El viaje
En unas horas llegaron a un pequeño hotel en una ciudad cercana, donde pasaron la noche, por la mañana la señora le pidió a Anna que se diera un baño,y al salir la rocío con un aroma de rosas silvestres y le decoro el cabello con algunos listones de varios colores y de ahi ambas se dirigieron a una tienda donde le pidió que se probara varios vestidos que asustaron a Anna, por los precios,
esto es demasiado,
la señora le hizo una seña de que guardara silencio,
vaya este es tu color, creo que deberemos llevar 2 iguales de cada uno.
Anna, se sacudió la cabeza, y se quedo mirándose al espejo después de ponerse su atuendo normal, salio del vestidor pero la señora Morris le dijo - espera, no permitiré que salgas de este lugar luciendo así, toma póntelo rapido-.
Cuando Anna salio del vestidor con su nuevo vestido algunas chicas que estaban en la tienda le dijieron una mirada y varios murmullos se escucharon.
Anna se acerco a mirarse al espejo, y se sorprendió, ese vestido realmente le hacia un favor.
la señora se mostró un poco molesta, -ya vámonos-le dijo
Ahora Anna debía llevar una maleta repleta de vestidos y cosas que la señora le había comprado.
Buenas tardes le dijo un hombre muy guapo en la estación de trenes.
Anna, se sonrojo, y respondió- Hola- tímidamente.
La señora se molesto y le dirigió una mirada fulminante al hombre que se alejo dando la vuelta de a poco.
y volvio a mirarla antes de seguir su paso.
Anna, entendió que quizás se veía bien.
Recordo que su madre le había contado de cuando conocio a su padre cuando apenas tenía 15 años en una fiesta en el pueblo, él le había invitado a bailar después de saludarla y charlar un poco.
Anna se siguió derecho a su asiento y el tren partió.
el chillido del silbato le pareció exagerado por lo que tapo sus oidos.
-Hola Morris-dijo una dama mayor desde el otro extremo del tren
y la señora Morris se aproximo a ella a charlar
-Y ahora trabajas ahí?- dijo la otra dama en voz alta.
Y ambas volvieron a mirar a Anna, que se encogió de hombros al verlas hablando y riendo felices -me gustaría saber que están diciendo de mi- pensó, -ahora mismo esa señora debe saber los planes, de los cuales yo no se nada- dijo para sí misma.
Anna pensó que de escabullirse debajo de los asientos lograría escuchar algo pero ese vestido claramente no se lo permitiría, asi que en lugar de ello miro hacia afuera, las verdes colinas que se alzaban rodeando el valle, y esto la hizo pensar que seria muy difícil regresar a casa por su cuenta.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro