Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

2. Peter Quill

—Veo que ya despertaste, preciosa.

En cuanto reconocí la voz de Star-Lord, la realidad me golpeó: la masacre de Thanos a la mitad de la población y cientos de heridos, como si nos hubiera hecho un favor a los sobrevivientes.

Sintiéndome débil, aunque con el dolor en la pierna desvanecido, me levanté de la mesa de metal y caminé hacia los controles de la nave, donde Star-Lord estaba piloteando...

¡Piloteando!

Con pánico, observé el espacio frente a mí. Las estrellas eran la única fuente de luz en el lugar. Ya no estábamos en mi planeta.

—¿Estás loco? ¿Qué haces? ¡Regrésame a Zorn!

Él me miró con el ceño fruncido.

—¿Quieres que te regrese allá? Bien —asintió, e hizo que la nave diera media vuelta bruscamente, dando la vista a Zorn. Jadeé horrorizada cuando lo vi—. ¿Aún quieres volver? Porque sin duda te derretirías, preciosa, pero como tú prefieras.

Todo el planeta estaba en llamas, repleto de la lava del volcán que se había activado mientras yo dormía. Primero la mitad de la población, y ahora el planeta completo. Toda oportunidad de encontrar sobrevivientes para reunirnos y evaluar la situación, quedó descartada. Era imposible que quedara alguien vivo después de esa catástrofe natural.

Star-Lord no esperó mi respuesta y le dio media vuelta a la nave otra vez para seguir alejándose de Zorn.

Me dejé caer sobre el asiento de copiloto, todavía estupefacta por lo que acababa de ver. Lloré en silencio mientras observaba las estrellas, sin ninguna emoción cruzando por mi cara.

Thanos. Sin razón lógica nos había atacado, exterminándonos como si fuéramos basura. Los zornianos no éramos una raza estúpida ni débil. Al contrario, éramos seres toscos y rudos por naturaleza, de gran fuerza, velocidad y agilidad, con una regeneración celular avanzada e instintos de supervivencia altamente desarrollados.

Thanos llegó a aniquilarnos como si fuéramos simples alimañas, sin saber que un planeta como Zorn estaba estrechamente conectado a sus habitantes. La masacre había provocado que la tierra se revelara furiosa y despertara el volcán, que terminó de extinguir a mi especie. Era un planeta desértico, sin montañas ni elevaciones, pero a unos kilómetros de la ciudad existía un volcán de arena.

—¿Cómo está tu herida?

—Ya no siento nada. Gracias —respondí con voz monótona, sin quitar la mirada del espacio.

—De nada —contestó simplemente.

Un segundo después, algo raro empezó a sonar por toda la nave. Despegué mi atención del espacio y miré asustada alrededor.

—¿Qué es eso?

—¿Qué? ¿La música?

—¿Música?

Star-Lord me miró con ambas cejas alzadas, la boca y los ojos bien abiertos.

—¿No sabes lo que es la música? Pero ¿en qué clase de planeta vivías?

Hice una mueca ante su comentario, y él rápidamente se dio cuenta de lo que acababa de decir.

—Lo siento.

—Está bien —apenas murmuré. Fue lo único que dije por un rato, mientras ponía atención a lo que él llamaba "música"—. Es... agradable al oído —comenté.

Star-Lord sonrió.

—Claro que lo es. Son The Spinners. Se llama Rubberband Man.

—Esos Spinners se escuchan bien —asentí, mirando la estructura y el diseño de la nave. Era muy diferente a las naves zornianas—. Linda nave.

—Gracias —sonrió engreído—. Se llama Milano.

—¿Milano? —repetí, tratando de decirlo correctamente. Él asintió con aprobación—. Me gusta.

Star-Lord presionó otros botones y dejó de pilotear, dejando la nave en modo automático. Sentí su mirada fija, lo que me hizo sentir incómoda, así que no devolví el gesto. Era un hombre y yo una zorniana, así que ya tenía una idea de qué era lo que pasaba por su cabeza.

—¿Y cuál es tu nombre, diablita?

—No soy una diablilla, lo que sea que eso signifique —puntualicé, por fin atreviéndome a mirarlo—. Me llamo Vesta.

—¿Vesta...?

—Vesta Galdottir, la Destripadora, si lo prefieres —completé con burla con una ceja arqueada.

—Ése sí es un sobrenombre. La Destripadora —saboreó el título—. En realidad, me llamó Peter Quill, pero me dicen Star-Lord.

Asentí, tomando nota mental de aquella información. Su apodo era algo raro, pero no dije nada al respecto. Los guerreros también teníamos sobrenombres. Gal Brawnson, el Sanguinario; Bulka Pyrdottir, la Comandante; Irany Handottir, la Salvaje...

—¿Por qué te pusieron así?

—¿Sabes lo que es el Tak'Sima? —pregunté, a lo que él negó con la cabeza— Es la prueba final para convertirte en guerrero. En ella tienes que derrotar a tu contrincante —expliqué sin titubear—. Yo destripé a mi oponente. Desde ahí empezaron a llamarme...

—La Destripadora —murmuró con voz agua, antes de tragar duro. Sonreí divertida al ver cómo se había hecho todo un manojo de nervios, aunque intentaba disimularlo. Se removió incómodo, tratando de lucir relajado— ¿Qué eres? Pareces la versión sexy del diablo.

Lo miré con ambas cejas alzadas. Giré todo mi cuerpo hacia él para hablar más cómodamente. Al parecer, no dejaría de hacer preguntas.

—¿Estás diciéndome que aterrizaste en un planeta desconocido? Eres muy valiente... o muy estúpido.

—¿Qué puedo decir? —respondió con aires de grandeza, encogiéndose de hombros— Tu planeta estaba de paso a donde voy y esperaba encontrar un lugar para comer.

Rodé los ojos por su actitud, aunque no pude contener la pequeña sonrisa que se me escapó. Peter Quill era innegablemente agradable.

—Tienes suerte de haber aterrizado en Zorn en ese momento, Peter Quill.

—Yo te salvé —corrigió—. La suertuda de que yo aterrizara en tu planeta en ese momento, eres tú —rectificó.

—Y te lo agradezco, pero no lo digo por eso. Llegaste justo después de que Thanos se fuera. Corriste verdadera suerte de no haber llegado minutos antes.

—¿Thanos?

—Es un titán genocida que desea poder —expliqué—. Llegó diciendo que quería equilibrar el universo. Él fue el que exterminó a la mitad de mi planeta. Una de sus hijas mató a mi padre y a mis aprendices, y me hizo esto —dije, señalando mi pierna herida.

Sus ojos azules mostraron su lástima y compasión.

—¿Y el volcán?

—Se activó por las defensas bajas al morir tantos zornianos —me encogí de hombros, intentando evitar que me doliese, pretendiendo que recordar lo ocurrido no me apuñalaba el corazón.

—Nunca había oído de ese planeta —dijo con una ceja alzada, como si dudara de lo que yo decía.

—Somos una raza fuerte, como los asgardianos.

—Tampoco he oído de ellos —admitió.

Entrecerré los ojos ante su ingenuidad.

—¿De dónde eres?

—De la Tierra.

—¿De la Tierra? —cuestioné, mirándolo de arriba abajo. Sonreí burlona al verlo a los ojos y me crucé de brazos— Ustedes los terrícolas son algo pequeños, ¿eh?

—¿Disculpa? —se indignó, entrecerrando los ojos— Yo no soy pequeño ni débil. No es mi culpa que tengas la estatura de una modelo y cuernos que te añadan cinco centímetros, niña.

Fue mi turno de indignarme.

—¿Niña?

Él empezó a reírse de algo que parecía muy obvio, pero yo no veía.

—¿Cuántos años tienes? ¿Dieciocho? Por favor —resopló.

—Tengo veintiocho, rognwig —contesté.

Él abrió la boca para contestar, pero la cerró. Volvió a abrirla y bufó, sin poder responder nada todavía.

—No sé qué sea eso, pero creo que eres muy grosera —dijo, formando una mueca—. Y yo que pensaba que eras la mujer más guapa que he visto.

—Y lo soy también —bufé con sorna, cruzándome de brazos. Sonreí burlesca, mirándolo de arriba abajo otra vez—, pero tú eres algo anciano y... pequeño.

En realidad, no es que Peter Quill fuera pequeño, pero definitivamente su masa corporal y altura era menor a la de los zornianos. Sin embargo, seguía siendo más grande que yo en todos los aspectos, y eso me dejaba encontrarlo atractivo.

—Como sea —resopló, volviendo a sentarse—. Iremos a Morag, está cerca. Después de eso puedo dejarte en Xandar.

Xandar es el planeta nativo de los xanadarianos, que es también el hogar de muchas otras especies. Al igual que Zorn, se encuentra localizado en la Galaxia de Andrómeda y órbita alrededor de tres soles.

—¿Morag?

Morag es un planeta oceánico situado en la Galaxia de Andrómeda en la Estrella Binaria Eclipsante. Algunos habitantes de este planeta fueron los roedores orloni y criaturas acuáticas.

Hace miles de años, Morag fue el hogar de una civilización avanzada y floreciente, que fue devastada por una catástrofe del calentamiento global. Después del calentamiento global, Morag quedó completamente cubierto de océanos. Sin embargo, cada 300 años, el mar baja y el lugar se vuelve accesible.

—Sí. Tengo que recoger algo ahí.

Leí las coordenadas en su pantalla de controles, confirmando que no estuviera mintiendo. M31V J00443799+4129236. Morag.

—Por "recoger" te refieres a robar, ¿cierto?

—¡Que yo no robo!

Sonreí divertida al ver su expresión y volví a sentarme para continuar contemplando el espacio, mientras Peter piloteaba. Después de un par de horas en silencio, escuchando lo que llamó como "música" por toda la nave, la Milano aterrizó en Morag.

—Volveré cuando recoja...

—Cuando robes —le corregí con tono cantarín, arqueando las cejas.

—Lo que sea —resopló, exasperado, acomodándose sus ropas—. Volveré pronto. No toques nada, ¿de acuerdo?

—De acuerdo —dije sin importancia, mirándolo de pies a cabeza—. No mueras. Hay algunos orlonis que podrían comerían vivo —advertí.

Él me miró con una sonrisilla.

—Vaya, ¿tan pronto te enamoré que ya te preocupas por mí?

—Me preocupo por llegar a Xandar. Que sepas que, si supiera pilotear esta nave, la encendería y me iría en cuanto salieras.

—¿Y así tratarías a tu salvador? —bufó, dirigiéndose a la salida.

Tenía que admitir que Peter Quill me había salvado la vida. Sin él, hubiera muerto por la herida en la pierna o por la lava del volcán que hizo erupción unas horas después de la batalla.

Me sabía los códigos zornianos al pie de la letra, y uno de ellos decía: "A quien me salve la vida, le debo la mía". Eso significaba que estaba en deuda con Peter, así que debía hallar la forma de pagarle antes de que tomáramos caminos diferentes.

Caminos. ¿Qué camino tomaría yo ahora? Sabía que Xandar era un lugar pacífico. Tal vez hallaría algo que hacer ahí o encontraría ayuda de Nova Prime para estar sana y salva, ya que ahora estaba sola en el universo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro