AU: OMEGAVERSE

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Obanai no era un Omega normal.

Y no es porque su actitud es única y repelente a la hora de tratar con Alfas. Considerando que es un Pilar, es obvio que su personalidad sería más dura de lo socialmente permitido.

Pero al referirse a su anormalidad no se refieren a eso.

No es normal porque, definitivamente, no es normal.

Es un Omega defectuoso.

Su incapacidad de dar crías, su celo descontrolado y casi inexistente, su rostro desagradable, su cuerpo enfermizo y su aroma nauseabundo a algo podrido, eran prueba suficiente de que no estaba bien.

Pero de todas formas, aún siendo a palabras de otros Alfas: una anormalidad inaceptable.

Había uno que lo miraba con amor, que veía más allá de todos sus defectos y era capaz de reconocerlo no solo como un hombre competente, sino como un Omega adorable que merece todos los cuidados que un Alfa pudiera dar.

Aún con su apariencia espantosa y olor a muerto, Tomioka fue capaz de verlo y sentirlo mejor que cualquier otro Alfa, marcandolo como suyo por el resto de sus vidas.

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