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Obanai no entendía lo importante que eran los cuidados después del sexo.

Según él, al terminar no valía la pena hablarse ni tan siquiera seguir manteniendo el contacto.

Siempre terminaba exhausto y se daba media vuelta para dormir, a veces con molestia se iba a duchar sin mirar a Tomioka.

No sabía que los momentos posteriores eran necesarios, o al menos era así hasta que Giyū decidió demostrárselo.

Lo abrazaba por detrás, le preguntaba como estaba y si tuvo alguna queja sobre el encuentro, daba besos suaves y palabras halagadoras, e incluso comenzó a darle pequeños masajes para relajar el dolor que acostumbra a tener por su débil cuerpo.

Obanai gracias a eso entendió lo importante que eran los cuidados posteriores, tanto así que comenzó a ser recíproco con Giyū también.

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