La suavidad de las sábanas en mi piel se sentía maravillosa, pero la ausencia de calor a mi lado, de presión y peso provocó que mis sentidos se despertaran en alerta. El lado de la cama donde Peter se había quedado dormido hace una hora estaba vacío. Nos habíamos quedado dormidos platicando sobre Ego y Meredith.
—¿Peter?
No hubo respuesta. Preocupada, me levanté en un brinco y salí de la habitación. Miré a los dos lados del pasillo, esperando ver a Peter en algún lado, pero sólo encontré a Drax y Mantis hablando en voz baja.
—Vesta, ¿está Quill contigo?
—No —contesté—. Lo estoy buscando. ¿Por qué?
Drax y Mantis intercambiaron miradas nerviosas, poniéndome ansiosa.
—¿Drax? —lo llamé, consiguiendo que me mirara— ¿Qué rayos ocurre? ¿Dónde está Peter?
Con eso, ambos empiezan a explicarme la verdad.
Ego iba por la galaxia, teniendo hijos con todo tipo de especies con tal de encontrar a alguien como él, matándolos cuando se daba cuenta de que ninguno podía hacer lo que él quería.
Cuando Mantis finalizó su explicación y sus disculpas por no decirnos antes, yo ya estaba regresando a mi habitación para tomar mi espada. Al volver, vi a Nébula y a Gamora llegar directo hacia Mantis con furia centellando en sus ojos. Alcancé a intervenir en el instante en que quiso ahorcarla y detuve su brazo en el aire.
—Ya confesó y explicó todo. Está con nosotros —expliqué rápidamente. Inhalé y exhalé, soltando el brazo de Gamora—. Tengo un plan. Comunícame con Rocket. Debemos irnos ahora.
o
Después enfundar mi espada y acomodarme la chaqueta, vi a todos correr hacia sus posiciones, como había ordenado. En el mayor sigilo posible, pero rápido, llegué hacia el salón principal, donde Peter parecía perdido en alguna visión que su padre le mostraba. Me quedé oculta detrás de un pilar, escuchándolos hablar.
—Sí, pero... Mi madre... Dijiste que amabas a mi madre.
—Y lo hice —afimró Ego, dándome la espalda y mirando a Peter—. Mi hermoso lirio sabía todas las letras de las canciones de la radio. Regresé para verla tres veces a la Tierra. Y sabía que si regresaba una cuarta vez... nunca me iría. La Expansión... la razón de mi existencia terminaría. Así que hice lo que tenía que hacer —suspiró con pesadumbre—. Me rompió el corazón ponerle ese tumor en la cabeza.
Eso bastó para que toda la admiración y la niebla desaparecieran en Peter, devolviéndolo a la realidad de golpe. Ego había asesinado a Meredith.
—¿Qué? —preguntó sin creer lo que había escuchado.
—Bueno, sé que eso suena mal... —empezó a explicarse Ego, dándose vuelta para ver a Peter.
Pero Peter ya le estaba disparando, con las armas que llevaba a los lados de las piernas, a tal punto que lo dejó en pedazos hasta hacerlo desaparecer. Aproveché ese momento para salir de mi escondite. Aquello nos había conseguido un poco de tiempo para huir antes de que Ego volviera a tomar forma.
—¿Vesta?
—Tenemos que irnos. No tenemos mucho tiempo —apresuré.
Lo tomé de la mano para jalarlo, pero antes de dar un paso, un rayo de energía proveniente de Ego, quien ya había tomado forma otra vez, me golpeó tan fuerte que me voló hasta estrellarme contra un pilar, lastimándome la espalda. Gruñí por lo bajo.
—¡Vesta!
—¿Quiénes diablos creen que son? —gritó Ego.
—¡Mataste a mi madre! —reclamó Peter.
—Traté duramente de encontrar la forma que te satisficiera más —dijo Ego, transformándose momentáneamente en David Hasselhoff—. ¿Y así me lo agradeces? ¡En serio tienes que madurar!
Del suelo salió otro látigo de energía, atravesándose desde la espalda hasta el pecho de Peter y levantándolo del suelo. Otro látigo salió igual y me enrolló como una soga, inmovilizándome con mis manos pegadas a las piernas.
—Quería que hiciéramos esto juntos, pero creo que tendrás que ser una batería el próximo milenio.
Ego tomó Walkman de Peter y lo rompió con un apretón de mano.
—Voy a matarte —gruñí con la voz ahogada, forcejeando.
—¿Tú? —se burló, acerando el látigo de energía que me amarraba como un tentáculo hacia él. Dio unos pasosa al frente, quedando a un metro de mí, y me miró como si fuera un insecto insignificante— Tú no eres nada ni nadie.
—En eso te equivocas —traté de reírme, pero el tentáculo de energía comenzaba a quitarme el aire con la presión.
Ego abrió la boca para responderme, pero el estruendo de las puertas principales, que se abrieron con fuerza por el impacto de la patada de Drax, lo hizo voltearse. Eso lo distrajo lo suficiente para que no reparara en la nave que se acercaba.
Rocket atravesó el palacio con la nave y aterrizó sobre Ego, derrotándolo momentáneamente. La energía que nos sostenía a Peter y a mí se desvaneció. Caí de golpe al suelo, pero la adrenalina me ayudó a que me recuperara rápido. Corrí hacia Peter para ayudarlo a levantarse, ya que había caído desde una mayor altura.
—¡Todos en la nave! ¡Ya!
Ninguno hizo caso a mi orden. Levanté a Peter y lo hice rodearme por los hombros con su brazo para que se apoyara en mí. Todavía lucía atontado y aturdido, pero podía caminar.
—Dios, amo cuando te pones toda mandona.
Rodé los ojos ante su comentario y lo ayudé a subir. La compuerta se cerró detrás de ambos. Groot, al verme, gritó de emoción y escaló por mi cuerpo hasta llegar a mi hombro.
—También te extrañé, cariño —le sonreí—. Ahora, ¿alguien sabe cómo matar a un Celestial?
—Tiene un centro —me respondió Peter, jadeando—. Su mente, su alma, lo que sea. Una clase de cascarón protector.
—¿Dónde está?
—En las cavernas, debajo de la superficie —me contestó Mantis.
Un estruendo resonó en el lugar. De la nada, más látigos de energía gigantes salieron del suelo y aprisionaron la nave de Yondu con nosotros adentro. La nave se sacudió, haciendo que todos perdieran el equilibrio.
—Peter, tú y Yondu pilotearán la nave.
—Sí, capitana —asintió Peter, yendo hacia la zona de control para sentarse a un lado de Yondu y manejar la nave directo hacia el centro del planeta.
—Los propulsores no funcionan —avisó Yondu en un grito.
—¡Rocket! —lo llamé— Encárgate de los propulsores y las armas. Si se mueve, lo destruyes. Si hace ruido, lo haces explotar.
—¡A la orden! —gritó dirigiéndose a revisar los cables y reparar los propulsores, para sentarse en la zona de control de armas.
Y apenas lo hizo, la nave se puso a andar y salió volando del palacio que empezaba a hacerse ruinas. La caída en picada sacó volando a Groot, pero alcancé a tomarlo. Gamora, Nébula, Drax y Mantis se sostuvieron de lo que pudieron mientras yo me agarraba de una palanca de la pared.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro