TRACK#40: OH SWEET LULLABY
Una muy buena noticia, Issabelle había despertado. Solo puede llorar mientras Mei Lin me apretaba las manos. Moni salió corriendo nada más decirle. No hacía falta pensar mucho para saber que estaría allí a tiempo completo.
A decir verdad, creo que no le echaría de menos a los días que quedaban atrás. Desconsuelo, inconstancias y dudas, promesas y velas encendidas. Credos e inconformidades. Por otra parte Yoon no salía del estudio. Desde que Firefly había sido liberada en una plataforma de internet los nervios no me abandonan.
Casi no dormía pensando que sucedería después, fue peor cuando vi el video. Era demasiado, tanto Yoon como yo lo sabíamos y en lugar de querer puesto en el estrellado yo quería irme a vivir a Marte. Parte de lo que yo había predicho se cumplió.
Comenzaron por acosarme en la universidad. La gente del laboratorio me preguntaba a diario si era verdad y como había tenido tanta suerte. Para complicarlo todo, la paranoica mente de Yoon insistía en que podría sucederme algo si tomaba el autobús, por eso me llevaba y traía del laboratorio y obviamente le importaba un cuerno que la gente nos mirara demasiado.
Estaba fastidiada y por si fuera poco le tenía celos al estudio. Yoongi solo salía de ahí para ir al baño, el resto del tiempo se la pasaba arreglando mezclas y contestando llamadas telefónicas.
A veces lo escuchaba tarde en la noche discutir por no sé qué cosa de nuestra privacidad y decir mil veces no al interés de la prensa por saber quién era yo.
La gota que colmó el vaso fue un meme de Instagram. Me llamaban zorra sin preámbulos algunos y después de una ardua discusión en la que él insistía en demandar a quién fuera que hubiera puesto eso, yo terminé llorando encerrada en su cuarto de baño.
Odiaba esta parte con todo mi corazón. No quería que demandara a nadie, a quién iba a demandar, al mundo entero, yo estaba segura que sería una bomba para la prensa, que Min Yoon Gi pertenecía a otro mundo del que yo no tenía nada que ver, que eso era natural. Las náuseas volverían atacarme con más saña que nunca.
Estuvimos peleados tres días y solo cedimos cuando intenté regresar a mi ex departamento con Aaron, porque esa era nuestra casa también. Ya qué más daba, estaba tan confusa que no me importaba.
Solo terminé de llorar como una idiota sensiblera cuando él me abrazó y dijo que le valía un cuerno la prensa, que eso no nos podría separar. Fue dulce y dormimos de cucharita esa noche.
El próximo día era sábado, como ya se estaba haciendo una rutina Mei Lin y yo iríamos a ver a Issabelle.
Nam Joon no salía del hospital. Vivía allí las veinticuatro horas. Le leía a Issabelle, apuntaba cosas en cuadernos y en las últimas semanas un portátil pagaba sus frustraciones. El líder está en camino, me había dicho Yoon esta misma mañana.
Aun sin saber muy bien qué significaba eso, mi mejor amiga y yo sacamos al susodicho para estar con Issabelle. A veces parecía que nos reconocía. La mayoría de las veces teníamos que volver a empezar, por eso nos inventamos una especie de broma en la que cambiábamos de nombre y aspecto cada semana.
Jin y Ritsu habían montado un álbum de fotos y esa era nuestra arma fundamental. Le hablábamos de cómo nos habíamos conocido, ella estudiaba nuestros rostros y sonreía como quién solo pretende agradar.
A veces creía que jamás lo lograríamos, pero otras como cuando iba Miguel, parecía que parte de la antigua Issabelle luchaba por romper el hechizo y regresar.
Solo Nam Joon tenía paciencia para sus cambios de humor, para sus gritos repentinos o que comenzara a llorar sin razón. Qué había sido de mi amiga, de la soñadora chica del largo cabello negro. No tenía idea, no quería lastimarme pensado en que era el final. Solo podía rezar porque algo cambiara y agradecer por seguir juntos.
—Mei ¿Me acompañas al baño? Creo que debo tener una úlcera por estrés. Me duele el estómago a horrores...
—Vale, pero saldré cuando vomites. Eso es demasiado asqueroso hasta para mí.
Rodé los ojos, quién te entiende Wang Mei Lin. Ni vomité pero faltó poco. Salí sobándome la pansa cuando mi amiga terminaba de lavarse las manos.
—Len... no quiero ser profeta y sé que no estás para esos chismes pero, hace cuánto que no te tomas la píldora. No me mires con esa cara. Tú fuiste la primera que me dijo cómo debía tomarla cuando Tae y yo... bueno... ya sabes...
—No estoy embarazada.... No puedo estarlo Wang. Yoon ha estado ocupado con el álbum y el problema de Moni. Yo entre el hospital y la facultad ¿Crees que hemos tenido tiempo...?
—No te alteres, solo me preocupa que llevas casi un mes en que vomitas más de lo que comes. Estamos en un hospital. No te cuesta nada ir con el médico. Digo yo...
La castaña se secó las manos y yo refunfuñé más de camino al salón de espera. Si algo se le daba bien a Mei era sembrar ideas en mi cabeza. Intenté no contar en reverso la última vez que había tenido el periodo o cuántas veces Yoon y yo habíamos estado juntos, pero solo conseguí atormentarme más y el resultado fue mal humor con migraña...Ah... También una prueba de embarazo en el fondo de mi bolso, junto con el cargo de conciencia.
Mei dejó la casa de los chicos una semana después que Issabelle despertase del coma. Sé que suena trillado, pero mi amiga estaba algo extraña en los últimos tiempos y yo no era la única que percibía el cambio.
Taehyung era el principal afectado y a veces me hubiera gustado ser una mosquita en la habitación de esos dos, así no tendría dudas entre cada fragmento de discusión que se dejaba oír en el pasillo. Mi mejor amigo vivía a tiempo completo con Angie.
Solo nos cruzábamos en el hospital, pero en el fondo me hacía bien saber que estaba feliz. Lily ya planeaba sus vacaciones de Navidad con su padre en Inglaterra y Jisoo trabajaba en su primera canción.
Así estaba la casa, con el mando a distancia de Jin y el segundo comandante J-Hope. Para mi muy buena suerte Yoongi terminó más allá de las tres de la mañana en el estudio y durmió como una piedra. Las náuseas y yo... eran una historia aparte.
Desperté con un dolor de cabeza peor que el de otros días, una nota me decía que Yoon estaría la mayor parte del domingo en Big Hit, más papeleo y críticas por el álbum. Rodé los ojos y solo conseguí marearme.
Genial, el baño de tina no consiguió relajarme y he de decir que mi propio gel de baño me revolvía el estómago. Diablos no, no podía ser cierto. Solo una persona podría entenderme antes que el mundo se me viniera abajo. Aun con el pelo enredado y en albornoz encontré el inalámbrico. Los timbres corrieron hasta que la voz de Jimin llenó el auricular.
—Hola, Chim, sé que es temprano para molestar, pero ¿April está ahí?
—Hola primita desaparecida. Nunca coincidimos en el hospital. Como sea, te dejaré con April...
Jimin dejó de estar en la línea para que la voz serena y algo enronquecida de April ocupara su lugar.
—Lena cariño... ¿Pasa algo? Disculpa pero es extraño que llames a casa...
Me mordí el labio inferior. Cómo diablos lo digo si ni siquiera me lo creo. Oh Dios mío y si es falsa alarma...
—¿Lena? ¿Sigues ahí?
—April... Mmhmmmh, yo esto... podrías venir a la casa de los chicos. Sin Jimin, quiero decir, creo que... es probable que... Yoon y yo... bueno...
—Dios, ¿Es lo que creo que piensas?
—Ajá...
—Ya vale, veré cómo me deshago de él. Es mi esposo, pero te confieso que a veces me asfixia con tantas atenciones. Estaré ahí lo más pronto posible. Evita martirizarte, cariño. Beso.
April dijo algo muy práctico, pero cómo evito martirizarme. Mi estómago volvía a doler y tolerar las náuseas me mantuvo bastante ocupada hasta que alguien tocó a la puerta. Era J-Hope.
—April está en el parking. Pregunta si ya estás lista, pero ya veo que no...
—No te burles...—le apunté con un dedo, pero tenía razón. Mi cabello era una colección de nudos y seguía en albornoz. Una calamidad. Aun así le hice jurar y perjurar que retendría a April mientras yo me ponía lo primero que encontrara en el armario.
—¿A dónde vamos? Pensé que me ayudarías en casa—pregunté mientras me ponía el cinturón de seguridad del coche que indudablemente le pertenecía a Jimin.
—A ver a mi ginecóloga. No hagas esa cara, las pruebas de embarazo tienen mayor margen de error que los exámenes de sangre y ultrasonido.
—Genial... perfecto, lo que faltaba...
—Hey... no seas así, querida. Sé muy bien por lo que estás pasando, por eso vine cuanto antes.
La pancita de April ya se notaba. Tendría unos cuatro meses pero como eran gemelos o mellizos, no estoy segura aun, ya tenía que usar blusas más holgadas.
—Eh... no es por abusar, pero Jimin... ¿Te dijo algo?
El solo mencionarle el nombre del aludido ella sonrió de aquella forma que yo compartía cuando me hablaban de Yoon.
—Jimin es demasiado perceptivo cuando le conviene. Solo tuve que terminar de hablar contigo y puso las llaves del coche sobre la encimera. Me dijo muy serio: no voy a meterme en asuntos de mujeres. Yo quería tirarle la risa en la cara pero en su lugar le advertí que más le valía no abrir la boca hasta que estuviéramos seguras.
—No me digas que esos dos están en la empresa justo ahora. Estoy muerta, decididamente.
April rio por mi drama y yo solo me enfurruñé más. Solo podía cruzar los dedos porque Jimin no le insinuara nada a Yoongi o de lo contrario yo no tendría piel cuando se enterara. Si es que había algo de lo que enterarse.
La clínica en la que April se atendía era privada. Enseguida nos recibieron y fue mucho pedir que la doctora Emerson me examinara sin cita. Por lo visto ella y April eran muy amigas.
—Cordelia Emerson estudió con Miranda en la primaria. Una locura total, por eso nos conocemos...
La fotógrafa mejor amiga de April acababa de llegar solo unos días atrás y se estaba quedando momentáneamente en la nueva casa de Jimin y April. Yo solo la había visto una vez cuando coincidimos en el hospital. Era una chica castaña de tez casi nívea y profundos ojos azules.
Compartían las mismas formas al hablar o caminar, solo que donde April te podía parecer arrogante a simple vista, Miranda era toda elegancia y bondad profesional.
—Vale, solo haremos un análisis de sangre por ahora y según eso quizás ultrasonido.
Eso no me gustó nada, odiaba las agujas y por unos instantes deseé que fuera Yoon y no mi amiga la que estuviera a mi lado. Una hora y media después, cuando solo me había ceñido a conversar y enterrar el reloj en el fondo del bolso, la doctora nos llamó a su consultorio.
—Bueno, tal como sospechaba necesitaremos ultrasonido. Señorita Park, probablemente usted esté terminando el primer trimestre...
—¿Espere qué? ¿Cómo es posible que...?
—Felicidades, usted va a ser mamá.
Después de eso anduve en modo automático. Solo era consciente de que existía suelo bajo mis pies por el brazo de April soportando el mío.
—Vamos al centro comercial. Hace mucho que no salgo y quiero empezar a ver las rebajas de Navidad.
Asentí mecánicamente. Me sentía un poco desprotegida y atontada, y paradójicamente las náuseas habían dado paso a un hambre atroz. Once semanas, tanto tiempo, cuánto llevaba Izzy hospitalizada, desde el primero de septiembre, estábamos a finales de noviembre. Dios mío, cuándo fue exactamente. Era lo que más me rondaba la cabeza.
—Hey, cariño, no te pongas triste ¿Quieres hablar, quieres que nos sentemos aquí? Ven dame un abrazo...
April olía como una madre, ¿también me pasaría eso a mí? No podía parar de pensar. Lloré un poco más intentando calmarme. April me contó que ella había dado con Miranda en una situación aún más precaria y que el propio Jimin se había asustado al saber la noticia y que el camino había sido muy difícil para llegar hasta acá, pero que no le importaba, que desde el primer momento que supo que esperaba a sus hijos juró que haría lo que fuera por ellos. Que viviría por y para ellos con Jimin o sin él.
—Pero yo tengo miedo, no sé qué te habrá contado Jimin de mi historia, pero mi madre... mi madre nunca supo ser eso para nosotros, yo temo que sea igual, yo temo que Yoon me odie si cambio, si no logro... Dios...
—Shhh... eso no va a suceder, estoy segura, solo mira cómo has cuidado de todos durante estos meses. Eres mejor de lo que piensas, habría que estar ciego para no notarlo. Jimin y yo a veces tenemos remordimientos por no estar de frente a Issabelle y Nam Joon, nos sentimos culpables, pero al final él me dice que no puede ser de otra forma. Un gemelar es cosa seria y aunque solo se me note un poco, dentro de unos meses solo podré estar sentada. La cesaría se programará en la semana 37 y tengo mil y un terrores hasta la fecha, solo Jimin me entiende, y si hablamos de familia, la mía supera cualquier cosa. Solo quiero que entiendas algo, querida, una vez que sabes que vas a ser mamá todo cambia. No hay vuelta atrás y aunque creas que el mundo se cae a tus pies y que todo pueda irse al carajo en segundos, verás que es al revés. Tú tienes una suerte muy similar a la mía, él te ama, a veces demasiado, como mi Chimmie, y eso es lo único que importa, créeme, solo tienes que confiar...
April me besó en la frente, yo estuve un tiempo más llorando con la cabeza sobre su regazo. Fuimos de compras y por increíble que parezca pude divertirme. Criticamos las colecciones de la temporada y más importante aún escogimos ropa para niños.
April compraba doble siempre. Niña o niño, azul, rosa o amarillo. Seguían sin saber, casi a cuatro meses, yo cruzaba los dedos secretamente para que el mío fuera niño. Nos despedimos horas después de vuelta en la casa de los chicos. Sospechosamente Jimin estaba allí.
—Nos vemos luego, primita. Felicidades...
La forma en que Jimin susurró eso en mi oído solo me puso los pelos más de punta. Yoongi estaba en el portón del parking con las manos entrelazadas en la espalda.
Valor, Lena, valor, me dije a mí misma caminando en su dirección. Creo que nunca había escuchado tanto a mi corazón hasta ese momento, ni siquiera en la situación más extrema.
Dos horas antes, Big Hit Entertainment
—Vale, pues dejen de darme la lata con lo mismo. No voy a publicar mi vida privada en ningún tabloide sensacionalista.
—Debiste pensar en eso cuando grabaste ese video.
Quise rodar los ojos solo por fastidiar. Hitman cerró el contrato por enésima vez.
—Es cierto, pensé en que sucedería, pero no en las dimensiones. Perdóname por sobreactuar. Solo me molesta que esto sea justo ahora y no me importa usar el álbum como distracción, eso lo sabes. Solo quería que la gente me conociera como lo hacen ustedes. Quizás ese fue mi pecado mayor...
—No digas eso... el escándalo de prensa ha impulsado el álbum hasta listas extranjeras. Para diciembre te aseguro que seremos un éxito. Hasta entonces solo podemos agradecer y seguir adelante.
Asentí no muy convencido. Eso era todo, una última cláusula que imposibilitaba el acceso a ella por la prensa. Lena iba a matarme, ciertamente lo haría con sus propias manos.
Desde que había dicho que su sueño era una casa en el campo mi cerebro no había parado de maquinar. Lo primero que hice fue abrir una cuenta bancaria a su nombre. Los primeros ingresos del álbum iban directo ahí, no podía quejarme, tan solo Firefly estaba en boca de todos y llevaba tres semanas en lista desde el lanzamiento.
No iba hacer apariciones en vivo. Se suponía que el hiato justificaba eso. Pero estaba ocupado a mares con la mercadotecnia y el teaser y ella con la facultad, su tesis de graduación e Issabelle. Salí jalándome del cabello literalmente. No conté con un sonriente Jimin sentado sobre el capo de mi coche.
—¿Qué haces ahí pelusa?
—Lo que ves, tonto azucarado. Sube, tengo que contarte algo que puede que sea o no, pero te hará muy feliz saber.
En otras circunstancias hubiera pasado. Hoy en día cualquier cosa que me hiciera desprenderme del teléfono o de mi esclavitud a la gran industria, vendría bien. Jimin me obligó a que pasáramos por un McDonald's y luego fuimos a un parque cerca de Myeongdong.
—Bien, ya comiste, ya estamos en un parque ¿Ahora qué tienes que decirme? Si querías solo pasar el tiempo, podrías haber sido más directo...
—Que pesado, como siempre. Solo te extrañaba un poco, pero aparte de eso creo que Lena está embarazada...Hyun ¿Estás bien? ¿Hyung? Joder no puedes morirte antes de saber que probablemente seas padre...
Mataría a Jimin en cuanto pudiera respirar, el pedazo de pan de hamburguesa que estaba tragando se clavó en mi garganta y casi tuvo que cargarme para que por fin lo soltara. Mi cerebro se blanqueó por completo.
—Vamos, menos mal que siempre compro agua para acompañar. Cálmate... yo solo...
—No menciones la palabra ¿Vale? Al menos deja que pueda respirar otra vez...
Jimin se mordió el labio. Maldito tonto, estaba disfrutando con mi estado de confusión. Unos minutos después cuando ya podía hablar, pensar no mucho, le pedí que me explicara cómo había llegado a esa absurda conclusión.
Poco a poco el enano fue dándole luz a cosas que se me pasaban por alto. Ahora mucho de lo que nos había hecho pelear tendría explicación. Lena vivía quejándose de acidez. Le dolía el estómago, vomitaba o solo quería comer postre.
Se hizo adicta a las peras desde que fuimos a Namyangju, a veces solo quería que estuviéramos juntos, abrazados toda la noche, otras me mandaba al carajo, pero eso ya era parte de mi día a día. Jimin confirmó todo diciendo que April y mi prometida habían quedado esta mañana en plan sospechoso.
Yo solo recreaba en mi mente cuántas veces había deseado algo así, y aun cuando había conseguido cierto permiso para que sucediera, mi parálisis era total.
—¿Entendiste todo, pequeño idiota? Yoongi hyung... oh eres como un bebé gigante...Debes comprarle algo que no sea tan obvio pero que la conmueva. Yo hice eso con April pero que no sean patucos, ese fue mi idea, sé original...No me mires como si pudieras sacarme los ojos, eres muy malo.
—Jimin...
—Esta es la parte en la que me pateas ¿Verdad?
Negué intentando tragarme unas estúpidas ganas de llorar. El enano no se lo esperaba pero terminé abrazándolo, más fuerte de lo que pretendía en realidad...
—Aww... tío, te entiendo. Llevo un par de meses igual. Pero sabes qué, es hermoso ver cómo le crece la pancita, medirla día a día, despertar a las cuatro de la mañana solo porque quiere suflé de hígado con bananas o ayudarla escoger los colores de la habitación de los chicos, es...
—Raro y los antojos de April son asquerosos... ya acabas de romperme el momento. Mejor vamos alguna tienda. No... no voy a comprar patucos...
Jimin fastidió un poco más antes que las chicas regresaran. Me guiñó antes de despedirse y creo que Lena se dio cuenta de que yo estaba enterado por la forma en la que caminaba hacia mí. Aun así, yo solo podía fijarme en los cambios.
En cómo había dejado de ser una niña malhumorada entre mis brazos para convertirse en una hermosa mujer, en mi hermosa mujer, más específicamente.
—Ven, yo te ayudo.
Me ofrecí a cargar sus bolsas y de paso pude echar mi regalo en una de ellas (Era un oso de felpa muy parecido a Kumamon lo que en peluche azul). Nos despedimos de los locos del coche color turquesa una vez más y subimos a la casa tomados de la mano.
Hobi y Jin estaban en la sala viendo televisión, del resto no tenía idea. Lena dijo que iba por agua a la cocina .Yo seguí directo a nuestra habitación. Estaba acomodando las bolsas sobre unos de los estantes del armario cuando ella irrumpió...
—Vale, puedes gritarme ahora, dime lo que quieras. Diablos, es que no puedo acordarme exactamente de cuándo sucedió, cuándo tú y yo... no importa, el hecho es que... Min Yoon Gi... tengo once semanas de embarazo y... y evidentemente tú vas a ser papá...
Creo que fue la escena más rara y divertida de mi vida. Lena estaba roja y agitada. Yo incapaz de otra cosa que no fuera sonreír.
—Oh... cariño, no llores, no llores ya mi amor...
Terminé abrazándola hasta que los hipidos se fueron calmando. Le acaricié el cabello que volvía a estar suelto gracias a la explosión de hace unos minutos.
—Jimin te dijo algo ¿Verdad? —preguntó ella cuando pudo hablar, yo asentí antes de besarle los nudillos y dejar sus manitas gélidas sobre mi pecho.
—Dime algo Yoon, dime lo que sea para poderme calmar...
Qué quieres que te diga, basta que te mire y el universo entero gira alrededor de ti y tu mirada color mar.
—Te amo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro