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Capitulo 4

[Con Perla]

Habían pasado 4 días desde que aquel guacamayo de la cangurera había sido desterrado, al igual que abandono para siempre el Amazonas. Eduardo dio la noticia del destierro del guacamayo, pero nadie lo tomó como algo bueno, pues le parecía raro que aquel guacamayo que los ayudó a vencer a los taladores y proteger su hogar, haya sido desterrado. Eduardo ya no quiso hablar más del tema, y les dijo que siguieran sus vidas normales.

En el nido de Roberto, se encontraba una guacamaya despertando de un largo sueño. Pues había tenido una noche pesada.

Perla: Sabía que no debía ayudar a mi padre con las nueces de Brazil, aun tengo mucho sueño. - dijo levantándose a duras penas.

En cuanto camino, se encontró el nido en absoluto silencio, pues sus hijos se habían ido para siempre, al igual del que una vez fue su esposo. Ya no quería pensar más en ellos, pues había sido traicionada muy duramente por su propia familia. Aún así, sintió un dolor en su pecho.

Perla: Por qué me duele mucho mi pecho? - se preguntó confundida.

Estaba tan confundida que no supo que había pisado algo, ella se dio cuenta, pero lo que pisó era muy liviano, y con algo de polvo al parecer. Al detallarlo bien, se dio cuenta que era una foto que había sacado Blu, cuando ambos estaban en Río felices mirando a la cámara. Perla observó por unos minutos aquella foto, pero a ella ya no le importaba, ellos serán parte de su pasado, quiso romper la foto, pero algo la detuvo, algo le decía que sí rompía la foto, se iba a arrepentir, sentía un dolor en su pecho, algo la detenía. No sabía que estaba pasando, por lo que decidió guardar la foto en secreto, en una de sus habitaciones, la escondió muy bien, para que nadie se diera cuenta. Una vez hecho eso, se dirigió a un lugar que quería ir.

Mientras con Mimi

Ella estaba aún en su nido, pues a pesar de que habían pasado cuatro días, seguía preocupada por los pequeños, al igual que Blu, pues ellos ya se habían ido del Amazonas. Nunca pensó que algo así pudiera pasar, notaba una fuerza irrompible en Blu y Perla, que fue rota por una foto que mostraba hechos falsos.

Mimi: Todo es culpa de Roberto! Sabía que algo malo iba a pasar... *suspira*...igual, ya no tiene caso esto. Nadie me va a escuchar, ya todo está hecho, solo queda seguir con adelante...pero jamás voy a olvidarlos, pues fueron lo mejor que nos haya pasado a todos, incluso a ti Blu... - dijo para luego irse volando a hacer sus actividades semanales.

Eduardo estaba dándole órdenes a sus guardias, pues ahora quería más seguridad, y más extremos si alguien ponía un pie en su tribu, ya se así fuera un desconocido. Los guardias tuvieron que asentir a las órdenes de su líder, y emprendieron vuelo para cumplir las órdenes de su líder.

Eduardo había vuelto a ser más estricto, serio y desconfiado, pues Blu había sido el causante de ello en el. Ya no iba a permitir de nuevo que lo engañaran, ni que su familia sufriera por cualquier ave sin valor. Pero antes de irse a hacer sus cosas, alguien aterriza al frente de él.

Felipe: Vaya vaya, pero si es el ave que destierra a aves simpáticas - dijo en tono burlon.

Eduardo: Ahora no tengo tiempo para tus tonterías Felipe. Si no lo sabes, estás en nuestro lado. - dijo en tono serio.

Felipe: Hay, sigues sensible por eso, que acaso no sabes que tenemos acuerdo de paz, y que todos pueden visitarse en cada tribu cuando quieran? - preguntó

Eduardo: Eso nunca dijimos...suena a una tontería ese trato...

Felipe: Oh claro! Como desterraste al guacamayo que salvo nuestro hogar, ahora te pusiste de nuevo en tu faseta de odio y rencor. - dijo sarcasticamente.

Eduardo: No quiero escuchar más de ese guacamayo...el ya no está aquí!

Felipe: No puedo creer lo bajo que has caído Eduardo. Expulsaste al único guacamayo que hizo que este lugar se viera diferente, el único guacamayo que me cayó muy bien. Y que ahora ya no está aquí por una simple estupidez.

Eduardo: Simple estupidez? Esa maldita ave le fue infiel a mi hija! Roberto nos abrió los ojos a todos! Sin el, seguiríamos creyendo en las mentiras de esa mascota! - dijo enojado.

Felipe: Con que Roberto eh? Wow, no me sorprendería que el que se cree el más atractivo, haya intentado destruir una relación. Sinceramente Roberto hizo lo peor que pudo haber hecho, engañandote a ti y a tu hija.

Eduardo: Roberto es mi ave de confianza, el nunca me engañaria jamás! Además, porque tendría que creerte a ti eh? - dijo con los brazos cruzados.

Felipe: Por qué Blu me contó todo, y al saber que una fotos fueron suficientes para los desterraran, me suena extraño, pues Roberto siempre fue miedoso con los objetos de humanos, no me sorprendería que te hayas comido ese cuento de que ya no le tenía miedo a esas cosas.

Eduardo: Sabes que no ganas nada diciéndome todas esas cosas, pues aquí tu opinión solo será más que ignorada. Hice lo que es correcto, y fue por el bien de mi hija. - dijo voltandose sin ver a Felipe - creo que ya debería irte.

Felipe: Está bien Eddy, me voy. Pero ten encuenta mis palabras, pues si cuando te des cuenta de la verdad, te acordaras de mis palabras, y que lo que te dije, no son mentiras, sino la pura verdad. Te arrepentirás de haber cometido el error de tu vida, y eso también lo verá tu hija. Adiós - dijo para volar de regreso a su tribu.

Eduardo miró un poco como se alejaba Felipe, pero aún así ignoro por completo las palabras que le dijo, pues el no era nadie para venir a darle un sermón.

Eduardo: Si habla mal de mi hija de nuevo, está vez ni tendré piedad con él. Y ahora que lo pienso, en donde está mi hija? - preguntó dudoso.

Algo un poco alejado de la tribu, se encontraba Perla volando hacia un lugar privado, en donde al ver el árbol, aterrizó en una de las ramas.

Perla: Ya estoy aquí! - grito para ver si alguien la escuchaba, lo cual resultó. Ya que alguien le tapó sus ojos.

Roberto: A ver, dime quien soy? - dijo entre risas.

Perla: Ya se que eres tu Beto - dijo riéndose mientras sacaba las alas de Roberto de sus ojos. - para que me llamaste?

Roberto: Bueno, quería pasar el día contigo, ya sabes, hacer lo que solíamos hacer de niños. Que te parece - dijo mostrándole un sonrisa.

Perla: Claro que me encantaría. - dijo sonriendo y tomando las alas de Roberto - y por donde quieres empezar eh?

Roberto: mmmmm... Que te parece una carrera de aquí, hasta ese árbol con mangos - dijo señalando aquel árbol.

Perla: Me parece buena idea, te voy a ganar - dijo poniéndose en posición.

Roberto: Jaja, eso ya lo veremos Perliux - dijo también poniéndose en posición para volar.

Ambos contaron hasta 3, los dos salieron disparados en dirección hacia el árbol de mangos. Perla esquivaba algunos obstáculos que se encontraba por el camino, y ya estaba tomando la delantera, mientras que Roberto intentaba seguirle el vuelo, pero se sorprendio de que Perla lo rebasara en sólo segundos, intentó aumentar la velocidad, pero no era suficiente, pues Perla ya estaba cerca de la meta. No pudo más, y decidió ir despacio, pues se había cansado, y Perla llega a la meta, dándole como la ganadora de la carrera.

Perla: Gané! Que pasó Beto? Perdiste contra una hembra jaja! - dijo entre risas.

Roberto: Que!? Nada que ver, solo te deje ganar jaja, eso era todo - dijo agitado por haber aumentado la velocidad mucho.

Perla: Así? Y por qué te noto cansado? - dijo entre burlas - admitelo, yo fui la ganadora de la carrera jeje - mientras saltaba por haber ganado.

Roberto: Está bien, te lo dejaré pasar jaja, ahora vayamos a divertirnos. Tenemos todo el día para poder hacer cualquier cosa los dos. - dijo mostrando el panorama del lugar.

Perla: Ya veo Beto. Pues que esperamos, divirtamonos en este día tan especial. - dijo mientras tomaba el ala de Roberto.

Ambos se miraron con un brillo en los ojos, para luego emprender vuelo hacia la diversión.

En la tribu de los spix, Eduardo estaba organizando algunas cosas de su árbol. Aunque no podía organizar todo en paz, pues las palabras de Red resonaban en su cabeza, diciendo que se acordaría de sus palabras, revolviendo su cabeza de un lado para otro para no poder recordar aquella frase sin sentido.

Eduardo: Si claro, ni que fuera la gran cosa - dijo entre bufones.

En eso Mimi entra al árbol de su hermano, quien veía que estaba hablando solo, lo cual le pareció raro.

Mimi: mmm... Eduardo? - preguntó confundida.

Eduardo salto del susto, pues no esperaba la visita de Mimi a su nido.

Eduardo: Mimi! Que haces aquí!? Me asustaste! - dijo exaltado y con sudor.

Mimi: Veo que siempre tendrás la guardia baja en estas cosas. Como sea, como van las cosas por la tribu?

Eduardo: Todo va en orden. Aunque no he visto a Perla por aquí, ni siquiera Roberto estuvo aquí para algo. De seguro esos dos se fueron algún lugar a pasar el tiempo juntos.

Mimi: Oh...ya veo...Bueno, y algo más paso? - preguntó curiosa.

Eduardo: Como sabes? Acaso eres bruja?

Mimi: Ja, ja, muy gracioso. Te hablo enserio, te veo muy tenso. - dijo mirando su actitud de su hermano.

Eduardo: Felipe estuvo aquí en la tribu...

Mimi: Felipe!? Aquí!? Y que quería? - preguntó curiosa.

Eduardo: Vino solamente a molestarme, y a decirme que me arrepentirá por haber desterrado a esa mascota de la tribu.

Mimi: Eh? Y como es que el se entero de ello? - preguntó confundida

Eduardo: Al parecer esa mascota le dijo todo lo que había pasado, y por eso vino aquí a decirme sobre eso, y me dio un sermón muy tonto, que cada vez que lo recuerdo me dan ganas de ir por el, y estrangularlo.

Mimi: *suspira*... Bueno, es Felipe, siempre te molestara. Como sea, solo vine a ver como estaba las cosas, y veo que están en orden. Adiós hermano. - dijo para emprender vuelo.

Eduardo: Adiós Mimi, ya verás que muy pronto todo se olvidara, y tendremos el mejor comienzo desde ahora.

Mimi: Si...claro - dijo sin interés, y se fue de allí sin decir otra palabra más.

Eduardo vio alejarse a su hermana alejarse, y luego volvió a sus asuntos.

Perla y Roberto habían pasado todo el día juntos, fueron a divertirse como lo habían hecho, jugaron varios juegos, fueron a su lugar favorito a ver el paisaje, a comer nueces de Brazil, y entre otras cosas más. Hasta que llegó la noche, y todos en la tribu estaban regresando a sus hogares. En especial aquella pareja que llegaba al árbol.

Perla: Uff, estoy tan exhausta. - dijo feliz por el día que paso con su amigo.

Roberto: Si, quien diría que aún tuvieras el toque en estos juegos jaja. - dijo tomando el ala de Perla.

Perla: La verdad si que me divertí mucho Roberto, gracias por todo - dijo mirando a su amigo.

Roberto: De nada Perliux, ya sabes que yo siempre estaré allí para ti. Siempre estaremos juntos, ya sea en las buenas o malas. Nada nos va a separar - dijo tomando las alas de Perla.

Ambos se miraron a los ojos, con un brillo potente mientras se acercaban lentamente el uno al otro. Hasta que sus picos chocaron suavemente, se quedaron estáticos unos segundos, para luego sonreír, y así, sus bocas hicieran contacto el uno al otro, se estaban dando un beso. Perla tomó del cuello a Roberto, y el tomó de la cintura a Perla, mientras seguían besándose, solo duró unos segundos hasta que se separaron. Y se veían con felicidad.

Perla: Nos vemos mañana Roberto - dijo feliz.

Roberto: Hasta mañana Perla - dijo para salir del nido, y dejar que Perla descanse.

Cuando Roberto salió del árbol, una sonrisa se plasmó en su rostro, tanto que comenzó a dar piruetas por todo el lugar. Su felicidad era incomprensible, había conseguido su objetivo.

Roberto: Finalmente Perla y yo podremos estar juntos, pero deberemos tomar todo con calma, y así se olvidara para siempre de Blu. Debí haber hecho esto desde hace tiempo. Bueno, iré a ver a algunas chicas ahora - dijo retomando su vuelo.

Perla estaba cansada, y se fue a acostar a su cuarto, solo miró la luna por última vez, para luego cerrar sus ojos con una sonrisa, parece ser que podría tener una relación con su mejor amigo.

[Con Blu]

Un nuevo día se presentaba en la mágica ciudad de Río, pues ya habían pasado más de 4 días desde que Blu y sus amigos se fueron del Amazonas. Al igual que los niños, pues no querían vivir allí sin su padre. Blu estaba despertando en su cuarto, mientras daba un largo bostezo, miró a su alrededor, pues pensaba que era un sueño, pero no, estaba en su hogar, iba a empezar de nuevo, pero aún así, le dolía al no ver a Perla a su lado, como era posible que ella no le hubiera creído. Incluso anoche tuvo dolor en su pecho, como si Perla hubiera hecho algo que le doliera, sentía ese sentimiento que ella ya lo estaba reemplazando. Ya no quería seguir en ese estado, por lo que se levantó y se fue a despertar a sus hijos.

Los pequeños estaban cada uno en sus cuartos, durmiendo tranquilamente, hasta que su padre los llamó para poder tomar sus desayuno, a lo que los pequeños se levantaron. Saliendo de sus cuartos, y vieron a su padre ahí esperándolos.

Blu: Buenos días mis pequeños, iremos a desayunar.

Niños: Buenos días Papi!

Bia: Que vamos a desayunar? - preguntó aquella pequeña.

Tiago: Vamos a comer panqueques? - dijo entusiasmado.

Blu: mmmm...No...iremos a buscar mangos para desayunar.

Los niños lo miraron confundidos a su padre, pues el siempre les daba panqueques en sus desayunos, les parecía algo raro departe de él.

Blu: Seguro pensaran que tengo en la cabeza, pero después de que vivimos en la selva, debemos ser como tales, no queremos que todo ese cambio se fuera por la borda no es así?

Carla: Si papi, tienes razón, aprendimos a vivir como aves normales, supongo que debemos seguir así.

Blu: Así es, pero no quiere decir que no comamos panqueques. Decidí que los comeremos una vez a la semana. Más los domingos, así tendremos una costumbre equilibrada, ya sea viviendo en la selva con sus costumbres, y también con las costumbres humanas, así nadie pierde. Que me dicen?

Niños: Siiii! - gritaron, para luego abrazar a su padre, a lo cual el corresponde con mucho gusto.

Blu: Esperen, ahora que lo pienso, hoy es domingo! Entonces vamos a desayunar panqueques. - dijo dirigiéndose a la cocina.

Los niños emocionados, fueron con su padre a comer panqueques, aquel guacamayo se puso manos a la obra, preparando el desayuno a sus hijos, mientras Bia leía su libro, Carla escuchaba su música en su I-pad y Tiago estaba jugando con los arándanos.

Blu terminó de hacer los panqueques, y los puso en un plato a sus hijos, a lo que ellos comenzaron a comer sus deliciosos panqueques. Blu veía felizmente a sus hijos degustar de su desayuno, se dio cuenta que le faltaba arándanos, así que fue por más, encontró los arándanos cerca, tomó unos cuantos, pero en eso, vio una foto, en donde estaban Linda y Tulio casándose, mientras allí estaban también Blu y Perla casándose. Lágrimas salieron de los ojos del guacamayo, le será difícil volver a amar, y olvidar a su esposa, limpio sus lágrimas, y fue con sus hijos a seguír disfrutando de su desayuno.

Pasaron los minutos, y todos habían terminado su desayuno tranquilamente, Blu lavo todo, y se dirigió a la salida.

Blu: Niños, que harán hoy día? - preguntó curioso.

Bia: Yo me quedaré a leer y ver documentales papi - dijo volviendo a su lectura.

Carla: Yo escucharé algo de música, además quiero aprenderme más canciones.

Tiago: Yo iré a jugar un poco afuera, y a hacer bromas jeje - dijo con una sonrisa malvada - y tu padre, a donde vas?

Blu: Iré con Rafael, me pidió que lo fuera a ver. Luego los veo pequeños, cuídense mucho.

Los niños se despidieron de su padre, y Blu emprendió el vuelo directo al taller de Luis, pues ahí debía ser el punto de reunión.

En el taller, Rafael, Nico, Pedro y Luis, habían estado retomando de nuevo las audiciones, pues estaban buscando talentos para el próximo carnaval. Ya que ya habían perdido talentos en el Amazonas.

Rafael: Como que Eva no será la representante del Carnaval? - preguntó confundido.

Nico: Hermano, ya te lo dijimos, tu esposa no es buena cantando, literalmente destruyó las ventanas con solo hablar.

Pedro: Si, no queremos una voz así en el Carnaval, las chicas se irían, y nuestra reputación se vendría abajo - dijo mientras mostraba su ala como bajaba hasta el suelo.

Rafael: Son unos exagerados, si que no saben que son buenos talentos.

Luis: Creo que con esa pequeña ave ya son todos, ahora a esperar hasta mañana chicos, o hasta que venga otro talento.

Rafael: Bueno, supongo que eso fue todo.

En eso, un ave azul llega al lugar, aterrizando al frente del tucan y los demás.

Blu: Hola chicos - dijo alegre.

Rafael: Blu! - dijo abrazando a su amigo - Que bueno que hayas venido.

Nico: Si, pensábamos que no aceptarías nuestra invitación de venir aquí a pasar el rato.

Blu: Como creen que no, además sólo será por unas horas, en la tarde debo pasar tiempo con mis pequeños.

Pedro: Bueno, pues vayamos al puesto de frutas, y vayamos a divertirnos, como si fuera noche de chicos! - dijo gritando de emoción.

Blu solo río, y así todos, excepto Luis, porque el bulldog tenía cosas que hacer en el taller, se fueron a pasar el tiempo allá.

Primero fueron al mercado, pues Nico y Pedro querían frutas para ponerlas en el club de samba, así no se quedaban sin alimentos y nadie se quejariabde la comida. Rafael veía a Blu, pues pensaba que ya estaba superando poco a poco a Perla, y tal parece que su esfuerzo por empezar de nuevo iba por buen camino. Luego de elegir frutas, fueron directo al club de samba, en donde Nico quiso que lo ayudarán a remodelar el lugar. A lo cual ellos aceptaron, y así comenzaron a remodelar el club. Pasaron horas, hubieron risas, conversaciones, más risas. Hasta que ya era tarde, y Blu se despidió de sus amigos.

Blu: Gracias por este día chicos. Nos vemos luego, tengo que pasar tiempo con mis pequeños.

Rafael: Adiós Blu, cuidate mucho - dijo sonriendo.

Nico: Ven a visitarnos para cualquier cosa bro, sabes que siempre estaremos contigo - dijo sonriente.

Pedro: Y dile a Carla que posiblemente sea la próxima cantante del carnaval! - dijo emocionado.

Blu solo sonrió, y salió volando en dirección a su hogar. El viaje duró minutos, hasta que llegó finalmente, ahí estaban sus pequeños haciendo sus actividades.

Blu: Niños, ya llegue! - dijo feliz de ver a sus pequeños.

Niños: Papi! - dijeron para luego abrazar a su padre.

Blu: Bueno, que tal si vamos a pasar el día en familia! - dijo con emoción.

Niños: Si! - gritaron con mucha emoción.

Blu y sus hijos comenzaron a hacer muchas cosas, primero Blu comenzó a leer con Bia, mientras le enseñaba cosas nuevas que ella aún no sabía. Luego fue con Carla, y ambos comenzaban a bailar con la música de I-pad, mientras cantaban un poco. Y con Tiago, estuvieron jugando un partido de fútbol, mientras las pequeñas alentaban a los dos para que dieran su máximo desempeño. Luego de horas y hora de diversión, estaba cayendo la noche en la ciudad de Río. Los pequeños estaban bostezando, tenían mucho sueño, Blu vio que ya estaban muy cansados, así que los llevó de regreso a sus cuartos, y ahí los puso a cada uno, mientras los acariciaba su cabeza.

Blu: Buenas noches mis pequeñines. - dijo con una sonrisa, para luego salir, y dirigirse a su habitación.

Cuando llegó, vio algo que lo dejó mudo, había una foto de él y Perla ahí, se había dado cuenta que él lo había pegado allí para tenerlo de adorno en su habitación con ella, recordando su fuerte amor. Blu quería sacar la foto, pero no podía, algo lo detenía, no quería hacerlo, su subconsciente le decía que lo dejara allí como recuerdo de su pasado. Blu decidió ignorar la foto, y comenzó a acostarse, para luego mirar la luna.

Blu: Adiós Perla...se feliz...yo también lo seré...tengo a mis niños...y empezaré desde cero...

Aquella promesa de Blu fue su juramento, y lo cumplió en los días que se venían, al igual que los niños y Blu hacían sus actividades de la selva, para no dejar sus costumbres de lo que aprendieron en el Amazonas. Blu veia su progreso de empezar desde cero, y estaba funcionando. Blu y Perla se estaban olvidando, cada uno estaba viviendo su vida.

Y así pasaron tan solo 10 meses...

CONTINUARA...

Espero les haya gustado este cuarto capitulo, la verdad que esto se está poniendo mas sad y interesante. Nos vemos en el cap 5, en donde el sueño de IIAnonymousII, se va a cumplir, si lees esto, tu sueño se cumplira, solo tu sabes de que estoy hablando :3.

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