045: Confrontación.
Los días habían pasado, la reputación de Felix ahora era buena, aún así el público seguía dividido en dos, estaban los que apoyaban al pecoso (y su relación con Hyunjin), y los que todavía le tenían "rencor" por el supuesto accidente de Jeongin y claro, por su "interferencia" en la relación del pelinegro y Hwang. Aún así, gracias a la familia Kim (con quien tuvo el placer de cenar y así hablar sobre sus diseños) todo se había calmado.
Sin embargo, habían dos cosas que aún le tenían pensativo, una de ellas era que la señora Kim le invitó a ser parte de la Galería, siendo diseñador y junto a Seungmin encargarse del modelaje, o en otras palabras; podía cumplir el sueño que él y Seungmin tenían.
— ¿Puedo saber en qué piensas, bonito? —le sacó de sus pensamientos al acariciarle la espalda, subiendo por sus cabellos.
— ¿Mmh? —alzó un poco la vista para mirarle.
Justo ahora se encontraba con Hyunjin en la habitación de éste, habían pasado la noche juntos así como casi todas las noches de esos últimos días.
— ¿Sinceramente? En lo que ocurrió con Seungmin. —respondió volviendo a recostar su cabeza en el pecho ajeno.
La relación con él se había tornado... "Extraña", Seungmin seguía comportándose normal, como si nada hubiera pasado, pero Felix no podía dejar de pensar en sus sentimientos, más aún cuando Kim y su novio (Hwang) se habían vuelto un poco más cercanos, así que verlos juntos se sentía diferente.
— ¿Te hace sentir incómodo? —agachó un poco el rostro para verle.
— Mmh... No es tanto por eso, es extraño, sí, pero no es eso... —dudó en seguir hablando pero al cabo de unos segundos continuó— No me gustó la manera en la que Jeongin lo dijo, es decir... Ni siquiera le correspondía decir eso, ¿no?
— Estoy de acuerdo. —respondió— Él no tenía porqué decirnos sobre los sentimientos de Seungmin.
Felix se removió para sentarse sobre la cama (teniendo que bajar del cuerpo del mayor) y poder mirar a su novio con seriedad, aunque tenía nervios por lo que finalmente iba a confesar.
Sus manos se llevaron consigo una de las sábanas, cubriendo su cuerpo con ella.
— Hyunjin, hay algo extraño con Jeongin, ¿no lo crees? —con su diestra sujetó la mano ajena, mirando éstas para evitar su mirada—. Es decir... Ha tenido comportamientos raros antes del accidente y además...
Detuvo sus palabras y mordió sus propios labios pensando si era buena idea decirle todo, sin embargo; a esas alturas realmente ya no tenía porqué callarse, nunca tuvo que hacerlo, importaba más el hecho de que la farsa Jeongin sea destapada, que su propia reputación o trabajo. (Aunque si en el pasado se detuvo fue para no perjudicar a Hyunjin)
— ¿"Además"? —repitió mirándole.
Antes de que Felix pudiera responder, alguien llamó a la puerta, captando la atención de ambos, pero, casi de inmediato oyeron la voz del chófer de Seungmin.
— Disculpen la interrupción. —su tono fue tan firme como siempre— La señora Kim pregunta si el joven Lee está listo.
El nombrado se sorprendió y se lanzó sobre el cuerpo ajeno para alcanzar su celular que estaba en el mueble a un lado de la cama, al encenderlo notó la hora, eran casi las diez, hora en la que había quedado en desayunar con la familia Kim. Hyunjin soltó una leve risa al verle y recargó su espalda en el respaldo de la cama.
— ¡En un momento baja. Gracias, Youngjae! —respondió Hwang.
— ¡Olvidé el desayuno, dios...! —enderezó su cuerpo para bajar de la cama pero casi de inmediato fue jalado por el mayor para volver a caer sobre él—. Hyunjin-
— Shh. —besó castamente sus labios—. Solo será un momento. —susurro antes de besarle lentamente, atrayendole por la nuca y por la cintura.
Felix apoyó sus manos en el pecho del mayor mientras se juntaba más al cuerpo ajeno, llegando a un punto donde Hyunjin terminó por atraerle por completo y volvió a sentarle en él; poco a poco el beso se intensificó un poco más al igual que las caricias proporcionadas.
No obstante, Felix no tardó mucho en separarse sólo lo suficiente para hablar, pero Hyunjin aprovechó eso para morder los labios ajenos un par de veces, oyendo así los quejidos suaves por parte de su chico.
— Hyunjin... —susurró apenas pudo hacerlo.
— Lo sé, tienes que irte. —respondió antes de sonreír— Sólo quería probarte.
— Estos últimos días que me he encontrado con Seungmin has estado dejándome... "Marcas". —dijo aquella palabra sin estar muy convencido.
No eran exactamente marcas de chupetones (aunque por debajo de sus prendas sí tenía éstos), sino que se encargaba de retenerle un poco más o dejarle "agitado" ante Kim.
— Sé que no hará nada para separarte de mí, pero, aún así no está mal recordarle que me perteneces. —contestó antes de darle un último beso rápido—. Ahora anda, ve.
El pecoso se puso de pie y rápidamente comenzó a vestirse, mientras su novio simplemente se sentó en la cama y le observó con atención.
— Tengo que hablar contigo de algo importante, tendrá que ser después del desayuno pero es algo muy largo, entonces... —terminó por abotonarse la camisa— ¿Podemos caminar a la universidad?
— Claro que sí, bonito.
— Te amo. —se acercó para besarle rápidamente y así salir de la habitación casi corriendo.
Al fin estaba decido a contarle absolutamente todo sobre Jeongin, todo terminaría finalmente. ¿Verdad?
— ¿Has pensado en nuestra oferta, Felix? —preguntó la señora Kim.
El desayuno transcurrió normal, de manera muy agradable y con un ambiente cómodo. Al principio sólo hablaron un poco de sus vidas, por parte de los Kim, cómo se formó su familia y su "imperio", y por parte de Felix, cómo había llegado a Corea.
Sin embargo, ahora estaban en el tema más esperado de la mañana.
— Sí pero —de repente su sonrisa se borró. no quería rechazar, en serio quería aceptar pero sabía que las otras dos familias jamás lo aceptarían—, aún no estoy seguro
— ¿Podemos saber por qué? —ahora preguntó el señor Kim.
— Como saben... —levantó el rostro para mirarles, su amigo estaba en el centro mientras sus dos padres estaban a cada uno de su costado— Yo amo absolutamente todo sobre Kiyang, y trabajar aquí junto a Seungmin ha sido mi más grande sueño pero, aunque ustedes, los Kim hayan sido los fundadores de todo esto, sé que los Hwang y los Yang jamás me aceptarían.
— Eso lo sé. —inmediatamente contestó la señora— Y es verdad que ahora mismo los Hwang están por encima de nosotros, pero como tú lo dijiste; nosotros somos los fundadores, no permitiré que hagan con la Galería lo que quieran.
— No quiero ocasionar problemas aquí, mucho menos ser el responsable de que algo más suceda si es que me uno. —hizo una mueca disgustado.
— Tenemos un as bajo la manga, Felix. Sólo confía en nosotros, confía en mí. —su amigo le sonrió.
Y aunque el pecoso sí se sintió con más confianza (pero sobretodo curiosidad), aún tenía un poco de dudas. Desconocía qué tanto poder tenían los Hwang y Yang, quería evitar cualquier problema o situación tanto con los Kim como con su novio.
“Novio que es del bando enemigo, irónico", pensó.
— Soy novio de Hyunjin... —murmuró queriendo ir por otra parte— Eso también afectará, ¿no?
— No lo hará. Hyunjin no soportará tanto tiempo con su farsa. —confesó la mayor— Al verte con nosotros sabrá tomar su camino.
— Y no sólo al verte a ti. —prosiguió Seungmin— Ahora eres lo único que le importa, Felix... No tienes ni idea del tipo de persona que puede volverse.
El mencionado miró desde su amigo a sus padres, quienes con un leve asentamiento de cabeza confirmaron que lo que su hijo decía era cierto. Ante eso, decir que no le recorrió una corriente de miedo sería mentir... “Tipo de persona que puede volverse”. Recordó aquel día en la universidad que le buscó, si bien, no se había portado agresivo, grosero o brusco, sí se había comportado serio y firme, temía que no siempre sería así.
De repente, dio un leve brinco al oír el timbre de la casa, por unos cortos segundos (que parecieron una eternidad) se perdió en una inmensa oscuridad.
Tengo un mal presentimiento.
— Además...
No pudo oír lo que el padre de Seungmin tenía que decirle, todo a su alrededor se movía, podía sentir sus manos sudar.
La chica a mi lado que estaba pendiente a lo que necesitaba, rápidamente se fue a la puerta, ¿va a atender la entrada principal?
— Es hora de terminar con todo...
Escuché a Seungmin, pero no pude oír el resto de sus palabras, me siento aturdido...
— ¿Todo bien? —cuestionó la madre.
La puerta principal fue abierta, pude oírla...
— ¡Felix!
Gracias a ese ligero grito por parte de Seungmin pudo regresar a su realidad, enfocándose nuevamente en las personas frente a él. No reconocer que se sentía nervioso sería evidentemente una mentira, podía oír a su propio corazón latir rápidamente y su piel sudar.
— Lo siento, estoy bien. —respondió luego de soltar una leve risa— Sólo estaba pensando...
Su actitud tan perdida no pasó desapercibida, y lo mejor era sacar al menor de ahí lo más pronto posible.
— Deberías ir a cambiarte, Felix. —interrumpió Seungmin— El evento ya va a empezar.
Mintió, aún quedaban unas tres horas para que el evento en la universidad comenzara, pero fue una excusa para sacarle de ahí.
— ¿Eh? —dudó un segundo—. Sí, debería... Irme. —dejó lo que sostenía en sus manos a un lado y se puso de pie, haciendo una reverencia después— Muchas gracias por el desayuno.
— Gracias a ti, Felix. —la superior le sonrió— Ve con cuidado.
— Lo haré. —trató de devolver la sonrisa— Nos vemos...
Salió del enorme comedor directo a otra sala vacía, no importaba dónde, sólo quería respirar un poco, por lo que se dirigió a la biblioteca. Era un día ocupado para todos, incluso los Kim tenían que partir a Japón en un par de horas, así que tendría por lo menos un día de descanso total de esa casa.
Al cerrar la puerta detrás de él pudo suspirar profundamente luego de cerrar sus ojos.
Por supuesto que le gustaba estar ahí (principalmente por Hyunjin), pero todo se le juntaba. Si bien pudo esconderse de los Hwang y Yang, aún quedaba el riesgo de Jeongin, no sabía exactamente en qué momento recuperaría la memoria, y no quería estar presente cuando lo hiciera.
— ¿De quién te estás escondiendo?
No puede ser...
Abrió sus ojos y miró al chico sentado en la silla de ruedas frente a él.
— De nadie... —respondió un tanto nervioso—. ¿Tú?
Desde ese día que discutió con Seungmin y este confesó los sentimientos que el castaño tenía, no habían hablado.
— Igual. —hizo un ademán con sus hombros— Digamos que no puedo ir a muchos lugares en esta casa gracias a la silla de ruedas.
— Siento oír eso...
— Sé que sí. —otra vez ese tono frío, cruel— Hubieras podido ser tú, ¿no?
Felix permaneció en silencio pero la mirada tan penetrante de Jeongin le hacía tener miedo.
— Sí, tú me salvaste, ¿recuerdas?
— Ojalá pudiera hacerlo.
— ¿Qué? —esta vez frunció el cejo ante esa respuesta.
— No recuerdo el accidente.
¿Mentía? En el hospital mencionó recordarlo. Mentía, ¿no?
— ¡Pero tú estás bien! Es lo que importa. —le miró de abajo hacia arriba, mostrándole una sonrisa al final— Permiso. —se empujó con su silla a la salida, pero la voz ajena le hizo detenerse.
— Jeongin en serio lo lamento... —se giró para verle ya que el pelinegro ya le había pasado por un lado— Créeme que hubiera querido ser yo.
Antes de que alguno pudiera decir algo más, la puerta se abrió de una manera tan fuerte que ambos miraron a la misma, viendo ahí a Hyunjin.
— Hyunjin, ¿qué hac...? —su novio no pudo terminar la frase.
El mayor se acercó a ellos rápidamente, pero eso no fue lo que le hizo callarse, sino su expresión tan... Molesta, furiosa.
Hyunjin llegó hasta Yang, tomando su silla por detrás para inclinarla hacia adelante, haciendo que el menor cayera.
— ¡Hyunjin, ¿qué haces?! —ahora Felix sí pudo terminar la pregunta.
— ¡Levántate! —exigió mirando a Yang.
— ¡¿Qué haces?! —le miró desde el suelo—. ¡Sabes que no puedo sentir las piernas, ¿por qué me haces esto?! —su tono de voz se hizo más agudo.
Esa escena hizo que Felix sintiera lástima por el pelinegro, cosa contraria al mayor.
— ¡Te ordené una cosa, Yang! —se agachó para sujetarle de su camisa y así poder empujarle nuevamente—. ¡Levántate!
— ¡Basta, ¿qué te pasa?! —el pecoso se interpuso entre ambos—. ¡¿Por qué estás así, qué pasa?!
— Por favor, quítate Felix. —ordenó dando un paso hacia atrás, su tono de voz cambio, bajando el volumen un poco pero manteniendo su frialdad.
“No tienes ni idea del tipo de persona que puede volverse”.
Se sintió asustado por el chico que tenía enfrente.
— Cal... Cálmate. —suplicó sintiendo sus piernas temblar— Por favor, Hyunjin...
— No lo diré una segunda vez, Felix.
Hicieron contacto visual, la mirada de Hyunjin era aún más penetrante que la de Yang... Daba miedo, muchísimo miedo.
Se sentía incapaz de moverse, no porque no quisiera hacerlo, sino por el terror que éste sentía. Aún así, inconscientemente dio un paso a su costado, dejando libre nuevamente a Jeongin por lo que Hwang volvió a acercarse, tomándolo de su camisa otra vez.
— Eres un hipócrita, un mentiroso manipulador. —apretó el agarre— ¿Te divertiste? ¡¿Te divertiste viendo a Felix sufrir?!
— ¿De qué... —sus palabras se cortaron debido a la falta del aire que ocasionaba el agarre ajeno— De qué hablas?
— ¡De todas las putas mentiras que le dijiste a Felix! —le soltó, arrojandolo con fuerza al suelo—. ¡De toda la farsa que inventaste en contra de Seungmin, en contra mía, en contra de Felix!
— ¡No sé de qué me hablas!
Felix se apartó un poco más. Hyunjin ya sabía la verdad... Hyunjin ya sabe la verdad, pero, ¿cómo? Si apenas una hora le iba a confesar todo, ¿cómo se había enterado?
— La manera en la que mientes es increíble... —se alejó unos pasos de él—. La manera en la que puedes manipular a todos es tan asombrosa... Me engañaste, ¡todo este tiempo, incluso cuando jurabas amarme!
— ¡Yo te amo! —gritó.
— ¿“Te Amo”? —esta vez murmuró Felix—. ¿Tú... Estás hablando de amar? —tuvo el valor para girarse a él—. Tú no lo amas, tú estás obsesionado.
— ¡Cállate! —exigió Yang mirándole—. ¡Tú jamás lo vas a amar como yo lo hago, yo...!
— ¡¿“Como tú lo haces”?! —prosiguió Hwang—. ¡Tu amor es enfermizo, es asqueroso! ¡No conforme con mi confianza y mi aprecio hacia ti quisiste tener a Seungmin también, ¿eso es amor para ti?! Que patético eres.
El mayor se acercó al pecoso para tomar su mano, levantando ésta para besar sus nudillos y consigo los anillos que traía puestos. Sin decir algo más se dio la vuelta para irse junto a su chico, pero el llanto ajeno les hizo detenerse y voltear de nueva cuenta para ver cómo se arrastraba para seguirles.
— ¡Me amas a mí, lo sabes! ¡Siempre me has amado a mí!
— Sigue arrastrandote en el suelo, ese es tu lugar, Yang. —Hwang mencionó.
— Hyunjin... —murmuró Yang.
— Si te vuelves a acercar a Felix, a mi futuro esposo, haré que en verdad necesites esa silla de ruedas. —frunció el ceño.
Tras esas palabras el llanto en el rostro del menor se detuvo. “Esposo”... No, no podía ser de esa manera ante los ojos de Yang, así que tras apretar los dientes se puso de pie con una expresión molesta. Ante eso, el único sorprendido fue Felix, quien le miró de abajo hacia arriba.
— T... Tú —murmuró.
Sin saberlo, poco a poco el enojo también se iba a apoderar de él.
— ¡No puedes amarlo, entiende! —siguió insistiendo—. ¡¿Qué te va a ofrecer él?! ¡Felix es patético, ridículo!
Se acercó para poner las manos sobre los hombros ajenos pero Hyunjin al sentir el ligero roce le sujetó de las manos para empujarlo con fuerza, haciendo que la espalda ajena golpeara contra uno de los libreros.
— ¡Saca el nombre de Felix de tu sucia boca!
— Tú... —nuevamente murmuró Felix—. Te atreviste a sonreír al verme sufrir... —sus manos y su voz temblaban, muchas emociones estaban mezcladas dentro de él, pero estaba seguro de una cosa, estaba furioso—. ¡Disfrutaste verme en el suelo llorando y suplicando!
Dio un paso al pelinegro.
— ¡Me bajaste el autoestima horrible, me comparé muchas veces contigo! —dio un paso más—. ¡Me lastimé a mí mismo por la ansiedad que me causaste! ¡Fingiste ser mi amigo, mentiste descaradamente al decir que te gustaba Seungmin, Hyunjin y que no habías tenido nada con ninguno! ¡Incluso planeaste todo el accidente para quedar como la víctima...! —se tomó unos segundos para respirar profundamente—. Yo... llegué a sentir lástima por ti.
— ¡No necesito tu lástima! —su respiración comenzó a tornarse agitada—. ¡No te necesito, estoy cansado de ti...!
— Demostraste que no puedes separarnos, ¿y sabes qué es eso? Eso es exactamente el amor. —musitó Hyunjin volviendo a tomar la mano de su chico— Te duele admitir ese resentimiento, esos celos y ese rencor hacia Felix, que es muchísimo mejor que tú.
— Calculaste cada paso que dabas, ¿tan nula es tu autoestima en ti para planear absolutamente todo? —el pecoso se alejó un poco al ver que el pelinegro se balanceó un poco.
— ¡Basta! —pidió sujetandose la cabeza.
De repente sintió un doloroso espasmo en su cuerpo, ante eso cayó al suelo de inmediato, pero aún consciente, no miró hacia arriba por unos largos segundos, mismos segundos en los que Felix le observó.
— ¿Jeongin? —murmuró e intentó acercarse, pero su novio se lo impidió.
— No, vámonos.
Jeongin levantó la mirada cuando ambos se dirigieron a la salida, pero antes de que salieran de la biblioteca alcanzó a hacer contacto visual con Felix.
• ¡Holi! Espero estén teniendo una linda mañana/tarde/noche/madrugada y que estén disfrutando de ésta.
Perdonen si tuve algún error ortográfico, si es así pueden decirme y lo editare.
Lamento tanto la tardanza, casi un mes.</3
Al principio no tuve inspiración, después me mudé y tuve más trabajo (aparte de la mudanza), así que me fue imposible siquiera relajarme para escribir.
Quise terminar ya el capítulo, si bien no quedó como esperaba (y tuve que cambiar MUCHAS cosas de este y los siguientes capítulos), creo que quedé satisfecha.
Espero que les guste, en serio lamento la tardanza.</3 Muchas gracias por las 70k leídas, de verdad me hace bastante feliz saber que les gusta, y me gusta mucho leer sus comentarios, gracias.
Una vez más gracias por leer.
¡Hasta luego!
♡
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