014- Seven days: a week.
Aún nos quedaban algunos días en el hospital debido a la gravedad de nuestras heridas. Cada día era menos estresante que el anterior, ya que sabíamos que saldríamos de aquí algún día.
La policía no dejaba de custodiarnos, por si algún imbecil se le daba por atacarnos. Pero también nos hacían preguntas sobre lo ocurrido adentro de esa fábrica.
Por suerte, ninguno de nosotros murió, pero quedaron heridas mentales y físicas y cada día era un poco más pesado que el anterior.
Jamás pensé que podría alegrarme de que alguien perdiera la vida, pero lo hice. En aquella explosión, Nick murió, murió de la peor manera posible mientras que todos nosotros nos retorciamos del dolor debajo de los escombros.
A veces, siento que fui muy injusto con el, que nunca lo apoye y por eso también tengo parte de la culpa de todo lo que sucedió.
La vida no es tan fácil.
Estaba sola con algunos policías en mi habitación, estaban interrogandome con respecto a lo ocurrido en el almacén.
Según ellos, al momento de entrar y encontrarse con todos nosotros tendidos en el piso, yo era quien más heridas traía debido a todas las torturas y los abusos, no quería recordar ello.
No quería.
(Los recuerdos estarán en cursiva)
—Eres una maldita perra.—Dijo Nick mientras le sonreía macabramente a la chica atada de manos al techo frente a él, era Ale.
—Y tu eres un bastardo.—Murmuró con lágrimas en los ojos.
—Imbecil de turno, no te he asesinado porque mereces sufrir. Mereces retorcerte en tu propia sangre y pedirme que te mate de una vez por todas.
—No eres tan sanguinario, Nick.—Dijo con sus pocas fuerzas.—Crees que tienes sangre fría y que eres calculador, pero no, eres una mierda.
—Te demostraré que puedo destruirte poco a poco.—Dijo mientras tomaba uno de sus cuchillos y se acercaba a ella.
Esa fue la primera vez que la tocó más allá de lo debido.
Los gritos se hacían presentes en aquella habitación mientras el joven pasaba el cuchillo por el abdomen de Alexandra rompiendo cada uno de los cimientos de la camiseta de la chica y también haciendo grandes cortes en aquella parte. Cada segundo atada allí era una probabilidad de morir lentamente, desangrada.
Era increíble la forma en la que los gritos llegaban a los oídos de sus compañeros, amigas y novio, parecía que ellos mismos estuviesen viviendo lo mismo que ella.
Pero no era nada comparado a ello.
—La está matando...—Dijo Sharon con miedo.
—No es capaz.—Murmuró uno de sus compañeros.
—Fue capaz de asesinar a veinte personas en una escuela y herir a más de treinta, claro que sería capaz de asesinarla.—Espetó Jenn.—Mi chica, mi ale...
Dentro de aquella habitación, Nick Huddy acababa físicamente y mentalmente a Ale, quien intentaba sobrevivir a como de lugar. El aire iba yéndose poco a poco para la chica, las descargas eléctricas iban subiendo su intensidad y ella perdió la conciencia rápidamente.
—Ahí tienen a su zorra.—Espetó Nick azotando a Ale contra el suelo, aun inconsciente.
—Ale...—Hyunjin se movió hacia ella como pudo.—E-esta inconsciente, joder.
—Levantala como puedas, Hyun.—Dijo sharon con desesperacion moviéndose hacia ella.—Ale, despiertate.
—Mmh...—Siseo la chica abriendo sus ojos.—¿Q-que ocurrió?
—Joder, estas bien.—Murmuró Hyunjin.—Acercate mi amor, acércate...
—Jinnie...—Dijo cayendo lentamente sobre el.—¿Te he lastimado?—Dijo dubitativa al escuchar el gemido de dolor de aquel hombre.
—Más lastimada estas tu, mirate...—Murmuró rozando su nariz contra su cabello.—Mi amor, perdón por no defenderte.
—E-esta bien, Jinnie, todo está bien.—Se levantó de su regazo a las fuerzas, quedando al frente de su chico, rozando su nariz con la de él.—Joder Hyunjin, tengo miedo, miedo de perderte.
—Yo también Ale, pero te juro que lucharemos por esto.
—¡Callaos la puta boca, joder!—Grito Nick mientras se acercaba a ellos.—Otra vez tu, hija de puta.—Tomo el cabello de aquella joven y la arrastro nuevamente hacia la habitación de torturas.
Nuevamente se encontraba allí.
Nick se desquitaba con ella como un desquiciado, golpeandola muy fuertemente en la cabeza. Luego tomó un cuchillo para clavarlo en su hombro, provocando que un gran grito se escuchase de aquella habitación.
El miedo volvía a azotar aquella fábrica al igual que los gritos debido a las torturas de aquel hombre desquiciado, aquel hijo de puta que le había hecho la vida una mierda a todos sus ex compañeros.
—¡Joder! ¡Hijo de puta!—Ale grito fuertemente al sentir como otro cuchillo era clavado en su abdomen, haciéndola toser sangre.
—No eres nadie, cabrona.—Le sonrio macabramente a la chica moribunda frente a él.
—No eres nadie, Nick.—Le escupió sangre.—Jamás serás alguien.
—Te asesinare perra, te juro que después de esto te arrepentirás de todas y cada una de tus palabras.—Tomo su mano y clavo otro cuchillo en la mitad de su mano, arrancandole otro grito.
—D-detente...—Llorqueo adolorida.
—¿Quieres que me detenga, perra?—Le dijo al oído.
Un balde de agua fría aterrizó en el cuerpo de la chica, la cual nuevamente se encontraba atada en el techo, totalmente indefensa. El agua caía al suelo teñida de rojo carmesí, rojo sangre.
Nick decidió dejarla allí, para que sufriese un poco más de lo que el sufrió pero está vez de manera física.
Las lagrimas se mezclaban con la sangre que también caía desde su cabeza, ella estaba adolorida, hecha mierda.
Nick no le tenía piedad a ella, ni a nadie le tendría piedad puesto que se estaba vengando, vengadose de todo lo que el creía que aquellos inocentes chicos le habían hecho.
Alexandra aguantaba el dolor como podía, puesto que algunas heridas eran muy profundas y de ellas brotaban mucha sangre, demasiada a decir verdad. Nick regreso de un pequeño descanso que se dio, liberando a la débil chica, la pérdida de sangre la tenía delirando pero a la vez la tenía consciente. Ella simplemente no sabía que ocurría a su alrededor.
Siempre era regresada al lado de Hyunjin, hecha mierda y aunque ella quisiese hacerse la fuerte, no lo era.
Cada que aquel animal quisiese, la maltrataria una y otra vez. No había cabida para rogar por su vida, no lo habría, al meno no en ese momento.
—Eso fue todo.—Murmuré con lágrimas en mis ojos, aguantandome las ganas de llorar.
—Muchísimas gracias, señorita Grey, que se mejore.—Dijo aquel policía mientras se retiraba junto a sus compañeros.
—¿Todo bien, linda?—La voz de Hyunjin llamó mi atención.
—No lo se.—Sorbí mi nariz.
—Se lo doloroso que es para ti contar toda la mierda que te hizo ese imbecil, pero mi amor, ya estamos lejos de él.
—Es que, Jinnie.—Explote en llanto.—Mírame, joder. Estoy llena de vendas, me apuñaló más de diez veces y me mantuvo así, moribunda.
—Pero eso te hace una sobreviviente, preciosa, eres una. —Dijo intentando reconfortarme.
—La forma en la que sus ojos brillaban...—Susurre hipeando.—Jamás se me olvidara la forma en la que sus ojos brillaban cada que me apuñalaba, cada que veía la sangre correr desde mi, fue horrible Hyunjinnie.
—Lo sé, mi niña. Yo también estuve allí dentro, mírame.—Se señaló a sí mismo, sentado en una silla de ruedas.—Al menos puedo mover mis manos para venir aquí, tu no contaste con tanta suerte.—Murmuró lentamente mientras señalaba mis manos.
—Tenemos que concentrarnos en salir de aquí, ¿Vale?—Sonreí genuina.—En unos días es nuestra graduación, amor. Aun no me lo puedo creer.
—¿Iras así?—Pregunto preocupado.
—Al fin y al cabo, es nuestra graduación, Jinnie. Tengo que estar allí.
—Se que si lo proponemos, haremos de nuestro último día juntos un gran día, nuestros compañeros son fuertes y nos respaldan luego de toda esa mierda.
—Así será.—Dije mientras asentía.
-With love, Danna Kim 💕
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro