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010: Juntos.

— El autobús llegará en unos segundos. —dijo Rachel mirando los horarios en la pantalla de su celular.

— ¿Autobús? —Hyunjin se giró a Felix.

— Síp, el autobús. —respondió con una sonrisa.

El transporte llegó tal y como lo dijo la mayor, ésta junto a la hermana menor subieron pero Hyunjin se quedó mirando unos segundos al pecoso, jamás había tomado uno.

— ¿No manejas?

— No. —sonrió confundido—. No te dejan manejar el autobús, Hyunjin. —tomó la mano del mayor y subió rápidamente.

— Se tiene que pagar, ¿Cierto? —de su chaqueta sacó su billetera y antes de que el menor pudiera pagar echó un billete de 100 dólares a una pequeña cajita junto a la máquina de tarjetas.

— ¡Hyunjin qué...! —le jalo suavemente para alcanzar la cajita y así sacar el billete, pero el de cabello largo lo apartó.

— Bonito, el conductor está haciendo un grandioso trabajo, deja que se quede con el cambio. —le sonrió dulcemente antes de empujarlo con sutileza a los asientos libres.

Sentadas al final del autobús, sus hermanas miraban sorprendidas lo que había pasado.

— Pero ya había pagado por los cuatro... —murmuró Rachel.

Felix se sentó junto a la ventana y a su lado Hyunjin tomó asiento, el pecoso seguía sujetando el brazo foráneo pues no se había dado cuenta que seguía haciéndolo, aún así; Al mayor no le molestó.

— Lamento si es de repente mi pregunta, pero —su compañero lo miró tras oírlo—, ¿Puedo preguntar sobre tu familia? Tus hermanas viven en Australia y tú eres de allá. —con su mano libre acomodó el cabello ajeno detrás de la oreja del mismo—. Si no quieres responder está bien, bonito.

— No te preocupes. —le sonrió—. Mi mamá es de Jeju pero comenzó a trabajar como azafata, por lo que viajaba por todo el mundo, y en uno de los vuelos conoció a mi padre. —deslizó su mano para tomar la ajena y entrelazar sus dedos—. Es una historia graciosa porque —no pudo evitar reír un poco— mi padre cuenta que se enamoró a primera vista, pero que no se atrevió a pedirle el número, así que desesperado empezó a viajar de Australia a Corea con la esperanza de encontrar a mi mamá.

— ¿De verdad? —preguntó sorprendido.

Felix asintió.

— Mi padre en ese tiempo estudiaba la universidad, así que por el tiempo y el dinero tuvo que dejar de viajar. —bajó su mirada a sus manos unidas—. Pero un día, después de dos años, él se encontraba haciendo sus prácticas en el aeropuerto. Es oficial de policía, y en ese tiempo asignaban a los estudiantes a ciertas áreas, mi padre eligió el aeropuerto por mi madre, decía que algún día la vería y así fue.

Levantó su cabeza para volver a mirar a Hyunjin y sonreír cuando ambos cruzaron miradas.

— Se volvieron a encontrar, ahí fue cuando mi padre decidió no dejarla ir. Tiempo después mi madre cayó enamorada de él, decidieron casarse en Australia y nació mi hermana. —miró de reojo a la mayor, quien intentaba quitarle a Olivia un pastelillo.

— Es increíble. —comentó sonriendo—. Entre tantas personas en un aeropuerto, entre tantas posibilidades volvieron a juntarse.

— Lo sé, estaban destinados.

— Anteriormente dijiste que tus padres y los de Chan eran amigos de la infancia, ¿No? —ladeó su rostro ligeramente.

— ¡Oh, sí! —emocionado se acomodó en el asiento—. ¡Porque sorprendentemente lo son! Los padres de Chan asistieron a la misma escuela que mi padre, ellos empezaron a salir desde secundaria, pero su padre tuvo que viajar varias veces a Jeju porque tenía familia allí, y llevaba a la madre de Chan con él. —el mayor asintió—. Y como mi madre es de ahí se conocieron, y cada vez que los padres de Chan viajaban veían a mi madre. —sonrió.

— Es realmente fascinante. —murmuró—. Que pequeño es el mundo.

— Exacto~. —soltó un ligero suspiro—. Actualmente nuestros padres están en Australia, viven en frente así que conviven demasiado, somos como una gran familia. —sonrió.

— Que agradable tener una familia tan bonita. —también sonrió—. Tú, tus hermanas y Chan son personas muy dulces, seguramente sus padres y los hermanos de Chan también.

— Lo son, Hannah y Lucas son adorables. —rió levemente—. Y nuestros padres son muy amables. Serían capaces de mudarse juntos si vivieran a lado pero como no es así ya casi quieren construir un puente que conecte ambas casas.

Ambos rieron.

— ¿Y tu familia? —ahora preguntó Felix— Bueno, he seguido a tus padres por mucho tiempo, pero sólo he visto la parte que muestran frente a las cámaras, no lo que pasa detrás de ellas. —acarició la mano ajena—. Sólo si quieres decirme, claro...

Hyunjin sonrió con dulzura y suspiró sutilmente mientras mantenía su mirada fija en los ojos del menor.

— Son distantes. —contestó—. Esa sería la palabra con la que describiría a mi familia. Probablemente cuando se revele mi identidad ellos finjan tener una buena relación conmigo pero la realidad es que casi no hay comunicación, ni tiempo en familia.

Se acomodó en su asiento y esta vez miró al frente, enfocandose en cualquier punto del autobús para poder recordar las pocas veces que hizo algo junto a su familia, pero ningún recuerdo era bueno.

— La última vez que comimos juntos fue hace dos meses, cuando se decidió la fecha para la revelación, y ni siquiera estábamos solos, las otras dos familias estaban allí. —ahora miró por la ventana del lado contrario a Felix—. Los recuerdos de los momentos que hemos pasado juntos sólo son cuando los acompañaba a las sesiones de fotos que por cierto odiaba... —murmuró lo último para no crear malos entendidos.

— ¿De verdad son tan... —buscó la definición adecuada— imprudentes?

Hyunjin asintió.

— Felix, como te había mencionado antes; Mi vida no es color de rosa. —otra vez miró a su compañero—. Antes de conocerte no tenía ningún amigo, excluyendo a los hijos de las dos familias, claro. Tratar con ellos es... Complicado. —a pesar de lo triste de sus palabras su rostro emitía una ligera sonrisa—. Jihyo y mis empleados eran mi única compañía.

— Lamento oír eso... —al no saber qué decir o hacer descendió su mirada—. No puedo imaginar lo complicado que fue para ti crecer en un ambiente tan solitario, lo siento.

— ¿Por qué te disculpas, bonito? —una pequeña risa se escapó de sus labios— Tú no has hecho nada malo, al contrario. —con dos de sus dedos alzó el rostro foráneo mediante su barbilla hasta lograr conectar sus miradas otra vez—. Tu compañía ha sido lo mejor que ha podido llegar a mi vida, y tú eres la razón por la que no tengo miedo de seguir caminando por el camino donde voy. —dulcemente le sonrió.

Felix sintió su rostro calentarse lentamente al mismo tiempo en que su pecho le daba cosquillas debido a que Hyunjin hablaba de una forma hermosa y única, le sorprendía cada vez más lo puro que era; Y también iba a admitir que le agradaba esa sinceridad aunque en algún punto le aterraba también.

Antes de que pudiera decir algo más escuchó como el timbre había sonado, indicando que su hermana mayor había solicitado que el autobús se detuviera, lo cual ocurrió a los segundos tras llegar a su destino.

— Vámonos. —dijo Rachel tomando la atención de ambos.

— Oh, por supuesto. Muchas gracias, linda. —respondió Hyunjin poniéndose de pie.

El pecoso también se levantó (ya que sus manos seguían unidas) y simplemente siguió a Hyunjin en silencio quien seguía a Rachel también en un silencio pero diferente al de él, ya que el mayor parecía tan neutral como siempre, mientras Felix seguía un poco apenado por las palabras que el de cabellera larga le había dicho. No era justo que sólo él se viera "afectado" por esas palabras, ¿Verdad?

Continuaron caminando hasta que la hermana menor seleccionó un sitio para poder sentarse, no estaba lejos del agua pero sí lo suficiente para poder apreciar el río.

Luego con mucho cuidado Rachel con la ayuda de Olivia y Felix comenzaron a sacar la comida con cuidado. Hyunjin parecía tan fascinado con la vista del agua cristalina, pues había estado observándola todo el rato en que los hermanos tardaron en acomodar todo.

— ¿Estás bien, Hyunjin? —preguntó Felix acercándose a él antes de poner una mano sobre su hombro.

— Sí, por supuesto que sí. —respondió sin mirarlo—. Es la primera vez que veo en persona el río. —se volteó al pecoso, quien se sorprendió al oírlo.

— ¿De verdad?

— Sí. —sonrió al ver como el aire movía sutilmente el cabello del pecoso—. Antes no podía salir solo, tenía que hacerlo en compañía de mis padres y sólo si era por cuestiones de trabajo. —subió su diestra para acomodar uno de los mechones foráneos detrás de la oreja del mismo—. Así que cuando iba a playas o a sitios hermosos no podía disfrutar del lugar.

— Disculpa si me meto en su conversación o si sueno muy imprudente pero. —escucharon decir a Rachel quien ya estaba lo suficientemente cerca de ellos cuando la voltearon a ver—. ¿Cómo pudiste soportar todo eso?

Felix rápidamente miró de reojo a Hyunjin ya que su hermana no sabía quién era en realidad, suponía que el mayor no quería que supiera, o tal vez sí, pero eso no era algo que el pecoso iba a decidir.

— Bueno, Rachel. —giró un poco su cuerpo a ella—. No siempre hay familias amorosas. —respondió sonriéndole—. A mis padres les importa más la apariencia y el "qué dirán."

— Que difícil debe ser eso... —murmuró sintiendo lástima aunque no lo admitió.

— ¡Lix! —de repente llamó Olivia— ¿Puedes llevarme a ver el río? —preguntó jalando de la camisa de su hermano repetidas veces.

— ¿Te sigue dando miedo el agua pero no le temes a los miles de insectos que habitan en tu país? —cuestionó mirando a la menor pero no dejó que respondiera— Bien, vamos. —la tomó de la mano—. Ya vuelvo.

Hyunjin y Rachel admiraron como ambos se iban alejando, pero la chica esperó a que estuvieran lo suficientemente lejos para continuar la conversación en la que se había colado, sólo que ahora antes de hacerlo tomó asiento en la manta que habían puesto sobre el césped, invitando al rubio a sentarse cuando sus miradas cruzaron.

— Probablemente digas que soy una entrometida y que no es de mi importancia pero. —suspiró—. ¿Por qué aceptas esos tratos de tu familia? Sabes a qué me refiero, ¿No?

— No pensé eso de ti, tranquila. —le regaló una sonrisa—. Y respondiendo a tu pregunta, no lo hago. No acepto que sean así conmigo, ¿Por qué crees que estoy en una universidad pública viniendo de una familia millonaria que sólo le importa las críticas ajenas y las apariencias? No soy como ellos, y no seguí sus reglas.

— ¿No has pensando en irte de casa?

— Por supuesto, sin embargo; No puedo. —la mayor lo miró confundida—. Mis padres tienen un negocio muy grande y tengo un contrato que me amarra a ellos, básicamente mi "imagen" —hizo comillas— les pertenece, y ya que pronto voy a trabajar oficialmente con ellos debo permanecer allí.

— ¿Y no te cansa? —murmuró seriamente pero no por molestia, sino por sorpresa— No tener tu propia libertad, no poder ser tú mismo... ¿Cómo puedes estar bien con ello?

— Tampoco lo estoy... —respondió bajando su mirada un poco—. Y claro que me cansa, me cansaba... —dirigió su vista al pecoso quien estaba jugando con su hermana cerca del agua—. Créeme que hubo un punto donde iba a tirar todo por la ventana y salir de ahí sin importarme las consecuencias, pero —sonrió— cuando conocí a Felix fue como si de repente pudiera continuar con todo.

— ¿Qué?

— Mis padres creen que las personas que no son de nuestra misma clase social son... Interesadas. —dijo sin apartar la vista—. Y probablemente algunas sí lo son, pero con Felix quiero demostrarle a mis padres que se equivocan, él es tan sincero e inocente que... —detuvo sus palabras—. Felix me regresó la seguridad que por mucho tiempo estuve perdiendo.

— Pero ustedes... Se acaban de conocer.

— ¿Alguna vez has tenido la sensación de conocer a una persona de toda la vida a pesar de no haber intercambiado ni una sola palabra con ella? —hizo contacto visual con la chica y sonrió—. Eso sentí cuando vi por primera vez a Felix.

Rachel también sonrió tras oírlo.

— Me alegra tanto que seas amigo de mi hermano, Hyunjin. —tomó su mano como forma de agradecimiento—. Obviamente te habrás dado cuenta de que Felix es muy sensible y que ha pasado por algo tan cruel en el pasado, por ello sus amigos y familia intentamos cuidarlo de todos.

Hyunjin correspondió al agarre de manos y con sutileza besó los nudillos de la chica.

— Lo entiendo perfectamente, y créeme que jamás me atrevería a hacerle daño. —acarició la mano ajena—. No podría perdonarme si algún día inconscientemente lo hago.

— Por favor cuida de él las veces que tengas oportunidad, si pudiera estar cerca de él sin duda lo protegería pero no puedo abandonar Australia ahora. —una sonrisa apareció en sus labios tras suplicar—. Sé que contigo estará bien.

— Espero que así sea.

Antes de alguno pudiera decir algo más, Felix regresó como si estuviera huyendo de su hermana menor y la realidad era que así era.

— No puedo con ella, ¡Quiere ahogarme! Rachel, es tu turno. —antes de que su hermana se opusiera tomó asiento.

Pero la mayor sólo rió.

— Es fácil lidiar con ella, Lix. —se puso de pie tras soltar la mano de Hyunjin—. Sólo tienes que ahogarla primero.

Caminó a la menor, quién al verla inmediatamente salió corriendo por toda la orilla del río mientras Rachel la seguía hasta alcanzarla. Hyunjin no pudo evitar sonreír, nunca se había preguntado el cómo sería tener hermanos, pero en ese momento pensaba que un poco de compañía en casa no estaría mal.

— La puesta de sol no debe tardar. —habló Felix mientras se acercaba al mayor para sentarse a su lado—. Usualmente el sol se oculta después de las 7. —de la mochila de Olivia sacó un viejo celular.

— ¿Es el celular de tu hermana? —preguntó mirándolo.

Felix soltó una pequeña risa avergonzado.

— No... Es mío, en realidad. —se acomodó bien para que Hyunjin pudiera ver mejor el aparato—. Fue el primer celular que mi madre me compró. El que tenía antes lo perdí... Probablemente haya sido en la universidad, estaba muy alterado por mi cuaderno así que no me di cuenta. —se encogió de hombros.

— Espero que lo hayas dejado en mi casa, así te lo devolveré. —le sonrió.

— Esperemos... —dejó su celular a un lado y miró algunos postres que él mismo había horneado—. Por cierto... Te dije que horneaba, ¿Lo recuerdas?

— Claro que sí.

— Los postres que hay aquí, eh...

— ¿Los horneaste tú? —cuestionó emocionado sujetando la mano del menor.

Felix asintió en silencio. Anteriormente Seungwoo, el hermano mayor de Jisung le había preguntado el porqué estaba siendo estricto consigo mismo respecto a lo que horneaba ya que nunca había sido inseguro; Hasta ese momento, tenía miedo de que a Hyunjin no le gustará lo que horneaba y que fingiera que sí.

Observó como el mayor probaba los brownies y por unos instantes miró a sus hermanas en busca de apoyo, pero ambas ya estaban sentadas cerca del agua jugando con la misma mientras platicaban y reían, así que las destacó y volvió su vista al rubio.

— ¿Sabes? —finalmente habló—. Tus brownies son los mejores que he probado, incluso mejores que los de mi chef. —la enorme sonrisa en el rostro de Felix le hizo sonreír también.

— ¡¿De verdad?! —soltó con emoción— ¡Muchas gracias! —lo abrazó rápidamente y con fuerza, aferrándose a él con felicidad.

— Soy yo el que te da las gracias por dejarme probar tus postres, bonito. —correspondió su abrazo con cariño—. Eres increíble.

Al oírlo, inmediatamente se alejó un poco de él pero no mucho, sólo lo suficiente para poder mirarlo a los ojos.

— ¿Enserio piensas que soy increíble?

— No tengo dudas de ello. ¿Tú las tienes? —ladeó su rostro a un lado sin borrar su leve sonrisa.

Con cuidado y lentitud se apartó de él para poder darle su espacio y que la posición en la que estaban no se vuelva incómoda. Luego acomodó su propio cabello antes de aclarar su garganta.

— Yo no creo que sea increíble, Hyunjin... —descendió su mirada a sus propias manos, dándose cuenta de sus heridas así que asustado quiso ocultarlas disimuladamente poniéndolas bajo sus propias piernas—. Tengo muchos defectos...

— Al igual que todas las personas. —se inclinó al menor—. Para ser increíble no es necesario no cometer errores o no tener defectos. —al no obtener la mirada ajena suspiró suavemente—. Bonito, eres una persona increíble y eres tan hermoso, no dudes eso, por favor.

— Si lo dices tú debe ser cierto... —al fin hicieron contacto visual, ante esto no pudieron evitar sonreírse—. Tú eres precioso...

— Aprecio eso. —buscó la mano ajena hasta tomarla antes de acercarla a su boca para besar ésta, pero antes de hacerlo se apartó un poco cuando sobre su piel notó las heridas—. ¿Te lastimaste?

Felix guardó silencio.

— ¿Bonito? —le llamó sutilmente.

— Suelo rasguñarme cuando estoy sobrepensando las cosas... —confesó apartando su mirada—. ¿Lo ves? No soy hermoso...

Hyunjin suspiró y sonrió.

— Sigues siendo hermoso para mí. —se inclinó a las manos impropias y besó las heridas sobre su piel.

Felix lo miró con tristeza y dolor, no quería que Hyunjin supiera sobre ese lado de él, y menos que vea un indicio de eso.

— Cuando te sientas mal y creas que todo está derrumbándose por favor búscame. —lentamente alzó su rostro para volver a mirarlo—. Estaré ahí si quieres ser escuchado, si quieres un consejo o si quieres estar en silencio.

Sintió una lágrima correr por su rostro así que rápidamente soltó las manos de Hyunjin para limpiar sus propias mejillas, inhalando profundamente tras hacerlo.

— Por favor... Deja de ser tan amable y... Detallista con tus palabras. —suplicó Felix antes de soltar una pequeña risa que contagió al mayor.

— En ese caso déjame ser detallista de otra forma.

Aprovechó el momento para entregarle el regalo que le tenía, así que sacó la pequeña caja de su bolsa y la abrió, mostrando así dos pulseras de plata con el borde de una pieza musical en el centro sin rellenar hecha con pequeños diamantes que brillaban; Y por supuesto, al revés de la pulsera el nombre de la marca Kiyang.

Felix al verlas se sorprendió ya que conocía esas pulseras, pero ese modelo específicamente el de las notas musicales (la cual era una corchea) jamás lo había visto en las versiones que la marca había lanzado.

— ¿De dónde...? —omitió su pregunta obvia—. ¿Cómo...? —también la omitió ya que de igual forma era obvio el cómo—. ¡¿Cuándo?!

— Digamos que siete horas son suficientes para que mis mejores trabajadores hagan dos pulseras especiales y específicas. —mostró una dulce sonrisa—. Elegí la corchea porque es el símbolo que... —el pecoso le interrumpió.

— Llevan los dos protagonistas del libro "My soulmate." —terminó con lo que el mayor iba a decir.

— Así es. —soltó una risa nervioso ya que su compañero seguía mirando con asombro las pulseras—. ¿Te gusta?

— ¡Por supuesto! Pero... —sacudió su cabeza varias veces—. ¡Pero Hyunjin, no te puedo aceptar eso! ¡Esas pulseras juntas valen más que todo el edificio en el que vivo!

—soltó una carcajada—. Por favor, bonito. ¿Vas a rechazarme?

— Bueno, si lo dices así... —se quejó balbuceando—. ¡Si, te voy a rechazar! —giró su rostro para no verlo.

Tras sonreír por la ternura ajena tomó una de las pulseras para ponérsela a él mismo en su diestra, después tomó la otra y aunque Felix forcejeo un poco logró ponerle también la suya en la mano izquierda, contraria a la suya.

Cuando el pecoso intentó quitársela, Hyunjin puso su mano sobre su muñeca, deteniéndolo.

— Bonito, son un diseño único, pedí que las hicieran específicamente para nosotros dos. —con su otra mano acarició la mejilla impropia, sonriéndole después con cariño—. Son especiales para mí, por favor no me rechaces.

— Hyunjin...

— Solamente quiero que seas tú quien porte la otra pulsera.

Rendido suspiro y asintió, pero después sonrió agradecido y miró la pulsera.

— Es realmente hermosa... —murmuró acurrucándose en la mano ajena—. Muchas gracias, Hyunjin. —hicieron contacto visual.

— No tienes nada qué agradecer. —de igual forma habló con un tono más sutil y bajo debido a que se encontraban más cerca que antes.

Y gracias a esa misma cercanía Hyunjin miró los labios del menor por unos largos segundos, segundos en los que Felix se dio cuenta pero no pudo evitar hacer lo mismo, los labios del mayor eran tan atractivos (como todo de él, claro) y llamativos; Fue en ese pensamiento cuando sintió su cuerpo temblar al percibir las caricias en su rostro dadas por Hyunjin.

Ambos disfrutaban de la cercanía, no iban a negar eso; La calidez que poco a poco pudieron percibir de su acompañante era tan agradable que cerraron sus ojos para disfrutarla mejor. Felix con cuidado deslizó una de sus manos hasta el hombro ajeno, mientras Hyunjin continuaba acariciando el rostro del pecoso al igual que sus nudillos cuando sus dedos se entrelazaron.

Continuaron acercándose hasta sentir sus respiraciones mezclarse y sus narices rozar suavemente, pero antes de que su compañero hiciera el siguiente movimiento, Felix juntó sus frentes y suspiró con cuidado antes de susurrar:

— El sol se está ocultando...

• ¡Holi! Espero estén teniendo una linda mañana/tarde/noche y que estén disfrutando de ésta.
Perdonen si tuve algún error ortográfico o en la redacción, si es así pueden decirme y lo editare.

Quise subirlo cuando ya tuviera el próximo capítulo listo pero la inspiración no me fluye así que decidí actualizar de una vez. Intentaré traerles el próximo capítulo en esta semana.
Muchas gracias por leer y por todo el apoyo que le están dando a la historia, me alegra y hace feliz que les guste leerla como a mí me gusta escribirla.<3 Muchas gracias de verdad.
¡Hasta luego!
♥︎

© CB97ONEB

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