacia donde estaba la batería y vimos a Groot con ella en su mano, tendiéndomela junto con una sonrisa.
—O podemos buscarla primero e improvisar —se resignó Rocket, negando con la cabeza.
—Buscaré la banda.
—Yo te ayudo —decidí.
—Pierna —avisó Peter.
Corrimos en busca de un guardia que tuviera la banda en el brazo, pero al toparnos con unos guardias de un rango más bajo, tardamos un rato más.
—¡Consigue la banda! ¡Yo me encargo! —me gritó Gamora, noqueando a otro hombre y lanzándolo por el barandal.
Asentí y corrí en busca de la banda. Cuando otros me acorralaron, me encargué de uno en uno hasta que al de la derecha lo tumbé de una patada en el rostro y me giré de vuelta con el otro guardia. Enrollé su brazo, que intentó usar para golpearme, con mi pierna.
—Necesito eso —dije, tomando la banda de su brazo.
—Buena suerte —se rio—. Está conectado internamente.
—Eso no es un problema —sonreí, antes de bajar mi pierna y romper los huesos de su brazo. Gamora llegó a ayudarme y le retiramos la banda a la fuerza. Dejamos al guardia quejándose en el suelo y corrimos hacia la torre— ¡Rocket! —grité, haciendo que el mapache volteara y alzara su mano para recibir el artefacto que le lancé. Corrimos lo más cerca que pudimos a la torre, pero nos quedamos sin camino.
—Hay que saltar —planeó, alejándose para tomar vuelo.
—Después de ti —concordé.
Gamora se lanzó y logró agarrarse del barandal que había en el puente de la torre. Se alejó para darme espacio donde aterrizar. Tomé vuelo y corrí antes de impulsarme con el barandal y lanzarme hacia el puente. Aterricé dentro y observé a Gamora ayudando a Rocket a subir, quien usaba a Groot como escalera. Se dirigieron a la torre para abrirla, mientras yo esperaba a Peter.
—¡Peter, detrás! —grité, lo que lo hizo voltear y ver uno de los disparadores. Antes de que lo atacara, un hombre de piel grisácea y marcas rojas atrapó el disparador y lo destruyó con sus manos.
—¡Tú —exclamó desde abajo—, hombre que se acostó con una a'askavariiana!
—¿Te acostaste con una a'askavariiana? —grité divertida, sin poder creerlo.
—Fue sólo una vez —masculló Peter, volviendo a trepar las ramas de Groot. Lo ayudé a sostener la pierna mientras él subía. Luego, el hombre trepó cuando le devolví la pierna a Quill.
—¿Quién es él?
—Drax —respondió simple.
—El Destructor —completó Drax con orgullo.
Después de que Groot fue el siguiente y último en subir, llegamos a la compuerta de la torre mientras Rocket movía controles y presionaba botones. Gamora empujó al guardia que había dentro, advirtiéndole que saliera, y Groot terminó por sacarlo.
—No me mires así, mujer —rugió Drax a Gamora.
—¿Por qué está él aquí? —demandó saber.
—Pregúntale a Peter —me encogí de hombros.
Gamora miró a Peter.
—Le prometimos que podía quedarse a tu lado hasta matar a tu jefe. Siempre cumplo mis promesas cuando se trata de locos musculosos que me matarán si no lo hago. ¡Aquí tienes! —anunció aliviado, dejando la pierna sobre los controles de la torre, en frente de Rocket.
—Oh, bromeaba sobre la pierna —se rio—. Sólo necesito esto —dijo, señalando la banda y la batería.
—¿Qué?
—Pensé que sería gracioso —se rio más fuerte—. ¿Fue gracioso? ¿Cómo se veía saltando por ahí?
—¡Tuve que transferirle treinta mil unidades!
Ahora yo empecé a reírme por su mala situación. Podría simplemente haberlo noqueado y después robársela. ¡Había perdido treinta mil unidades por nada!
—¿Ves? Ella tiene sentido del humor. Ahora veo por qué todos se quieren acostar con ella.
—¡Oye!
Rocket sólo se siguió riendo entre dientes.
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