Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝙄 𝙚𝙭𝙥𝙚𝙧𝙞𝙚𝙣𝙘𝙚𝙙 𝙖𝙣𝙙 𝙚𝙣𝙟𝙤𝙮𝙚𝙙 𝙩𝙝𝙚𝙞𝙧 𝙗𝙤𝙙𝙞𝙚𝙨 𝙡𝙞𝙠𝙚 𝙣𝙚𝙫𝙚𝙧 𝙗𝙚𝙛𝙤𝙧𝙚

No era simplemente el hecho de que ellas hayan pasado toda la mañana y parte de la tarde durmiendo; era la familiaridad y la comodidad que sentían estando juntas después del periodo de celo de Lisa. La conexión sexual entre ellas era innegable, y Rosé no pudo dejar de notarlo. Era algo que iba más allá de lo físico, un vínculo profundo que se había fortalecido con el tiempo.

A medida que pasaban las horas, Lisa se sintió cada vez más agradecida por la compañía de ambas. No era fácil lidiar con sus emociones y necesidades, pero tener a Jennie y Rosé a su lado lo hacía todo mucho más llevadero. La calidez de su presencia, la comprensión mutua y el apoyo incondicional eran un bálsamo para su alma.

Finalmente, cuando la noche comenzó a caer, Lisa expresó su gratitud con sinceridad. Jennie, con una sonrisa tierna, se despidió y se dirigió a su casa. Rosé, por su parte, cruzó a su apartamento, sintiendo una mezcla de emociones. A pesar de la intimidad compartida, cada una tenía su propio espacio y sus propios pensamientos para procesar.

Mientras las luces de la ciudad comenzaban a brillar, cada una de ellas reflexionó sobre el día, la conexión que compartían y lo que significaba tenerse las unas a las otras. Aunque el día había terminado, sabían que su vínculo perduraría, fortalecido por la experiencia que vivieron.

Lisa, sentada sola en su apartamento, se sentía rodeada por un vacío abrumador. La calidez y la cercanía de Jennie y Rosé parecían haberse desvanecido junto con el sol. Cada rincón de su hogar le recordaba la ausencia de sus compañeras. Necesitaba su presencia, sus risas, sus caricias. Aunque el calor del día se había disipado, el anhelo por ellas seguía ardiendo intensamente en su interior. Sentía una necesidad imperiosa de tenerlas a su lado nuevamente, de sumergirse en la sensación de estar completa con ellas.

Jennie, por otro lado, caminaba hacia su casa con la mente en una tormenta de pensamientos. Se preguntaba qué pasaría después, cómo evolucionaría su relación con Lisa y Rosé. Las imágenes de los momentos compartidos con ellas llenaban su mente, mezclándose con sus deseos y temores. La encrucijada en la que se encontraba no era fácil de navegar. Sabía que cualquier decisión que tomara podría cambiar la dinámica entre las tres, y eso la asustaba. Sin embargo, también sentía una atracción irresistible hacia ellas, una conexión que no podía ignorar.

Rosé, mientras tanto, permanecía en su apartamento, en un estado de expectante anticipación. Estaba a la espera de cualquier señal que indicara que era el momento adecuado para reunirse de nuevo. Sus sentidos estaban alerta, cada pequeño sonido o mensaje hacía que su corazón latiera más rápido. Sentía una mezcla de emoción y nerviosismo, deseando con todas sus fuerzas volver a estar con Lisa y Jennie. La espera era una dulce agonía, una prueba de su paciencia y su deseo de profundizar en la conexión que compartían.

Afortunadamente, la alfa pelinegra, decidió tomar el control de la situación. Sabía que no podía dejar que el miedo o la incertidumbre dictaran sus acciones. Era necesario tomar la iniciativa para mantener el vínculo que las unía. Con determinación, se puso en contacto con su mejor amiga, Jennie. Sabía que era lo correcto, que necesitaban estar juntas para aclarar sus sentimientos y deseos.

Rosé recibió la respuesta que tanto necesitaba. Al ver el mensaje de Lisa, una ola de alivio y emoción la recorrió. Al día siguiente, por la tarde, tanto Jennie como Rosé estaban de nuevo en el departamento de Lisa. No había ningún celo de por medio esta vez, solo las ganas que se tenían.

No iban a dejar el tiempo pasar y las ganas apagarse. Cuando Lisa le dio la bienvenida a Jennie de nuevo, ella y Rosé se limitaron a mirarla unos segundos antes de que Rosé fuera y atacara su boca en un feroz beso. Jennie hasta dejó caer su cartera cuando la tomó de la cintura y la besó como con hambre. Lisa miraba, esperando su turno.

Lisa observaba la escena, su respiración se aceleraba al ver la intensidad entre Jennie y Rosé. Los labios de Rosé se movían con urgencia sobre los de Jennie, mientras sus manos exploraban la curva de su espalda. Jennie, sintiendo la misma urgencia, respondía con igual fervor, sus dedos enredándose en el cabello de Rosé.

La vista, además de excitante, era alentadora para su desesperación. Si era honesta consigo misma, lo que le ofrecía la omega era tanto para complementarla, y lo que le ofrecía la alfa la hacía sentir llena.

Lisa se acercó lentamente, el deseo ardiendo en sus ojos. Tomó suavemente el cabello de Rosé, separándola con delicadeza de Jennie. Las dos se despegaron del beso, sus respiraciones entrecortadas llenando el espacio entre ellas. Sin perder tiempo, Lisa atacó la boca de Jennie con una pasión incontrolable, sus labios y lenguas encontrándose en una danza feroz.

Jennie gimió suavemente contra los labios de Lisa, sus manos aferrándose a su cintura. Apenas habían comenzado a explorar esa intensidad cuando Lisa se apartó y giró hacia Rosé, tomando su rostro entre sus manos. La besó con igual fervor, haciendo que Rosé se derritiera bajo su toque.

"Eres tan sexy", dijo la rubia, su voz cargada de deseo.

Jennie, con una mirada de anticipación, se tiró en la cama. Lisa se arrodilló frente a Rosé, sus manos moviéndose con una destreza experta. Desabotonó el pantalón de Rosé y lo bajó lentamente, disfrutando de cada segundo. Al hacerlo, los bóxers azul marino no tardaron en ser bajados también, revelando la polla de Lisa, dura, orgullosa y lista.

Lisa la tomó en sus manos, acariciándola suavemente, disfrutando de la textura y la firmeza. Rosé no le dio espacio para seguir por su cuenta, su impaciencia era evidente. Pero Jennie y Rosé se encargaron rápidamente de tomar la poca ropa que llevaba Lisa y quitársela, dejando a la alfa desnuda y vulnerable ante ellas.

Jennie también se deshizo de su camiseta y top, sus movimientos llenos de gracia y urgencia. Ahora, todas desnudas, la habitación se llenó de una electricidad palpable. Lisa y Jennie, de inmediato, se arrodillaron ante la alfa, sus miradas llenas de devoción y deseo.

La atmósfera estaba cargada de anticipación, cada una de ellas lista para explorar y satisfacer los deseos que las habían llevado hasta ese momento. Las manos de Lisa seguían acariciando la polla de Rosé.

Jennie no se pudo quedar atrás, agarrándola también con una de sus manos. Se miró con Lisa un momento, y ambas estaban de acuerdo en lo que querían hacer.

Jennie fue la primera en engullir con su sexy boca la punta de la polla de la rubia. Rosé siseó de inmediato, sintiendo el calor y la humedad de la boca de Jennie, mientras agarraba su cabeza con una mano, guiándola suavemente. Lisa había quitado su mano para darle paso a Jennie, observando con ojos llenos de deseo.

La lengua de Jennie se movía con destreza, acariciando cada rincón de la polla de Rosé, saboreándola con avidez. Lisa no pudo resistir por mucho tiempo y, después de unos momentos, se unió, besando y lamiendo la base mientras Jennie se concentraba en la punta.

Rosé gemía suavemente, sus manos alternando entre las cabezas de Lisa y Jennie, sus dedos enredándose en sus cabellos. La combinación de sus bocas era una experiencia abrumadora, cada succión y caricia enviando oleadas de placer por su cuerpo.

Maravilloso, sensual, con un ápice enorme en su cuerpo, demasiado significativo cuando tomaron más de ella. Abrazaron su piel con la humedad de sus bocas en su falo, creando una sensación que era casi abrumadora para Rosé. Lisa, con una avidez insaciable, tomaba la base de la polla de Rosé, sus labios y lengua trabajando con una pasión feroz. Jennie, mientras tanto, concentraba su boca en la punta, succionando y lamiendo con una dedicación casi reverente, como si fuera su único propósito en ese momento.

Cada movimiento de Jennie era preciso y lleno de deseo, su lengua explorando cada rincón con una habilidad que hacía temblar a Rosé. Lisa, con su propio enfoque apasionado, complementaba perfectamente a Jennie, succionando y acariciando la base con una intensidad que aumentaba el placer de Rosé a niveles casi insoportables.

Sintió en un momento que era demasiado, incluso para ella. Jadeó muy fuerte cuando la omega la succionó, el placer era casi insoportable. Las despegó a las dos con suavidad, ya bastaba. Se iba a correr muy pronto si las dejaba continuar.

"Joder, ya no más", pidió, su voz ronca por el deseo.

"Deja que te hagamos sentir bien, Rosie", dijo la omega, su voz suave y seductora.

La rubia negó con firmeza. Las otras solo hicieron caso, entendiendo su necesidad de prolongar el momento. Ella no quería correrse de inmediato, y le harían caso.

Lisa se puso de pie, al igual que Jennie. Tomó a la omega por la cintura y la abrazó, seguido de un par de besos en su rostro y en su cuello. La olió profundamente, disfrutando del aroma que había extrañado tanto. Le encantaba tenerla cerca. Se sentía tan bien para ambas, un consuelo en medio de la pasión.

Rosé no perdió tiempo en ponerse detrás de la otra alfa. Sus labios se posaron suavemente en su espalda y su cuello, besándola con ternura y deseo. Cada beso era una promesa de placer y conexión. Todo se sentía tan puro entre ellas, tan real.

Lisa, Jennie y Rosé se movían en perfecta armonía, sus cuerpos respondiendo a los deseos de las otras. Las manos de Lisa exploraban el cuerpo de Jennie, acariciando su piel con adoración, mientras Rosé continuaba besando y mordisqueando suavemente el cuello de Lisa, enviando escalofríos de placer por su espina dorsal.

A continuación, las tres estaban en la cama de Lisa de nuevo. Estaban abrumadas tanto por lo que sentían como por lo que estaban a punto de sentir.

Rosé se tumbó boca arriba, sus ojos brillando con anticipación. Jennie y Lisa empezaron a besar, chupar y acariciar todo su torso. Lisa lamió su abdomen, dejando un rastro de calor y humedad con su lengua, mientras Jennie chupó uno de sus pezones, succionando con una mezcla de ternura y pasión. Rosé gemía suavemente, su cuerpo arqueándose en respuesta a las sensaciones intensas.

Fue cuestión de minutos cuando las posiciones cambiaron. Ahora, Lisa estaba tumbada boca arriba, con los ojos cerrados y suspirando pesadamente mientras cuatro manos y dos bocas exploraban su cuerpo. Jennie y Rosé se turnaban para besar y acariciar su piel, sus manos moviéndose con adoración y deseo. Lisa se sentía atrapada en una ola de placer, cada caricia y beso llevándola más cerca del borde.

También le dieron la oportunidad a Jennie de sentir lo mismo. Las dos alfas se aseguraron de que Jennie se sintiera querida y adorada. Sus manos exploraban cada rincón de su cuerpo, sus bocas dejando besos ardientes en su piel. Jennie gemía y suspiraba, su loba interior sintiendo la conexión profunda y el afecto de las alfas.

Las manos de Lisa acariciaban suavemente el rostro de Jennie mientras Rosé besaba su cuello y sus hombros, susurrando palabras suaves de cariño y deseo. Jennie podía sentir cómo la adoraban, cada caricia y beso reafirmando el lazo entre ellas.

Su loba podía colapsar de lo mucho que estaba siendo mimada. Las alfas se aseguraban de que cada momento fuera un tributo a su conexión sexual que tenía. La intimidad entre ellas crecía con cada toque, cada susurro, cada mirada. La habitación se llenaba de un aura de puro deseo, creando un refugio donde podían ser completamente ellas mismas, libres de inhibiciones y miedos.

Todo fue tan intenso, demasiados sentimientos al mismo tiempo, que las tres se sentían casi abrumadas por el placer y la conexión profunda entre ellas. Muy pronto, la omega cambió su posición, se puso en cuatro patas añorando ser llenada. Lo necesitaba desesperadamente, necesitaba esas imponentes alfas dentro de ella.

Fue con un: "Quiero que me llenen, quiero que me follen", que las alfas se decidieron.

No perdieron tiempo. Lisa se puso frente a su rostro de rodillas, su polla dura y lista. La omega, con ojos llenos de deseo, tomó la polla de Lisa en su boca, chupándola con avidez y devoción. Su lengua se movía con precisión, saboreando cada centímetro mientras Lisa gemía suavemente, sus manos enredadas en el cabello de Jennie.

Rosé, la alfa rubia, se colocó detrás de Jennie, su mirada fija en el cuerpo de la omega. Con un movimiento decidido, penetró a Jennie desde atrás, llenando su coño de una manera que parecía casi ilegal por la intensidad del placer que provocaba. Jennie dio un grito ahogado, acompañado de suaves gemidos que resonaban en la habitación, su cuerpo temblando ante la invasión deliciosa.

Lisa observaba la escena con una mezcla de satisfacción y deseo, disfrutando de las sensaciones que Jennie le proporcionaba con su boca. Rosé movía sus caderas con fuerza y ritmo, cada embestida cambiando su temple con esmero.

El calor y la humedad llenaban la habitación, creando una atmósfera cargada de pasión y deseo. Los sonidos de sus cuerpos en movimiento, los gemidos y susurros de placer, se mezclaban en una sinfonía erótica que las envolvía.

Jennie, atrapada entre las dos alfas, se sentía en el paraíso. La polla de Lisa llenando su boca, mientras Rosé la penetraba profundamente, llevando su cuerpo y su mente al límite del placer. Cada embestida de Rosé la acercaba más y más al clímax, su cuerpo arqueándose en respuesta, sus gemidos volviéndose más intensos.

"Eres tan buena, Nini", alabó Lisa, su voz ronca por el deseo. El rostro de la omega parecía muy afectado, su expresión una mezcla de placer y éxtasis mientras la alfa rubia marcaba un ritmo castigador dentro de ella.

Las tres estaban muy emocionadas, el aire cargado de tensión erótica y deseo puro. Sus tetas rebotaban con cada una de las malditas embestidas, moviéndose al ritmo que Rosé había impuesto. Jennie gemía sin control, sus gemidos llenando el ego creciente de las alfas.

La rubia se abrazó al torso de la omega, sus cuerpos pegados con el calor de la pasión. Con destreza, Rosé logró ponerse encima de Jennie sin tumbarla, su barbilla apoyada en su hombro. Jennie podía sentir el aliento cálido de Rosé en su cuello, un preludio de lo que vendría.

Rosé comenzó una nueva ronda de embestidas rápidas y mortales para el estrecho coño de Jennie. La omega gemía, sus gritos de placer llenando la habitación. Cada embestida era un golpe de placer que resonaba en su cuerpo, haciéndola sentir como si se desmoronara en mil pedazos.

La alfa le susurraba al oído, palabras llenas de lujuria y adoración. "Eres tan hermosa, Nini. Tan sexy. Me vuelves loca. Me encanta cómo me haces sentir. Me encanta cómo te estoy satisfaciendo", Sus palabras eran una mezcla de dulzura y deseo que alimentaba aún más el placer de Jennie.

Lisa, observando con ojos llenos de deseo, decidió darle un respiro a Jennie. Sacó su polla de la boca de la omega, dejando que Jennie respirara libremente. Los labios de Jennie estaban hinchados y húmedos, una evidencia de la intensidad con la que había trabajado para complacer a Lisa.

Jennie necesitaba gritar cuando se corriera para sus alfas. La intensidad del momento, la mezcla de placer físico y emocional, era demasiado para contener. Rosé continuaba con sus embestidas, llevando a Jennie cada vez más cerca del borde.

Jennie, sintiendo el clímax acercándose, dejó escapar un gemido profundo, su cuerpo temblando bajo el asalto de Rosé. Las manos de Lisa acariciaban suavemente su rostro, sus ojos llenos de deseo. Jennie se sentía adorada, amada, completamente sumergida en la piel de las otras dos.

Con un último grito de pura sensualidad, Jennie alcanzó su clímax, su cuerpo arqueándose sobre el de Rosé y sus gemidos resonando en la habitación. Rosé, sintiendo la liberación de Jennie, continuó moviéndose, alargando el momento de placer para ambas. La intensidad del momento llevó a Rosé a alcanzar su propio orgasmo casi al instante.

Rosé gimió y jadeó al igual que la omega, sus cuerpos moviéndose en una danza sincronizada de placer compartido. Su nudo comenzó a crecer, incrementando la sensación de llenura en el estrecho coño de Jennie. Cada pulsación del nudo enviaba oleadas de placer a través de ambas, conectándolas aún más profundamente.

Ese coño la succionaba con una fuerza que Rosé encontraba intoxicante, cada contracción enviando choques de placer por su columna vertebral. Jennie, sintiendo el nudo crecer dentro de ella, gemía con gusto, su cuerpo temblando por la intensidad de la sensación.

Esa polla quedó metida hasta la empuñadura dentro de la omega, todo su nudo palpitante y enorme, llenándola completamente. Cada pulsación enviaba oleadas de placer por los cuerpos entrelazados. Rosé sentía cómo su polla liberaba hilos de semen a borbotones, llenando a Jennie con cada contracción. Era una sensación abrumadora, una mezcla de éxtasis y conexión profunda.

Jennie gemía con fuerza, sintiendo cada pulso del nudo dentro de ella, cada gota de semen que la llenaba, intensificando su propio clímax. La sensación de estar tan completa, tan llena, la hacía temblar de placer. Rosé, atrapada en la intensidad del momento, sentía una oleada de deseo y posesividad.

Jamás se arrepentiría de este momento. La conexión física y emocional con Jennie era tan poderosa que la hacía sentirse viva de una manera que nunca antes había experimentado. En medio de su trance, Rosé sintió un impulso primitivo, un deseo de marcar a Jennie como suya, de morderla y dejar una marca visible de su unión. Sus instintos alfa le gritaban que lo hiciera, que reclamara a Jennie completamente.

Sin embargo, se contuvo, consciente de que debía respetar los límites y deseos de la omega. En lugar de morderla, Rosé canalizó ese deseo en una serie de besos suaves y apasionados en el cuello y los hombros de Jennie, susurrándole palabras de amor y adoración. Jennie respondía a cada beso, cada caricia, con sus propios gemidos y susurros de cariño.

Lisa, observando la escena, se unió a ellas, sus manos acariciando suavemente sus cuerpos, proporcionando consuelo y apoyo. Sus toques eran suaves, reconfortantes, ayudando a ambas a sobrellevar la intensidad del momento. Jennie, sintiendo el cariño y la adoración de ambas alfas, se relajaba, dejando que la ola de placer la llevara.

La habitación estaba llena de sus respiraciones entrecortadas y los suaves susurros de amor y deseo. El aire era espeso con la mezcla de sus aromas y la energía de su conexión. Rosé, Jennie y Lisa estaban unidas en un momento de pura intimidad y pasión, una experiencia que las fortalecía y las unía aún más.



Su recuperación llegó rápido y Lisa estaba lista para ambas, honestamente hablando. Rosé y Jennie ya se habían recuperado y necesitaban darse más. La excitación en la habitación era palpable, una energía que no podían ignorar.

Lisa estaba boca arriba con sus piernas abiertas de par en par, a petición de la alfa rubia. Jennie estaba a su lado, besando su cuello, oliéndola y llenándola de su calor. Sus labios se movían suavemente sobre la piel de Lisa, enviando pequeños escalofríos de placer por todo su cuerpo.

La alfa rubia no esperó más. Se arrodilló frente a Lisa, sus ojos fijos en la entrada de su majestuoso culo. Había un deseo incontrolable de probarla, de darle un placer que nunca había experimentado. Con una mezcla de lujuria y determinación, Rosé comenzó a explorar con su lengua, empezando a comerle el culo de inmediato.

Lisa comenzó a gemir, sorprendida y extasiada por la nueva sensación. Nunca había sentido algo así antes, y el placer que le proporcionaba la lengua de Rosé era abrumador. La rubia la comía con esmero, su lengua moviéndose de forma experta, lamiendo y chupando cada rincón. Lisa se sentía en el cielo, su cuerpo respondiendo con espasmos de puro deleite.

Después de un rato de estar lengüeteando, chupando y lamiendo su culo, Rosé se puso de pie, su mirada fija en la de Lisa. Había una pregunta implícita en sus ojos, una solicitud de permiso y deseo. "¿Dentro, alfa?", preguntó suavemente, su voz cargada de anticipación.

Lisa asintió simplemente, su cuerpo temblando de expectación. Rosé alineó la punta de su polla en el culo de Lisa, comenzando a entrar lentamente y con precisión. Lisa jadeó al sentir la presión, su cuerpo ajustándose a la intrusión de una manera que era a la vez dolorosa y placentera.

La entrada fue lenta, cada centímetro de la polla de Rosé llenándola de una manera que nunca había experimentado. Jennie, viendo la expresión en el rostro de Lisa, continuó besando su cuello, sus manos moviéndose para acariciar sus pechos, añadiendo una capa extra de placer a la mezcla.

Rosé, sintiendo la calidez y la estrechez del culo de Lisa, se movía con cuidado, queriendo asegurarse de que cada movimiento fuera placentero para su alfa. Cada vez que avanzaba un poco más, Lisa gemía, sus sonidos de placer llenando la habitación.

Jennie le dio el consuelo que la alfa necesitaba, pero era algo que ella también merecía si iban a eso. Se subió encima de Lisa con determinación, sus movimientos llenos de deseo. La posición les permitía una conexión profunda, y Jennie sabía que necesitaba ese momento de intimidad y satisfacción.

Cuando Lisa la miró a los ojos con esa cara de placer, Jennie se pegó más a ella. "Márcame esta vez, alfa", susurró Jennie con un tono cargado de deseo. Lisa, sorprendida por la petición, frunció el ceño y la miró con intensidad. "¿Qué?", preguntó, buscando entender completamente lo que Jennie deseaba.

Jennie tomó la mano de Lisa y la guio hacia su piel, luego volteó a ver a la otra alfa. Sus ojos brillaban con una mezcla de deseo y desafío. "Quiero que me muerdan, que me marquen", explicó, su voz temblando con la anticipación del acto.

Lisa, aún un poco incrédula, hizo que Jennie volteara a mirarla directamente con su mano libre. "¿Estás segura?", preguntó, queriendo asegurarse de que Jennie estaba completamente decidida. Jennie asintió con firmeza, su expresión llena de resolución. "Hagámoslo, sé que ustedes mueren por ello, yo también", dijo con convicción.

Era inexplicable, la sensación dentro de Lisa en ese momento. La combinación de placer, deseo y la intensidad de lo que estaba ocurriendo era abrumadora. ¿Habían llegado tan lejos tan rápido? La profundidad de su conexión con Jennie y Rosé era algo que Lisa nunca había experimentado antes, una mezcla de emociones y sensaciones que la desbordaban.

Jennie, con una mirada llena de anhelo, había pedido algo que parecía trascender lo físico. Quería ser marcada, deseaba que tanto Lisa como Rosé la reclamaran completamente, que le mostraran que era suya en el más íntimo de los sentidos. La solicitud de Jennie era un reflejo de su deseo profundo de pertenencia y conexión, un deseo que Lisa sentía de manera igualmente poderosa.

Lisa miró a la alfa rubia, que había detenido sus movimientos momentáneamente para escuchar lo que la omega tenía para decir. La expresión de Rosé era una mezcla de sorpresa y excitación, claramente afectada por la petición de Jennie. Había una chispa en sus ojos que denotaba un deseo de cumplir con ese deseo, de marcar a Jennie de manera tan completa como ella lo deseaba.

La alfa rubia, entendiendo el deseo de Jennie, besó su espalda con ternura antes de continuar con sus embestidas en el culo de Lisa. Sus movimientos eran firmes, pero cariñosos, manteniendo el ritmo mientras Jennie se acomodaba encima de Lisa.

Jennie, sintiendo la intensidad del momento, alzó su culo y tomó el miembro duro de Lisa en sus manos. Con cuidado y deseo, comenzó a sentarse encima de él, cada centímetro llenándola con una sensación abrumadora. La sensación de estar tan llena y la conexión con Lisa la hacían gemir de placer.

Lisa, experimentando el calor y la presión del cuerpo de Jennie, continuó moviéndose dentro de ella con un ritmo constante y profundo. Cada movimiento era cuidadoso, con el objetivo de maximizar el placer para ambas.

Rosé, al encontrarse en una posición de penetrar a Lisa, transmitía su calor y energía a través de ella. La forma en que presionaba su frente contra la espalda de la omega, acercándose y abrazándola.

Jennie, montando sobre Lisa, se insertaba completamente en ella, moviéndose con un ritmo decidido. La alfa pelinegra, penetrando a Lisa desde atrás, proporcionaba una sensación de plenitud y conexión que era casi demasiado para que Lisa pudiera procesar. Cada embestida de Rosé era una ola de placer que la envolvía, llevándola a un estado de delirio.

Lisa estaba al borde, incapaz de concentrarse en nada más que en las intensas sensaciones que le ofrecían. La presión y el calor de Rosé penetrándola, combinados con el peso y el movimiento de Jennie sobre ella, creaban una experiencia de placer abrumadora.

Ella no piensa, solo siente.

Jennie gemía intensamente, completamente embriagada por el olor fuerte y pesado que desprendían las alfas de sus glándulas. El aroma era una mezcla intoxicante de deseo y feromonas, que la estaba volviendo loca, llevándola al borde del delirio. Cada inhalación del aroma de las alfas aumentaba su excitación, intensificando el placer que estaba experimentando.

La polla de Lisa, dentro de su coño, estaba haciendo maravillas. Cada embestida de la alfa rubia llegaba hasta el fondo de su interior, explorando cada rincón con una intensidad deliciosa. El tamaño y la dureza de la polla de Lisa eran inigualables, llenándola completamente y provocando una oleada de placer cada vez que se movía. La sensación de estar tan llena, de sentir cada pulso y cada movimiento de Lisa, era casi demasiado para Jennie, llevándola a gemir y a gritar de placer.

Lisa, por su parte, estaba perdiendo la cabeza por sentir su culo de esa manera. La sensación de tener a Rosé penetrándola, con la polla de la alfa pelinegra tocando su fondo, era una experiencia completamente abrumadora. La combinación de la presión, el calor y el ritmo de Rosé dentro de ella estaba llevando a Lisa al borde del éxtasis. Cada embestida hacía que su cuerpo se estremezca y sus gemidos aumentaran, mientras Rosé la llenaba de manera intensa y completa.

No duraron mucho en esa posición. Se volvería algo real a partir de ello, por supuesto. Lisa fue la primera en correrse. Su nudo se hinchó de inmediato, llenándola completamente. Jennie, sintiendo el cambio, ofreció su cuello a la alfa, quien no perdió un segundo en abalanzarse y dejar su marca. Lisa mordió profundamente, sus dientes se hundieron en la piel de Jennie, sellando su vínculo con ella. La omega gritó de placer, el orgasmo recorriendo su cuerpo en una ola de puro fuego, acompañando a Lisa en su liberación.

Rosé no se quedó atrás. Su nudo se metió entero en el culo de Lisa, expandiéndose y llenándola por completo. La alfa rubia sintió la intensidad del momento, sus dientes de loba saliendo para clavarse en el cuello de Jennie al igual que hizo Lisa. La mordida de Rosé fue firme y profunda, marcando a la omega con un vínculo inquebrantable. Jennie gritó por la sobrecarga de placer y dolor, su cuerpo temblando entre las dos alfas.

No pensaban, solo sentían. El cuarto estaba lleno de sus gemidos y jadeos, los cuerpos entrelazados en una danza de placer y conexión. La combinación de las marcas, los nudos y los orgasmos creaba una atmósfera de intimidad y satisfacción pura. Jennie estaba completamente sumergida en la experiencia, sintiendo cada centímetro de las alfas dentro de ella, cada mordida y cada pulso de sus nudos.

Por la forma lastimera en que gemía la omega, las alfas comenzaron a curar la mordida con sus lenguas, cada una había mordido de un lado. Los nudos comenzaron a vaciarse poco a poco mientras se mimaban entre sí.

Sobraban las palabras. Se vinieron dentro de una y de otra, centradas únicamente en sus cuerpos, en la conexión profunda que las unía. Eran una sola entidad, realmente. Pronto sus pollas estuvieron flácidas y Rosé pudo sacar la suya del culo de Lisa, mientras Jennie se deslizó fuera de la polla de Lisa, tumbándose juntas en la cama.

No hubo espacio para el frío. Ambas alfas, posesivas, no entre ellas, sino con la omega, la colocaron en el medio de las dos. Lisa y Rosé la abrazaron con una intensidad posesiva y protectora. Era normal en los alfas luego de marcar a su omega, y ahora estaban las tres, unidas y completas. Jennie se acurrucó con ambas, cerrando los ojos por un momento, disfrutando del calor y la seguridad que le brindaban.

"Lili", comenzó la rubia, rompiendo el silencio.

"¿Sí?", respondió Lisa, sus ojos llenos de cariño y curiosidad.

"¿Nos marcamos mutuamente en la próxima ronda?", preguntó Rosé, su voz cargada de deseo y compromiso.

Hola. No olviden unirse al canal de WhatsApp para obtener adelantos de los capítulos. El link está en mi perfil.

Gracias por comentar y votar. ♥

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro