Luego de pasar el resto de la tarde jugando en el mar y disfrutando el sol ambos volvieron a su motocicleta para ir al departamento de Armando, ella sentía en su interior un torrente de emociones revolviéndose en su estómago, como si se hubiera tragado una batidora que le estaba removiendo todo por dentro, escondió su rostro detrás de la fornida espalda de su novio disfrutando de su calidez, al recordar lo que habían hecho unas horas atrás le provocó un escalofrío notorio para él.

— ¿Todo bien, bonita? -preguntó curioso mientras se deslizaban entre los autos.

— N-nada, todo bien. -apretó su agarre alrededor del pelinegro con una sonrisa- Supongo que estoy nerviosa por la cena.

— Sí... -Armando también se sentía internamente preocupado por cómo iría aquello- ¿Te importaría si no les agrado?

— Les caerás bien... solo, tío Marcus es un poco pesado, pero Teresa y Megan son muy agradables...

— ¿Y el prometido de Megan...? -preguntó llegando a su destino.

— El es un rollo de canela, tío Marcus siempre ha sido algo pesado con él, pero... seguro se caen bien.

Llegando al departamento del moreno, Tn prefirió tomar una ducha rápida mientras Armando buscaba algo en su armario para esa noche, buscaba verse formal pero casual de algún modo, así que combinó pantalones negros y una camisa celeste, ya con eso listo se sentó en la cama esperando a que la morena saliera del baño, revisando los mensajes de su madre que preguntaba cómo había ido su cena la noche anterior.

— Armando... -dejó el teléfono en la cama al escuchar su nombre proviniendo del baño.

— ¿Si?

— ¿Puedes entrar? -preguntó con un temblor liguero en la voz.

Aún curioso por lo que llegase a ser, cruzó la puerta mirando al piso, sintiendo el cuarto inundado en una cálida niebla debido a la ducha que estaba tomando la chica, su bikini y shorts estaban en el suelo, lo que lo llevó a imaginar otra situación completamente distinta.

— ¿Necesitas algo, bonita? -preguntó apartando la mirada de la puerta de cristal por la que se transparentaba la silueta de su chica.

— Solo... necesito ayuda, -explicó abriendo la puerta un poco luego de apagar el agua- no logro que el agua deje de caer demasiado caliente.

— Oh... veo... -se aclaró la garganta para luego asomarse dándole la espalda- debes abrir la llave de la izquierda antes y luego esperar un poco, luego abres la derecha y podrás templar el-

Se detuvo al sentir como Tn apoyaba el mentón en su hombro de forma despreocupada mientras escuchaba las instrucciones, incluso llegó a gruñir cuando sus manos -a pesar del temblor en ellas- se comenzaron a colar por su camiseta.

— ¿Sabes...? Me hiciste sentir muy bien en la playa, -susurró mientras le besaba el cuello- y pensé... ¿Qué tal si nos duchamos juntos y me dejas hacerte sentir bien?

Luego de pensarlo por unos segundos, Armando salió de la ducha abriendo la puerta que los separaba dejando ver por fin a su pareja, su cuerpo estaba mojado con algunas gotas de agua recorriendo sus curvas, el cabello azabache le cubría los senos y la mirada de cierva fue el incentivo final para comenzar a desprenderse de su ropa lentamente, disfrutando de como aquella mirada inocente se volvía presa de la lujuria, trazando cada detalle en su piel.

Una vez desnudo entró a la ducha que los mantenía juntos debido al espacio, siguiendo las reglas que le dio, la morena dejó que el agua comenzara a correr cubriéndolos, y con dulzura comenzó a lavar el cuerpo de Armando dejando una capa de jabón sobre sus hombros, pecho y espalda, mientras él tomaba la oportunidad de disfrutar la vista.

— ¿Puedo intentar algo? -preguntó al terminar de cubrir la parte superior de su torso.

Luego un asentimiento, Armando sintió como la sangre en su cuerpo lo abandonaba al verla ponerse de rodillas, llevando la esponja a su entrepierna y deslizándola por su abdomen bajo y entre pierna sin llegar a tocar su miembro. Llevó sus manos a las paredes para poder sostenerse y evitar que el temblor en sus piernas fuera notorio.

— T-Tn... -jadeó al sentir como ahora cubría con espuma sus bolas y más que nada al sentirla juguetear con ellas.

— ¿Qué te parece si me cubres del agua, guapo? -preguntó con picardía para dejar la esponja a un lado mientras comenzaba a bombear el miembro de su novio- Y te dejo correrte en mi boca.

— Mierda Tn... -gruñó aumentando la fuerza con la que se sostenía mientras veía a la morena lamerlo con inocencia, claro que sabía lo que hacía- y-yo no

— Shhhh... -susurró con falsa inocencia mientras le besaba los muslos- sin negarse y gimiendo, por favor.

El vapor que inundó la habitación de alguna forma igualó el turbio juicio de Aretas, que ya habría tomado el control sin preocuparse por el bienestar de quien estuviera de rodillas, sin controlar su fuerza y terminando sin dejar respirar a la otra persona. Pero ahí estaba, deslizó su mano izquierda por la pared hasta llegar al rostro de su novia, quien tenía las mejillas ahuecadas mientras devoraba su miembro con los ojos cerrados hasta que los abrió al sentir la mano de Armando acariciar su mandíbula, con la mirada nublada y gimiendo en silencio.

— Así mi amor... me encanta... -gimió con ternura al verla sonrojarse, apartó el flequillo que le cubría el rostro mientras balanceaba sus caderas en un vaivén lento evitando lastimarla- Carajo bebé...

Siguieron así hasta que el lento meneo se convirtió en un frenesí desesperado en busca de su liberación, Armando alejó sus manos de la morena para contenerse mientras ella seguía con sus movimientos y arañando sus muslos, logrando que el traficante llegará al cielo disfrutando de las maravillas que podía provocar su novia, con la cabeza recostada hacia atrás siguió gimiendo hasta que descargó la última gota de esencia en ella, la sensación del agua caliente recorriendo su espalda también lo relajó hasta sentir como su novia palmeaba su pierna.

Al volver la vista hacia ella notó como sus mejillas estaban infladas y sonrojadas, antes de poder preguntar algo vio como sus labios se separaron y le permitieron ver una cantidad considerable de su propio semen resbalar por su mandíbula hasta gotear en sus pechos, para luego tragar lo que había permanecido en su boca. La morena se puso de pie lentamente adorando como la mirada de su novio se oscureció.

— Tn... -gruñó en un tono que provocó que un flujo viscoso corriera por sus muslos- Será mejor que nos preparemos, porque si no me detengo... -lentamente recogió con su pulgar el semen que se había resbalado por su mentón untándolo en los labios rosados de su pelinegra- No vas a salir de este departamento por días.

Con una sonrisa, la morena lamió el excedente en sus labios para luego besar a Armando y decirle que lo quería.

Hola, perdón por haber desaparecido por tiempo y no cumplir con los capítulos diarios que planeaba, han surgido cosas estos meses y dejé mi cuenta a un lado, lo igual que conocí amigos con los que suelo pasar bastante tiempo y me hacen feliz, pero de igual forma, quiero avanzar con esta historia, terminarla y seguir con muchas otras que han sido olvidadas.

Gracias por la paciencia, prometo prometo prometo intentar actualizar con más frecuencia, tal vez no diario, pero al menos una o dos veces a la semana.