040: Negación.
— ¡Felix!
Escuchó una voz lejana que no pudo reconocer, frunció el ceño en un intento de hacerlo pero no podía.
— ¡Hey, Felix despierta!
Finalmente pudo levantarse de su silla algo confundido. Miró a su alrededor, notando que estaba en el salón de clases, la mayoría de alumnos ya no estaban, y a su lado sólo estaban sus amigos.
— ¿Estás bien? Te dormiste toda la clase. —dijo Chan mirándole preocupado.
— Sí, perdón. —sacudió su cabeza ligeramente para despertar por completo— Ayer... No pude dormir. —evitó a toda costa hacer contacto visual con Jisung.
— ¿Quieres ir a la enfermería? —ahora preguntó Seungmin, acercándose a él para palmearle el hombro—. Incluso te ves pálido.
— Mejor regresaré a casa. —exhaló profundamente al sentir frío.
— Te llevaré. —Jisung tomó su mochila pero el pecoso le interrumpió.
— No, está bien, quédate. —le sonrió suavemente— No quiero que pierdan clase, estaré bien.
No esperó a que respondieran y tomó sus cosas para salir del aula. En los pasillos los estudiantes no paraban de verlo, otra vez hablaban de él, de eso estaba seguro por los murmullos que escuchaba. Sin embargo, a diferencia de ayer, no le importaban.
Ayer.
Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y al sentirse mareado se recargó en la pared a su lado. Los recuerdos de ayer no podían salir de su cabeza, se sentía extraño.
— Quizás por eso Hyunjin no asistió hoy...
Pudo oír a uno de los estudiantes y su mirada fue a ellos. ¿Hyunjin no asistió a clases? Se cuestionó confundido, no recordaba haberlo visto, y menos si durmió toda la clase.
Suspiró profundamente tratando de calmarse pero entendió que no podría llegar a su casa así que con mucho cuidado se dirigió hasta la enfermería. El enfermero no estaba así que sólo entró y se acostó en una camilla, pero antes de relajarse le envió un mensaje a su mejor amigo para avisarle que seguía ahí.
Y tras dejar el celular a un lado inmediatamente cayó dormido.
Cuando despertó nuevamente fue gracias a Jisung, quien le movió de manera suave para que despertara. Felix frotó sus ojos un par de veces antes de enderezarse.
— Tu hermano vino por ti, Chan y yo nos iremos juntos. —fue lo primero que dijo.
Gracias a la luz que entraba por la ventana el pecoso dedujo que ya era hora de salir, así que asintió y con ayuda del castaño se levantó.
— ¿Te sientes mejor?
— Sí, necesitaba dormir... —le sonrió levemente.
— Bien, entonces... —con timidez le acomodó el cabello detrás de su oreja— Te llevaré con Minho.
Ambos caminaron junto a la salida del edificio, ahora los pasillos estaban vacíos, eso le alivió a Felix, no quería ver a ningún otro estudiante.
Al llegar al exterior se detuvieron antes de llegar a la calle debido a la presencia de otra persona (que no esperaban ver ahí). Y peor aún, había una barrera de guardias que dividían la calle, detrás de ellos estaba su hermano y algunos alumnos más, pero gracias a los hombres altos, del otro lado no podían verle.
— Jisung, déjanos hablar. —le ordenó al castaño sin mirarlo.
— ¿Qué? No. —frunció el ceño— ¿Armaste todo esto sólo para hablar con él?
— Jisung por favor... —esta vez suplicó el pecoso mirando a su amigo— Déjame hablar con él. —tragó saliva nervioso.
El castaño le miró sin comprender el porqué, además el aura del otro chico se sentía demasiado pesada. No obstante, al notar la insistencia en Felix sólo suspiró y besó su frente antes de seguir a uno de los guardias (quien se había acercado) hasta traspasar esa barrera.
— ¿Qué quieres? Hice lo que me pediste. —su voz temblaba un poco pero se oía firme— Terminé con Hyunjin y me alejé de él, ¿por qué me buscas?
Jeongin rió.
— ¿Terminaste con Hyunjin? —su pregunta hizo que el rubio frunciera el ceño—. Y a pesar de eso te sigues metiendo en mi vida.
— ¿A qué te refieres?
— Aléjate de Seungmin. —dio un paso hacia él— ¡Aléjate de ambos, ¿entiendes?!
Y de repente recordó el vídeo de ayer.
— ¡Ninguno de ellos dos tiene que estar soportandote, Felix! —levantó el tono de voz—. ¡¿No lo entiendes?!
— ¡Seungmin era mi amigo antes de que...!
— ¡Pues ya no más! —le interrumpió—. Cállate y obedece, te dije que no habría tercera advertencia.
Su voz y tono tan frío, cruel y con tanto odio le confundía bastante a Felix, era tan increíble, TAN INCREÍBLE lo falso que podía ser.
— Jeongin por favor... —se acercó a él.
Pero el pelinegro le sujetó del hombro y lo empujó hacia abajo, haciendo que Felix cayera de rodillas.
— Ni aunque me supliques de rodillas.
Le soltó y se dio la vuelta, pero Felix comenzó a hablar:
— ¡¿Y qué con todo lo que me dijiste en París?! ¡Cuando fuimos a ese bar juntos, cuando reímos juntos! —aún en el suelo esperó que el menor volteara, cosa que hizo.
— ¿De qué mierda estás hablando? —le miró de abajo hacia arriba—. Ridículo...
Siguió su camino y subió a la camioneta. Inmediatamente la barrera de guardias se desmoronó cuando los mismos subieron a las otras camionetas de ahí. Los estudiantes siguieron éstas tal cual un fan siguiendo a una celebridad, y Minho y Jisung se acercaron al pecoso que seguía de rodillas.
Dentro del edificio, Changbin miró al rubio en el piso y dudó en ir a él, había presenciado todo pues Jeongin no se opuso a que el mayor (Bin) estuviera cerca.
— ¿Qué te dijo? —preguntó su hermano.
— Nada. —disimuló al sonreír— Sólo levanté mi mochila, la dejé caer al piso. —se puso de pie y rió nervioso— ¿Nos vamos?
"Cuando se ama a alguien, no es difícil sacrificar algo por esa persona, no es difícil buscar la solución a cualquier cosa sólo por ese alguien. Ni siquiera es difícil sacrificar la felicidad propia cuando se ama de verdad. El amor también se trata de sacrificar incluso tu vida”.
Cerró su libreta y esperó a que los demás aplaudieran por su escrito. La profesora se acercó con una enorme sonrisa en sus labios y se posicionó junto al rubio.
— Muy bien, Felix. —le felicitó y el menor le respondió con una sonrisa— Me alegra que hayas tomado los puntos extras, puedes sentarte.
Una semana, ya había pasado una semana entera. Hyunjin no había regresado a la universidad, y él (Felix) tomó clases extras para poder estar ocupado y tener la excusa perfecta para no estar cerca de Seungmin. A veces podía ver por la ventana que Jeongin iba algunos días y junto a él se iba su amigo.
Una semana en la que una de las únicas personas con la que hablaba era Jisung ya que éste solía visitarlo en las clases para llevarle comida y así comían juntos. Ni siquiera había hablado con su hermano, debido a la apretada agenda de éste le era fácil no hablar con él, en cambio con Chan era más complicado... Pero sólo le decía estar cansado para librarse del interrogatorio.
— Me gustó mucho lo que escribiste. —dijo Jisung mirándole desde atrás con una amplia sonrisa.
El pecoso estaba haciendo una pintura un poco diferente (por no decir extraña).
— Gracias... —apenas pudo oírse.
— ¿Sobre qué es tu pintura?
— Es de psicología... El profesor quiere que expresemos nuestro punto de vista algún transtorno.
— ¿Y qué elegiste?
— Creo que se llama múltiple personalidad. —respondió no tan seguro— Me parece sorprendente como una persona puede... Ser tan falsa.
Aunque sabía que el transtorno era diferente a ser "falsa", en realidad había elegido eso sólo para plasmar cómo veía a Jeongin, una persona tan falsa.
Antes de que Jisung pudiera decir algo más, la puerta se abrió.
— Aquí están los cafés. —dejó los dichos sobre una de las mesas.
— Gracias Changbin. —el pecoso le sonrió suavemente por unos segundos.
Y la otra única persona con la que hablaba era Changbin. Para sorpresa de todos, éste también estaba en la mayoría de clases extras en las que Felix entró y poco a poco volvieron a... ¿Acercarse? Claro que Jisung no estaba tan feliz con eso, pero no podía hacer algo.
— ¿Terminaste el cuadro? —le preguntó acercándose para ver.
— Eso creo. —se apartó un poco para que lo viera— Siento que puedo agregarle más pero... Estoy sin ideas.
— No te preocupes mucho. —apoyó la mano en el hombro ajeno— Aún faltan muchos días para entregarla, relájate.
Felix suspiró y asintió antes de tomar asiento, seguido de eso Changbin se sentó a su lado y Jisung se acercó junto a su silla.
— ¿Quieres ir a casa? —cuestionó el castaño.
— Es mejor si me voy solo, quiero caminar solo un rato. —le dio un sorbo a su café y no pudo evitar sonreír levemente por el dulce sabor.
Algo que tenía que reconocer era que Changbin sabía perfectamente cómo le gustaba el café, daba siempre en el punto indicado.
— Lloverá pronto, ¿estás seguro? —esta vez el pelinegro preguntó.
— Sí, pero gracias por estar aquí hoy, chicos. —les sonrió a ambos y después se levantó, colgando su mochila en su hombro— Nos vemos después.
— Ve con cuidado.
Salió del aula y Jisung y Changbin intercambiaron miradas en silencio por unos segundos, después el castaño rodó los ojos y se puso se pie también para irse.
— Sabes que estoy haciendo las cosas bien.
— Un año y medio tarde.
Por otra parte, Felix caminó mirando el suelo, era tarde, el cielo estaba nublado lo cual hacía que todo a su alrededor se viera de un tono gris, ahí se arrepintió de no haber llevado sombrilla así que se detuvo frente a uno de los parques de la ciudad con río y en una de las bancas abrió su mochila para buscar algo con lo que podría cubrirse, quizás otra camisa o un suéter pero no encontró nada.
Al levantar su mochila ésta se volcó y eso hizo que todas sus cosas cayeran al suelo, el pecoso suspiró profundamente y se agachó para recoger todo y guardarlo otra vez, pero no tardó en ver un par de anillos y una pulsera a su costado.
Yo Hwang Hyunjin te prometo a ti Lee Felix casarme contigo.
El eco de la voz de su exnovio resonó un par de veces en su cabeza. Y de repente todos los recuerdos estuvieron presentes en su mente y las caricias y besos en su piel. Cerró sus ojos recordando todo.
Nadie debería renunciar a la persona que ama, todos deberíamos luchar por quien en verdad amamos, y la única persona que nos puede detener es esa persona.
Recordó a Jisung, recordó esa noche en la que todo cambió, todo.
¿Qué vería él en ti, Felix? No me encontrará en ti.
Y también recordó a Jeongin... Yang Jeongin. Todas sus palabras falsas, sus sonrisas, sus sentimientos, sus órdenes.
Sé que Chan es tu alma gemela pero te amo de una forma tan grande y especial, bonito. En otra vida te prometo que seremos almas gemelas, tú serás my soulmate.
Nuevamente la voz de Hyunjin.
Rápidamente terminó todo de guardar todo y cuando se colgó su mochila comenzó a correr en otra dirección pues se estaba dirigiendo al río Han al principio. La lluvia no tardó en llegar así que intentó apresurarse lo más que pudo, los taxis comenzaron a llenarse así que le fue imposible solicitar uno.
Apenas llegó a la parada de autobús se subió a uno y luego de pagar se sentó. Con sus manos y camisa intentó secar su rostro, evidentemente estos también estaban mojados así que no sirvió de mucho. Miró por la ventana esperando que así se pasara más rápido el tiempo, la poca luz estaba desapareciendo poco a poco hasta que todo oscureció.
— ¡Bajan, bajan! —presionó el botón un par de veces rápidamente al llegar a su destino—. ¡Gracias!
Bajó cuando las puertas se abrieron y de nueva cuenta empezó a correr, no estaba tan lejos ya pero por la lluvia debía darse prisa.
Antes de llegar se escondió detrás de un árbol cuando vio que algunas personas estaban entrando a la casa.
— ¡Ps, Jihyo! —trató de llamar su atención—. ¡Jihyo!
La chica volteó hacia atrás buscando al dueño de la voz pero no fue hasta que Felix se asomó un poco que se dio cuenta del pecoso así que pidió a sus acompañantes que le disculparan un momento antes de acercarse al menor.
— ¿Qué hace aquí? —preguntó sorprendida—. ¡Está lloviendo!
— ¡Necesito tu ayuda!
— ¿Qué? ¿Para qué?
— Para ver a Hyunjin.
— ¿Está loco? ¿Ahora mismo?
— ¡Por favor!
Jihyo miró detrás de ella a los guardias, afortunadamente por ahora eran guardias de la familia Kim, sabía que no sería difícil ingresar a la propiedad, pero sí al interior de la casa.
Además, ¿iba a hacerlo? Se hizo un mega escándalo que incluso a esas alturas el ambiente dentro era algo incómodo.
“Terminó conmigo”.
Jihyo recordó a su jefe, y tras eso lo que Felix le preguntó ese mismo día, si había o hubo algo entre Jeongin y Hyunjin, quizás si su respuesta hubiera sido diferente nada de eso habría pasado.
— Venga por favor. —se quitó su propio saco y lo puso sobre los hombros ajenos antes de sacar una pequeña radio que tenía en su bolso— Yugyeom, por favor dile a Mina que te dejé la escalera en la jardinera uno.
— ¿La escalera para el jardín?
Pudo oír a su compañero.
— Sí, es una emergencia. Por favor ponla en la jardinera uno, allá te explico. —guardó el radio y suspiró—. Sígame.
La chica en compañía del menor fueron a la entrada, los guardias no hicieron ni una pregunta, sólo observaron al pecoso cuando la mayor les dijo que iba con ella. Una vez dentro le tomó del brazo para llevarlo por las flores altas y así no ser visto por si alguien se fijaba por alguna ventana.
Felix caminó con cuidado hasta el frente del jardín, donde había una escalera que subía al balcón de la habitación de Hyunjin.
— ¿Q... Qué hace él aquí? —Yugyeom miró al pecoso.
— Shh, eso no importa, ¡ayúdame a que suba, rápido!
— ¿Hyunjin lo sabe? —volvió a cuestionar el castaño.
— ¡Aún no, ahora apúrate y sube! —ordenó la chica.
— ¡¿Yo?!
— ¡Sí, tú! El balcón está muy alto, Felix no lo alcanzará así que tendrás que ayudarle. ¡Apúrate!
Yugyeom acató sus órdenes algo dudoso, subió por las escaleras y se sentó en el último escalón, en verdad estaba más alto el balcón que ni de pie podría alcanzarlo, ahora entendía a qué se refería la mayor.
Vio a Felix subir con cuidado y una vez hasta arriba éste permaneció de pie.
— Con mucho cuidado apoya tu pie en mis manos, te impulsare hacia arriba, ¿de acuerdo? ¡Por favor ten mucho cuidado o ambos vamos a morir aquí! —suplicó con miedo.
— D... De acuerdo. —también estaba asustado.
Debajo de ellos, Jihyo empezó a lanzar pequeñas piedras al balcón, haciendo que éstas golpearan contra la puerta de cristal del mismo y así poder llamar la atención de Hyunjin.
Y tal cual dijo Yugyeom, puso ambas manos y Felix apoyó su pie derecho en éstas, el espacio de la escalera era muy pequeño así que debían tener muchísimo cuidado en serio. Luego de unos segundos, el castaño impulsó al pecoso con fuerza y éste se sujetó fuertemente del balcón, apoyando su pie izquierdo en el suelo del mismo cuando logró alcanzarlo.
— ¡Dios, ¿ahora cómo subo?! —se aferró con fuerza.
— ¿Quién está lanzando piedras a...?
La puerta del balcón se abrió y Hyunjin se detuvo al mirar a Felix casi colgando del balcón, mientras, el pecoso sólo le sonrió.
— Hola.
— ... ¿Qué estás haciendo? —preguntó confundido.
— Me confundí de dirección. —respondió sintiendo sus manos temblar.
Fue entonces cuando el mayor reaccionó y rápidamente fue a él para tomarle de las manos y jalarlo a él, logrando que ambos cayeran al suelo abrazados.
Finalmente Felix pudo respirar aliviado no sólo por haberse casi matado ahí, sino también por estar en brazos del mayor, después de una larga semana ya se sentía en paz, justo en ese momento.
— ¿Estás bien? ¿Te lastimaste? —lo apartó un poco para mirarle y el menor negó—. ¿Por el balcón? ¿Es en serio?
— Necesitaba verte. —se levantó poco a poco, ayudando al mayor a hacerlo también— Y sabes que no puedo entrar por la puerta...
— Felix...
— Por favor escúchame. —le interrumpió— Sé que no tengo derecho a pedirte eso cuando no te dejé hablar ese día, pero ahora soy yo el que tiene que hablar contigo.
Hyunjin suspiró y le invitó a entrar, esta vez no tomó su mano para llevarlo hasta la cama, pidiéndole que tome asiento ahí. El pecoso se sentó y vio como el mayor le buscaba una toalla para que Felix pudiera secarse.
Después se sentó a su lado y esperó en silencio a que el pecoso decidiera hablar, lo cual le tomó algunos segundos.
— En serio lo lamento. —fue lo primero que dijo— Lamento tanto el cómo te traté y lamento mucho haber tomado esa decisión sin ni siquiera hablarlo antes o tomar en cuenta lo que tú sentías.
Descendió un poco su mirada.
— Estaba tan... Asustado, agobiado. —otra vez le miró— Creí que lo mejor para ti era que yo no estuviera en tu vida, ¡y lo sé! —dijo antes de que el mayor dijera algo—. Sé que no tengo el derecho de decidir que está bien para ti, es sólo que... Quería verte feliz.
Se refería a la universidad y lo feliz que era Hyunjin en ella, pero no lo mencionó.
— Tú eres Hwang Hyunjin, eres... Un chico famoso, muy famoso, ¿por qué yo? —quiso acercarse pero se contuvo—. ¿Qué tengo yo que no tiene algún chico de tu mismo nivel social y económico?
¿Qué tengo yo que no tenga Jeongin?
— Aún con esas dudas... —aclaró su garganta— Aún con esos pensamientos y con todos los obstáculos quiero estar contigo, no quiero renunciar a ti.
Las palabras de Jisung recobraron sentido en ese momento, así que tras tomar valor e inhalar profundamente, habló:
— Te amo Hyunjin, te amo y no voy a renunciar a ti porque te amo. —otra vez esa necesidad de estar cerca— Me niego a estar sin ti, me niego a...
Guardó silencio, se negaba a aceptar que la madre de Hwang y Jeongin hicieran con él lo que quisieran, ¿pero cómo decir eso? Entendía que vivían juntos, podría ocasionar problemas y no quería.
— No tienes porqué explicarme todo. —finalmente habló Hyunjin al ver que el menor no podía hacerlo— Hiciste lo que creíste correcto para ti, y lo hiciste por una razón. Quizás ahora no me la digas, quizás en el futuro no, pero sé que tus intenciones no eran lastimarme ni hacerme daño.
— No lo eran. —negó rápidamente con la cabeza— Era lo que menos quería, pero... Lo lamento.
— Está bien, bonito. —se acercó a acariciar suavemente su rostro— Estás aquí, estamos aquí dispuestos a seguir, es lo que importa.
Pero una nueva "duda" o mejor dicho, situación surgió en la mente de Felix, así que se alejó un poco para apartar el tacto de su rostro de la mano ajena.
— Hay algo que tienes que saber...
— ¿Qué es?
El menor tragó saliva duramos y exhaló en silencio, sintió sus manos sudar y temblar, y su corazón latir rápido pero no por el mayor, sino por el miedo.
— Ese día... —ambos sabían qué día— Me fui con Jisung.
— Sí, eso lo sé.
— Fuimos a su casa, jugamos unas horas y después cocinamos juntos. —apartó su mirada al no tener el valor de confesarlo— Y... Nos besamos.
Hyunjin permaneció en silencio unos segundos, sinceramente no le sorprendía, se esperaba algo así, sólo se quedó callado para asimilarlo en serio.
— Continúa.
— Me dijo que quería luchar por mí, me dijo que me amaba y... Volvimos a besarnos. —cerró sus ojos y suspiró— Me llevó a su habitación y...
— ¿Estuvieron juntos?
El tono tan suave y tranquilo con el que preguntó eso le hizo sentir peor. Por los primeros segundos no pudo responder, sentía sus labios temblar de tan sólo intentar contestar, pero fue hasta que sintió la mano ajena sobre la suya que volvió a abrir sus ojos para mirarle.
— No. —confesó— No pude... —volvió a suspirar— Mientras besaba mi cuello, sus manos estaban abrazándome con fuerza, cerré los ojos tratando de dejarme llevar, no sé si quería eso o no, traté de relajarme pero cuando una de sus manos tocó la piel de mi cintura no pude seguir.
— Es... Espera, Jisung. —dije tomando sus hombros para apartarlo de mí— Perdón, no... No puedo, lo siento...
— No te disculpes. —dijo con un tono delicado— No estás obligado a nada, lo siento. Yo me dejé llevar.
Casi de inmediato se apartó de mí y se sentó en el borde de la cama para alcanzar su camisa y volver a ponérsela.
— Después sólo me acompañó a casa y... —negó con su cabeza— Pasó una semana.
— ¿Por qué te detuviste?
— Porque cuando sentí el primer roce recordé la manera en la que tú... —buscó las palabras adecuadas— La manera en la que tú me acaricias.
— ¿Fue muy diferente?
— Te amo a ti. —respondió de inmediato— No importa quien me toque, Hyunjin... Tus caricias, tus roces son únicos porque te amo a ti.
Y el mayor no pudo ocultar su sonrisa.
— Me alegra saber que recuerdas mis caricias. —le tomó la mano para besar ésta pero se percató de los anillos, sonriendo aún más ampliamente— Y mis promesas.
— Tienes que casarte conmigo, así que no voy a dejarte ir. —sonrió cuando su enamorado le besó los nudillos— Y sobre los medios... No me importan, al contrario, quiero que todos sepan que soy tuyo, todo tuyo.
Hyunjin se acercó más al oírlo y tras tomar su rostro besó sus labios suavemente y con pasión, queriéndole entregar todo ese amor que durante toda una semana no pudo, y por supuesto, fue correspondido.
— Quédate esta noche. —susurró sobre sus labios— Quédate conmigo esta noche.
— ¿Qué hay de tu madre y de los demás? —rodeó el cuello foráneo con ambos brazos.
— A la mierda el mundo, sólo me importas tú. —le rodeó la cintura fuertemente— Bonito, quédate.
Felix sonrió feliz y asintió un par de veces.
— Me quedaré.
Volvieron a besarse.
• Holi, espero estén teniendo una linda mañana/tarde/noche y que estén disfrutando de ésta.<3
Perdonen si tuve algún error ortográfico o en la redacción, si es así pueden decirme y lo editare.
Estoy aprovechando estos días que tengo inspiración para poder escribir los capítulos, ya faltan como diez para que la historia termine y estoy bien emocionada.<3
También quería agradecerles por las 57k leídas, la historia está subiendo como espuma y eso de verdad me hace demasiado feliz, me alegra mucho que les guste.
Muchas gracias por leer, votar y comentar. Siempre trato de responderles, y si a veces no puedo es porque wattpad no me deja jaja.</3
Espero les haya gustado.
¡Una vez más gracias por leer!
¡Hasta luego!
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