Capítulo 18
Habían pasado unas semanas solamente.
Se sentía cerca el fin de mes. El fin de todo.
Lisa nuevamente haría el esfuerzo de convencer a Jennie de largarse de ese lugar. Era necesario para ella al menos intentarlo una vez más.
Había estado planeando todo mentalmente mientras estuvo de visita en su propia casa. Su madre la acogió con los brazos abiertos aquel día, estaba que explotaba de emoción al verla.
Por las noches no dejó de pensar en Ella. Se sentía mal el haberlas dejado solas un fin de semana completo.
Pero no todo acababa ahí. Lisa en realidad había sido convencida por Jennie de tomarse un descanso y visitar a su familia; Jennie le había dado un número de teléfono el viernes por la noche que estuvieron juntas, y en cuanto Lisa estuvo sola en el establo lo agregó a sus contactos para enviar un mensaje.
Le habían respondido con una foto. Jennie le había enviado una foto de Ella, y Lisa se la pasó toda la noche riendo por lo confundida que salía en ella.
En pocas palabras, con eso se sintió segura de ir unos pocos días con su madre, la cual lo aprovechó al máximo.
A cada rato llegaban a su teléfono imágenes de Ella, y con eso logró estar tranquila en las noches. Era como si con cada imagen le aseguraba que estaban bien.
Ella estaba cada vez más grande, y cada instante que pasaba con ella se volvía más corto. Por otro lado, Jennie le había dicho lo impactada que estuvo cuando conoció a su hermana Jisoo y también el hecho de que era una mujer muy importante en el ámbito ganadero.
No por nada tenía esa clase de relación con Jongin. Jennie mientras intentaba dormir esa noche se dio cuenta a lo que se refería Lisa con tener dinero para mantenerlas.
Esa era una de las razones por las cuales no se había ido antes con ella. No saber cómo sobrevivirían con el poco dinero que recogerían con trabajos frágiles. Se sentía falta pensando de esa forma, que solo se quedó en esa casa por darle una mejor vida a su hija, pero aquel tema era un diminutivo.
Ella pensó que era una decisión buena, ya que solo importaba el bienestar de su bebé.
Y mientras tanto, ella con miedo se quedó, haciendo sufrir a Lisa y dándole una vida a Ella en dónde el amor maternal no estaba completo. Porque Jongin para nada se había relacionado bien con Ella, y nunca lo haría.
Jennie no quería privarle a ninguna de las dos el derecho de amarse. Entonces tenía que empezar a actuar.
Lisa continuaba pensando que Jennie no se arriesgaba a dejar esa casa por miedo a lo que haría Jongin, y en cierta parte era así. Pero ella misma se encargaría de hacerle ver lo protegida que estaba si confiaba en ella.
Lisa tenía muchos planes.
Iba a ser hora del almuerzo, Lisa estaba trabajando arduamente, entonces recordó que Ella empezaría el jardín de niños el siguiente lunes.
Se programó estar despierta muy temprano para verla partir a su primer día, aunque para ella era muy apresurado el matricularla ya a tan corta edad.
Pero era absolutamente obvio que Jongin le diera la mejor educación siendo su única hija. Lisa se sentía completamente inútil pensado eso, pero enseguida ladeaba la cabeza con el objetivo de despojarse de esos pensamientos.
Ella necesitaba estar fuerte. Tener fuerza para demostrarle a Jennie que no pasaría nada malo, que no se dejaría derrotar.
"Lisa mira", la suave voz de Ella diciendo aquello le hizo sonreír y mirarla enseguida.
Ella había llegado sola al establo en donde Lisa cepillaba un caballo de siete meses que Jongin había comprado recientemente.
Ella se había reído en el momento que la vio entrar, vistiendo un lindo enterizo color celeste de mangas cortas, y el cabello corto lo tenía amarrado en una cola alta que Jennie le había colocado con apuro. Se salían algunos mechones de cabello pero Lisa la halló adorable.
Pero ella sabía que si estuviera en el lugar de Jennie estuviera aterrada al darse cuenta de su ausencia.
Su plan era terminar con el trabajo, estaba segura de que en cualquier momento llegaría Jennie a toda prisa preguntando si había visto a Ella, de no ser así, ella misma iría a dejarla.
Le había preguntado por Jennie y muy tranquila Ella le respondió: "Con Jongin", cosa que preocupó a Lisa ¿qué podían estar haciendo aquellos dos que Jennie había dejado de lado a Ella?
No quiso seguir masacrando su autoestima y concentró toda su mente en su hija que estaba en el pasillo detrás de ella, viéndola como trabaja con el caballo.
Pero solo fueron minutos. En cuanto Ella divisó unas piezas metálicas pequeñas en el piso, puso toda su atención en inspeccionarlo.
"Qué es", le había preguntado a Lisa, enseñándole lo que tenía entre sus deditos.
Era un clavo.
Lisa alterada, miró si Ella tenía zapatos puestos y al menos esta vez sí los cargaba.
Tiró el cepillo a un lado y salió del cuarto donde estaba el caballo. Iba a darle un infarto tan solo pensar que pudo haberse lastimado si no hubiera cargado sus crocs blancas.
—A ver —Ella extendió su manita a Lisa para dárselo.—. ¿No has visto más?
Ella negó, y estuvo mirando fijamente la mano de Lisa en la que sostenía el clavo, luego levantó la mirada y sus curiosos ojos se encontraron con los de Lisa, esperando a que dijera algo.
—Es un clavo, y es peligroso. —le explicó Lisa de la forma más sencilla del mundo.
Ella no tenía idea de cómo realmente explicarle, incluso era la primera vez que le enseñaba algo así. Entre lo que es bueno y malo.
Ella le preguntó por qué era peligroso tal cosa y fue cuando Lisa quedó en blanco. No podía explicarle a lujo de detalles como había pensado. Puso a trabajar palabras en su cabeza hasta que dio con las correctas.
Sintiendo la seria mirada de Ella en ella, miró hacia abajo, y se encontró con ojitos chispeantes. Lisa se asustó por el parecido que tenía con Jennie.
Antes de que se desconcentrara con el bello rostro de su amada, prosiguió con lo suyo.
—Bueno, si vas caminando por ahí, eh... podrías pisarlo y hacerte daño.
Guardó el clavo en el bolsillo de su jeans.
Ella asintió, no sabía como de todas maneras se podría hacer daño con algo así de pequeño, pero le dio curiosidad el hecho de que se podían encontrar más por ahí.
Empezó a ver por todo el suelo, en busca de más objetos similares al que había encontrado. Se colocaba de cuclillas para buscar entre algunos escombros y Lisa pendiente de lo que estaba haciendo regresó a terminar su trabajo.
Cuando culminó su labor, Ella estaba sentada en el suelo jugando con unas piedritas que había obtenido en su expedición.
Ella suspiró, no se imaginaba a Jennie llegando justo en estos momentos y se encontrara con que ella había dejado a Ella sentarse en el sucio suelo.
—Ven acá —dijo con esfuerzo en su voz al levantarla del suelo.—. Tu mamá ya se ha tardado, ¿no?
No recibió respuesta, en cambio, obtuvo y fuerte abrazo que la hizo detenerse en medio del pasillo hacia la salida. Ella pasó sus brazos alrededor del cuello de Lisa y se refugió en ella.
La abrazó con igual cariño. Se permitió estar agradecida por ese cuerpecito que se había escapado para poder estar con ella un rato, y que ahora le regalaba momentos únicos como un buen gesto de amor.
Lisa le dio un beso en el hombro y le acarició la espalda. Amaba demasiado a esa pequeña creación, y tenerla así en sus brazos un día más, le otorgaba el deber de hacer todo lo posible para que estuviera a salvo. Se atrevería a todo.
Cuando escucharon un relincho, Ella riéndose como nunca, se volteó y miró hacia donde estaba el caballo. Lisa también tenía una sonrisa en el rostro, específicamente por la forma tan única de reír de Ella; estaba segura de haber escuchado una risa similar antes.
[•••]
Jennie estaba ayudando en la cocina para preparar el almuerzo. Había tenido una leve conversación con Jongin y este le había dicho que se encargara de Ella.
Irían de visita los señores Kim y él no podía permitir que vieran a Ella tan liberal. No le gustaba que estuviera en pañales solamente por toda la casa, jugando, gritando.
También le dijo que en todo momento la vigilara para que no llorara o armara berrinches.
Jeongyeon salió de la cocina para buscar una vajilla nueva en el cuarto de mantenimiento. Cuando regresó, Jongin venía justo detrás de ella, arreglando las mangas de su camisa.
—¿Y la niña? —preguntó él con autoridad.
Jennie dejó los condimentos a un lado, pensando en lo innecesario que era el tono de voz que el adquirió en ese momento.
Ella se giró, miró hacia el piso, ya que la última vez que la había visto fue a sus pies jugando con su vestido. Luego se hizo a un lado para ver detrás de Jongin si podía visualizarla en el pasillo hacia el comedor.
Entonces fue cuando entró en pánico. No porque nuevamente la pequeña escurridiza se le escapara de las manos, sino el tiempo que llevaba desde su desaparición, el cual no tenía conocimiento.
—Eres una irresponsable.
—¿Jeongyeon? —Jennie ignorando completamente a Jongin, llamó a Jeongyeon para saber si esta había visto a la bebé.
—¿Te estás dando cuenta? Es lo primero que te dije. Mis padres no demoran en llegar y ni siquiera sabes dónde está Ella.
Jennie pasó a su lado. No iba a prestarle atención cuando criticaba todo de ella, sin embargo, él tenía mucha razón.
Pudo haberse quedado a discutir con él, pero habían dos aspectos importantes que ella tenía en cuenta. Jongin tenía razón y por otro lado tenía que buscar a Ella.
Pero apenas y pudo rebasarle, porque él le había tomado con fuerza del brazo. La haló para que estuviera de regreso en su lugar.
—Suéltame, voy a buscarla.
—¿Ahora le prestas atención?
—Jongin, ya suéltame. —ella empezó a forcejear, su voz quebrada fue música para los oídos de él.
Todo pasaba tan rápido, que Jennie en serio no estaba preparada para lo que pasó.
Él por molestarla, le había soltado cuando ella haló su brazo en busca de su liberación, y la brusquedad con la que fue disparada la hizo lastimarse con la encimera a su espalda.
Jongin sonrió. Pareció haberle causado gracia.
—¿Por qué hiciste eso? —le preguntó ella, pero se contuvo de empezar a insultarlo ya que sus ojos empezaron a volverse rojos de puro enojo.
Si volvía a hablar, su voz se escucharía de por sí, con miedo.
—Ya vas a empezar con tus cosas... —dijo él refiriéndose a que empezaría a llorar.
El recuerdo de aquella noche en que huyó de casa se hizo presente. Era casi las mismas posturas, la misma mirada enojada de Jongin, y el mismo miedo.
Jennie se esforzó por no llorar, y no lo hizo.
Se armó de valor, y con su espalda y brazo adolorido salió de la cocina.
—Y date prisa.
Jennie quiso correr y esconderse, pero debía asimilar que no podía seguir siendo frágil.
Apenas cruzó el umbral, a un lado escoltada por la pared se encontraba Jeongyeon con unos manteles en su pecho.
Jennie supo que había escuchado todo. Jeongyeon la volteó a ver, y en sus ojos solo había lástima y preocupación. Jennie le sonrió para indicarle que estaba bien, pero Jeongyeon la tomó de la mano y la llevó al final del pasillo.
Ella había escuchado cuando Jennie le había llamado, y cuando menos se lo esperó se encontró con el cuerpo robusto de Jongin de espalda, sujetando a Jennie con fuerza.
No quiso interrumpir, y se escondió tras la pared arriesgándose al ser vista por su patrón.
—¿Estás bien?
—Sí, no te preocupes —respondió Jennie llevando su mano a su brazo derecho para acariciarlo.—. ¿Sabes dónde está Ella?
—Pensé que lo sabías.
Jennie negó, sus ojos volvieron a la normalidad pero una que otra gota de lágrima se deslizó por su mejilla.
Jeongyeon levantó su mano antes que ella y la eliminó con su pulgar, sonriéndole en todo momento a Jennie.
—Me ha dicho que iría con Lisa y que si podía abrir la puerta. Es mi culpa, pensé que le habías dado el permiso.
—No es tu culpa.
Otra sonrisa apareció en los labios de la más alta.
Jennie le tomó ambas manos a Jeongyeon para presionarlas con las de ella.
—Iré a buscarla.
—Ten cuidado. —Jeongyeon le devolvió el apretón de manos, como un gesto para darle fuerzas y demostrarle que estaba apoyándola.
Jennie supo por los sinceros ojos de Jeongyeon al decirle eso, que sabía exactamente lo que pasaba. Eran de esas que te dicen "Lo sé todo" pero a la vez "No estoy segura".
De no ser, ¿por qué algo le indicaba que era así?
No sabía si asustarse, o hacer como que no entendía. No sabía si en realidad estaban en la misma sintonía.
Jennie asintió, y sin más palabras salió en busca de Ella, solo esperaba que Jongin no la siguiera. Por nada del mundo quería buscarle problemas a Lisa.
Mientras avanzaba a paso acelerado por el camino de árboles que guiaban a la entrada, recreó la escena una vez más.
¿Podía saberlo? ¿Cómo?
Ahora estaba preocupada Jennie.
Tuvo esa sensación familiar durante el camino. Ahora no podía alejar ese pensamiento porque sospechaba muy en el fondo que era cierto.
Sentía muchas cosas a la vez, vergüenza, miedo, sobre todo y en mayor magnitud, la vergüenza al ser descubierta. Jeongyeon era una de sus únicas amigas desde hace mucho, sin embargo no podía decir que guardaría el secreto porque era ella fiel a Jongin.
Cosas así se cruzaban en su cabeza.
Una detrás de otra con una perspectiva buena y otra mala.
Si fuera a contar algo, no le hubiera dicho "ten cuidado" o no se hubiera quedado a su lado. Tan solo imaginarla ir hacia Jongin para contarle algo, le daba escalofríos.
Jennie estaba sobre llevando la situación. Tal vez malinterpretó su mirada y creaba un miedo en ella que resultaba ficticio.
Pero eran muchas cosas acumuladas que no podía deshacer.
Cuando estuvo más cerca de los establos, corrió como pudo por el césped para llegar rápido. Abrió las grandes puertas de madera y se encontró con la silueta de Lisa, viéndola con asombro.
Al visualizar a Ella en los brazos de Lisa, se relajó enormemente. Ese peso que cargó encima de no saber el paradero de su bebé se había desplomado ya.
No se detuvo, y dio a parar en los brazos de Lisa con Ella también. Ni un segundo pasó cuando sintió sus ojos calentarse.
Solo fue el leve contacto de Lisa, de su familia completa para que ella se diera a derrumbar por la presión que estaba sintiendo.
Lisa trataba de asimilar lo que acababa de ocurrir. Lo principal era averiguar por qué Jennie no quería alejarse de ella y verla a la cara. Estaba completamente decidida a no separarse de ella.
—¿Qué pasa?
Luego vio de lo más tonta la pregunta porque era claro que estaría así al estar buscando desesperada a Ella por toda la finca.
Lisa pasó un brazo por los hombros de Jennie y la atrajo más hacia ella. Ella por su parte observaba perpleja lo que pasaba con ellas.
—Ha estado conmigo todo el rato, no le pasó nada. —la consoló Lisa, repartiendo caricias por su espalda y hombros.
Ella miró a Lisa al escuchar su voz y luego, mirando la cabeza de Jennie esconderse en el cuello de Lisa con mucha determinación. La llamó por "Mamá" y también le tocó la cabeza para hacerla reaccionar a su llamado.
Lisa sonrió.
—Mamá está llorando.
Se dio cuenta de su explicación y de la forma en que había mirado a Ella con acusación, cuando vio a la bebé empezar a desesperarse y a derramar lágrimas.
Lisa estaba como estatua, no era claramente su intención, y ahora tenía a sus ángeles llorando en sus brazos.
Jennie recobrando el aliento, decidió no decirle todavía a Lisa sobre el sentimiento tan realista que acababa de averiguar, y sobre el trato que Jongin tuvo con ella. En cambio le dio dos palmaditas en la espalda de Lisa, donde se había aferrado con fuerza.
Se separó de ella y se despojó de unas lágrimas que sin permiso habían salido. Lisa solo la observó estirarle los brazos a Ella para que fuera con ella.
Ella deteniendo el llanto pasó a los brazos de Jennie para abrazarla y quedarse en su cuerpo a espaldas de una lamentada Lisa.
Lisa continuó mirándolas, y Jennie al verla así tan afectada por lo que había ocasionado, se rió de ella con pocas ganas.
Esta le sonrió de vuelta. Adoraba escucharla reír aunque fuera con los ojos rojos y sus mejillas con lágrimas.
Pero seguía igual de confundida al hacer llorar a Ella, cuando ella misma quería evitar verla así. Cuando se veían a escondidas, nunca pudo soportar escucharla llorar, su corazón se sentía oprimido en cuanto la veía tan mal y se había obligado a hacer todo lo posible para que no ocurriera.
Lisa se acercó a ellas, negando con una sonrisa en sus labios listos para presionarlos contra los de Jennie, quien recibió el dulce beso con mucho gusto, sujetándose ella de la cintura de Lisa para no permitir que se alejara tan pronto. Lisa le dio otros besos, quiso deshacerse del rastro de lágrimas ella misma.
Con solo ver a Jennie reír entre cada uno, le daba otros días más de vida. También fue por la espalda de Jennie y se encontró con los ojos cerrados de Ella, sujetándose con fuerza al cuello de Jennie.
Le dio un beso en su pequeña frente, lo que la hizo abrir sus ojos curiosa.
—Todo está bien.
Y Jennie pensó que para nada estaba todo bien. Tenía que decirle a Lisa cuanto antes.
Ella también empezó a sentir que con cada semana que pasaba, se sentían más cortos los momentos.
Sufría el estar pensando que todo llegaría a su fin, que ambas estarían en unos años juntas o separadas, no lo sabía y todo dependía de una persona.
Jennie, no quería seguir viviendo así.
Si sus planes eran aparentar ser la esposa perfecta, o la mujer indicada delante de sus padres para seguir siendo heredera de ellos, o para no ser la humillación de su familia. Entendió perfectamente a pequeños detalles pasados con los seres humanos más importante en su vida, que debía estar solo a sus lados.
De todas maneras, no importaba lo que hiciera, en su familia no era lo suficiente.
No iba a insistir más en eso.
Antes había pensado en que todo dependía de Jeongyeon, pero todos estos años ocultos, pasando por encima de las normas, las etiquetas, por encima de su supuesto esposo, no eran atribuidos a más nadie, solo dependía de lo que ella decidiera porque sabía que eso era lo que estaba frenando a Lisa.
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