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TRACK#44: INTROSPECTION

Los cuidados del hogar materno me habían traído un poco de paz, o de eso trataba de convencerme. Mi hermana salía con un chico.

Claro, era natural y ya era hora que me diera cuenta de que había dejado de ser una niñita respondona y ya era toda una mujer. Una visión un poco trillada cuando para nosotros siempre sería nuestra chica. Eso me distrajo un poco la primera semana.

Luego ella y su novio me invitaron a Busan, donde vivía el chico. Una oferta similar me había hecho Kook y a esa sí no podía decirle que no o mi pequeño me haría la vida imposible. Pasé de ir con mi hermana y el resultado fue quedarme más tiempo en Ilsan.

Era curioso, cada esquina de la ciudad me recordaba unas efímeras semanas, un tiempo similar a este, pero a fines del verano. Ahora, que se acercaba el invierno. Ahora esos sueños se habían marchitado como las hojas en los parques y aquel departamento donde habíamos tallado nuestros nombres, aquel parque de mi infancia donde habíamos corrido tomados de la mano o el poste donde nos habíamos refugiado de la lluvia, ahora no eran más que fantasmas, rostros en blur, para maquillar mi nostalgia.

Regresé a casa de los chicos dos días después que mi hermana partiera. Mi madre no paró de regañarme. No quería que su bebé regresara todavía. Es más pretendía retenerme hasta Navidad. Yo le dije que no podía que aún estaba luchando por mi nueva mixtape y otras cosas que no mencionaban la verdadera razón.

Mi padre, como siempre ayudó. Regresé en autobús. Era una vieja costumbre que había perdido y me pareció encontrar a un chico flacucho y castaño hace diez años atrás llegando a Seúl por primera vez.

Hoy no tenía mucho de lo que esconderme, no me preocupaba mi acento, la torpeza de mis pies o el hecho que todo lo que tocaban mis manos se hacía añicos. Hoy no me preocupaba si eran Jordans, Vans o Converses, hoy solo me interesaba mi alma y esa estaba tan mezclada que ni siquiera podía permitirme mirar.

Durante todo este tiempo, me había acostumbrado a encerrar mi reflejo, hoy eso había cambiado, hoy mi sombra se había fundido a mí de una forma que casi era perceptible. La persecución había terminado, como todo en esta existencia...

¿Yo habría terminado también? ¿Yo que había tenido que mirar a cierto edificio ajado por el tiempo donde solía escalar por la tubería del agua para ver a una princesa?

Mis traicioneros pies me habían guiado hasta allí, aun en medio de una tarde plomiza, aun expuesto a ser descubierto, observaba sin ver la entrada y salida de personas en el restaurante y por unos segundos, soñaba con encontrarla allí.

Despidiendo a los clientes con una sonrisa sincera. Esa que me había enamorado desde la primera vez ¿Qué quería hacer? Pues algo que añoraba por meses. Solo recostar mi cabeza en su regazo y dejar que me acariciara el pelo, como si fuera mi propia madre, como si fuera lo único importante para mí.

—Hey, tío, que haces ahí... Vamos, Ritsu está por cerrar y tú necesitas una buena sopa para entrar en calor.

Ryo me descubrió aun dudando. No dije nada, lo seguí hasta la cocina. No había peligro. Issabelle no estaba en casa a esas horas. Había tomado control de su vida.

Iba a fisioterapia por su cuenta, aunque Ritsu estaba en contra, se ocupaba de Miguel aun cuando la escucharan quejarse de los calambres y dolores que mortificaban sus articulaciones.

El pequeño había aprendido a ayudar, a no ser tan travieso, el pequeño había madurado más de lo que se podría permitir para sus casi once años. El cumpleaños de Miguel fue la semana pasada.

Le envíe un juego de ingeniería, para armar barcos y aviones. Me escribió gracias en el chat del WhatsApp, luego no supe más de la pequeña fiesta de cumpleaños que le prepararon. Por otro lado estaba el hecho que Issabelle había encontrado una familia lejana.

Tenía mis reservas sobre lo que Ryo me contaba. Ritsu también, pero nadie se atrevía a confrontar a Issabelle, su mente se había aclarado más, pero a veces parecía abstraída por completo. Las pesadillas seguían atormentándola de noche.

Ryo me contaba de los gritos y las lágrimas, de Miguel abrazando a su hermana en medio de una crisis de sonambulismo. Yo... me sentía impotente, incapaz de otra cosa que no fuera culparme. Necesitaba un perdón sin sentido, necesitaba volverla a ver, aunque evitaba eso a toda costa. No tenía valor suficiente.

—Jin no me dijo que vendrías hoy... Se te espera para el fin de semana ¿Irás con nosotros a Busan?—preguntó Ritsu terminando de servirme una taza de té, la hora de trabajo había terminado y su hermano ya cerraba las puertas principales. Yo miré la taza como si fuera un pensadero.

—Aun no lo sé. No había nadie en casa cuando llegué hace unas horas. No sé si esté de humor para la playa... ¿Y cómo... cómo está...?

—Ella está bien. Un poco diferente, pero muy bien. Le hiciste muy bien Namjoon, deja de culparte...

Tragué duro y fingí que el agua en mis ojos era por culpa del calor del té. Platicamos de cosas triviales un poco más. Decidí marcharme antes que llegara Issabelle. Tomé el bus nuevamente. Pasaron tres horas en las que solo fui consciente de la música en mis auriculares y el olor a humedad mezclado con smog.

—Vaya, vaya, nuestro campeón regresa ¿Qué me trajiste de Ilsan?—Jimin abrió la puerta y comprendí muy tarde que toda la familia estaba allí reunida.

—Te traje una caja, ahí metes tu ego.
—¡Hyung!—se quejó el castaño. Yo no perdí tiempo para despeinarle el flequillo y pasar un brazo por su cuello.

—Oye Rapmon ayúdame aquí. Nadie quiere la cocina y Jin aún no regresa de su entrevista —ese era Hobi moviendo sartenes de un lado a otro para evitar el inminente olor a quemado. Jungkook estaba a su lado con un delantal y cara de pocos amigos.

—¿Entrevista? ¿Qué entrevista?

—Oh... ya sabes. El servicio militar y esas cosas... Conoces al mayor. No paró de fastidiar y nos dejó lo que se supone será la cena.

—Eso si no terminas quemando todo ¿Por qué nos deja esa responsabilidad?

—Vamos, Kook, no seas quejica y ayuda...

—Cómo sea. Es bueno tenerte en casa hyung, te extrañaba...

—Yo también Kookie, yo también...

Me puse un delantal y ayudé a cortar las verduras para la sopa que nos había dejado encargada Jin. Suga apareció segundos después cargando una bolsa de comida chatarra.

Tae y Jimin no perdieron tiempo. Las chicas tenían una reunión particular en la casa de Jimin. April y Miranda habían organizado un pre baby shower y Jimin había sido excluido.

—Las mujeres embarazadas son malvadas, te lo digo ciertamente hyun, toma precauciones o te pasará algo similar...

—No seas desagradable... hasta ahora Lena está bajo control...

—Mmh... Dejen de hablar de niños y pañales, me da comezón pensar en eso.

—Sí, Taehyungnie, huye mientras puedas, a todo el mundo le tocará esa carta. Además es eso lo que queremos, una vida normal, con esposa y chicos. Yo no puedo esperar a que pasen los meses, creo que solo el momento que la conocí equiparará mi felicidad cuando vea el rostro de mis niños...

—Eres un soñador Chimnie, por eso April te ama...

—¿Solo April? ¿Dónde queda mi alma gemela, bro? Me estás decepcionando...

Jimin le arrojó un cojín a Tae y comenzó la guerra, primero la tomaron con Suga, luego Kook intentó separarlos y solo se llevó un baño de cosquillas. Hobi y yo seguimos en la lista. El resultado fue varios cojines rotos y una almohada.

Cuando Jin apareció en la sala de estar junto al hermano de Jimin había un desastre total, amenizado por el olor a quemado en la cocina. Jin nos miró de aquella forma que solo indicaba que estábamos muertos.

Creímos que iba a protestar o correr a apagar la estufa, pero fue todo lo contrario, el mayor tomó los restos de la almohada y se unió a la loca pelea. Reímos y brincamos como niños en el kínder, creo que no hacíamos eso desde hace mucho, creo que había olvidado que en el fondo y en el exterior sigo siendo joven.

Terminamos tumbados unos encima de otros. Jimin entre su hermano pequeño y Tae, yo al lado de Suga y Jin, Kookie con J-hope, un improvisado círculo de ocho mirando al cielo en blanco que era el techo.

—Me aceptaron en el ejército... para el próximo año, quizás cumpla en el servicio...

Ese era Jin, todas las miradas siguieron al mayor mientras seguía hablando.

—Llamé a Hitman esta mañana para decirle que me presentaría. Tarde o temprano me llamarían, tengo veintiocho y cuando menos se lo imaginen a ustedes también les tocará...

—¿Qué dices hyun? ¿No estarás pensando en abandonar el grupo? —preguntó Kook alterado. Jin sonrió...
—No mi dulce pequeño, aun no, es solo un paso a la vez. También tengo que decirles algo... Ritsu y yo nos casaremos. Aun no sé cuándo, aun no le habíamos contado a nadie, pero ella dijo que sí a mi propuesta y quisiera que esto se quedara aquí, entre nosotros. Confío en ustedes más que en mí mismo y sé que me apoyarán hasta el final. Suga tiene razón, poco a poco el rompecabezas se está completando, solo quiero que sepan que nunca me alejaré de ninguno de ustedes, que pase lo que pase ustedes serán mi todo...

—Awww... suenas muy sentimental hyung, pero aún falta un año entero. No esperes que te lo haremos fácil ¿Y qué se supone que hagamos cuando estés en el servicio? Así no tiene gracia hyung...

—A mí me tocará de segundo, estoy seguro que Lena querrá ahorcarme con sus propias manos...

—Eso duele hyung, solo deja de hablar como si ya supieras el futuro de memoria. Concéntrate en el presente ¿No es eso lo que nos enseñaste? —preguntó Tae golpeando a Suga con el pie. El chico sonrió antes de devolverle el gesto.

—Es cierto alien... creo que deberíamos hacer un video para el ARMY... siento que el drama de los últimos meses nos ha alejado y eso es imperdonable...

—Pues que no se diga... Kook tu celular por favor...

—¿Y por qué el mío?

—Porque es el que mejor resolución tiene, vamos, no nos atrases...

—Ah... aquí tienes...

—Júntense tropa, tú también Jiji, Bangtan TV, tiene que actualizarse.

Aun en medio de aquel desastre, aun en medio de las dudas por contar y el inminente futuro, sonreímos y bromeamos para aquella indiscreta cámara disculpándonos por no haber hecho el reality show. En lugar de ello improvisamos historias de un minuto para cada miembro.

Presentamos a Jisoon y hablamos de los deseos de año nuevo. Contestamos algunas preguntas del ARMY y algunos mensajes lograron conmovernos. Esa era la ventaja de ser una ballena solitaria  en algunas ocasiones, pues como habíamos puesto en las letras, habían más de nosotros en este gran océano, había alguien allí escuchando, creyendo en cada palabra que se nos ocurriera, compartiendo alegrías y dolor, siendo nuestro apoyo y nosotros convirtiéndonos en eso.

Jamás podría equiparar todo lo que el ARMY me daba, todo lo que significaba para cada uno de nosotros, como decían que les cambiamos la vida cuando en realidad era más de parte de ellos. Yo no sería quién soy sin ninguno de ustedes. Nosotros no seríamos más que otro grupo si no fuera por ustedes. Por ustedes a veces... me siento especial.

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