Tiene un arma en sus manos

y cree que puede matarlo,

mas un sentimiento de nervios lo invade,

haciéndole temer lo inevitable.

Está sentado en frente de la puerta

aguardado a que sea abierta

por aquella persona que tanto odia

y le ha robado a su novia.

Los segundos se le pasan lento,

no puede creer que tarde tanto.

Justo en ese momento ve como el picaporte se mueve,

ya está preparado para disparar en breve.

Apunta y coloca su dedo en el gatillo,

necesita mucha valentía para combatirlo.

Repasó otra vez su plan

que consistía en escapar así sin más.

Vio como una silueta entraba

ahora sí, muy feliz estaba;

unos cuatro o tres tiros disparó

sin poder contener su emoción.

El sonido había retumbado en toda la casa,

esperaba que los vecinos no lo escucharan,

igual ya nada más importaba

pues muy feliz se hallaba.

Se acercó muy contento al cadáver

para ver cómo brotaba la sangre.

La sonrisa en su rostro se borró

cuando descubrió que a su novia había matado hoy.