Aguanta, James.
-Estás loca. -Dijo Laura sentándose.
No lo estaba, pero seguro que acabaría estándolo. Sí, me estaba volviendo loca. Había pegado a un chico bastante más alto y fuerte que yo y había rechazado al amor de mi vida. Sí, definitivamente me estaba volviendo loca.
Subí a mi habitación y empecé a reordenar los cajones. Ahora que se había ido Lars, tenía el doble de espacio para mis cosas. Esa era la única ventaja, y seguía siendo algo malo. Tenía el doble de espacio, más espacio en mi cama, más espacio en todo. Echaba de menos a Lars, pero sabía que si iba a buscarle ahora, todo podría salir mal, así que me quedé en la habitación tumbada escuchando un vinilo de Megadeth.
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Desperté. La música se había parado hacía unas horas. Llevaba no sé cuántas horas durmiendo y Laura me había dejado la cena en la mesa de mi habitación. Gracias, Laura. Me senté y empecé a comer. Aún estaba caliente la comida, por lo que Laura seguía en casa. Acabé de comer y bajé a dejar el plato en la cocina. Estaban Jason y Laura en el salón viendo una película.
-Hola chicos. -Dije pasando por delante.
Los dos me miraron y me sonrieron. Dejé el plato en la cocina y me apoyé en la encimera. Sin saber cómo, empecé a llorar. Lars se había ido por mi culpa y sabía que no iba a volver. Me senté en el suelo de la cocina y seguí llorando. Escuché pasos viniendo hacia la cocina e intenté dejar de llorar, pero no pude.
-Carmen.-Dijo una voz masculina con cierto aire de tristeza.
Era Jason. Me tendió la mano y me ayudó a levantarme. Nos quedamos los dos de pie en la cocina mirándonos a los ojos. Todo se había oscurecido rápido y serían como las 10 de la noche. Jason sonrió y yo dejé de llorar. Su sonrisa siempre ha sido una especie de salvavidas para mí.
-Ni siquiera sé si debería abrazarte. -Reí.
Jason se acercó a mí, me secó las lágrimas y me abrazó. Esta vez era yo la que no sabía cómo responder al abrazo. Jason se rió mientras yo ponía tímidamente mis manos en su cuello. Nos quedamos abrazados un buen rato, y yo me empecé a sentir mejor. Notaba la respiración de Jason en mi cuello y sentía que estaba nervioso. Me separé y le sonreí.
-¿Mejor? -Dijo con dulzura.
Asentí. Jason me sonrió y me dio un golpecito en el hombro, cosa que solía hacer yo cuando alguien que me caía bien se sentía mal.
-No malpienses lo que te voy a decir, pero te quiero. -Dijo nervioso. -Eres mi mejor amiga.
-Tú también eres mi mejor amigo, Jase. Mi mejor amigo con vida. -Reí sabiendo que había dicho una crueldad sobre Cliff.
Jason se sonrojó y se rió de forma nerviosa. Le devolví el golpe en el hombro y nos sonreímos. Laura apareció y encendió la luz de la cocina.
-¿Qué está pasando aquí? -Dijo con tono de telenovela.
Los tres nos reímos y nos fuimos al salón. La película había acabado y estaban poniendo las noticias.
<<El lider de Metallica, James Alan Hetfield ha sido hospitalizado. Un familiar suyo fue a buscarle a su casa, y al entrar vio sangre en el suelo. Asustado, llamó a la policía que al llegar, siguieron el rastro de sangre y vieron al cantante tirado en el suelo sangrando. Ingresó hace escasos minutos en el hospital con varias costillas rotas y heridas por todo el cuerpo a causa de una paliza. Su compañero de banda, Kirk Hammett ha declarado lo siguiente:
-No sé quién le ha hecho esto, pero sé que lo va a pagar muy caro. Que me escuchen todos bien: mataré al hijo de puta que le haya hecho esto.>>
Apagué la televisión y Jason, Laura y yo nos miramos. Los tres nos preparamos para salir y fuimos al hospital en mi coche. En el camino yo sólo podía pensar en que podría haber sido Lars el que le hizo esto.
Llegamos al hospital en unos 10 minutos. Aparqué el coche en la puerta y entramos corriendo. Preguntamos por él y fuimos a la habitación que nos habían indicado. Abrí la puerta, y al entrar no me podía creer lo que estaba viendo.
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