🎀 I. Ribbon - Idol AU 🎀
—Quiero un listón.
Los niños son criaturas influenciables y de instintos sensibles, al más mínimo estímulo desagradable, se cierran ante los adultos, y Utahime había aprendido pronto que la escuela para la que trabajaba tenía una fortuna especialmente mala para siempre capturar a los niños más desconfiados de la ciudad. Ella siempre debe mantener la calma y la seguridad en sus gestos, de esa manera se había ganado la confianza de sus muchachos.
Pero cuando la nostálgica e impulsiva Mai Zen'nin se colocó sin previo aviso a un costado de su visión, apareciendo como una deformación del espacio y el tiempo, Utahime casi resbaló, apenas manteniéndose erguida para Kokichi-kun, quien estaba en silencio mientras que su maestra le atendía las heridas del brazo, la tercera esta semana, para un niño tan tranquilo como Kokichi Muta, este era todo un espectáculo, parecía que él había captado el patrón de los picos de su salud y había calculado que pronto iba a recaer de nuevo, así que estaba poniéndose en peligro para llevar una buena ración de aventuras antes de quedar en cama otro par de meses.
Despidió al pequeño Muta quien ubicó con la precisión de un radar incorporado a su compañera Kasumi-chan y arrastró sus pequeños pies en su dirección, agarrando un par de lápices para acompañarla como un cachorro perdido.
Y Mai seguía ahí, a los pies de Utahime, con su ceño fruncido y los brazos cruzados en un gesto que debería verse intimidante, pero con el puchero en sus labios solo la hacía ver rellena y suave.
—Miss —La niña llamó, quejándose, moviendo un pequeño pie con un suave pisotón que tenía la intención de transmitir seriedad. —Quiero un listón. Al igual que Miwa-chan.
Utahime guió su mirada hacia la nena de cabello turquesa, que estaba vibrando de felicidad cuando Kokichi-kun se unió a ella a colorear, el listón rosa pastel atado en una cola de caballo que realzaba sus rellenas y sonrojadas mejillas, la marca de Utahime brillando en ella.
La pequeña niña había estado mirando fijamente el propio listón lechoso de Utahime durante días, el anhelo de probar el estilo de su maestra era demasiado insistente para ignorarlo.
Entendía la necesidad de Miwa en parecer responsable y en control en cada momento, la mayor de todo un equipo de hermanos pequeños, había tratado de demostrar madurez desde el primer día, queriéndolo hacer todo por su cuenta y cayendo en tristeza cada vez que fallaba, hasta donde Utahime sabía, ella sola se arreglaba al mismo tiempo que ayudaba a su madre con sus hermanos pequeños, la falta de atención en su cabello y las ropas a veces descuidada lo secundaba; había sido entrañable y lleno de orgullo a Utahime saber que la pequeña confiaba en ella para ayudarla en algo tan sencillo como peinarla.
Ahora, no tenía idea que Mai también quería eso para ella. No parecía del estilo de Mai. Además que a diferencia de su compañera, ella siempre venía bastante arreglada, con tantos adornos que la niña se quitaba con disgusto y guardaba con cuidado en su lonchera. Los rasgos de una familia estricta y que le importaba mucho la apariencia estaba marcado en todas partes.
Los cabellos oscuros cayeron como una cascada a un lado cuando Utahime se arrodilló a la altura de Mai y ladeó la cabeza hacia la dirección de la niña.
—¿Quieres que te peine como Miwa-chan?
—No como Miwa-chan —Mai frunció el ceño, sus mejillas regordetas espolvoreadas con suave carmín, intentó mantenerse firme, pero fracasó cuando empezó a jugar con sus manos y continuó con suavidad, en un hilo de voz tímido. —Como Miss.
—¿Como yo?
La pequeña asintió, ahora veía al suelo y temblaba un poco, como si estuvieran a punto de ser regañada por la petición. El corazón de Utahime se sobresaltó ante la ruda y a veces grosera niña que se estaba derritiendo frente a ella.
Sin querer que la pequeña perdiera la chispa de valor, alcanzó el cepillo y un pequeño listón blanco. Se sentó en el suelo y le indicó que se acercara. Mai se detuvo a un par de pasos, sus manos ahora estaban pegadas a su pequeño pecho y le miraba desde detrás de las pestañas con vacilación, y un suave temblor que Utahime reconoció como temor al rechazo.
Utahime hizo vagamente memoria de la señora Zen'nin durante la reunión de padres. Largo cabello verde oscuro con ondas muy cuidadas, maquillaje y figura impecable, siempre tan unida y profesional, en verdad joven y de sonrisa arrogante, siempre manteniendo a Mai a una distancia como quien no quería que alguien pensara que en realidad tenía hijas, y la pequeña Mai, en silencio y quieta, tan diferente a la libertad y euforia del aula, que iba detrás de cada pequeño que se le cruzara, incluso si eran años mayores, traviesa y curiosa.
Utahime le hizo círculos en la espalda y la pequeña se relajó, trepando en las piernas de su maestra y acomodándose. Utahime tarareó mientras le cepillaba el cabello corto y la niña se unió a ella con balbuceos, ganando confianza, dándose cuenta que su maestra no iba a dejarla de lado o a enojarse con ella si era un poco inquieta.
Terminó la pequeña versión de su propio peinado y Mai pegó un salto, y corrió hacia la ventana que llevaba al patio donde podía ver su reflejo, dio vueltas sobre sí misma y lanzaba risillas, imitaba poses que probablemente había visto en su madre posando. Noritoshi-kun detuvo su lectura para levantar la cabeza ante la risa de Mai y se quedó congelado, sonrojándose un poco. Mai captó su mirada y levantó la barbilla con infantil orgullo, el nuevo peinando haciendo maravillas en su autoestima.
—¿Me veo bonita, Miss? —Utahime estaba a punto de lanzarle un cariñoso alago cuando Mai la interrumpió, su mirada oscura brillando. —¿Bonita como Miss?
Utahime mantuvo la boca entreabierta, sintiendo la picazón en sus manos de llevarla a su cara, rascando la larga cicatriz rasposa y con relieves que había terminado con su carrera de Idol hace un par de años. Había pasado tanto tiempo en el hospital, su autoestima y su voluntad hecha trizas, le había tomado mucho tiempo volver a salir y conseguir otro empleo, pero el miedo de que alguien la reconociera y la señalara seguía palpable. Había hechos las pases consigo misma, pero los halagos referentes a su apariencia todavía revolvían un poco los gusanos del tazón. Escuchar que una de sus alumnas, que había sido criada en una familia donde se explotaba e idolatraba la belleza femenina, pensaba que todavía con su cara estropeado era linda había hecho que su corazón se encogiera y las lágrimas se acumularan en las orillas de sus ojos. La sinceridad y la emoción de Mai atravesando su alma.
No estaba llorando frente a ninguno de sus alumnos de parvulario, por lo que se acercó y dio una cariñosa caricia en la mejilla de su alumna.
—No, Mai-chan es mucho más bonita.
Los alumnos a su espalda jadearon, y todos se levantaron para rodear a su maestra y decirle que ella era más bonita, incluso Mai parecía malhumorada por su confesión. Utahime hizo malabares para calmarlos y hacer que todos volvieran a sus lecciones.
...
Habían pasado un par de días después del evento de la cinta de Mai que creía que el asunto se había cerrado, hasta que vio a la hermana mayor de Mai asomarse a su salón de clases con mucha confianza. Como siempre, estaban tomadas de la mano. Mai y Maki estaban en salones diferentes, la segunda siempre había sido más independiente que la primera. Utahime podía recordar el llanto y luego los suspiros tristes de Mai al principio del año, cuando le explicaron que su gemela no estaría con ella, a veces colándose al salón de su colega cuando Utahime no veía. Satoru y ella habían tenido que tener siempre un ojo abierto porque ninguno de los dos podía evitar que la pequeña se escapara y reapareciera esporádicamente en un salón diferente, y cuando Maki la regañó y le dijo que no iba a volver a tomarse de las manos cuando venían de la escuela, entonces Mai se calmó a regañadientes.
Era irónico como ahora estaban tomadas de las manos y era Maki quien estaba invadiendo su salón de clases a escondidas de su profesor. Utahime pensó en cómo en cualquier momento, Satoru iba a darse cuenta que le faltaba uno de sus polluelos y empezaría la búsqueda. Pensó en enviarle un mensaje de texto antes de que sufriera un momentáneo ataque al corazón.
Pero antes de alcanzar su teléfono, las gemelas ya estaban frente a ella. Mai sonriente y sonrojada, y Maki con el ceño y la boca fruncidos, una expresión de desconfianza y alerta, casi apretando la mano de su hermanita en gesto protector en todo momento.
—Mai-chan dijo que cepillaste su cabello —Había algo en el gemelo mayor que siempre que hablaba parecía estar acusando y acorralando como si tuviera pruebas de un pecado. —Con un listón.
Su voz infantil sonaba con algo parecido a la aversión, curiosidad y cautela, como si el listón fuera un arma secreta para hacerle daño a su hermana y ella estuviera evaluando el nivel de peligro con cada palabra cuidadosamente planeada. Utahime tuvo que retener una sonrisa por lo mordazmente protectora de Maki. Era una buena niña, incluso si siempre intentaba intimidar a todos con una postura firme y una mayor madurez que probablemente no tenía.
—Así es.
—Y que a ella le gusto mucho —Continuó la pequeña Maki, su ceño de alguna manera profundizándose de manera anormal para un niño pequeño.
Utahime escondió su risa con una mano, empezando a captar la dirección de la conversación cuando Mai miró a su hermana y luego a su maestra de forma ansiosa: —Supongo que a ella le gusto.
—Y eso hizo que Mai se sintiera bonita y feliz —Maki arrugó los ojos. —Y que se parecía a ti, entonces-.
—Maki-chan quiere uno también —Terminó su hermana por ella, recibiendo una mirada enojada de Maki, pero Mai solo se encogió de hombros. —Un peinado con listón, como Miss Iori —Mai miró a su maestra, luego a su hermana y por último terminó mirando al suelo, apretando la mano de Maki y sacando los labios en un puchero. —Un peinado para vernos bonitas... —susurró.
Las niñas guardaron silencio mirando fijamente a Utahime, el zumbido de tensión vibrando en sus pequeños cuerpos.
Los labios de Utahime se extendieron en una amable y conmovida sonrisa: —Por supuesto, Maki-chan, por supuesto te peinaré también —El cuerpo de Maki se relajó un poco y ahora su hermana vibraba a su lado. —También te haré otro nuevo a ti, Mai-chan —La más pequeña de las hermanas todavía se retorcía, pero ahora de anticipación.
Utahime decidió peinar primero a Mai, en primer lugar porque sentía que la niña podía explotar de la anticipación y en segundo lugar, porque todavía sentía la desconfianza de Maki taladrando su figura. Maki se veía que tenía una guardia mucho más alta que su hermana, probablemente siendo la primera en saltar en su defensa en toda circunstancia, por lo que se relajó mucho cuando vio que Mai estaba segura y feliz en los brazos de Utahime.
Y cuando llegó su turno, ya no estaba la animosidad, y solo quedó la incomodidad de quien no está acostumbrada a un tacto gentil, su cuerpo tenso como si nadie nunca la hubiera sostenido con suavidad y le hablara con ternura, siempre actuando arisca ante todos para no dejar caer los muros que había construido en su corazón.
Cuando vio a ambas gemelas con el mismo peinado, mejillas arriba por una sonrisa y rosadas por la felicidad, tarareando entre sí, Utahime se sintió cómoda en su puesto de trabajo. Hace mucho tiempo había sido empujada al mundo del estrellato por la ilusión de hacer felices a las personas con su voz, con la ilusión en un sueño alimentado por personas que solamente habían querido aprovechar su ingenuidad y que la abandonaron cuando las cosas con los fans se salieron de control; la idea de que alguien podía sentirse a salvo y feliz solo por sus cuidados había sido insuficiente durante mucho tiempo, solo sus apretados horarios y su duro trabajo podía traer felicidad a las personas. Ahora, viendo a dos niñas con el corazón herido por una familia que solo miraba una parte de ellas, no se sintió en lo absoluto insuficiente.
...
—Has estado robando a mis niñas, eso no es cool de tu parte, Hime.
Utahime se enderezó, la pequeña Nobara en sus piernas, riéndose de la voz triste y dramática de su maestro de aula, bastante complacida con el peinado de listón que Utahime estaba preparando.
—No robando —La pequeña gremlin agitó su corto cabello con petulancia. —Nos hemos estado fugando —Concluyó orgullosa y volvió a reírse cuando su profesor ahogó una exagerada exclamación de terror.
—Pero, ¿por qué, Nobara-chan? —Gojo se desplomó al lado de Utahime, casi topando el pecho al suelo, debido a su gran altura y musculatura, Satoru tenía que casi arrastrarse al suelo para que los alumnos más problemáticos confiaran en él o simplemente para seguirlos con algún juego, había algo divertido en ver a un gran hombre a la altura de sus ojos que los llenaba de confianza. —¿Ya no quieres pasar tiempo con el profe Gojo? ¿Ya no soy tu favorito? —Con cada pregunta el rostro de Satoru adoptaba una mueca dolida, y la niña malévola solo se reía.
—No, ahora me gusta más Miss Iori.
Gojo se llevó una mano al pecho como si lo hubieran apuñalado, hizo un sonido de estrangulamiento y se dejó caer al piso, la cabeza apoyada en las piernas de Utahime, Nobara se rió de las payasas de su maestro.
—Me matas, Nobara-chan, pensé que teníamos algo especial. Primero Utahime, luego Maki-chan y ahora tú, ¿por qué solo le entrego mi corazón a mujeres malas que no lo cuidan?.
—Oye —Utahime empujó su hombro, apenas movió a Gojo y notó cómo la sonrisa de él se extendía por un momento, antes de volver a su personaje moribundo. —Sobrevivirás a una nueva decepción.
—Por supuesto que lo haré, porque soy el mejor, pero ¡AGH! —Satoru llevó una mano a su corazón y luego levantó la otra al cielo. —¡Duele mucho! ¡Ah, el desamor! ¡La cruda puñalada del rechazo y el abandono atraviesan incluso la más brillante y resistente armadura! —Gojo desplomó sus extremidades y emitió un grito ahogado justo después de dejar de moverse.
Nobara se carcajeó, bastante complacida por el dolor de su maestro. Pero cuando Gojo no se movió por un tiempo, ella ahogó un chillido pánico. Se salió de las piernas de Utahime y empujó con un pie a su profesor. Cuando Satoru no reacciono, lo sacudió con las manos, todavía inmóvil. Nobara escaló el cuerpo de Gojo, ahora en su pecho, volvió a sacudirlo, todavía nada. Emitió un graznido y miró a Utahime en búsqueda de ayuda. La mujer negó con la cabeza aguantando la risa mientras veía al mismo Satoru temblando ligeramente por aguantarse las ganas de reír, que la niña, en su creciente pánico, no notó.
—Oh, no. Parece que el rechazo fue demasiado para él —Empezó Utahime con tono de lástima, Nobara perdió el aire y su pánico fue tal que no se percató como los labios de Gojo se apretaban en una línea fina para suprimir una carcajada. —Ya es demasiado tarde para él, pobrecillo.
—¡No! —Nobara casi sollozó, jaló de delantal de Gojo con toda su fuerza infantil. —¡Profe Gojo! ¡No vaya a la luz, profe Gojo! ¡Vuelva! —La cara de Nobara se estaba sonrojando mucho y Utahime se sintió un poco mal por meterse con ella.
Estiró su mano y rodeó la mejilla de la niña.
—O puede que no sea demasiado tarde —Inquirió ganando toda la atención de la niña. —Todavía puedes salvarlo, Nobara-chan.
—¿De verdad? ¡No quiero despedirme del profe Gojo!
—Para estos casos sólo un beso de amor verdadero puede salvarlo —Añadió dramáticamente, llevándose una mano a la frente, arqueando la espalda. —Un beso en su frente de su querida alumna seguro que lo despertará de su crudo letargo de decepción.
Nobara asintió con entusiasmo, como si eso tuviera mucha lógica. Gateó hasta la cabeza de Gojo y apoyó sus piernitas en sus hombros. Tomó el rostro pesado entre sus manos y lo miró fijamente. Estiro su cuello y dio un suave empujoncito en la frente. Gojo aún no se movió.
La niña hizo una mueca.
—¿No puede ser un beso suyo también, Miss Iori? —Nobara agregó, un poco asustada de que su beso no fuera suficiente para que su maestro despertara. —En los cuentos siempre funciona cuando es una princesa y el profe Gojo siempre dice que usted es una. Por eso eres tan bonita y amable.
—Hmm, yo creo que contigo fue suficiente, solo tienes que esperar un poco más a que haga efecto...
Nobara se enderezó, casi pateando la cara de su profesor cuando intentó estirar la mano en dirección a la maestra.
—¡Por favor, Miss Iori! ¡No puedes dejar morir al profe Gojo! ¡Gumi-chan no puede perder a su papá!.
—¡Él no es mi papá!. Se quejó el niño mencionado al fondo, habiéndose colado en el momento en que Gojo llegó ahí, mezclando ambas clases, él levantó la cabeza del libro que estaba leyendo junto a Noritoshi, demasiado familiarizado con la personalidad excéntrica de Satoru como para saber que él estaba fingiendo y no preocuparse.
—¡Miss Iori, por favor! ¡Juntas podemos salvar al profe Gojo! —Continuó la niña con tono urgente mientras ignoraba a Fushiguro.
Ante su pánico, Utahime se encogió de hombros y cedió. Nobara mostró una sonrisa aliviada llena de dientes de leche, antes de deslizarse a un costado para darle espacio a Utahime.
Ella se encorvó y dio suaves besos en la frente de Gojo, sintiendo como los párpados de él se movían, pero tercamente permanecían cerrados. Utahime se aventuró a sus mejillas, dando golpecitos con los labios, el pelo cayendo en su cara y seguro le estaban provocando cosquillas a Satoru.
La cortina oscura de cabello oculto el suave roce que Utahime dio a sus labios, sintiendo como se extendían las mejillas cuando Satoru sonreía.
Un apretón en la cabeza obligó a que Utahime no se levantara de inmediato, y Gojo aprovechó para robarle otro beso antes de liberarla.
Se levantó como si se hubiera mantenido dormido durante mucho tiempo, manteniendo sus ojos como si sus párpados pesaran y encorvado como si apenas pudiera mantener su propio peso, bostezo de forma exagerada y abrió los ojos con lentitud.
—¿Eh? ¿Nobara-chan? ¿Ya me amas de nuevo?
La niña pateo a Gojo. Sus mejillas hinchadas y rojizas, con un borde acuoso en sus ojos. Le dio otra patada, luego un puñetazo en la rodilla y Gojo no pudo contener su risa. Estiro los brazos y envolvió a la pequeña en ellos, Nobara todavía continuó retorciéndose y dando mordiscos como un gato al que acaban de bañar, pero todavía había lágrimas en sus ojos.
—No vuelva a ser eso, profesor Gojo —Ella se quejó, envolviendo sus pequeños brazos en el cuello de su profesor.
—Mientras, Nobara-chan esté de mi lado, viviré eternamente —Como si finalmente se diera cuenta de la trampa en que había caído, Nobara gimió, le dio un cabezazo como pudo a su maestro. —Nunca tuve la oportunidad de decirte que te veías linda con esto.
Olvidando por completo su pánico y su reciente fastidio, Nobara levanta lo cabeza del cuello de Gojo y su mirada se iluminó con una sonrisa.
—¡¿Verdad que si?! ¡El peinado de Miss Iori es el mejor!
Utahime levantó su cabeza con orgullo, lanzándole una mirada petulante a su colega (y pareja tal vez no tan encubierta), cuando notó como la sonrisa de él se volvía un poco traviesa. Se percató entonces que sentía mucha cabello en la cara, varios mechones oscuros pegándose a sus mejillas, y la respuesta vino cuando Gojo levantó una de sus manos, deslumbrando su larga cinta blanca entre sus dedos.
—Lo es —Concedió, luego arrugó los ojos con esa sonrisa engreída que le recordaba a los días de secundaria cuando él jalaba sus coletas. —Aunque yo siempre he preferido el estilo desordenado.
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Mai es mi chica favorita para Mamá Uta (junto a Momo ajajaj) así que esto empezó por ella. Y luego lo demás se salió de control. Gojo y Utahime aquí tienen ya una relación establecida así que por eso son más suaves el uno con el otro, antes del accidente de Utahime, tenían la misma relación complicada y bromista que en el canon, pero después del accidente, ambos mejoraron.
Fue Gojo quien la empujó a ser maestra en el mismo lugar donde él trabajaba, en primera porque él en realidad quería monitorearla, Utahime la pasó bastante mal, y en otra parte porque los niños también habían ayudado a Gojo con su propia situación familiar (lo habían desheredado). Ahora ambos actúan como los padres de los niños. Los de primer año y segundo año aquí van todos en camada, pero los tercer año si van adelante porque me imagine a Momo dejando a su nuevo profesor por un rato con Utahime, y a Mai metiéndose en problemas con Todou a pesar que él es mayor. Explicación completamente innecesaria, pero que vino con la escritura, por si a alguien le interesa. 💖
(Que nadie sepa que en realidad deje ir un sutil NoriMai, ups, creo que se me resbaló, bueno, no importa~).
En fin, esto es una probada de lo que se espera en esta semana. ¡Muchísimas gracias por leer! ¡Tengan un bonito día y nos leemos al rato! 🌻✨
Actualización 26/10. Al parecer en ese momento no me había dado cuenta que Noritoshi era de tercer año también y lo puse con los niños sjsjsjs. Pero shhhh~
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