Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

012- Enchanted.

Encantado.

Encantado estuve de conocerte, amor mío.

Nos habían dicho que no podíamos regresar a la escuela por ahora, ya que le estarían haciendo algunos arreglos y no podríamos estra allí.

Me la pase todo el día con Ale, hasta que tuve que dejarla.

Ese fue mi error, precisamente.

Llegue a mi casa y en la puerta, había otra nota.

No, no, no.

¿Adoras a tu queridisima novia, no? Pues espero que la sigas queriendo cuando la veas en el féretro, cabron.❞

Alexandra, no.

Corrí rápidamente hacia su casa, con mucho miedo de que algo le hubiese ocurrido. Llegue a su casa notando que estaba abierta, forcejeada. No puede ser, Dios.

—¡Ale! ¡Alexandra!—Grite mientras la buscaba por todos lados.—¡Alexandra Grey! No...—Murmuré desesperado.

Luego sentí como iba perdiendo la conciencia rápidamente, ¿que ocurrió?

Joder.

Luego de que Hyunjin se fue de mi casa, empeze a hacer mis cosas como las hacía normalmente, abrí la puerta para limpiar el porche cuando logre divisar un pequeño post-it, joder, no.

Oh, no. Pensasteis que os dejaría en paz, ¿eh? Pues al parecer este grandioso hijo de puta os hará la vida de cuadritos.❞

Al leer aquello, todos mis sentidos de auto defensa se activaron, mire hacia todos mis lados y tome la escoba como defensa propia. Luego de unos segundos empecé a marearme para despues sentir como un líquido caliente y rojizo se esparcia por mi cabeza y luego, perdí la conciencia.
Joder, nick.

Podía sentir como me arrastraban por el suelo, pero la fuerza no me daba para levantarme, estaba muy asustada joder.

Abrí los ojos.
Me encontraba en un lugar sucio y valdio, rodeada de todos los integrantes de mi salón, mis compañeros. Todos ellos estaban dormidos, todos menos yo.

—Joder, hostia puta.—Murmuré intentando desatarme.

—Oh, ya veo que despertaste.—Escuche una voz extrañamente familiar.

—¿Pero quien coño tu eres?—Le grite.—¡Sueltame!

—¿Es que acaso no me reconoces?

—Joder.

—Quieta, callada y sentada, Grey.—Dijo antes de acercarse a la luz. Dios mío, era nick.

—¿Q-que?

—No pensabas verme, ¿Verdad?

—Nick Huddy sueltame, joder.

—Callate, despertarás al resto.

—Que se despierten cabron, que sepan que este hijo de puta está aquí.—Grite mientras notaba donde tenia a Hyunjin, Jenn y Sharon.—Ni se te ocurra tocarlos, gilipollas.

—¿Ah? ¿Ellos?—Dijo en una sonora risa.—Son mi método de tortura.

—¿¡Y tu que coño haces aquí, joder!?—Volví a gritarle.—Tu estas en la cárcel, pringado de mierda.

—Bueno...esa es la magia de tener dinero, chica.—Sonrio sarcástico.—A ti deberia matarte primero por ser una soplona, ¿No te parece?

—Hijo de puta.

—¿Yo? ¿Hijo de puta?—Pregunto sarcástico.—Nah, no me parece.

—Cabron, ¡sueltame ahora!

—Quizás lo haga luego, o quizás no.

—¡Joder!—Grite.

—No creas que no supe lo que hiciste mientras yo estaba jodido en la cárcel, todos vosotros os merecéis que os maten de la peor manera posible, que os torturen hasta que sus huesos no puedan más por ser unos putos chivatos.

—Maldito loco.

—Si, estoy loco, ¿y que?

—¿Por qué haces esto, eh?

—Soy un depredador cazando a su presa, cariño. No soy nada fuera de lo común.

—Me cago en tus muertos.—Murmuré mientras notaba como Jenn, Sharon y Hyunjin despertaban.

—Oh.—Rio sonoramente.—Creo que tu novio y tus amiguitas despertaron.

—No les hagas daño.

—Lo haré, si quiero.—Sonrio maliciosamente.

—Alexandra...—Murmuró Hyunjin.

—Jinnie...—Murmure cansada.

—Que linda pareja que hacéis. Los dos sois unos hijos de puta, tal para cual.—Dijo mientras caminaba alrededor de nosotros.

—Maldito imbecil.—Le dijo hyunjin.—¿Que carajos haces afuera?

—Oh, querido Hyunjin.—Dijo con una pizca de sarcasmo.—Soy tu ángel de la guardia, ¿No me crees?

—Eres un asqueroso.—Dijo Jenn arrastrando sus palabras debido a estar aún un poco dormida.

—Mi querida Jenn.—Le sonrio tetricamente.—¿Que diría Han al verte aquí?

—¡Ni se te ocurra mencionarlo, imbecil de turno!—Le grite enojada.—Tu lo asesinaste y pagarás por ello.

—¿Yo pagare?—Dijo riendo.—Todos vosotros pagareis por no haberme ayudado cuando os necesitaba.

—Tu jamás nos necesitaste.—Le dijo sharon en un arrebato de ira.

—¡Claro que os necesite, hija de perra! ¡Nunca estuvisteis!—Grito desesperado.
—Ahora, todos vosotros pagareis todo lo que yo sufrí estando allí dentro.

—Joder.—Murmuró Hyunjin.

—¡Ale! ¿Estas?—Grito Lilian mientras la buscaban por la casa.—Alexandra, esto no da risa.

—Lilian, hija...—Dijo la señora Grey mientras le mostraba el post-it a su hija mayor.

—Mama...—Dijo aterrada.—Fue nick.

—Tenemos que ir a la comisaría pero ya, Lilian.—Resoplo mientras tomaba su cartera y salían hacia la comisaría.

Pasados algunos minutos las dos mujeres se encontraban allí, sin saber que también habían sido secuestrados el resto de compañeros de Alexandra.

—Señora Grey...—Dijo la señora Hwang, la madre de Hyunjin.—A mi hijo le han dejado esto.

—A Ale también le han dejado este post-it.—Dijeron ambas mujeres mientras se enseñaban mutuamente los mensajes.

La policía trabajaba duro para saber quien había sido responsable del secuestro de casi cuarenta chicos, pero los secuestradores habían sido limpios.

Pero, nunca podéis engañar al sistema.

Atando cabos, la policía logró saber donde tenían a los chicos, pero aun no podían ir a aquel lugar sin saber si estaban todos completos.

No había ni una sola señal, ni una sola llamada, nada.

Parecía como si la tierra se hubiese tragado a todos aquellos estudiantes.


















—A que se ven lindos juntos, ¿Verdad?—Le pregunto Nick a Jenn al ver a Hyunjin y a Ale juntos.

—Cállate la maldita boca, joder.—Murmuró la chica.

—Eres igual a Han, una zorra total.

—Y tu eres igual a tu padre, que si no me equivoco, esta muerto.—Dijo ella, dándole en aquel sensible punto.—Y tu para mi estas muerto.

—Callate la puta boca.—Le dijo mientras la tomaba del cabello.—No creo que tu quieras ser la primera en acabar descuartizada.

—Oh, no, ¿te he dado en tu punto sensible? Perdona eh, no sabía que los imbéciles de turno tienen sentimientos.

—¡Que te calles, carajo!—Su grito fue acompañado de un gemido de dolor de la contraria, ya que Nick había clavado un cuchillo en su pierna derecha.

—¿¡Pero que le has hecho, imbecil!?—Grito Sharon, despertando a todos aquellos inocentes chicos.

—Jenn...—Murmuró Ale mientras veía como la sangre se escurria desde la pierna de Jenn hasta sus pies.

—Ale, mírame.—Le dijo Hyunjin.—No mires la sangre, mírame a mi, solo a mi.

—Callaos la boca si no queréis terminar como ella, ¿¡Entendéis!?—Grito fuertemente, pero nadie respondió.

—Le ha hecho daño.—Dijo Ale envalentonada en las lagrimas mientras que la sangre manchaba sus zapatillas blancas.

—No mires la puta sangre Alexandra, mírame a mi, mírame.—Hyunjin murmuró con desesperacion.—Estoy aquí, escúchame.—Rozó su nariz con la mejilla de la contraria.

—Jenn, perdoname.—La chica comenzó a llorar de desesperacion, se sentía perdida, totalmente perdida.—Jinnie...quiero salir de aquí, quiero recuperar mi vida, a Han...—Dijo susurrando, ya que Nick estaba muy cerca.

—Yo también quisiera estar fuera de aquí, pero nos toca ser fuertes, ¿Si, mi amor?—Expresó Hyunjin, con un tono suave.

—Estoy harta, Dios, harta de esto.—Murmuró Sharon, notando como la sangre de Jenn llego hasta ella, manchando sus shorts de aquella sangre.

—Esto duele, ¿Saben?—Murmuró la antes mencionada.—Pero más duele saber que nuestros padres están allí fuera, haciendo lo impensable por sacarnos de aquí, sin saber si estamos con vida o no.

—E-estoy tan asustada.—Confesó Ale.—No se que hacer para ayudaros y ayudarme a mi misma.

—No podemos hacer nada.—Anunció Hyunjin con un tono mezclado entre tristeza y dolor.—Por más que lo quisiéramos, no podemos hacer absolutamente nada.

—Esperar...—Planteó Sharon.—Si no queremos morir aquí, tenemos que esperar.

—Esperar es un desperdicio.—Dijo Ale, totalmente perdida.

Las horas corrían lentamente para aquellos chicos mientras que las heridas se hacían mucho más grandes y dolorosas debido a las múltiples torturas provocadas por aquel desalmado chico.

Un día.

Dos días.

Tres días.

Sus padres desesperados por saber del estado de sus hijos y la policía haciendo lo posible por intentar rescatarlos se convertían en un escenario totalmente desolador. La desesperanza y el miedo hacían que los días pasaran lento, temiendo por la vida de aquellos jóvenes encerrados sin ningún tipo de comunicación, probablemente deshidratados y desnutridos ante la falta de alimentos.

Los días eran oscuros para aquellos chicos y para sus familias.

Pero lo peor aún no había comenzado.

-With love, Danna Kim 💕

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro