Do you know what's worth fighting for
When it's not worth dying for?
Does it take your breath away
And you feel yourself suffocating?
Does the pain weigh out the pride?
And you look for a place to hide?
Did someone break your heart inside?
You're in ruins

Si hay algo que Cassandra tenía claro desde siempre, era que debía ser muy selectiva con la gente que dejaba entrar en su vida. Se había cerrado a sí misma en una burbuja que muy pocos lograban atravesar y que, para bien o para mal, la habían convertido en una persona fría.

Y sí, había quienes habían roto su corazón desde dentro, puesto que aquellas personas en las que tanto había confiado, aquella persona que durante tanto tiempo había sido su confidente, clavó la astilla de la alevosía desde el interior de ella. 

Su Ágape, su amor incondicional, había dañado el ya de por sí frágil corazón de Cassandra. El pilar que sostenía el cielo sobre sus hombros junto a ella, su Atlas, había dejado el peso del completo universo para ella, que apenas podía sostenerse en pie por si misma.

La mano que la sostenía, que la salvaba de caer en el Leteo, en el olvido permanente. Su Orfeo no la estaba socorriendo más, sabiendo que su Eurídice miraría atrás, no correría un riesgo tan grande en vano. 

Y es por eso que Cassandra, como su homónima, viendo el futuro claro, dejó ir la mano que la sostenía para precipitarse en el abismo, sin arrastrar a su Ágape consigo, cayendo en el raudal del olvido.

Quedó en ruinas, como los grandes templos que en la antigüedad se alzaban imponentes y suntuosos, pero que acabaron cayendo en el desconocimiento, porque ellas estatuas de mármol pulido que en su momento habían sido hermosas, ahora solo eran la sombra de un pasado.

Cassandra era la sombra de su pasado tras perder a su Ágape, una sombra de frío marfil, rota y abandonada.