Capítulo 27
—No me puedo imaginar lo bien que les ha ido.
—Más o menos.
—¿Lisa terminó de estudiar?
Jisoo escondió sus manos en sus bolsillos y dudó en responder.
El abogado de Jongin resultó ser el padre de una antigua compañera de clase de Lisa. Una chica muy inteligente y aplicada que seguramente —pensó Jisoo— se había graduado con honores.
Hace ya demasiado tiempo que Lisa sencillamente no se relacionaba con alguien.
A Jisoo no le sorprendió que su hermana se alejara de sus amistades, incluso si habían sido parte de toda su adolescencia. Desde que había pasado el fallecimiento de su padre, se convirtió en otra persona.
Por otra parte, el abogado se había acercado amistosamente a Jisoo para saludarla y demás. Pero sus intenciones pasaban a revelarse conforme avanzaba la situación.
Más que galardonar a su hija, estaba intentando introducirse en la vida de Lisa, seguramente buscando de dónde halar el hilo.
—Ella está bien, Baekhyun. Mejor cuéntame cómo está Jihyo. Estoy segura que a Lisa le hubiera gustado saber de ella.
—Le falta poco por terminar su licenciatura. Estoy orgulloso de ella.
—Que bueno. —Jisoo le sonrió sin mostrar alguna ápice de incomodidad.
Hallaba una sensación de chiste en la voz del señor. Que Lisa ni siquiera se inmutara en ir a la universidad seguramente estuvo en las bocas de todos los que la conocían.
A Jisoo por supuesto que no le importaba. Desde pequeña imaginó que Lisa entregaría su vida a la finca, y hasta ahora eso es lo que destinaba.
Que ese hombre estuviera indagando en asuntos de su hermana le colocaba de mal café.
Estaban fuera de las oficinas, en una diminuta sala de espera.
Jisoo se regresó a su asiento junto a Jennie, cuando la puerta se abrió lentamente. De su interior salió Jongin, primero vacilando a su alrededor, pero después que captó a Jennie sentada en ese mismo lugar su rostro se nubló.
El abogado se adelantó a Jisoo, quien había tenido intensión de preguntarle qué procedía luego. El señor se acercó a un costado de Jongin para hablarle en privado y no pasó de alto para Jennie y Jisoo la mirada atenta que Jongin les daba desde su punto de vista.
Jisoo miró a Jennie.
—Aquí vamos a demorar un rato —le habló para que Jennie dejara de mostrarse receptiva ante la insistente mirada del otro— ¿Quieres algo de beber?
—No, está bien —le respondió haciendo un movimiento de manos y alejando su vista de ahí.
Jisoo dispuso su tiempo en mirar sus manos y pensar de todo un poco; mientras que Jennie se preguntaba cuánto tardarían.
Solo había salido Jongin de la oficina, y el amigo de Jisoo que estaba representándola todavía se encontraba dentro. Le provocaba estar nerviosa aquella demora, pero al recordar lo innecesario que era sentirse así, Jennie se dirigió a Jisoo.
—¿Qué están haciendo?
—Solo revisan los papeles. No te preocupes, hoy se termina todo esto y podemos ir a casa. Mamá está preparando una cena.
Saber que su nueva familia esperaba positivamente los resultados del día, le ayudó a mantenerse firme. Ni siquiera sus padres estaban enterados de lo que estaba pasando, y por un momento Jennie se preguntó el qué dirán ellos al enterarse.
No se dejó amedrentar por eso ahora.
Con la mirada de Jongin encima suyo, pensó desesperadamente en la hora que saldría de esas oficinas.
Pronto vería a Lisa, y confiaba en abrazarla con toda sus fuerzas, besarla hasta quedarse sin aire y por supuesto, querría hacerle el amor todos los días de ahora en adelante. Podía ser una de las cosas que más quería hacer a su lado cuando todo acabara. Últimamente estaba padeciendo cambios hormonales, el deseo sexual que experimentaba las últimas noches eran descomunales, exagerados y no podía hacer nada al respecto.
Sus pensamientos se volvieron locos de repente.
—Lisa me ha contado que hoy las llevará a la cabaña. Ya se había tardado.
—Sí.
—Te va a encantar. Hace un poco de frío en las noches, pero eso no es un problema.
Jennie sonrió, mirando sus propias manos para evitar la mirada pícara que seguramente Jisoo le daba ante su comentario.
Ella había estado simulando no darse cuenta de las pláticas que Lisa y Jisoo hacían luego de acostar a los niños y algunas veces en el portal sentadas tranquilamente. En las noches se quedaban hasta tarde hablando de "anécdotas" según le había comentado Lisa. Jennie se quedaba esperándola, y solo una vez se había asomado para ver qué pasaba que no llegaba a la habitación y escuchó claramente cómo Lisa le contaba una de sus apasionadas noches.
En el momento no se lo creyó y aunque pensó que iba a molestarse por contar sus intimidades, lo dejó pasar muy fácil en cuanto llegó a la habitación y le besó como siempre le encantaba.
El comentario de Jisoo solo le hizo recordar la posible información que conocía, y lo que menos quería era verse expuesta o tímida.
Luego iba a desquitarse con Lisa.
—No creo que sea un problema —de todas maneras afirmó sin mirarla.
Jisoo se cruzó de brazos muy despreocupada.
—Lisa ha hecho de todo para ponerla adecuada. En estos días mandó a limpiar los sistemas de calefacción, fui a darle mi humilde opinión y la verdad es que está quedando todo perfecto.
—¿De verdad?
Jisoo asintió.
—Le dije que era una tontería esperar hasta hoy para enseñártela.
—Un poco. Debe estar emocionada ahora mismo —dijo Jennie. La sonrisa no se le escapaba del rostro en ningún momento.
Lisa había esperado mucho para eso.
—Sí. Hacia mucho que no la veía así.
—Manoban.
Jisoo se levantó en cuanto el abogado que representaba a Jennie salió de la oficina. Por su expresión, Jisoo diría que algo había pasado fuera de los límites y de lo que esperaban.
—Ven —Jisoo miró brevemente a Jennie para que le siguiera.
Jongin y su abogado se habían hecho a un lado. Justo para cuando ellas se levantaron, ambos parecían ausentes a todo por lo concentrados que se hablaban.
Jennie y Jisoo se colocaron frente a él en espera de sus palabras.
Se quitó los anteojos con una seria mirada en el piso y luego levantó la cabeza para enfrentarlas.
—Él no firmó.
—Lo sabía. Va a querer llevar esto a otro nivel.
—Específicamente quiere llevarlo a las oficinas de arriba —dijo él enfocándose en la mirada descreída de Jennie.— La jueza intentó explicarle que en este caso no se podía hacer nada. Él lo admitió, pero luego cambió de opinión. Parecía confundido.
—Pero ya ha pasado un tiempo ¿No deberían admitir el divorcio? —preguntó Jennie volteando hacia Jisoo, quien estaba tocando su barbilla en modo pensativo.
—Han llamado al señor Kim. Esperan algún movimiento que lo prohíba. —volvió a decirles ladeando la cabeza.
La posibilidad de que Jongin alargara el proceso era algo indiscutible; y al verse envuelto el señor Kim lo rectificaba.
Jennie negó con la cabeza, pero aunque deseaba profundamente decir algunas palabrotas para desahogarse, no dijo nada y esperó a que Jisoo ideara algo.
No pudo con el silencio de ambos frente a ella y terminó preguntando el por qué de sus caras largas e inexpresivas.
—¿Qué pasará entonces?
—Esto jamás se ha llevado así. Por lo que me comentaron, ustedes no poseen ningún vínculo, ni siquiera hay amor en medio de esto.
Jennie asintió afirmando lo que el señor le decía.
Él continuó.
—No sé cómo va a resultar. El señor Kim es un poco... —dejó la palabra en el aire. Ambas sabían que trató de decir.
—Al menos la jueza está de nuestro lado —comentó Jisoo desviando la mirada a otra parte. Luego miró el rostro descompuesto de Jennie, y terminó observando a Jongin utilizando su móvil.— Iré hablar con él. No le avises todavía a Lisa qué está pasando.
Jennie asintió y la vio dirigirse hacia él.
Ella ni siquiera llamó a Lisa. Se quedó sentada casi media hora en las sillas más lejanas de Jongin.
Podían verse a la cara, pero ella no lo volteó a ver ni una sola vez. Había mirado a Jisoo, que estuvo hablando con él todo ese rato de incertidumbre combinado con aburrimiento.
Pero se había sorprendido por lo bien que estaban hablando. Jongin no rechistaba, lo único que hacía era parpadear.
Por un momento, Jennie quiso irse de ahí.
Pensó que si Jongin hacía todo esto como venganza por serle infiel y hacerle todo lo que le hizo a sus espaldas, ella no tendría que darle gusto tan siquiera. Él tampoco se había portado del todo agradable con ellas, y aquel trató que había ejercido con Ella nunca lo olvidaría. Eso le dolía más que cualquier referencia inútil que él hacía sobre ella y su "discapacidad" para ser madre.
Tan solo unos instantes después, apareció el señor Kim con su habitual vestimenta varonil, más el sombrero impecable que alegaba ser caro. Por su rostro se cruzó una mirada molesta apenas entró a la sala; Jennie diría que había estado haciendo algo importante para ser interrumpido por los asuntos de su hijo y molestarse notoriamente.
Jongin se levantó sin siquiera disculparse con Jisoo por dejarla hablando sola. Fue directo hacia su padre, con hombros rectos y caminando confiado. Pero esa comodidad pasó a ser una defensiva en cuanto el señor Kim lo acribilló con la mirada, se cruzó de brazos y frunció sus cejas en el momento que parecía hacerle una pregunta.
Hablaron discretamente, pero la expresión del viejo dictaba ser amenazante.
Jisoo llegó a sentarse nuevamente a un lado de Jennie.
—No te ha dirigido la palabra —objetó ella observando los ojos de Jisoo enfocados en los otros dos.
—Está decepcionado de mí. Me ha mirado como lo hizo hace muchos años, pero esta vez su mirada estaba fría.
Jennie no preguntó a qué se refería por ser algo delicado, intuyó ella, y también el hecho de que la jueza acababa de salir con unos papeles en mano.
Totalmente lo contrario a como se imaginaron ese día, Jennie solo parpadeó unas dos veces y a la siguiente el señor estaba exaltado, casi que hablando a gritos pero con la misma posición corporal.
Estaba tratando de tomarlo con calma.
—Existen cosas mucho más importante que eso, Jongin. De verdad que no puedo creer el escándalo que estas armando.
Jongin miró a sus lados, como asegurándose de que nadie observara como su padre le corregía.
Cuando le contestó algo que Jennie no pudo escuchar, el señor Kim apretó sus labios impaciente.
—No estoy para estos juegos. Pensé que ya habías madurado lo suficiente como para aceptar cualquier cosa y que esa niña no es tuya. No planear un escándalo e involucrar mi apellido en eventos ridículos.
La jueza, que había salido tan solo para entregar los documentos, se volvió a la oficina tratando de escapar de aquella conversación.
Nadie de los presentes deseaba escuchar sus problemas, y con solo ver la expresión de Jongin se sobreentendía lo incómodo que la estaba pasando.
Por supuesto que Jongin no esperó de esa forma la reacción de su padre.
Ahora se sentía mucho peor de lo que había estado los últimos días tratando de llevar algo consigo en toda esa historia que las Manoban le habían forjado a ver.
Él continuó hablando relajado, aunque Jisoo observando con detenimiento su postura supuso que él ahora mismo se sentía avergonzado.
El señor Kim le hizo una seña para nada discreta al abogado representante de que saliera de aquel cubículo. Por ahí mismo el abogado colega de Jisoo lo siguió.
Ellas fingieron no tener presencia.
Unos minutos en silencio, y la siguiente frase que salió de la boca del señor Kim fue más silenciosa.
Jennie recostó su codo en la manga de la silla y con esa misma mano se masajeó la delicada piel palpitante de su sien.
—¿Te encuentras bien?
—Sí, es solo que quiero irme ya —le respondió a Jisoo sin dejar de masajearse.
—Te traeré un poco de agua.
—No, tranquila.
—¿Tranquila? Lisa me ha dicho que lo hiciera. No específicamente, pero utilizó la palabra "todo" y un tono muy demandante.
Jennie sonrió de una forma enternecedora por el cuidado que recibía de Lisa a distancia.
Se había percatado de cuando Lisa llamó a Jisoo antes de que se metiera al auto y hablaron unos segundos fuera, mientras Jennie esperaba en los asientos traseros.
Jennie admitía que, el que Lisa estuviera comportándose de esa forma, le encantaba.
Nunca había experimentado algo así, y si tan solo no estuvieran en medio de algo grande, ella se retiraría para ir hacia Lisa y llenarla de besos.
—Te ha devuelto el favor, seguro.
—Dijo que ayudaría a Rosé con los niños.
—Eso lo iba a hacer de todas formas —rió Jennie.
Jisoo pareció pensarlo, negó sonriente al darse cuenta la clase de trueque innecesario que llevaron, porque ambas iban a cuidar de la otra sin pedirlo.
—Por un momento pensé que me había engañado, pero estamos igual. Ahí dentro llevas a mi pequeña sobrina, y como su tía favorita, debo hacer acto de presencia en sus necesidades.
—¿Sobrina?
—Ya Rosé te ha contado eso, estoy segura. Tengo el instinto para ver el sexo del bebé antes de que lo sepan los médicos.
Era exagerado, pero había una historia detrás de eso y Jennie lo había escuchado de Jisoo. En una ocasión mientras se preparaban unas tazas de té junto a la señora Manoban, Rosé había contado las ansias que Jisoo poseía de engendrar una niña. Luego de tener a disposición un equipo de fútbol sala entero, Jisoo tenía la sensación de que su próximo bebé sería niña y por supuesto que iba a ser su princesa a quien consentiría demasiado.
Jennie nuevamente sonrió oprimiendo las ganas de reír en el momento.
Que su cuñada ansiara una niña, no la hacía adivina con respecto al bebé que estaba esperando con Lisa.
Jennie supuso que Jisoo estaba delirando.
El momento que estaban pasando llegó a su fin cuando el señor Kim gritó un rotundo "No".
Ambas lo vieron escrutar con la mirada a su hijo y empezaban a sentirse mal ubicadas de nuevo.
Jongin salió de la sala, las suelas de sus zapatos negros haciendo el mayor ruido posible hasta escucharse del otro lado del pasillo.
El suspiro del señor Kim fue lo que las hizo reaccionar.
Jisoo se levantó y fue hasta él. Lo que había estado deseando recalcarle ahora podía expresarlo sin Jongin estando de por medio.
—Lamentamos toda esta escena señor Kim.
Él no respondió, ni siquiera estaba mirándola.
—Hay muchas cosas de por medio. Sabe que Jongin es como mi hermano y nunca estaría en su contra de no ser necesario. Esta vez lo es.
—Me había molestado lo que hicieron. Pero escuchar las opiniones de Jongin me ha sentado mal.
—Me imagino. He hablado con él un par de veces, pero no hace más que mirarme con rigor.
Él asintió, aún sin mirarla y cruzado de brazos.
—Esto es demasiado. Lo que menos quiero es que él se involucre en algo así. Lo hecho, hecho está y debe aceptarlo.
—No soy quien para decirle esto. Creo que paso las manos por donde no debo, pero Jennie tiene mucho que decir señor Kim.
—No veo por dónde.
—Conozco a Jongin, no es alguien con quien compartirías o entablarías una conversación, usted es su padre y conoce su forma de ser —le interrumpió ella antes de que él dijera lo que todos pensaban.
"Si se le daba de todo ¿por qué el fallo de su conducta?"
—Cualquier motivo, el que sea, ha sido una falta de respeto —opinó él. Jisoo bajó su mirada— ¿Dónde está Lisa?
—Creo que era de más que estuviera aquí.
—Me hubiera encantado verle la cara. Todos estos años con nosotros...
—... para hacer lo que hizo —completó Jisoo.
—Aún estoy sorprendido.
—Ni me lo diga —dijo ella mirando brevemente a Jennie que ahora atendía una llamada— Estuve igual el día que me enteré.
Ella escuchó el suspiro cansado, y pensativo que lanzó el padre de Jongin.
No podía retomar lo que había comentado antes, ni lo que había sido necesario contarle al abogado para representarles adecuadamente, porque el rumbo de la conversación, y en general, se había desviado a uno social.
—Jongin me ha sacado todas estas canas —señaló toda su cabellera— Estoy lo suficientemente viejo para más problemas y también para ver como mi hijo es infeliz en todos los aspectos.
Jisoo quedó sin palabras. No esperaba una conversación tan personal con su ex suegro y mucho menos que tomara relativamente ese tema.
Ella asintió, pero solamente para asegurarle que estaba escuchándolo.
—Todo está bien —dijo para si mismo.
—No se preocupe. Estoy segura de que Jongin encontrará donde ser feliz.
—Llevo esperando eso un tiempo.
A Jisoo se le rompió el corazón tan solo escuchar el quiebre que detonó en la voz del señor.
Tuvo que tragar con fuerza para digerirlo. Por alguna razón ella se sintió también responsable; no de la misma magnitud que los padres de él aseguraban sentirse, pero alguna piedrita dejó en la vida de Jongin.
—Que dice si, tomamos un día de estos para relajarnos. Mamá siempre dice que un té o un café hace la vida más sencilla.
Por muy fugaz que recibió la respuesta, Jisoo no pasó por alto la semi sonrisa que salió de sus labios.
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