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053: Epílogo 001

Felix cerró la maleta y puso de inmediato una de sus manos sobre sus ojos ya que las lágrimas volvieron a invadir su rostro al igual que el nudo en su garganta volvió. El sentimiento de que habían fracasado no salía de su pecho, al igual que la angustia y miedo de ser separado del chico que más amaba. Su novio no tardó en darse cuenta de los sollozos ajenos así que se aproximó al menor.

—¿Qué pasa, bonito? —Colocó su diestra sobre el hombro impropio.

—Perdón, es que —Sorbió su nariz y miró a su chico—, ¿qué haremos, Hyunjin? Al regresar tu madre hará de todo para separarnos, no quiero que te envíen lejos, ya no quiero separarme de ti.

—Tranquilo —musitó con una voz dulce mientras secaba las lágrimas ajenas con sus manos—. Todo va a estar bien, no nos van a separar, bonito. Yo me encargaré de que jamás me separen de ti.

—¿De verdad? ¿Lo prometes? —Le miró con tristeza.

—Te lo prometo. —Besó castamente los labios de su novio— Tú eres mi vida entera, nunca voy a permitir que me separen de ti. —Le regaló una dulce sonrisa que de inmediato le fue correspondida.

Felix asintió y con un poco más de calma prosiguió a guardar sus cosas personales en su mochila. Hyunjin dio unos pasos hacia atrás para observar al pecoso en silencio, mentiría si decía que no estaba preocupado también, siendo sinceros, Hwang también estaba muy angustiado por lo que podría pasar, y ante ese miedo no podía dejar de pensar en esa solución.

—Felix...

Por primera vez llamó al nombrado con nervios, su voz tembló y claro que eso no paso desapercibido por el menor, quien también se extrañó al oír su nombre por lo que se giró al mayor, notando como éste no le estaba mirando pero sí se veía muy pensativo y con intenciones de decir algo más.

—¿Qué sucede? —preguntó acercándose.

—Tengo un plan. —Le miró.

—¿Cuál es?

Por unos largos segundos no contestó. Lo que estaba apunto de decir era algo que esperaba poder decir de otra forma, en otro lugar y bajo otras circunstancias pero, seguía siendo único porque eran sólo ellos dos.

Hyunjin dio un paso a su novio y le sujetó de las manos con fuerza, dejando visibles sus nervios. Aún mirándole con una expresión seria pero que transmitía mucho amor, habló:

—Cásate conmigo.

Felix sintió una corriente eléctrica recorrerlo de pies a cabeza, en su estómago y pecho sintió un cosquilleo que jamás había sentido. Al mismo tiempo su respiración se cortó y de forma automática dio un paso hacia atrás, soltando el agarre que Hyunjin tenía en sus manos.

—¿Q... Qué? —La sorpresa no le permitió dar una respuesta clara.

—Bonito —musitó nuevamente, esta vez se hincó frente a él y le sonrió con cariño—, por favor dame el honor de convertirme en tu esposo.

—¿C... Casarnos? —Parpadeó un par de veces y sacudió su cabeza rápidamente— ¿Estás... Hablando de casarnos? ¡¿De verdad?!

—Disculpa que no te lo pida con un anillo como te lo mereces pero las circunstancias no ayudan mucho. —Soltó una leve risa e hizo un ademán con sus hombros.

—¡Tú de verdad...! —No pudo ocultar sus lágrimas— Dios mío, ¿tú de verdad quieres casarte conmigo?

Hyunjin se acercó al pecoso para sujetarle de la cintura, colocando sus manos a los costados de ésta, con suavidad apretó su cuerpo antes de atraerle más.

—Quiero casarme contigo —confesó—. No sólo quiero hacerlo porque la condición que impuso mi madre es que el heredero tiene que estar casado, también quiero casarme contigo porque eres el chico de mi vida, eres el amor de mi vida y quiero estar a tu lado por toda la eternidad... Así que por favor, bonito, concédeme ese honor.

—Acepto... —respondió con una sonrisa—. Yo también quiero casarme contigo, yo también quiero estar a tu lado por toda la eternidad porque tú, sólo tú eres el amor de mi vida.

De inmediato Hyunjin le cargó y dio algunas vueltas luego de que Felix le abrazara por los hombros. No tardó en bajarlo pero únicamente para unir sus labios en un corto beso, de esa forma el mayor podía hablar nuevamente:

—Te amo, Felix. —Besó su frente con amor— Te amo y te amaré por el resto de mi vida.

—Y yo te amo a ti, Hyunjin. —Sonrió con alegría— Te amo como a nadie.

Ambos se sonrieron con un gran cariño, sus vidas cambiarían demasiado pero no les importaba porque se tenían el uno al otro para toda la eternidad.

—¿Llegaron los documentos? —preguntó Hyunjin a Charlotte, quien había entrado a la habitación con una pequeña rosa roja.

Oui, hace una hora, el juez está preparando los últimos arreglos —respondió con una amplia sonrisa mientras le colocaba la rosa en el pequeño bolso de su traje—. Tienes suerte de que el juez sea mi cuñado, de otra manera no te hubieras podido casar hoy.

—Lo sé, por ello te lo agradezco tanto, Charlotte. —Le regaló una sonrisa— Algún día te recompensaré todo lo que has hecho por mí.

Ne sois pas idiot. —Soltó una risa y le dio un suave golpe en el hombro— No me debes nada, somos amigos, ¿no?

Hyunjin sonrió.

—Lo somos.

Bien, ahora vámonos porque ustedes se tienen que casar ya. —Dio suaves palmadas a su pecho y se dio la vuelta para tomar su bolso de mano.

—¿Felix ya está ahí?

—¡Claro que no! —Le miró con una sonrisa— Tú debes estar ahí primero, ¡así que vámonos ya!

El rubio soltó un largo suspiro nervioso y siguió a la chica hasta la salida y posteriormente al auto. Sentía su corazón latir en sus oídos, era un día bastante importante y especial. Claramente no era la visión que tenía de su boda pero podía decir que era perfecta, se casaría con el chico de su vida frente a la Torre Eiffel, mismo lugar donde ambos novios confesaron su amor y se besaron por primera vez... Definitivamente era perfecto.

Evidentemente sería una ceremonia muy pequeña, tanto que para seguridad de ambos ni siquiera las personas podrían verles gracias a la barrera que los guardias harían, además de las barreras de seguridad que habían colocado. También sería al atardecer, lo cual complicaría más el reconocimiento de ambos.

Al llegar al lugar el chófer estacionó el auto, Hyunjin fue el primero en bajar y le ofreció la mano a su amiga quien con su ayuda bajó y cerró la puerta. Los dos caminaron hasta donde el juez y los preparativos, todo estaba listo, sólo faltaba Felix.

El pecoso aún se encontraba dentro del otro auto, podía ver por la ventana a todos los guardias reunidos, incluso admiró como su futuro esposo llegaba en compañía de Charlotte, pero Felix aún sentía sus piernas temblar de tal manera que no podía bajar.

Estaba emocionado, feliz, alegre, ansioso y una parte de él sentía mucho miedo. Se encontraba ahí, en París apunto de casarse. «¿Estoy en un sueño?» Pensó. Sentía la necesidad de estar con su hermano, con su mejor amigo, por ello también se sentía un poco triste.

Abrió la puerta y dio el primer paso para bajar del auto, el aire golpeó su rostro pero continuó su camino.

Perdona —fueron las primeras palabras que Hyunjin le dijo a Felix luego de que el pecoso chocara con él en la universidad.

—Auch, lo siento... —le respondió aquella vez.

Todos los guardias se hicieron a un lado para que el pecoso pudiera ingresar con los demás, al hacerlo inmediatamente cruzó miradas con Hyunjin, quien se acercó para tomarle de la mano y sonreírle.

—Luces hermoso. —Hizo mención a su precioso traje blanco y besó los nudillos de su chico.

—Tú también luces hermoso... —respondió con una suave sonrisa.

Ambos se posicionaron frente a la mesa del juez, quién les saludó de forma cálida antes de hablar:

—Estamos aquí reunidos para unir en sagrado matrimonio a Lee Felix y Hwang Hyunjin...

Felix podía oír al juez pero al mismo tiempo no lo hacía, por su mente pasaban todos los recuerdos que compartía con Hyunjin, era increíble cómo el tiempo había pasado tan rápido.

—Los esposos se comprometen a desarrollar un proyecto de vida en común...

El juez seguía hablando pero el pecoso seguía perdido en sus recuerdos, aún podía sentir la emoción del primer momento cuando se confesaron y del primer beso. En su piel aún podía sentir las caricias de esa primera noche juntos.

—¿Existe alguna razón para que esté matrimonio no se deba unir en sagrado matrimonio?

Oyó la pregunta pero inmediatamente sólo negó con la cabeza, mientras su aún novio exclamó que no la había, por lo que el superior prosiguió. Felix no podía olvidar el llanto en su ser cuando terminaron, o la adrenalina que sintió aquella vez que subió por su balcón. Podía ver todos esos momentos pasar por su mente.

—Hwang Hyunjin, ¿aceptas a Lee Felix como tu esposo?

—Acepto —respondió sin dudar.

—Lee Felix, ¿aceptas a Hwang Hyunjin como tu esposo?

—Acepto.

Mostró una sonrisa amplia, para ese punto no le importaba nada más, ahora estaría para siempre junto a Hyunjin, ¿qué importaba el resto del mundo?

Hyunjin tomó el primer anillo y sujetó la mano de su chico para así ponérselo de forma lenta.

—Felix, acepta este anillo como símbolo de mi amor y fidelidad hacia ti, por el resto de mi vida, incluso más allá de la muerte. —Sonrió y elevó su mano para besar sus nudillos.

Esta vez el pecoso tomó el otro anillo y de la misma forma se lo puso a su chico.

—Hyunjin, recibe este anillo como símbolo de mi amor y fidelidad hacia ti, por el resto de mi vida, y en cada uno de nuestros universos. —También sonrió al cruzar miradas.

—Por el poder que se me concede, yo los declaro esposos —dijo el juez con una sonrisa—. Pueden besarse.

Felix sujetó a Hyunjin por las mejillas y se aproximó a besarlo con cariño y amor, al mismo tiempo el mayor le tomó de la cintura y correspondió el beso mientras ambos oían como los presentes aplaudían con felicidad.

Sus vidas ahora estaban entrelazadas para siempre, nadie ni nada los separará.

Hyunjin cerró la puerta cuando ambos entraron a la habitación, aprovechó la distracción del pecoso para mirar su celular ya que había mirado un mensaje de Jihyo. «Tengo listo el contrato que me pediste, ¿de verdad te casaste con Felix?» Sonrió antes de enviarle una respuesta corta y apagar su celular después. No quería pensar en eso ahora, así que caminó hasta su ahora esposo para abrazarlo por detrás.

—¿Tienes todo tu equipaje listo, bonito? —Besó su nuca.

—Sí, ayer empaque todo ya que nos iremos muy temprano, ¿verdad? —Echó su cabeza hacia atrás para verle.

—Si queremos llegar a tiempo entonces sí. —Hundió su rostro en el cuello ajeno, inhalando así su aroma.

—Me hubiera gustado quedarme más tiempo contigo... —Suspiró suavemente— Ya sabes, ahora que estamos casados.

—No te preocupes, mi amor. —Hizo un camino de besos desde el cuello ajeno hasta su mejilla— Después te llevaré de luna de miel.

—¿Eh? —Se sonrojó y de inmediato se separó para mirarle— ¡N... No me refería a eso!

—¿Y por qué te pones así? —No pudo evitar reír— Aún te pones tan tímido cuando hablamos de temas así.

Volvió a acercarse a él para tomarle de la cintura.

—Como si fuera la primera vez que estamos juntos... —susurró sobre los labios ajenos—. Eres tan lindo, Felix.

—Tú aún me pones así... —Colocó las manos sobre el pecho del mayor.

—Que digas eso me hace sentir tan feliz. —Retrocedió hasta la cama, donde suavemente acostó al menor, posicionándose sobre él con cuidado— Quiero ser el único que te haga sentir así, cariño.

Besó castamente sus labios, bajando por su cuello de manera lenta. Felix alzó su rostro para brindarle más acceso a su novio a aquella zona, sin embargo, sus manos no se quedaron quietas ya que buscaron desesperadamente distraerse en la cabellera impropia, por lo que enredó sus dedos en ella mientras pequeños suspiros escapaban de su boca.

—Bonito, ¿puedo...?

—Por favor...

Hyunjin llevó sus manos al traje del menor para desabotonar éste, logrando quitárselo en cuestión de segundos, de modo que prosiguió con su camisa color negra, imitando sus acciones al quitar botón por botón, y cuando finalmente consiguió hacerlo se enderezó un poco para mirarle.

—Eres hermoso —dijo con una sonrisa.

Llevó sus propias manos a su traje pero, Felix también se enderezó y le detuvo.

—Espera... —murmuró apartándole la mano—. Yo quiero hacerlo.

Tras esas palabras comenzó a quitarle las prendas superiores a su esposo, primero el saco y tras él la camisa, Hyunjin le miró con una amplia sonrisa, deseando aún más a su chico. Por supuesto que Felix se dio cuenta de ello así que sin esperar más le besó mientras deslizaba las mangas fuera de los brazos ajenos, despojándolo por completo de la parte superior.

Con suavidad se sentó sobre el mayor al mismo tiempo en que el beso se intensificaba más y más, de igual forma deslizó sus manos por los brazos y abdomen ajeno en cálidas y sutiles caricias. Hyunjin le rodeó con ambos brazos por la cintura, emitiendo fuerza en el agarre ante la necesidad de tenerlo aún más cerca.

—Hyunjin... —musitó apenas pudo separarse—. Te amo...

—Repítelo —suplicó sobre sus labios.

Así mismo sus manos descendieron al pantalón impropio para desabrochar éste, sin embargo, la posición en la que se encontraban no le iba a permitir quitarle esa prenda por lo que le volvió a rodear de la cintura con fuerza para abrazarlo y cargarlo un poco, acostándolo así de nueva cuenta, pudiendo lograr su cometido.

—Por favor, repítelo. —Sonrió mirando a su chico.

Felix trataba de no responder en ese preciso momento ya que Hyunjin estaba acariciando sus muslos y abdomen, por lo que hablar le estaba costando un poco gracias a los jadeos que inevitablemente soltaba.

—Hyunjin, —Tragó un poco de saliva y permaneció con los ojos cerrados. Sus manos se aferraron a los hombros ajenos y por incercia sus piernas se abrazaron a las caderas del mayor— te amo...

—Lo sé —respondió antes de acercarse a su oído—. Yo también te amo, bonito...

Besó lentamente su oreja, bajando por su mejilla donde dejó otro beso y siguiendo con sus labios.

—Te amo, Felix. —Descendió a su cuello, donde dejó un lento beso— Me tienes a tus pies, bonito...

Otra vez besó esa zona, sintiendo debajo de él como el cuerpo de Felix temblaba un poco, oyendo también sus suspiros que escondían los jadeos que tanto quería oír.

—Déjame oírte. —Alzó un poco su vista al pecoso antes de moverse de manera lenta, ya que las piernas ajenas le rodeaban podía frotarse de esa manera— Mi amor... Déjame oírte.

Sonrió cuando finalmente Felix no se calló más. A continuación comenzó a besar distintas zonas de su cuerpo, entre ellas su cuello, pecho, abdomen y brazos, queriéndole transmitir en cada beso todo el amor que le tenía.

Felix fue el primero en abrir sus ojos. Visualizó a su esposo junto a él y sonrió ampliamente al saber que no había sido un sueño todo lo que ocurrió el día anterior. Alzó su mano para admirar el anillo de bodas y a su vez los primeros anillos que Hyunjin le había regalado junto a la promesa de casarse, promesa que ya había cumplido.

Inmediatamente se abrazó al mayor, hundiendo el rostro en su cuello, de esa manera pudo oler ese perfume que tanto amaba. Sus manos se deslizaron por el pecho impropio, viendo en él algunas de las marcas que le hizo la noche anterior, aunque por supuesto que Felix también tenía de esas marcas por todo su cuerpo.

—Amor... —susurró sobre la piel de su cuello, mismo lugar donde comenzó a dejar besitos— Amor, debemos irnos...

Una risa escapó de sus labios cuando Hyunjin le abrazó con fuerza, fingiendo seguir dormido.

—¿Sabes? —Acarició su pecho con la yema de sus dedos— Disfruté mucho lo de anoche, tanto que no me molestaría despertar de la misma manera~.

—¿De verdad? —Abrió sus ojos y bajó su mirada al menor.

—¡Ves cómo sí estás despierto! —Se alejó lo suficiente.

—Shh, sólo escuché que quieres repetir. —Nuevamente le atrajo.

—Eres un pervertido que sólo piensa en eso.

—No es mi culpa que seas tan irresistible y me gustes tanto. —Sonrió ampliamente— Podría hacerlo una y otra vez contigo, jamás me cansaría de ti, de tu cuerpo —Se inclinó para besarlo rápidamente—, de tus gemidos y súplicas...

—¡Shh! —Puso una mano sobre su boca para callarlo— ¡Ya estamos en horario familiar, no puedes decir esas cosas! —Apartó su mano.

—¿Ah no? —Con el agarre en su cintura le bastó para levantarlo un poco y sentarlo sobre él, colocando sus manos en las caderas ajenas después— ¿Por qué no puedo?

—Tú sólo me quieres ver avergonzado... —Inclinó el cuerpo hacia adelante para estar cerca de los labios ajenos.

—Oh, vamos cariño... —Miró sus labios y sonrió— Yo quiero verte de muchas maneras.

Atrapó los labios de su esposo con los suyos, de esa manera ambos iniciaron un beso lento. Felix acariciaba el pecho impropio mientras Hyunjin hacía lo mismo pero con los muslos del pecoso, apretando éstos un par de veces antes de morder el belfo inferior del pecoso, introduciendo la lengua en su cavidad bucal para dar inicio a una pequeña pelea de lenguas.

La intensidad aumentó y por ende el calor en ambos también, aunque pronto Felix interrumpió eso al separarse un poco, respirando de manera agitada.

—Tenemos que irnos... —susurró Felix sobre la boca de su esposo—. Seungmin nos matará si no llegamos hoy.

—¿Qué importa? Moriremos juntos. —Llevó su diestra a la nuca impropia para acercarle nuevamente y besarlo otra vez.

Esta vez fueron interrumpidos por la alarma del mayor, por lo que éste se separó tras quejarse un poco y apagó el ruido.

—¿Ves? Tenemos que irnos, se hará tarde. —Rápidamente se levantó y juntó toda la ropa que había en el suelo, siendo esa la que llevaban puesta ayer.

—Está bien, vámonos.

No tardó en pararse de la cama y ayudarle al menor a juntar las últimas de sus cosas. Tampoco tardaron en tomar una ducha rápida, ya que en menos de treinta minutos ya habían salido del hotel. Afuera ya les esperaba el taxi así que con ayuda del chófer subieron las maletas y por supuesto antes de irse se despidieron de Charlotte, quien también les había ayudado con su equipaje al salir de su habitación.

Partieron rumbo al aeropuerto y al llegar a éste Felix pudo sentir los nervios que le regresaron a la realidad, esos tres días habían sido como un sueño, pero ahora regresaba a su vida real. Primero y más importante, estaba casado. Se había ido de Corea sin estar casado y ahora regresaría estándolo, ¿qué dirá su hermano y sus amigos? ¿Cómo reaccionará la madre de Hyunjin? Ante esos pensamientos comenzó a tener miedo.

—¿Todo bien, bonito? —preguntó su novio sujetándole de la mano.

Estaban sentados uno junto al otro en el avión, el cual no tardaría en despegar.

—Sí, es sólo que —Suspiró nervioso— me pregunto qué pasará al volver, ¿de verdad el habernos casado funcionará?

—Claro, porque no le dejaré oportunidad a mi madre oponerse una vez tenga el contrato en mis manos. —Le sonrió— Y aunque salgan mal las cosas, no me importa porque ya eres mi esposo.

Felix también sonrió.

—Bobo...

—Todo irá bien, te lo prometo. Yo siempre cumplo mis promesas —Elevó sus manos unidas para besar el anillo de bodas— ¿no?

—Sí, tienes razón. —Se acercó para besar castamente sus labios.

Tras eso volteó el rostro hacia la ventana del avión, finalmente había despegado. En unas horas estaría de vuelta en Corea, y la curiosidad de saber qué iba a pasar le estaba comiendo la mente, sin embargo; como dijo su esposo: «Todo estará bien» Se repitió en la mente.

¡Holi! Espero estén teniendo una linda mañana/tarde/noche y que estén disfrutando de ésta.

Disculpen si tuve un error ortográfico o en la redacción, si es así pueden decirme y lo editare.

¡MUCHÍSIMAS GRACIAS POR LAS 100K LEÍDAS!
Realmente la historia creció MUY rápido y estoy bastante agradecido con ustedes por eso.<3
Me hace tan feliz saber que les gustó, saben que escribo para mí pero tener su apoyo es verdaderamente un sueño.<3 Quería agradecerles dándoles este epílogo de los días en que Felix y Hyunjin estuvieron de viaje.

No tengo más que decir, ¡una vez más gracias por leer y por todo su apoyo!
¡Hasta luego!
♡♥︎

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