A veces perdemos amigos, otras veces perdemos familiares e incluso a nosotros mismos en el camino.

Me siento sola.

No tengo el refugio que antes tenía en ellos, porque ya no están, no los puedo ver, no los puedo oír, no los puedo sentir ni amar como solía hacerlo.

La vida es injusta y extrañamente siento que es demasiado injusta conmigo, a pesar de que nunca me quejé de eso antes, ahora lo hago porque llegas a un límite.

El aire se volvió pesado; despertar y levantarme se volvió una acción tan difícil como conciliar el sueño en la noche.

Me duele el corazón, me duele el alma si es que existe, me duele mi propia existencia cada vez que veo el techo en la oscuridad, cada vez que me quedo en silencio y las memorias vienen, las risas regresan como algo que no puedo alcanzar otra vez.

Quiero ser una niña y dormir entre ellos otra vez.

Quiero oler el té preparado por la mañana, ir a comprar el pan juntos de la mano, comprar helado en la plaza y ver televisión por las tardes acostados en la cama, quiero oír sus pasos llegar por las escaleras y su tos desde la cocina.

El ciclo de la vida le dicen, pero yo solo veo que aún no era tiempo ni mucho menos la forma.

Sus ojos se apagaron lentamente y en agonía, sin llegar a reconocerme ni hablarme, su calor se disipó en mi último abrazo y último adiós.

No era momento.

Aún quedaba tiempo.

Aún faltaban conversaciones.

Estoy cansada... No sé cómo explicar lo cansada que estoy.

El vacío no logro asimilarlo, se ha vuelto cada día más grande y cala tan profundo que me ahoga.

"No llores". ¿Quieren castigarme de alguna forma? No puedo no llorar cuando me siento tan rota, cuando los unicos que me celebraban me han dejado, cuando los unicos que me amaban ahora sólo son fantasmas imaginarios en todos lados.

Cáncer de mierda. Vida de mierda. Neumonia de mierda. Amor de mierda y cruel.

Todo mil veces mierda.